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LA GRAN INUNDACIÓN

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Los mitos aborígenes sobre los comienzos del universo no hablan de la creación del cosmos a partir de la nada, sino de los orígenes y la conformación de los entornos y las sociedades actuales en un mundo que ha existido siempre. Varios pueblos, sobre todo los de la costa septentrional de Australia, atribuyen sus orígenes a una gran inundación qu e barrió el paisaje y la sociedad anteriores.

Estos mitos podrían enraizarse en la realidad, ya que existen pruebas arqueológicas que indican que el ascenso del nivel del mar a consecuencia de la última glaciación tuvo importantísimas repercusiones para las sociedades del norte de Australia, que se reflejan en los cambios de las formas de asentamientos temporales y de la pintura rupestre. Se cree que las pinturas rupestres al oeste de Arnhem Land que representan a la gigantesca serpiente de la inundación fueron creadas aproximadamente en la misma época en que se estabilizó el nivel del mar después de la glaciación y se formó la actual línea costera septentrional de Australia.

La inundación primordial se atribuye a diversos seres, humanos y animales. Según los worora de los Kimberleys, al noroeste de Australia, unos héroes ancestrales llamados wandjina provocaron una inundación que destruyó el orden social anterior y a continuación se dispersaron, yendo cada uno a su propio país, donde realizaron las pinturas rupestres y establecieron un nuevo orden social. Los tiwi de las islas de Melville y Bathurst, situadas frente a la costa septentrional de Australia, cuentan que una anciana ciega llamada Mudungkala, que brotó del suelo en el extremo suroriental de la isla de Melville con tres niños pequeños, separó sus islas del resto en el Período de Creación o Época del Sueño. Los niños fueron los primeros seres humanos que poblaron las islas. Mientras la anciana se arrastraba por el informe paisaje, el agua burbujeaba a su paso y arrancaba las islas.

En los mitos sobre los orígenes de numerosos pueblos se considera responsable de la inundación a una gran serpiente vinculada con el arco iris. Este ser, en cuya existencia se sigue creyendo (vive en las charcas profundas o en los remolinos de la costa), aparece en el relato de las hermanas Wawilak que cuentan los yolngu del noreste de Arnhem Land. Esta historia representa el prototipo de las que hablan de unos antepasados concretos que viajaron durante el Período de Creación por la tierra cuya propiedad está ahora dividida entre múltiples clanes. Como suele ocurrir con esta clase de mitos, los yolngu sólo conocen la parte del viaje de las hermanas Wawilak que tuvo lugar en su región. Cada clan de la ruta posee ciertos animales totémicos, plantas y otros objetos asociados con las hermanas y sus aventuras. La estrella matutina, por ejemplo, asciende del lugar en el que se inició el periplo, mientras que el mosquito, animal que señala el inicio de la estación de las lluvias y las inundaciones, se asocia con Yulunggul, la serpiente que provoca una gran inundación en el mito.

Las hermanas partieron de algún punto remoto del interior y se dirigieron a la costa septentrional de Atnhem Land. La menor estaba embarazada y la mayor tenía un hijo, que llevaba en una cuna de papel de corteza de árbol bajo el brazo. En el camino cazaron lagartos y zarigüeyas, recogieron plantas comestibles y dieron nombre a todas las especies de plantas y animales y a los lugares por los que pasaban. Un día encontraron a dos hombres y copularon con ellos, a pesar de pertenecer a la misma clase social).

Cuando la más joven estaba a punto de dar a luz, su hermana recogió corteza pata hacer una cama y sin querer dejó caer sangre menstrual en un charco, lo que provocó la cólera de Yulunggul, una pitón semihumana que vivía allí y que desencadenó una tormenta y una gran inundación. Las hermanas entonaron cánticos para que la serpiente se marchase, pero el animal se las tragó a ellas y a sus hijos en castigo por haber contaminado la charca.

Cuando se retiraron las aguas, Yulunggul, que se había situado encima de ellas, descendió a tierra y creó el primer recinto de iniciación de lo yolngu en el punto en el que llegó a la orilla. Después regurgitó a las hermanas y a sus hijos, que fueron los primeros iniciados yolngu. Acudieron a ver lo que ocurría otros dos hombres que habían oído la tormenta, quienes, tras aprender las canciones que habían cantado las hermanas, celebraron las primeras ceremonias de iniciación yolngu.

Después Del Diluvio… por Wes Penre

http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/historia_humanidad66.htm

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Figura 1: Después del diluvio
Cuando las tormentas habían disminuido y las lluvias se habían detenido, Ea y Nammur vieron el fuego de Ziusudra  en la parte superior de la montaña Ararat, y aterrizaron en helicópteros, mientras Ninagal se dirigía hacia la montaña.
El Enlil estaba furioso de nuevo (¿estuvo alguna vez de buen humor?) Cuando vio que los humanos habían sobrevivido. ¡Supuestamente todos ellos habían perecido!
Estaba tan furioso que quería entrar en una pelea a puñetazos con Ea, quien lo tranquilizó y le dijo que ya no eran humanos – que eran sus propios hijos.
Ninmah y Ninurta, también entraron en la escena, junto con Ea, convenciendo a Nammur que estos pocos supervivientes serían la génesis de una nueva raza en la Tierra (cada uno de estos cuerpos humanos que murieron y fueron muertos debido a la negligencia intencional en el mejor y genocidio abierto en el peor por parte de los dioses, era un portador de alma.
NOTA: Cada uno de estos cuerpos humanos que murieron y fueron muertos debido a la negligencia intencional, en el mejor de los casos, y a genocidio, en el peor de los casos por parte de los dioses , era un portador de alma. Obviamente, había un montón de estos individuos ET que no tenían respeto alguno por la vida inteligente. Ea y algunos otros parecían haber sido más compasivos, ¿pero tal vez eso es sólo está en el papel?
No sólo había sido totalmente devastada la Tierra después del Diluvio, también Marte.
La delgada atmósfera que una vez había rodeado el planeta se había ido, sus aguas se habían evaporado, y ahora era sólo un planeta desierto de tormentas de polvo. Nannar informó que a partir de ahora, sólo se podía visitar la Luna llevando ‘máscaras de águila’ (cascos).
Así que en cierto sentido, la Tierra había tenido suerte, la atmósfera seguía allí, y el agua pronto se retiraría y daría a luz a una nueva tierra y a continentes de aspecto un poco de aspecto diferente.
Después de haber inspeccionado lo que quedaba de la ‘vieja Tierra’, los dioses descubrieron que algunas cosas importantes que alguna vez habían traído de Nibiru, como árboles de pomelo, habían sobrevivido, por lo que todavía podrían hacer vino.
Ea comenzó a experimentar con la genética y fortaleció el grano que Ka-in, una vez desarrolló e hizo pan.
De las semillas que Ziusudra /Utnapischtim/Noé había guardado en el arca, los genetistas de nuevo comenzaron a sembrar la tierra con diferentes plantas, animales y bayas.
Muy pronto (desde su perspectiva de sus ‘pensamientos largos’ perspectiva), la vida empezó a extenderse por todo el planeta de nuevo. Vacas y ovejas volvieron a la vida, y Dumuzi, hijo de Ea, junto con el hijo mediano de Ziusudra, se convirtieron en los primeros pastores para el ganado y las ovejas.
Ea y Ninagal construyeron represas para domar el Nilo en Egipto y crearon un pastizal para los rebaños de Dumuzi.
2. ¡Oro, oro! ¡Necesitamos más oro!
Nammur seleccionó la península de Arabia Saudita para una nueva terminal para cohetes interplanetarios para transportar más oro a Nibiru.
Esta fue otra vez una necesidad, para consternación de los dioses, porque el último paso de Nibiru una vez más había arrancado el escudo de oro de su atmósfera. Todos los cientos de miles de años de esfuerzos por parte de los dioses y de esclavos humanos habían sido en vano, y la producción tuvo que empezar toda de nuevo, justo cuando pensaban que estaban al final del proceso.
Pero las minas africanas se habían ido, los trabajadores esclavos se habían ahogado. Los Anunnaki (la mayoría de ellos) había ido a su casa a Nibiru, y la terminal de cohetes en Sippar, Mesopotamia, fue destruida también.
Ninurta finalmente llegó con buenas noticias.
En una de sus expediciones en todo el planeta, él había encontrado una gran cantidad de oro en Perú, América del Sur, en lo alto de los Andes. De la moderna capital La Paz y al este del lago Poopó, en la arena a lo largo de la costa este del lago Titicaca, se encontró con un montón de él.
También fue capaz de combinar el cobre y el estaño y crear bronce (restos de estas actividades mineras antiguas todavía se pueden encontrar, por el Lago Titicaca y en La Paz).
El bronce fue muy apreciado, sobre todo al reconstruir Mesopotamia. Después del diluvio, lo único que tenían era ladrillo, pero el bronce realmente podría estabilizar los bloques de construcción.
Tomó 7,000 años reconstruir Mesopotamia después del Diluvio, con el equipo limitado que quedaba para que los dioses trabajaran.
3. La Gran Pirámide de Egipto y los Constructores de la Esfinge
Ningishzidda, el hijo de Ea, construyó dos pirámides en Egipto.


FIGURE 2 NINGISHZIDDA

La primera fue una “pirámide modelo”, y la segunda fue la Gran Pirámide. Él construyó la gran pirámide en el extremo sur de una línea recta a través de la plataforma de aterrizaje en el Líbano hacia el (Baalbek) Monte Ararat (Turquía oriental) en el Norte.
Luego él instaló los magistrales programas informáticos Nibiruanos y el equipo de astro- navegación en la Gran Pirámide.
Ningishzidda había hecho un excelente trabajo con las pirámides y para crear la base tecnológica, y Ea quiso recompensar a su hijo por un trabajo bien hecho. Así que decidió que un monumento debía ser construido a la imagen de su hijo.
Así que hizo construir la Esfinge, que tenía el cuerpo de un león, pero con la cabeza de Ningishzidda esculpida.
Creemos un monumento a la par de los picos gemelos, para anunciar la Era del León. Que sea la imagen de Ningishzidda, el diseñador de los picos, que tenga su cara. Que mire precisamente hacia el Lugar de los Carruajes Celestiales. [1]
Nammur ordenó a su hijo, Utu (Apolo en Roma, y Helios en Egipto), para estar a cargo del puerto espacial del Sinaí en el paralelo 30, que ahora separa los dominios del Enlil de los del Enki.
Este último fue el encargado de los reinos del sur del paralelo 30.

Figura 3. Un modelo de La Esfinge, con su barba original intacta y con el tocado como-cobra, simbolizando el Clan Serpiente (El Clan del Conocimiento) – los Enkiítas. En la sección 9 más abajo leeremos cómo Marduk reemplazó la cabeza original de la Esfinge con la de su hijo, Asar, en un intento de reescribir la historia.(El Louvre)
En la Gran Pirámide, el hijo de Ea, Gibil instaló cristales pulsantes y una piedra angular de electro, para reflejar un haz de naves espaciales entrantes.
La Misión de Control se alzaba sobre el Monte Moriah (futura Jerusalén), fuera del alcance de los seres humanos.
4. Marduk se convierte en Ra y Amón Ra
Marduk, que poseía un gran ego y ambición de poder, estaba celoso de Ningishzidda por haber sido premiado con la construcción de la Esfinge a su imagen. Se donde a su padre, Ea, y se quejó.
Dijo que Ea le prometió una vez poder y gloria, y mira no había conseguido nada! La mente de Marduk se oscureció de resentimiento.
La tensión entre los Enlilitas (llamado el Clan RAM) y los Enkiítas (el clan de la serpiente) [2] creció más y más grande, pero Ninmah, el gran pacificador, decidió que debían repartir más las tierras en reinos, con
gobernantes locales. La sugerencia tuvo una respuesta positiva entre los clanes.
A todos los miembros del clan real de ambas partes se le dedicaron ciertas áreas, y Marduk fue designado por Ea para ser el gobernante de Egipto (vamos a concentrarnos un poco más en Marduk, porque va a ser una figura importante de aquí en adelante, todo el camino hasta la actualidad). Así Marduk sintió como si su padre, al menos, había hecho un esfuerzo para satisfacer sus imperativos para convertirse en un gobernante.
Así, hace unos 9,800 años, Marduk fue asignado Egipto y se convirtió Ra. Ahora estaba a cargo de los trabajadores allí.
Ninurta construyó un palacio para Ninmah en el monte Moriah, y Nammur y Ea le otorgaron el título Ninharsag (Señora del Cabeza de la Montaña). Según Sitchin, ella también es equivalente a Hathor en Egipto. [3]
Enki se trasladó a la isla de Elefantina (Abu), cerca de Asuán (Siena). Desde ahí, supervisó a los trabajadores en la construcción de presas, diques y túneles para evitar que el Nilo inundara y controló su camino hacia el Mediterráneo.
Ea fue conocido como Ptah en Egipto.
5. El asesinato de Osiris y la batalla entre Horus y Seth
Para llevar la historia hacia adelante, vamos a ir atrás en el tiempo durante un breve momento, al del diluvio, hace 13,000 años.
En ese momento, Marduk, junto con su esposa híbrida, Sarpanit, y sus hijos, Asar (Osiris) y Satu (Seth/Set) se refugió en la Base de Marte con el comandante Igigi, Shamgaz.
Asar y Satu (en adelante voy a llamarlos Osiris y Seth para simplificar) se casaron con las hijas de Shamgaz, Asta (Isis) y Nabat (Nephys). Shamgaz y Seth se acercaron bastante.
Osiris e Isis residían cerca de Marduk Ra en las tierras bajas del norte del Bajo Egipto. Seth y Nabat se establecieron en las montañas del sur del Alto Egipto, cerca de la villa de Shamgaz y la plataforma de aterrizaje en el Líbano.
Shamgaz decidió ponerle una trampa a Osiris, porque estaba a favor de Seth y Nabat antes que de Osiris e Isis. Le dijo a Seth que Osiris siempre sería el favorito de Marduk, y más aún porque vivía cerca de su padre. Así, Shamgaz, Seth y Nabat decidieron asesinar a Osiris.
Por lo tanto, Shamgaz y Seth invitaron a Osiris a un banquete y envenenaron su vino. Osiris cayó inconsciente, y lo pusieron en un ataúd y tiraron el ataúd en el mar.
Marduk Ra, su esposa Sarpanit, e Isis, recibieron la noticia sobre el asesinato de Osiris, y se apresuraron a recuperar el ataúd.
Lo encontraron flotando en el mar y lo llevaron a tierra. La leyenda dice que el cadáver de Osiris fue cortado en pedazos esparcido, y sólo algunas partes de su cuerpo estaban flotando en el ataúd.
El mito nos dice además que Isis buscó en todo Egipto por los restos de su marido y encontró todas las piezas, a excepción de su pene, a pesar de que, como sabemos, cortar los genitales de otro no era nada nuevo entre los dioses.
Es difícil decir lo que es cierto o no en esa historia, pero Sitchin no menciona nada, que yo sepa, sobre la historia del pene perdido. Según él, el cuerpo de Osiris estaba intacto, y Enki e Isis tomaron semen del cadáver de Osiris y embarazaron a Isis con él, sin el conocimiento de Seth y Shamgaz.
Lo que es cierto, sin embargo, y un tema a través de libros de Sitchin (especialmente en “La Guerra de los Dioses y los Hombres”) es que los dioses, cuando peleaban entre sí, en lugar de matar a su oponente, lo castraban y lanzaban el pene a la distancia.
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Figura 4 Horus y Seth
 Este tratamiento bárbaro de un enemigo suena bastante horrible, pero fue implementado por los dioses para que el dios derrotado no pudiera reproducirse y continuar con su línea de sangre.
En otras palabras, era una reafirmación del poder y la dominación.
Seth, orgulloso de su logro de matar a su hermano, ahora se declaró, como el único hijo que quedaba de Marduk Ra, a ser el gobernante del Alto y el Bajo Egipto. Isis, sin embargo, declaró que estaba embarazada por Osiris, se ocultó y dio a luz a Horon (Horus).
Ella lo entrenó bien para que se convirtiera en un gran guerrero para poder derrotar a Seth, quien reunió un ejército de seres humanos y avanzó por la fuerza hacia Líbano, hasta la frontera de la región neutral de Jerusalén de Ninharsag.
Cuando Horus creció, fue entrenado y listo para encontrarse con Seth en la batalla. Reunió a su propio ejército y comenzó a marchar. Seth se dio cuenta de que Horus estaba bastante bien preparado, y tenía alguna posibilidad de ganar el conflicto, él desafió a Horus a un combate de hombre a hombre.
Una batalla aérea de largo alcance tuvo lugar. Horus golpeó a Seth con un arma cegadora y después con una especie de arpón. Ciego, Seth se estrelló, y sus testículos fueron aplastados (¿o más probablemente, cortados por Horus?).
Horus ató a Seth y lo arrastró ante el Consejo.
El veredicto fue dejar vivir a Seth el resto de su vida en la Tierra, junto con el cuerpo de astronautas de Igigi, pero sin los tratamientos que prolongan la vida.
6. La Guerra de Inanna (Ishtar) contra el Clan Serpiente
Nammur y su clan Ram tenían miedo de que Ea y su Clan Serpiente controlaran instalaciones espaciales de la Tierra.
Las Serpientes controlaban todo lo relacionado con el envío del oro, y Marduk incluso estuvo a cargo de los viajes espaciales entre la Tierra y Nibiru. Hipotéticamente, las serpientes podrían detener a los Rams de siquiera salir de la Tierra.
En secreto, Nammur envió a Ninurta a establecer la base en el Perú de hoy, junto al Lago Titicaca, dirigida por el hijo de Enlil, Ninurta. También construyó un puerto espacial en las llanuras próximas a los Andes.
Esta área, que es rica en oro, era ahora en la fortaleza del clan Ram, y en medio de esta rivalidad, dos Anunnakis de clanes opuestos se enamoraron.

Figura 5 Inanna
A Inanna se la conoce con diversos nombres, como:
. Afrodita
. Venus
. Ishtar
. Atenea
. Kali
. Ninni
También era la hija de un hijo del Señor Nammur, el Enlil. Sus padres eran Nannar y Ningal.
Dumuzi, como sabemos, era el hermano de Marduk y el hijo de Ea. Dumuzi nació en la Tierra, y también Inanna. Por lo tanto, se les corta vida en comparación con aquellos que nacieron y se quedaron en Nibiru.

Figura 6 Dumuzi
Alrededor de 8,670 AC, los dos empezaron a poner los ojos el uno en el otro y se convirtieron en amantes.
Inanna reveló a la hermana de Marduk cuáles eran sus planes: quería construir una gran nación en la Tierra y ser la reina gobernante de la misma, mientras que a su cónyuge se le daría estatus en el imperio. Cuando la hermana de Marduk volvió y le dijo acerca de esto, a Marduk no le gustó lo que escuchó. No quería la competencia de su hermano.
Él y su hermana, Geshtinanna, por lo tanto ponerle una trampa a Dumuzi. Ella lo sedujo y dejó que Dumuzi tuviera relaciones sexuales con ella. Después del hecho, ella lo asustó y le dijo que Marduk le acusaría de violación y que estaría en serios problemas. Dumuzi estaba aterrorizado y huyó.
Sin embargo, fue con tanta prisa que se resbaló accidentalmente en una piedra, cayó en una cascada y se ahogó.
Ese fue el final de la paz entre los dos clanes.

Figura 7 Mapa de la Mesopotamia y Akkadia
Inanna estaba furiosa y quería vengarse por la muerte de Dumuzi, así que fue a la guerra contra Marduk.
Ea y su clan apoyaron a Marduk en la pelea, y el nieto de Marduk, Horon/Horus se unió a él también, junto con los astronautas Igigi, y en una de las batallas Inanna logró cegar el ojo derecho de Horus.
Inanna demostró ser una guerrera muy hábil y estratégica, y ella se acercó cada vez más y más a Marduk, que huyó y se refugió en la Gran Pirámide de Giza.

Figura 8 Sumeria, hace 6,000 años
A pie, Inanna, Iškur/Adad (el hijo menor de Nammur) y Ninurta arrinconaron Marduk en la pirámide, en una de las cámaras herméticas. En lugar de matarlo en una instancia, decidieron enterrarlo vivo, así que pusieron piedras en la entrada a la cámara y dejaron a Marduk a su destino.
El clan de la serpiente planteó la cuestión ante el Consejo y les pidió que le perdonaran la vida a Marduk, pero Inanna insistió en que se lo merecía después de lo que él le había hecho a su propio hermano.
Ninhursag llevó a los dos hermanos enemistados, el Enlil y el Enki ante el Consejo y sugirió que exiliaran a Marduk y pusieran a Ninurta, el hijo de Nammur, en su lugar, y así crearan un cambio de clan. Esto se convirtió en el veredicto final.
Ningishzidda quitó el sello a la cámara y encontró a Marduk inconsciente en el interior de la cámara. El hijo mayor de Nammur logró reanimarlo y lo ayudó a salir de la cámara. Él se presentó al Consejo y consiguió el veredicto de primera mano.
Así Marduk, su esposa Sarpanit, y su hijo Nabu fueron exiliados,
“a un lugar donde se cazaba animales con cuernos, una tierra deshabitada por los descendientes de Ziusudra /Noé.” [3]
7. El Rey Anu Decide Darle la Tierra a la Humanidad
Una nueva disputa se produjo cuando Nammur nombró a su hijo, Ningishzidda (conocido como Thoth en Egipto), como el Señor de las tierras del Nilo.
Inanna, que había luchado la guerra contra Marduk y ganó, exigió que le dieran su propia parte del Reino.
No pudieron salir con una solución de trabajo donde todas las partes se mostraran satisfechas, por lo que pidieron al rey Anu de Nibiru que resolviera el conflicto. Anu no había visitado la Tierra durante 7,000 años, y tenía un gran afecto por Inanna, por lo que decidió hacer caso a la petición de ayuda.
En este tiempo, 7,200 años habían pasado desde el Diluvio, los humanos habían proliferado desde las tierras montañosas a las tierras bajas. Ellos se originaban de Ziusudra , pero tenían genes Anunnaki.
La descendencia de los astronautas Igigi de Marte estaba también alrededor. En las tierras lejanas, el pueblo de Ka-in había sobrevivido.
Anu y su esposa, Antu, aterrizaron en Tilmun (Tierra de los misiles) en el Sinaí. Anu se sorprendió cuando vio cuánto habían envejecido Nammur y Ea, que se veían viejos y barbudos, y Ninhursag, que una vez fue de una belleza impresionante, era ya vieja e inclinada. Anu, que era mucho más viejo, parecía más joven que los hijos.
Ea le dijo a su padre acerca del mensaje que recibió de Galzu acerca de que tenían que quedarse en la Tierra y no podían volver a Nibiru, o morirían.
Anu dijo que nunca envió un mensaje de este tipo para nada y no tenía idea de qué estaba hablando. Él pensaba que su estancia en la Tierra era por su propia cuenta, una decisión determinada (al parecer había una gran falta de comunicación aquí).
Ea continuó y dijo que debido a el mensaje de Galzu, la semilla de la humanidad se salvó del diluvio, y que de otra manera habría sido destruida para siempre y la humanidad habría sido extinguida.
Anu se recostó maravillado. Luego dijo que parecía que Galzu vino como mensajero del Único Dios, en un esfuerzo por salvar a la humanidad. [5]
Anu continuó, diciendo que parecía que ellos, los Nibiruanos, sólo eran emisarios de la especie humana, y que la humanidad estaba destinada a heredar la Tierra y hacerla suya.
Anu ahora creía que era su trabajo y el de su pueblo educarlos y darles los conocimientos para que pudieran avanzar. Entonces, cuando estuvieran lo suficientemente educados, los Anunnaki debían abandonar el planeta!
Entonces el rey Anu dedicó cuatro regiones principales a tres grupos diferentes:
Región 1
dominio del linaje de Enlil: Enlil y su linaje, decretó el Rey, gobernarán Mesopotamia a través de sus reyes designados, los descendientes de los hijos de Ziusudra , Sem y Jafet el Claro.
El hijo mayor de Ziusudra , Sem (SEM), y sus descendientes, gobiernarían las naciones de las tierras altas que van desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo. Alrededor de 3,800 AC, los descendientes de Sem se asientan en la zona del ex-puerto espacial de Irak y el lugar de aterrizaje en el Líbano.
El hermano de Shem, Japhet gobierna para los Enlilitas desde las tierras altas de Asia Menor, los mares Negro y Caspio, así como las costas y las islas cercanas, mientras se recuperan de la inundación
Región 2
dominio del linaje de Enki: El Rey Anu ordena que Enki y sus descendientes gobiernen Egipto y África, a través de los descendientes del hijo de Ziusudra , Jam el Oscuro.
La línea de Ham gobierna Caanan, Cus, Mizraim, Cus, Nubia, Etiopía, Egipto y Libia, a partir de las tierras altas y difundiéndose por las tierras bajas recuperadas.
Región 3
dominio de Inanna: Inanna, dijo Anu, gobernaría el valle del Indo (para ser. asentado alrededor de 2800 AC) como una fuente de granos para las otras regiones
Región 4
dominio de Ninharsag: La cuarta región, Tilmun (Sinaí), declaró Anu, será regida directamente por Ninharsag y reservada exclusivamente para Nibiruanos y sus descendientes inmediatos. [6]
Luego, Anu y Antu volaron con Ninurta e Iškur al templo de Tiahuanacu y vieron las obras de metalurgia (estaño) que había construido Ninurta en el lago Titicaca.
Luego los llevaron de nuevo al puerto espacial por Ninurta, quien mostró con orgullo al Rey y a la Reina cómo sus hombres, mientras tanto, habían llenado la ‘Carroza’ Real con oro hasta el borde.
Ellos querían impresionar y mostrar que el proyecto minero de oro de América del Sur era un éxito.
Anu estaba impresionado, y él llamó a su nieto, Marduk, a los Andes a tener unas palabras con él. El Rey tenía mala conciencia por haber tratado injustamente a Marduk y favorecido a su hermano antes de a él.
Marduk y su hijo, Nabu, llegaron al puerto espacial y se pusieron ante el rey Anu. Marduk, triste, le dijo que Sarpanit, la híbrida, había muerto a causa de la edad. Anu luego indultó a Marduk y conmutó su exilio.
Entonces Anu dijo, para que todos pudieran oír:
“Si es el destino que la humanidad asuma el control y domine el mundo, dejemos que así sea.
Démosle el conocimiento y enseñémosle hasta cierta medida los secretos del cielo y de la Tierra, que aprendan acerca de las leyes y la justicia, y luego partan y se vayan.” [7]
NOTA: Es de destacar que el rey Anu está hablando de la ley y la justicia, cuando los propios Anunnaki habían roto constantemente todas las reglas en lo que parece ser casi un comportamiento infantil (pero asesino), que nosotros, como seres humanos, sin duda hemos heredado, lamentablemente.
Estamos hablando de otra especie alienígena, por supuesto, con otras leyes, normas y reglamentos que los de nosotros, los seres humanos, pero por ahora, sólo mantengan en mente lo que parecen ser sus leyes y reglas, y si esas son las que queremos obedecer nosotros en un futuro próximo.
Ya es bastante malo como es aquí en la Tierra.
Wes
Tan pronto como el Rey Anu y la Reina Antu dejaron la Tierra con su cohete lleno de oro, Marduk inició sus intrigas de nuevo.
Estaba furioso por el puerto espacial de América del Sur y culpó a Inanna por la muerte de su hermano, Dumuzi. Anu había encontrado gusto en Inanna e incluso la había elegido como su consorte, además de Antu. Como un “regalo” él le había dado su propia región en la India, así como Uruk.
En palabras simples, Marduk estaba celoso por el poder que el rey le había dado a ella.

Figura 10 Los Igigi (“ángeles” de la Biblia)
Nammur, el Enlil, llamó a la era presente la Era de Tauro (Taurus), [8] y comenzó a enseñar a los seres humanos a utilizar ladrillos para construir ciudades de barro, y los templos de los Nibiruanos reales y los ángeles (Igigi). [9]
Estos Reales recibieron rangos numéricos a partir de los cuales eran adorados por los seres humanos. Cuanto mayor es el número, más alta es la jerarquía, y más poder tenían.
Así, Nammur se aseguró que la humanidad aprendiera acerca de la jerarquía también, algo que ha detenido nuestra evolución muy sustancialmente con el tiempo.
Así es como era numerada la jerarquía:
Anu 60
Nammur (el Enlil) 50
Ninurta (hijo y sucesor de Nammur) 50
Ea (el Enki) 40
Nannar (hijo de Enlil) 30
Utu/Shamash (hijo de Nannar) 20
Inanna (hermana de Utu) 15
De cómo se les ocurrió esta jerarquía y por qué fue aceptada por los dioses/diosas de menor rango como Inanna y Marduk, está claro, pero no he visto ningún indicio de que este rango fuese protestado a través de las líneas.
8. Educando a la humanidad
Los dioses entonces construyeron las ciudades de Edin (Mesopotamia), y en cada ciudad ellos construyeron un templo en el que los seres humanos podrían adorar a sus dioses.
Ninurta consiguió Lagash, donde obtuvo hangares para sus aviones, y armaduras para sus misiles. Él puede muy bien haber sido uno de los dioses que enseñaron a la humanidad acerca de la guerra, siendo el ‘hijo guerrero’ de Enlil. Utu, que reconstruyó la ciudad de Sippar, les enseñó las leyes a los seres humanos, y a Nannar se le dio la ciudad de Urim.
Iškur regresó de los Andes a residir en un templo en las montañas al norte de Mesopotamia (Sumeria). Marduk y Nabu, su hijo, vinieron para quedarse con Ea en Eridu.
Como podemos ver, el clan de Ram de Enlil Ram estaba a cargo de la mayor parte de la Mesopotamia.
Inanna eligió al primer rey, Lugal. El Lugal representaba a los Señores de los Adapites allí (descendientes humanos de Ziusudra ). El clan Ram designó a Lugals, quien entonces gobernó la tierra entre los ríos durante 24.510 años.
Ellos cambiaron su Centro de administración de Kush a Uruk, luego, a Akad; todas áreas gobernadas por el Consejo Anunnaki.
9. La Torre de Babel
Los Igigi tenían grandes propiedades en el Líbano y Sumer, donde gobernaron en abundancia.
Las propiedades crecían a medida que continuaban el apareamiento con los seres humanos, y el número de crías aumentaron.
Marduk enseñó a estos híbridos a hacer ladrillos para Babilonia, que iba a ser su propio puerto espacial. Al contar con un puerto propio, él podía desafiar a Utu con su puerto espacial del Ram clan en el Sinaí.
Nammur vio lo que estaba sucediendo y pidió a Marduk que abandonara pacíficamente el proyecto, pero Marduk no escuchó y continuó la construcción de la torre de lanzamiento de Babilonia. [10]
Por 3,450 AC, Nammur dijo a sus lugartenientes que Marduk estaba construyendo una torre, una puerta de enlace no permitida al cielo, confiando a los terrícolas!
Ninurta enfatizó en que esto tenía que ser detenido, por lo que en la noche, asaltaron la zona y destruyeron la torre. Marduk tuvo que huir de nuevo, y terminó en la región de su padre, Ea (Ptah), el Nilo.
El clan Ram dispersó a los siervos de Marduk y les programó con diferentes lenguas y escrituras. [11]
Marduk, ahora en Egipto y haciéndose llamar Ra, no le gustaba que su hermano, Ningishzidda (Thot), residiera en la zona, y durante los siguientes 350 años, la tensión entre los dos aumentó y sus ejércitos se enfrentaron sobre Egipto. Con el tiempo, su padre, Ea/Ptah, ordenó a Thoth dejar Egipto a Ra.
Marduk Ra triunfó y reunió a Egipto bajo su mando. En realidad, Ea tuvo una mala conciencia y no se fue, por no ser capaz de dar a su hijo el Reino de Nibiru para gobernar, pero al menos ahora podía darle Egipto.
Ea/Ptah también dio a Marduk Ra los meš (los súper programas de ordenador) en un esfuerzo por hacer que Egipto prosperase. El le dio a Marduk Ra todo su conocimiento, excepto cómo revivir a los muertos. [11 bis]
10. Marduk Ra está reescribiendo la historia
Una de las primeras cosas que hizo Marduk fue reescribir la historia a su favor.
Se quitó inmediatamente la cabeza de la Esfinge, que anteriormente fue esculpida en la imagen de Ningishzidda, y lo reemplazó con Asar, hijo de Marduk; esta es la cabeza que vemos en la Esfinge de hoy.
Marduk Ra quería colocarse en la posición como el único y verdadero Dios, y por lo tanto, quería borrar todo el historial de todos los dioses anteriores a él. [12]
NOTA: tengo razones para creer que no sólo Marduk re-escribió la historia, pero él también usó tecnología BST, Tecnología Pizarra en Blanco, o algo similar, para borrar la memoria de la humanidad. Otra técnica, que es más drástica, pero bastante efectiva es desconectar nuestra mentes de los Registros Akáshicos.
Esto no es tan difícil de hacer si usted es consciente de que los Registros Akáshicos de la conciencia de las masas de la Tierra, desde donde halamos nuestra memoria colectiva de nuestro pasado, están situados en el astral alrededor de nuestro planeta.
Una manera de borrar nuestros recuerdos es distorsionar la conexión entre la mente humana y los registros Akáshicos. Un cambio de polos es muy probable que haga eso, si se hace artificial y científicamente, con este objetivo en mente. Esto no borraría los Registros Akáshicos, sólo nuestra conexión con ellos y por lo tanto, nuestros recuerdos de nuestro pasado colectivo.
Si esta conexión es manipulada y perdemos nuestra memoria colectiva, es como que despertáramos sin tener recuerdos de nuestro pasado. Estamos empezando de nuevo desde el día 1. El cuerpo/mente/espíritu trabajan como de costumbre y podemos pensar y actuar como siempre lo hemos hecho, sólo que sin sus recuerdos.
Si esto era lo que Marduk hizo, él tuvo éxito en borrar los recuerdos de las deidades anteriores.

Figura 11
Quetzalcóatl/Thoth/Ningishzidda, aquí representado en forma de reptil y humano,
algo que alimenta el fuego de que algunos de estos seres eran reptilianos.
Thoth/Ningishzidda, ahora exiliado, se trasladó hasta Mesoamérica con sus oficiales leales, y allí llegó a ser conocido como Quetzalcóatl, la “Serpiente Emplumada”. [13]
11. Inanna gobierna la región del Indo y Uruk en Sumeria
Nammur, que tenía miedo de que los humanos fueran tan poderosos como los dioses y aprendieran acerca de la inmortalidad, provocada por la Torre de Babel, continuó el ordenamiento de escribir nuevas lenguas en los códigos de los seres humanos.
Diferentes códigos en diferentes zonas del mundo para crear la separación en lugar de la unidad. Así que ordenó a Ea crear un nuevo lenguaje para Aratta, la civilización del valle del Indo de Inanna. Sin embargo, Ea se negó a darle los meš (entonces en posesión de Marduk) para hacer de Aratta la potencia mundial. Dijo que Inanna podría compartir con Aratta lo que ya había seducido de él anteriormente.
Enmerkar, el segundo gobernante de Uruk (un descendiente híbrido directo de Adapan, del hermano gemelo de Inanna, Utu), envió a su hijo, Banda, para entregar un mensaje diciendo que el Rey Arattan tenía que jurar sumisión a Uruk.
El rey Arattan prefirió un trueque. Quería el meš a cambio de piedras preciosas de Aratta. Si Enmerkar insistía en la guerra, él sugirió que eligieran un campeón de cada campamento para hacer el combate.
Banda volvió a entregar a su padre la respuesta del rey Arattan, pero se enfermó en su camino de vuelta y de repente murió, por lo que el mensaje de paz nunca llegó a Enmerkar.
Inanna, quien ahora gobernaba dos reinos, Aratta y Uruk, todavía no había dejado ir el recuerdo de Dumuzi, y ella lo echaba de menos. Era tan malo que Inanna comenzó a alucinar sobre él y se le empezó a dificultar diferenciar entre el mundo “real” y sus incontroladas emociones interiores.
Esto la hizo muy peligrosa, debido a la posición que tenía como Reina.
En Uruk, creó una ‘Casa de los placeres’ (equivalente a una ‘casa de prostitutas’ en términos de hoy). Inanna misma tomó amantes de allí y de otros lugares, fingiendo que eran Dumuzi, prometiéndoles una vida larga y otras cosas deseables.
Luego se iba a la cama con ellos en la noche, y cuando amanecía, ellos eran encontrados muertos en su cama (los orígenes de la historia de la “Viuda Negra”).
Utu, el hermano gemelo de Inanna, que conocía el secreto de cómo revivir a los muertos, logró traer a Banda de vuelta a la vida y lo trajo de vuelta a Inanna en Uruk.
Inanna, ahora en un mal estado mental, pensó Banda era Dumuzi, y exclamó:
“¡Este es un milagro! ¡Mi amado Dumuzi ha vuelto a la vida!”
12. Gilgamesh y el elixir de la inmortalidad
Banda entonces sucedió a su padre, Enmerkar, como el rey de Uruk. Banda se casó con la hija de Ninurta, Ninsun, quien dio a luz a Gilgamesh.

Figura 12 Gilgamesh
Gilgamesh estaba obsesionado con la inmortalidad y haría cualquier cosa para ser como los dioses y vivir durante millones de años.
Así que fue a Baalbek en el Líbano a suplicar a los astronautas la inmortalidad.
Él y su guardia-androide, Enkidu, buscaron la plataforma de lanzamiento en el Líbano, con la esperanza de que los dioses le darían la misma inmortalidad que ellos disfrutaban.

Figura 13 Gilgamesh y Enkidu luchan contra el toro
Desde la distancia, Inanna vio a Gilgamesh quitarse la ropa para tomar un baño, y ella lo deseó.
Ella se le acercó y trató de seducirlo. Cuando Gilgamesh se negó, Inanna se puso furioso y le echó el toro-androide a la plataforma de lanzamiento. Sin embargo, mientras Enkidu sostuvo al toro, Gilgamesh fue capaz de apuñalarlo hasta la muerte.
Aún determinado a encontrar la longevidad, Gilgamesh continuó su viaje y en un túnel en el Sinaí encontró a Ziusudra , que seguía vivo después de todos estos siglos después del Diluvio.
Ziusudra  entonces decidió dar Gilgamesh oro monoatómico, algo que él mismo había utilizado para mantenerse con vida durante tanto tiempo. Dijo que Ea y Nammur ahora le concedían a Gilgamesh este tratamiento especial también.
Feliz, Gilgamesh se fue, pero más tarde, alguien robó sus pertenencias, y Gilgamesh terminó muriendo como cualquier otro híbrido humano.
13. Marduk Ofreciendo la Inmortalidad a los faraones
Marduk, después de haber oído acerca de la búsqueda obsesiva de la inmortalidad, de Gilgamesh, comenzó a reflexionar sobre toda esta cuestión para ver si podía usarlo para su propio beneficio.
Él decidió que podía utilizarlo para establecer la lealtad entre sus gobernantes y sacerdotes. Por lo tanto, dijo a sus reyes egipcios que ellos partirían en su vida futura a Nibiru y disfrutarían de la inmortalidad junto con los dioses.
Este culto a la inmortalidad podría unir a los reyes de todo el Nilo y fortalecer la posición de Marduk contra Inanna.

Figura 14. Babilonia
Inanna, quien tenía muchas armas en la mano, ejércitos y estaba en posesión de polvo de oro para su propia “inmortalidad”, sostuvo su posición y fortaleza en Sumer durante 1,000 años.
Durante este tiempo, el homo sapiens sapiens fue estimulado a adorar a los Enlilitas, el Clan Ram.
En Egipto, por otra parte, Marduk introdujo una religión totalmente diferente. Enseñó a sus siervos humanos a adorar un solo Dios, y que “Dios” era nada menos que el propio Marduk Ra. Les dijo que no había otros dioses más que él mismo. Cuando su padre, Ea, se enteró de esto, estaba desconcertado, porque esto era totalmente desconocido antes.
Marduk, sin embargo, estaba movilizando a sus ejércitos una vez más para desafiar a Inanna y al clan de Enlil.
Tanto en las mentes de Marduk e Inanna, sólo había espacio para un gobernante del mundo, no dos!
14. Sargón, el rey guerrero acadio

Figura 15 El rey Sargón
Inanna, en un esfuerzo por derrotar a Marduk una vez por todas, decidió que quería un fuerte rey guerrero.
En 2,400 AC, ella eligió a su jardinero, Sargón, para dirigir sus ejércitos humanos y gobernar Sumer para ella. ¿Por qué
Sargón? Debido a que él tuvo el valor de violar a Inanna, su propia reina, y Inanna lo disfrutó. Estaba fascinada por su coraje para hacerlo, y su fuerza física. Incluso logró convencer a Nammur acerca de su elección del rey guerrero.
Inanna y Sargón gobernaron así desde Akkad (Agade), que ellos construyeron cerca de Babilonia.
En 2316 AC, Marduk y su hijo Nabu estaban en Egipto, y Sargón vio la oportunidad. Con su gran ejército, invadió la Babilonia de Marduk, y luego se retiró. Cuando Marduk y su hijo regresaron de Egipto fortificaron la ciudad para mantener a sus enemigos fuera.
Además, Marduk decidió construir su puerto espacial en Babilonia, el corazón de Edin.
Inanna puso furiosa, y ella y Sargón empezaron una gigantesca guerra contra Marduk. Lo que siguió fue la guerra más sangrienta de la historia de la Tierra, y ambos bandos utilizaron armas láser en cada uno de otros soldados humanos.
Finalmente, Sargón murió en la batalla. [14]
15. Los ejércitos de Inanna Avanzan
Después de que la intensa guerra se había calmado, Nergal, hermano de Marduk, visitó a Inanna en Uruk y se alió con ella, a pesar de que era un Enkiíta.
Por lo tanto, Nergal se convirtió en amante de Inanna, y juntos planearon cómo gobernar el mundo, derrotando primero a Marduk.

Figura 16 Marduk (izquierda) saluda a su hermano, Nergal, en Babilonia
Como parte del plan, Nergal dejó Uruk y él y sus hombres cabalgaron a Babilonia, donde Marduk saludó a su hermano.
Nergal dijo que si Marduk dejase Babilonia inmediatamente, y se iba a Sudáfrica, podía asegurar armas y sistemas informáticos que habían sido escondidos allí desde el diluvio. Marduk, que no tenía motivos para desconfiar de su hermano, actuó en ello y se fue.
Mientras Marduk estaba en Sudáfrica, Nergal irrumpió en la sala de control de Marduk y robó su “brillantez” (fuente de radiación de energía), el control del sistema de riego para toda Mesopotamia.
Ea no aprobaba esto y desterró a Nergal de vuelta a África, pero Nergal dejó una guarnición de hombres cerca de Babilonia, donde podrían ayudar a Inanna.
En 2291 AC, Inanna, Naram-Sin (el nieto de Sargón) y los ejércitos acadios capturaron el puerto espacial en el Líbano. A partir de ahí, conquistaron Jericó, que hasta entonces había estado bajo control de Nannar (el padre de Inanna).
Alentada por los éxitos anteriores, Inanna siguió adelante, se unió a los ejércitos con Nergal, y conquistó Egipto.
En sus esfuerzos para convertirse en la reina de la Tierra, Inanna, en 2255 AC, destruyó el templo de Anu y envió a Naram-Sin a Nippur para atacar a los secuaces de Nammur allí.
Nammur no dejó ir esto de manera no controlada por mucho tiempo. E ira, envió a su hijo Ninurta y a su ejército a detener Inanna. Él masacró a todos los humanos que pudo encontrar en Akkad y reconquistó Mesopotamia. Ordenó que mataran a Naram-Sin y arrestaran a Inanna y traerla ante él.
Inanna, sin embargo, se escapó y huyó a Nergal en Sudáfrica, y durante siete años él tramó cómo derrocar al Consejo Anunnaki.
16. El Enlil Visitado por Galzu en estado de sueño
Figura 17 Galzu
Galzu, el misterioso personaje, quien había conseguido que el gran Rey Anu se diera cuenta de que debía dejar que la humanidad gobernara la Tierra, demostró una vez más su presencia no física, esta vez a Enlil, en estado de sueño.
Por ahora, los Anunnaki le consideraban un representante del Creador, o Todo Lo Que Es, y tenían un profundo respeto por él.
Galzu le advirtió que cuando la Tierra se movió zodiacalmente de la Edad del Toro (Tauro) a la Edad del Carnero (Aries), Marduk gobernaría la Tierra.
Le dijo además al Enlil:
“un hombre justo y digno debe ser elegido, para que por medio de él y su simiente será preservado hombre civilizado!”
Nammur pensó mucho en esta visión, que guardó para sí mismo.
Él decidió enviar a Ibruum/Abraham, hijo del supremo sacerdote del rey Nannar, Tirhu (un híbrido con una gran cantidad de genes Anunnaki en él) en misiones para frustrar los movimientos de Marduk para posicionar sus fuerzas para capturar el puerto espacial en el Sinaí.
Tan pronto como Ibruum dejó Harran, Marduk se hizo presente y los próximos 24 años él estuvo pensando en la manera de hacerse cargo de la Tierra.

Figura 18 Mapa de Harran y alrededores
17. Los Anunnaki Tiran bombas nucleares sobre el Puerto Espacial del Sinaí Antes de dejar la tierra a Marduk
Los Anunnaki y los Nibiruanos Ša.AMi sabían que pronto tendrían suficiente oro para proteger la atmósfera de Nibiru, y todos ellos podrían volver a su planeta de origen.
Entonces podrían dejar al homo sapiens sapiens manejarse por su cuenta.
Al final de su estancia en la Tierra, los Anunnaki trataron de poner fin a todas sus viejas rencillas entre sí, tal vez para no acarrear estos conflictos de nuevo a Nibiru. Los seres humanos fueron utilizados como mano de obra esclava para desenterrar los últimos recursos de oro y metales preciosos y piedras necesarias, y les ayudaban con otras cosas, también.
Tenían ejércitos humanos peleando guerras y batallas entre los dioses para arreglar las cosas entre las facciones rivales. Y habían muchos partidos rivales!
Por un lado, estaban Nammur y Ninurta, que utilizaban ejércitos híbridos (humanos) y armas nibiruanas en Sumer para luchar contra Inanna cuando ella invadió la reserva Anunnaki en el área del Puerto Espacial.
Por otro lado, estaba Marduk Ra, que proclamaba su “derecho divino” de gobernar sobre la Tierra. El Consejo Nibiruano aún se negaba a dejar que Marduk volviera a Nibiru, porque tenían miedo de que tramaría un golpe de estado para apoderarse del reino.
Y en la Tierra, no sabían qué hacer con él tampoco.

Figura 19 Nabu
Así que se reunieron al Consejo Anunnaki para discutir el asunto.
Todos los miembros del consejo estaban en contra de Marduk y Nabu, y los veían como un problema importante en todos los campamentos. La mayoría de los Anunnaki en la Tierra estaban ansiosos por salir y volver a casa, pero antes de que lo hicieran, decidieron que si Marduk sería el gobernante de la Tierra, por lo menos deberían negarle el puerto espacial en el Sinaí.
Todos los altos Anunnaki, salvo Ea, estuvieron de acuerdo en utilizar armas nucleares para detener el avance de Nabu a través de Canaán, hacia el Puerto Espacial de Sinaí.
Antes de que el Consejo Anunnaki ejecutara sus órdenes, llamaron por radio al Rey Anu en Nibiru y le pidieron permiso de atacar nuclearmente el puerto espacial y los ejércitos humanos de Nabu. Increíblemente, ¡Anu dio su permiso!
Esto habla mucho sobre los Ša.AMi en el planeta de origen, y no sólo de los Anunnaki aquí abajo en la Tierra.
Una falta de compasión parece correr en la sangre de estos seres, al menos en los niveles reales, que es lo que cuenta para nosotros los seres humanos, porque son ellos los que toman las decisiones, las personas Ša.AMi. Embarcaciones aéreas fueron enviadas para llevar a los Igigi a casa.
En 2064 AC, Ninurta atacó el Sinaí. El primer misil impactó el Monte Mashu, donde se alojaba el equipo de control. Entonces, una bomba nuclear fue lanzada por encima del Lugar de los Cohetes Celestes, con un brillo de siete soles.
La tierra tembló y se derrumbó, los cielos se oscurecieron después del ataque, y todos los hermosos bosques fueron destruidos, dejando sólo tallos quemados. [15] [16]
Nergal, hijo de Ea, bombardeó las fuerzas de Marduk en Canaán.
Él atacó con armas nucleares Sodoma y Gomorra, y otras tres ciudades aliadas con Marduk. Estas bombas nucleares fueron lo que hizo que el mar muerto fuera muerto, y todavía no se ha recuperado en el siglo 21 de hoy.
Todavía hay radiactividad en la zona hoy en día, lo suficiente para inducir la esterilidad en los animales y las personas que absorben el agua allí. Los arqueólogos confirman la inundación, el abandono del área y la repentina mortandad de la vida en el año 2024 AC. La destrucción fue tremenda…
Y con eso, la mayoría de los Anunnaki abandonaron el planeta, tan destructivamente como la vez que llegaron.
Notas
[1] Sitchin, Z., 2002, “El Libro Perdido de Enki”, p. 238.
[2] Para obtener más información acerca de los dos clanes, ver, A.R. Bordon, 2007: “The LINK – Extraterrestres Cercanos a la Tierra en el espacio y el contacto en la tierra”.
[3] Sitchin, Zecharia: “La Escalera al Cielo”, pp 263-264.
[4] Sitchin, Zecharia: “El Libro Perdido de Enoc” , 2002.
[5] Los fundadores vienen a la mente. ¿Apareció un mensajero de los altos dioses creadores en la encarnación de Galzu para salvar a la Biblioteca Viviente y el experimento humano? Me pregunto. Vea el documento de Metafísica # 1: “El Primer Creador experimentándose a sí mismo” en la sección 2: “una jerarquía de Dioses Creadores”. Otra opción es que Galzu nunca existió, pero fue utilizada como justificación para su uso futuro, cuando los “dioses estén regresando”, por lo que podrán decir que Galzu les dijo que nos diera la Tierra a nosotros, cuando en realidad vienen a invadir. Las contemplaciones de Anu en el párrafo referido, de dejar solos a los terrícolas podrían fácilmente ser convincentes si no hubiera información adicional que contradice la decisión de Anu. Los Anunnaki nunca tuvieron ninguna intención de renunciar a sus bienes inmuebles y a los terrícolas. Creo firmemente que esta parte de Sitchin es desinformación por parte de los Anunnaki.
[6] Sitchin, Z., 1985, “La Guerra de los Dioses y los Hombres” , pp 129-135.; 2002, “El Libro Perdido de Enki”, pp 271-272.
[7] Sitchin, Z., 2002, “El Libro Perdido de Enki”, p. 275.
[8] Aquí es donde los Pleyadianos entran en escena de nuevo. En las canalizaciones de Marciniak, los Pleyadianos nos dicen que ellos son los “Toros” y que las Pléyades está en la constelación de Tauro. En contexto, es claro que los Pleyadianos asumen la responsabilidad por haber estado enseñando a la humanidad las mismas cosa que los Anunnaki nos estaban enseñando ahora. Los Pleyadianos admiten a que hubo una cooperación y correlación en algún lugar en la línea de tiempo entre los Anunnaki y los Pleyadianos, como también veremos cuando nos adentremos en los artículo de la Atlántida después. No estoy seguro de cuándo y cómo comenzó esta cooperación, pero hay más fuentes que indican que algunos de los Pleyadianos regresaron de su refugio al joven sistema estelar y comenzaron a trabajar junto con los Anunnaki. Suena como que este fue cuando el rey Anu dio la tarea a los aliados de las Pléyades de enseñar a la humanidad algunas cosas importantes para sobrevivir. Esta es también la parte de todo este drama de la que los Pleyadianos de Marciniak están más orgullosos, de cómo le enseñaron a la humanidad a cuidar de sí mismos. Sin embargo, parece que la verdadera razón por la que Anu quería enseñar a la humanidad era para que pudiéramos ser autosuficientes y sobrevivir mientras los Anunnaki estaban fuera del planeta, sólo para volver a aparecer en el siglo 21 AD. Anu aparentemente pensó que los Pleyadianos eran los más adecuados para esta tarea.
[9] Los Pleyadianos se están refiriendo a los Igigi como los ángeles de la Biblia en una de sus sesiones canalizadas [Barbara Marciniak canalizando a los pleyadianos, diciembre de 2010].
[10] Sitchin, Z., 1995, “Divine Encounters”, pp 110-115.;. 2002, “El Libro Perdido de Enki”, pp 281-282.
[11] Esto fue sin duda hecho una vez más manipulando nuevamente su ADN. Hoy en día, los científicos están empezando a comprender que el lenguaje es un programa dentro de nuestro ADN, y no es algo que a la humanidad se le ocurrió al azar. No es una orden para ello. Es por eso que cuando se aprende un par de idiomas, se hace mucho más fácil aprender otros, incluso si no son de la misma categoría de idioma y tienen poco en común. Los lingüistas expertos, que hablan una gran cantidad de idiomas, son conscientes de ello. [11a] Tal vez “reviviendo a los muertos” era, como sospecho y mencioné anteriormente, una tecnología utilizada para transferir el alma de un Anunnaki muerto a su/su cuerpo clonado, almacenado en otro lugar, muy probablemente en Nibiru.
[12] Sitchin, Z., 2002, “El Libro Perdido de Enki”, pp 284 -285. ; Robert Morning Sky, 1996, “Documentos Terra”.
[13] Sitchin, Z., 2002, “El Libro Perdido de Enki”, pp. 284 -285.
[14] Sargón nunca fue resucitado/revivido por Inanna o cualquier otro dios. Las antiguas tablillas sumerias aparentemente no nos dicen por qué algunos fueron revividos y otros no. Lo mismo ocurre con Dumuzi. Inanna pasó el resto de su existencia terrenal le luto, pero Dumuzi nunca fue revivido. ¿Por qué? Simplemente, no lo sabemos; su cuerpo podría haber estado demasiado demolido cuando lo encontraron. Sin embargo, queda la pregunta de por qué no resucitaron a ciertos humanos o dioses importantes, mientras que resucitaron a otros.
[15] Sitchin, Z., 2002, “El Libro Perdido de Enki”, p. 310.
[16] Sitchin [The Case of The Evil Wind] escribe que, a partir de 1999, los científicos encontraron evidencia de que la despoblación de Sumer coincidió con un cambio climático abrupto . DeMenocal, quien escribió el artículo en Science citado en soportes anteriores, utilizados como evidencia de los cambios bruscos en la vegetación de la zona, rocas llamadas tephera. Tephera son “piezas quemadas de roca ennegrecida similar a la grava” suele asociarse con los volcanes. Tepheras todavía cubren el Sinaí – que carece de volcanes. La tephera del Sinaí es el resultado de los bombardeos de Ninurta al puerto espacial. El atentado dejó una enorme cicatriz negra en la llanura del Sinaí (donde habían estado la pista y la plataforma de las lanzaderas) tan grande que sólo puede ser vista desde el satélite. Millones de rocas negras estalladas, al norte noreste de la cicatriz, en una zona donde se encontraron rocas de todos colores – ninguna negra – se ha encontrado

Inundaciones en China hace 4.200 años apuntan a que el legendario Gran Yu existió realmente

Portada - La gran inundación china de hace 4.200 años fue real, según afirman diversos geólogos. (Fotografía: La Gran Época/Jullia Alexander /EyeEm)

Muchas leyendas hablan de un gran diluvio y de colosales inundaciones en los orígenes de la actual civilización humana. Un grupo de geólogos y arqueólogos ha encontrado evidencias que avalan la historia del Gran Yu de China, quien habría logrado controlar el desastre al desviar las bloqueadas aguas del río Amarillo hacia el mar.

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El DILUVIO: ¿causado por 1 METEORITO?¿Se ha encontrado el ARCA en el MONTE ARARAT?

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Hacia el año 2400 a.C. se produce lo que bíblicamente se da en llamar El Diluvio Universal.

Sin embargo la civilización egipcia (que por entonces estaba construyendo sus pirámides) no consigna en sus escritos inundación alguna. Se baraja entonces la posibilidad que sólo sucediera sobre Sumeria, tierra llana entre dos ríos y proclive a sufrir grandes desbordes.

La comunidad científica nunca pudo explicar con cierta unidad de criterio la causa del diluvio. Que existió, ya nadie lo duda. Por si alguna prueba faltaba, se ha encontrado una tablilla (del siglo VII antes de Cristo) que habla de un diluvio que aniquila la vida en la tierra. Las teorías del advenimiento del diluvio son: intrusión del planeta Venus en nuestra órbita con el consiguiente caos del planeta; paso de la Tierra por la cola de un cometa o colisión frontal con la cabeza del cometa; desplazamiento del eje polar y/o cambio de la rotación terrestre. Sin embargo, otra corriente de pensamiento genera adeptos.

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¿Tuvo el Arca de Noé forma piramidal? Los Rollos del Mar Muerto revelan nuevos secretos

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El techo del Arca de Noé era puntiagudo, el ‘ptil’ que Judá le dio a Tamar en el libro del Génesis era un cinturón, y los residentes de Qumrán creían que el dinero podía comprar amnistía por los pecados cometidos. Las anteriores conclusiones provienen de una renovada lectura de los Rollos del Mar Muerto, gracias a un proyecto que los ha escaneado con sofisticada tecnología revelando letras y palabras previamente ilegibles.
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Por más de 4 años, expertos en un laboratorio construido en el Museo de Israel han trabajado en un ambicioso proyecto cuyo objetivo es escanear los miles de fragmentos de los rollos y convertirlos en una biblioteca digital.
Los fragmentos fueron fotografiados 28 veces con una cámara especial y con luces de diferentes frecuencias. En varios casos esta técnica logró revelar letras y palabras borradas o ilegibles en fragmentos deteriorados o quemados de los rollos.
Al proyecto de investigación se unieron especialistas en lengua antigua de la Academia de la Lengua Hebrea, institución que recientemente ha dado a conocer algunas de las palabras reveladas hasta el momento, reporta el sitio Haaretz.
Uno de los investigadores, el doctor Alexey Yuditsky, trabajó en un grupo de los rollos que contiene la interpretación que los habitantes de Qumrán hicieron del libro del Génesis, especialmente del relato de la construcción del Arca de Noé. El investigador logró descubrir en uno de los fragmentos junto a las palabras «altura del arca» una palabra adicional: ne’esefet, que significa ‘recogida’. Según Yuditsky, este texto se interpreta como una forma piramidal del Arca de Noé en la que sus soportes se cerraban (o recogían) en la parte superior, es decir, la parte inferior del arca era muy ancha y su parte superior estrecha y puntiaguda.
El investigador también apoya su interpretación del texto revelado en una traducción bíblica griega del siglo III a.C. y en textos del Talmud en los que se afirma que la estructura del arca se unía en el techo.
Rollo que habla sobre el Día del Juicio Final ANTES de ser escaneado.
Rollo que habla del Día del Juicio Final antes de ser escaneado
Junto a sus colegas Esther Haber y Chanan Ariel, Yuditsky también hizo una lectura con las nuevas palabras encontradas en uno de los rollos que trata el Día del Juicio Final. Allí se describe a un mítico héroe llamado Melchizedek que rescata a los «cautivos» de un villano conocido como Belial.
Los investigadores afirman que en el antiguo escrito se habla del perdón de los pecados de los cautivos por causa de la shmita (‘año sabático’), al igual que lo eran las deudas monetarias en esa época.
Los expertos aseguran que el autor del rollo creía en la posibilidad de intercambiar un pecado por una deuda monetaria; empero, esta no es una doctrina judía pero si es conocida en la historia del cristianismo. La pregunta que surge es si esta doctrina de pago de indulgencias del cristianismo antiguo surgió en Qumrán o si era una idea generalizada entre los judíos de la época del Segundo Templo y luego la adoptaron los cristianos.
Rollo que habla sobre el Día del Juicio Final DESPUÉS de ser escaneado.
             Rollo que habla del Día del Juicio Final despuésde ser escaneado
Otro misterio fue resuelto gracias al estudio de dos fragmentos del libro del Génesis que le dio significado a una palabra ambigua. En el capítulo 38 del Génesis donde se narra la historia de Judá y su nuera Tamar, quien se disfrazó de prostituta buscando quedar embarazada de él, Judá le prometió como pago un cabrito y le dejó tres objetos en garantía. Aunque en español se tradujo que Judá dejó «su sello, cordón y báculo», la palabra original en hebreo para cordón es ptil, la cual por generaciones se interpretó en este texto como ‘capa’, ‘velo’, ‘cadena’, etc.
Y aunque en los textos bíblicos la palabra ptil se usa 10 veces, se desconocía su significado exacto en el contexto de la historia de Judá y Tamar. Sin embargo, luego de unir los dos fragmentos de los rollos se pudo leer con total claridad «ptil que usaba de cinturón». Ya que los Rollos del Mar Muerto son los textos bíblicos más antiguos que se han hallado, pertenecientes al siglo I d.C., el misterio fue resuelto de manera fehaciente.
Este fascinante trabajo de investigación de la Autoridad de Antigüedades de Israel aún no ha terminado ya que aún queda el 20% de los rollos por ser analizados.

Qué Causó Aquel Diluvio, Cuyas Furiosas Aguas Barrieron la Tierra?

-http://oldcivilizations.wordpress.com/

Algunos lo explican en términos de las inundaciones anuales de la llanura Tigris-Eufrates. Conjeturan que una de tales inundaciones pudo ser especialmente severa.
 Campos y ciudades, hombres y animales fueron barridos por la crecida de las aguas, y los pueblos primitivos, viendo el acontecimiento como un castigo de los dioses, propagaron la leyenda delDiluvio.Sir Leonard Woolley (Londres, 1880 – 1960) fue un arqueólogo británico, conocido por sus excavaciones en la antigua ciudad sumeria de Ur (en el actual Irak) y por haber encontrado evidencia geológica del diluvio de Gilgamesh. Se le considera el primer arqueólogo moderno, y fue nombrado caballero en 1935 por sus contribuciones a la disciplina. Graduado de la Universidad de Oxford, tras trabajar tres años en el Museo Ashmolean de la misma ciudad, viajó al actual Sudán para participar en 1907 y 1911 en la expedición arqueológica británica en el yacimiento egipcio de Wadi Halfa.
En 1912 dirigió junto a T.E. Lawrence (conocido como Lawrence de Arabia) las excavaciones de la ciudad hitita de Karkemish, en la Siria septentrional, donde permaneció dos años y cuyos hallazgos publicó entre 1921 y 1953. Posteriormente pasó a Egipto para dirigir la excavación de Tell el-Amarna, la ciudad sagrada del faraón Akhenatón.
Entre 1922 y 1934 dirigió las excavaciones en la antigua ciudad sumeria de Ur, patrocinados por el Museo Británico y la Universidad de Pennsylvania cuyos descubrimientos, entre los que destaca el cementerio real datado hacia el 2700 a. C. constituyen uno de los hitos más relevantes de la arqueología del siglo XX. 
Por otro lado la minuciosidad con que se llevó a cabo el alumbramiento de los restos y su posterior estudio permitió a los historiadores reconstruir la sociedad cortesana sumeria desde sus inicios protohistóricos en el IV milenio a.C. hasta su época final de habitación, en el Siglo IV a. C.
El riquísimo ajuar funerario encontrado en los enterramientos reales, entre cuyas piezas destaca el estandarte real de Ur, reveló la existencia de un arte suntuario de gran exquisitez y elaboración técnica, así como la práctica del enterramiento sacrificial del rey con su cohorte de servidores. El descubrimiento de la evidencia geológica de una gran inundación que habría arrasado la cuenca mesopotámica en época protohistórica revolucionó las interpretaciones sobre el mito del diluvio de las tradiciones literarias sumeria y semita. En 1936, tras sus descubrimientos en Ur, Woolley estaba interesando en encontrar vínculos entre la antigua civilización egea y la mesopotámica, lo que lo llevo al antiguo puerto sirio de Al Mina y al vecino Tell Atchana donde excavó entre 1937 y 1939 y nuevamente entre 1946 y 1949.
En uno de sus libros, Excavations at Ur, Sir Leonard Woolley relata que, en 1929, cuando los trabajos en el Cementerio Real de Ur estaban tocando a su fin, los trabajadores hicieron un pequeño pozo en un montículo cercano, cavando a través de una masa de cerámica rota y de cascotes de ladrillo. Casi un metro más abajo, llegaron a un nivel de barro endurecido, algo que, habitualmente, marca el punto donde una civilización ha comenzado. Pero, ¿es que milenios de vida urbana sólo habían dejado un metro de estratos arqueológicos? Sir Leonard les pidió a los trabajadores que cavaran todavía más. Entonces profundizaron otro metro y, luego, metro y medio más.
Seguían sacando «suelo virgen» -barro sin rastros de habitación humana. Pero, después de cavar a través de casi tres metros y medio de cieno y barro seco, los trabajadores llegaron a un estrato en el que empezaron ya a encontrarse trozos de cerámica verde e instrumentos de sílex. ¡Una civilización más antigua había sido enterrada bajo tres metros y medio de bario! Sir Leonard se metió en el hoyo de un salto y examinó la excavación. Llamó a sus ayudantes, en busca de opiniones. Nadie tenía una teoría plausible. Después, la esposa de Sir Leonard dijo casi por casualidad: «¡Pero, si está claro, es el Diluvio!».
Sin embargo, otras delegaciones arqueológicas en Mesopotamia dudaron de esta maravillosa intuición. El estrato de barro donde no había rastros de habitación indicaba, efectivamente, una inundación. Pero, mientras los depósitos de Ur y al-’Ubaid sugerían la inundación entre el 3500 y el 4000 a.C, un depósito similar descubierto posteriormente en Kis se estimó que se había formado en los alrededores del 2800 a.C. La misma fecha (2800 a.C.) se estimó para unos estratos de barro encontrados en Erek y en Shuruppak, la ciudad del Noé sumerio.
En Nínive, los excavadores encontraron, a una profundidad de 18 metros, nada menos que trece estratos alternos de barro y arena ribereña, datados entre el 4000 y el 3000 a.C. Por tanto, la mayoría de los estudiosos creen que lo que Woolley encontró fueron los rastros de varias inundaciones locales, algo frecuente en Mesopotamia, donde las ocasionales lluvias torrenciales y las crecidas de los dos grandes ríos y sus frecuentes cambios de curso causan tales estragos. En cuanto a los diferentes estratos de barro, los expertos han llegado a la conclusión de que no pertenecen a una gran calamidad, como debió ser el monumental acontecimiento prehistórico que conocemos como el Diluvio.
El Antiguo Testamento es una obra maestra de brevedad y precisión. Las palabras siempre están muy bien elegidas para expresar los significados precisos; los versículos, relevantes; su orden, intencionado; su longitud, la necesaria. La totalidad de la historia de la Creación hasta la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén se cuenta en 80 versículos. La relación completa de Adán y su linaje, aun con el relato diferenciado de Caín y su linaje, y Set, Enós y su linaje, se trata en 58 versículos. Pero el relato de la Gran Inundación mereció nada menos que 87 versículos. Era, bajo cualquier criterio editorial, la «historia principal». No era un mero acontecimiento local, fue una catástrofe que afectó a toda la Tierra, a toda la Humanidad. Los textos mesopotámicos afirman con claridad que «los cuatro rincones de la Tierra» se vieron afectados. Como tal, fue un punto crucial en la prehistoria de Mesopotamia. Estaban los acontecimientos, las ciudades y la gente deantes del Diluvio, y los acontecimientos, las ciudades y la gente de después del Diluvio. Estaban todos los hechos de los dioses y el Reino que habían hecho descender del Cielo antes de la Gran Inundación, y el curso de los acontecimientos humanos y divinos cuando el Reino fue bajado de nuevo a la Tierra después de la Gran Inundación. Era la gran divisoria del tiempo.
No sólo las largas listas de reyes, sino también los textos relativos a reyes individuales y a su ascendencia hacían mención al Diluvio. En uno, por ejemplo, perteneciente a Ur-Ninurta, se recordaba el Diluvio como un acontecimiento remoto en el tiempo: “En aquel día, en aquel remoto día, en aquella noche, en aquella remota noche, en aquel año, en aquel remoto año cuando el Diluvio tuvo lugar”. El rey asirio Assurbanipal, un mecenas de las ciencias que amasó una inmensa biblioteca de tablillas de arcilla en Nínive, declaró en una de sus inscripciones conmemorativas que él había encontrado y había sido capaz de leer «inscripciones en piedra de antes del Diluvio».
En un texto acadio, en el que se habla de los nombres y su origen, se explica que hay una lista de nombres «de reyes de después del Diluvio». Un rey era ensalzado por ser «de simiente preservada desde antes del Diluvio». Y diversos textos científicos citan como fuente «los sabios de antaño, de antes del Diluvio». No, el Diluvio no fue un acontecimiento local o una inundación periódica. Fue, según todos los relatos, un acontecimiento de una magnitud sin precedentes que sacudió la Tierra, una catástrofe que ni el Hombre ni los dioses habían experimentado hasta entonces, ni han experimentado después.
Zecharia Sitchin fue un investigador y escritor de origen ruso. Es un autor de libros populares que promueven la teoría del astronauta antiguo y el supuesto origen extraterrestre de la humanidad. Atribuye la creación de la cultura sumeria a los Annunaki (o Nefilim), provenientes de un hipotético planeta llamado Nibiru, en el sistema solar. En su serie CRÓNICAS DE LA TIERRA se basa en premisas tales como: que la mitología no es una extravagancia, sino la depositaria de recuerdos ancestrales; que la Biblia debe leerse literalmente como un documento histórico-científico; y que las antiguas civilizaciones (mucho más antiguas y esplendorosas de lo que suele creerse) fueron el producto del conocimiento que trajeron a la Tierra los Anunnaki, es decir, «los que descendieron del Cielo a la Tierra».
Este artículo está basado en algunas de sus obras. El término Anunnaki es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Anunna (los “cincuenta grandes dioses”) y los Igigi (dioses menores). Igualmente en algunos grupos de ufólogos, este es el nombre que reciben supuestos extraterrestres, de los cuales ellos postulan que se habrían basado los mitos, debido a que habría existido una hipotética Intervención extraterrestre en la antigüedad. El nombre se escribe variablemente “Da-nuna”, “Da-nuna-ke4-ne”, o “Da-nun-na”, significando más o menos “los de la sangre real”, mientras otros grupos postulan que significa (Anu=los que, na=venían del, Ki=cielo), descrito como la quinta generación de dioses en la epopeya babilónica de la creación celestial, el Enuma Elish.
Según un mito babilónico más reciente, los Anunnaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era considerado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hermanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista.
Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado. Los Anunnaki, por su parte, eran los compañeros altísimos (Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki (Ea para los Akadios), Namru, Namtillaku y Tutu. La reinvención del término los Annunakis surgió en 1964 con el libro del asiriólogo Adolph Leo Oppenheim “Mesopotamia antigua: Retrato de una civilización muerta” , quien popularizó este concepto.
Pero los textos bíblicos y mesopotámicos dejan unos cuantos misterios por resolver. ¿Qué terrible experiencia sufrió la Humanidad, que hizo que a Noé se le llamará «Respiro», con la esperanza de que su nacimiento señalara el fin de las penurias? ¿Cuál era el «secreto» que los dioses juraron guardar, y del que se acusó a Enki de haberlo desvelado? ¿Por qué el lanzamiento de un vehículo espacial desde Sippar fue la señal para que Utnapistim entrara y sellara el arca? ¿Dónde estuvieron los dioses mientras las aguas cubrían hasta la más alta de las montañas? ¿Y por qué valoraron tanto el sacrificio de carne asada que hizo Noé/Utnapistim?
A medida que vayamos descubriendo las respuestas a éstas y otras preguntas, veremos que el Diluvio no fue un castigo premeditado, producido por los dioses por voluntad propia.
Descubriremos que, aunque el Diluvio fue un acontecimiento previsible, también fue inevitable, una calamidad natural en la cual los dioses no representaron un papel activo, sino pasivo.
También mostraremos que el secreto que los dioses juraron no revelar era una conspiración contra la Humanidad, consistente en reservarse la información que tenían respecto a la próxima avalancha de agua, de modo que, mientras los nefilim se salvaban, la Humanidad pereciera.
Gran parte de los conocimientos que tenemos ahora sobre el Diluvio y los acontecimientos que lo precedieron provienen del texto «Cuando los dioses». En él, el héroe del Diluvio se llama Atra-Hasis. En el fragmento sobre el Diluvio que hay en «La Epopeya de Gilgamesh», Enki llama a Utnapistim «extremadamente sabio», que es lo que, en acadio, significa atra-hasis. Los expertos tenían la teoría de que los textos en los que Atra-Hasis es el héroe podían formar parte de una historia anterior del Diluvio, concretamente sumeria. Con el tiempo, se descubrieron las suficientes tablillas babilonias, asirías, cananeas e, incluso, sumerias originales como para permitir un importante reensamblaje de la epopeya de Atra-Hasis, un trabajo maestro cuyos principales artífices fueron W. G. Lambert y A. R. Millard (Atra-Hasis: The Babylonian Story of the Flood). Tras describir el duro trabajo de los anunnaki, su motín y la subsiguiente creación del Trabajador Primitivo, la epopeya relata cómo comenzó el Hombre a procrear y a multiplicarse (cosa que también sabemos por la versión bíblica). Con el tiempo, la Humanidad empezó a disgustar a Enlil: “La tierra se extendía, la gente se multiplicaba; en la tierra, como toros salvajes yacían. El dios se molestó con sus uniones; el dios Enlil oía sus declaraciones, y dijo a los grandes dioses:«Las declaraciones de la Humanidad se han hecho agobiantes; sus uniones no me dejan dormir»”.
Entonces, Enlil -una vez más, en el papel de perseguidor de la Humanidad- ordenó un castigo. Ahora, uno esperaría leer algo sobre la llegada del Diluvio, pero no. Sorprendentemente, Enlil no llegaba siquiera a mencionar un Diluvio ni ninguna ordalía acuática similar. En vez de esto, pidió que se diezmara a la Humanidad con la peste y otras enfermedades. Las versiones acadia y asiria de la epopeya hablan de los «dolores, mareos, resfriados, fiebre», así como de las «enfermedades, plagas y peste» que afligieron a la Humanidad y a su ganado después de la petición de Enlil de un castigo.
Pero los planes de Enlil no funcionaron. Resultó que «el que era extremadamente sabio» -Atra-Hasis-era alguien especialmente cercano al dios Enki. Contando su propia historia en algunas de las versiones, dice: «Yo soy Atra-Hasis; vivía en el templo de Ea, mi señor». Con «su mente atenta a su Señor Enki», Atra-Hasis apeló a él para que desmontara el plan de su hermano Enlil: «Ea, Oh Señor, la Humanidad gime; la furia de los dioses consume la tierra. ¡Y, sin embargo, tú eres el que nos ha creado! ¡Que cesen los dolores, los mareos, los resfriados, la fiebre!». Hasta que no se encontraron más tablillas rotas, no supimos cuál había sido el consejo de Enki. Éste dijo algo de «…que aparezca en la tierra». Fuera lo que fuera, funcionó. Poco después, Enlil se quejó amargamente a los dioses de que «la población no ha disminuido; ¡son más numerosos que antes!».
Entonces, se puso a esbozar el exterminio de la Humanidad a través del hambre. «¡Que se le corten los suministros a la gente; que sus vientres carezcan de frutas y vegetales!» La hambruna tenía que acaecer a través de las fuerzas de la naturaleza, por escasez de lluvia y falta de irrigación: “Que las lluvias del dios de la lluvia se retengan arriba; abajo, que las aguas no salgan de sus fuentes. Que el viento sople y reseque el suelo; que las nubes se espesen, pero que retengan su aguacero”. Incluso las fuentes de alimentación marinas tenían que desaparecer. A Enki se le ordenó que «pasara el cerrojo y atrancara el mar», y que «guardara» sus alimentos lejos de la gente: “La sequía no tardó en difundir la devastación. Desde arriba, el calor no era…Abajo, las aguas no surgían de sus fuentes. La matriz de la Tierra no daba frutos; la vegetación no crecía…
Los negros campos se hicieron blancos; la amplia llanura se asfixió con sal”. La hambruna resultante causó estragos entre la gente, y la situación fue empeorando con el paso del tiempo. Los textos mesopotámi-cos hablan de una devastación creciente a lo largo de seis sha-at-tam’s -un término que algunos traducen como «años», pero que literalmente significa «pasos»-, y, como la versión asiria aclara, «un año de Anu»: “Durante un sha-at-tam ellos comieron la hierba de la tierra. Durante el segundo sha-at-tam sufrieron la venganza. El tercer sha-at-tam llegó; sus rasgos se vieron alterados por el hambre, sus rostros estaban incrustados… estaban viviendo al borde de la muerte. Cuando el cuarto sha-at-tam llegó, sus rostros parecían verdes; caminaban encorvados por las calles; su ancho [¿hombros?] se hizo estrecho”.
Para el quinto «paso», la vida humana comenzó a deteriorarse. Las madres cerraban las puertas a sus propias hijas hambrientas. Las hijas espiaban a sus madres para ver si ocultaban comida. Para el sexto «paso», había un canibalismo desenfrenado: “Cuando el sexto sha-at-tam llegó se preparaban a la hija para la comida; al hijo se preparaban como alimento. Una casa devoraba a la otra”. Los textos hablan de la insistente intercesión de Atra-Hasis ante su dios Enki. «En la casa de su dios… puso el pie;… todos los días lloraba, trayendo oblaciones por la mañana… invocaba el nombre de su dios», buscando la ayuda de Enki para detener la hambruna. Sin embargo, Enki debía sentirse ligado a la decisión de las otras deidades, pues, en un primer momento, no respondió.
Es bastante posible que, incluso, se ocultara de su fiel adorador, que dejara el templo y saliera a navegar por sus amados pantanos. «Cuando el pueblo estaba viviendo al filo de la muerte», Atra-Hasis «puso su lecho de cara al río». Pero no hubo respuesta. La visión de una Humanidad hambrienta y desintegrada, de padres que se comían a sus propios hijos, trajo finalmente lo inevitable: otro enfrentamiento entre Enki y Enlil.
En el séptimo «paso», cuando los hombres y las mujeres que quedaban eran «como fantasmas de los muertos», recibieron un mensaje de Enki. «Haced un gran ruido en la tierra», dijo. Enviad heraldos que ordenen a toda la gente: «No veneréis a vuestros dioses, no recéis a vuestras diosas». ¡Que haya desobediencia total!
Bajo la tapadera de este alboroto, Enki planeaba una acción más concreta. Los textos, bastante fragmentados en este punto, desvelan que Enki convocó una asamblea secreta de «ancianos» en su templo. «Ellos entraron… tomaron consejo en la Casa de Enki». En primer lugar, Enki se exoneró contándoles lo mucho que se había opuesto a los actos de los demás dioses. Después, esbozó un plan de acción que, de algún modo, tenía que ver con su mando sobre los mares y el Mundo Inferior. Podemos recoger los detalles clandestinos del plan a partir de unos versículos fragmentarios: «Por la noche… después de que él…» alguien tenía que estar «a la orilla del río» a determinada hora, quizás para esperar el regreso de Enki desde el Mundo Inferior. De allí, Enki «trajo a los guerreros del agua» -quizás también algunos de los terrestres que eran Trabajadores Primitivos en las minas. En el momento acordado, se cursaron las órdenes: «¡Vamos!… la orden…».
A pesar de todas las líneas que se han perdido, podemos suponer lo que sucedió a partir de la reacción de Enlil. «Estaba lleno de ira». Convocó la Asamblea de Dioses y envió a su alguacil para que trajera a Enki. Después, se levantó y acusó a su hermano de romper los planes de vigilancia y contención: “Todos nosotros, Grandes Anunnaki, llegamos juntos a una decisión… Ordené que, en el Pájaro del Cielo, Adad vigilaría las regiones superiores; que Sin y Nergal vigilarían las regiones medias de la Tierra; que el cerrojo, la barrera del mar, tú [Enki] vigilarías con tus cohetes. ¡Pero tú has dejado pasar provisiones para la gente!”. Enlil acusó a su hermano de romper el «cerrojo del mar». Pero Enki negó que aquello hubiera ocurrido con su consentimiento: “El cerrojo, la barrera del mar, guardé con mis cohetes. [Pero] cuando… escapó de mí… una miríada de pescado… desapareció; ellos rompieron el cerrojo… ellos mataron a los guardianes del mar”.
Enki afirmó que había capturado a los culpables y que los había castigado, pero Enlil no se dio por satisfecho. Pidió que Enki «dejara de alimentar a su gente», que ya no suministrara «raciones de cereales con las que la gente rebosa de salud». La reacción de Enki fue asombrosa: “El dios se hartó de la sesión; en la Asamblea de los Dioses, la risa le venció”. Podemos imaginarnos el pandemónium que se organizó. Enlil estaba furioso. Hubo acalorados intercambios con Enki y gritos. «¡No deja de calumniar!» Cuando la Asamblea recuperó por fin el orden, Enlil recuperó la palabra de nuevo. Les recordó a sus colegas y subordinados que había sido una decisión unánime.
Hizo un repaso de los acontecimientos que habían llevado a la creación del Trabajador Primitivo, y recordó las muchas veces que Enki había «roto la norma». Pero, dijo, aún había una posibilidad para condenar a la Humanidad. Una «inundación exterminadora» estaba al caer. La catástrofe que se avecinaba debía mantenerse en secreto, a resguardo del pueblo. Pidió a los miembros de la Asamblea que se comprometieran a guardar el secreto y, lo que es más importante, que «el príncipe Enki se comprometa con un juramento»: “Enlil abrió la boca para hablar y se dirigió a la Asamblea de todos los dioses: «¡Vamos, todos, y prestemos juramento sobre la Inundación Exterminadora!». Anu juró primero; Enlil juró; sus hijos juraron con él”. Al principio, Enki se negó a prestar juramento. «¿Por qué me quieres comprometer con un juramento?», preguntó. «¿Acaso voy a levantar mis manos contra mis propios humanos?» Pero, al final, fue obligado a pronunciar el juramento. Uno de los textos dice, específicamente, «Anu, Enlil, Enki y Ninhursag, los dioses del Cielo y la Tierra, han prestado juramento». La suerte estaba echada.
¿Cuál fue el juramento al que se comprometió Enki? Tal como decidió interpretarlo, Enki juró que no revelaría al pueblo el secreto del Diluvio que se avecinaba; pero, ¿acaso no podía contárselo a una pared? Hizo que Atra-Hasis fuera al templo, e hizo que se pusiera detrás de un biombo. Después, Enki fingió que hablaba con el biombo, no con su devoto terrestre. «Biombo de junco», dijo: «Presta atención a mis instrucciones. En todos los lugares habitados, sobre las ciudades, una tormenta asolará. Ésa será la destrucción de la simiente de la Humanidad… Éste es el último fallo, la palabra de la Asamblea de los dioses, la palabra dicha por Anu, Enlil y Ninhursag». (Este subterfugio explica el argumento que expondría Enki más tarde, cuando se descubrió que Noé/Utnapistim había sobrevivido, al decir que él no había roto su juramento -al decir que aquel terrestre «extremadamente sabio», (atra-hasis), había descubierto el secreto del Diluvio por sí mismo, a través de la correcta interpretación de los signos.)
Existen sellos en los que se ve a un asistente sosteniendo el biombo mientras Ea -como Dios Serpiente- revela el secreto a Atra-Hasis. El consejo que le dio Enki a su fiel sirviente fue que construyera una nave, pero éste le dijo: «Yo nunca he construido un barco… hazme un plano en el suelo para que pueda verlo», y entonces Enki le dio las instrucciones precisas sobre las medidas que debía tener y sobre su construcción. Acostumbrados a las historias bíblicas, nos imaginamos el «arca» como un barco muy grande, con cubiertas y superestructuras. Pero el término bíblico teba proviene de la raíz «hundido», por lo que hay que llegar a la conclusión de que Enki le dio instrucciones a su Noe para que construyera un barco sumergible, un submarino.
El texto acadio dice que Enki hablaba de un barco «techado por encima y por debajo», herméticamente sellado con «brea dura». No tenían que haber cubiertas ni aberturas, «de modo que el sol no viera el interior». Tenía que ser un barco «como un barco del Apsu», un Sulili; y éste es el término que se utiliza en la actualidad, en hebreo, Soleleth, para identificar un submarino. «Que el barco», dijo Enki, «sea un MA.GUR.GUR» -«un barco que pueda darse la vuelta y caer». Lo cierto es que sólo un barco así podía haber sobrevivido a una avalancha de aguas tan arrolladora. La versión de Atra-Hasis, al igual que las demás, reitera que, aunque la calamidad estaba a siete días vista, la gente no era consciente de lo que se avecinaba. Atra-Hasis utilizó la excusa de que la «nave del Apsu» que estaba construyendo le iba a permitir ir a la morada de Enki, evitando así la ira de Enlil.
Y la excusa fue aceptada sin más, pues las cosas estaban realmente mal. El padre de Noé había tenido la esperanza de que su nacimiento señalara el fin del largo tiempo de sufrimiento que habían padecido. El problema del pueblo era la sequía -la ausencia de lluvia, la escasez de agua. ¿Quién, en su sano juicio, habría pensado que estaba a punto de perecer en una avalancha de agua? No obstante, aunque los seres humanos no podían leer las señales, los nefilim sí que podían. Para ellos, el Diluvio no era un acontecimiento repentino; aunque era inevitable, ellos detectaron su llegada. El plan de los dioses para destruir a la Humanidad ya no descansaba en un papel activo, sino pasivo. Ellos no provocaron el Diluvio; ellos, simplemente, se confabularon para que los terrestres no se enteraran de su llegada. Sin embargo, conscientes de la inminente calamidad y de su impacto global, los nefilim tomaron las medidas oportunas para poner a salvo sus pellejos.
Estando la Tierra a punto de ser engullida por las aguas, no tenían más que una dirección de salida: hacia el cielo. Cuando la tormenta que precedió al Diluvio comenzó a rugir, los nefilim se subieron a su lanzadera y permanecieron en órbita terrestre hasta que las aguas comenzaron a descender. El día del Diluvio, como mostraremos ahora, fue el día en que los dioses huyeron de la Tierra. La señal que tenía que esperar Utnapistim para reunirse con los demás en el arca y sellarla era ésta: “Cuando Shamash, que da la orden del temblor al anochecer, haga caer una lluvia de erupciones- ¡sube a bordo del barco y atranca la entrada!”. Como sabemos, Shamash tenía a su cargo el aeropuerto espacial de Sippar.
No nos cabe la menor duda de que Enki dio instrucciones a Utnapistim para que vigilara la primera señal de lanzamientos espaciales en Sippar. Shuruppak, que es donde vivía Utnapistim, estaba sólo a 18 beru (unos 180 kilómetros) al sur de Sippar. Dado que los lanzamientos debían tener lugar al anochecer, no habría problemas para ver la «lluvia de erupciones» que harían «caer» las naves espaciales. Aunque los nefilim estaban preparados para el Diluvio, su llegada fue una experiencia aterradora. «El ruido del Diluvio… hizo temblar a los dioses». Pero, cuando llegó el momento de dejar la Tierra, los dioses, «dando la vuelta, ascendieron a los cielos de Anu». La versión asiría de Atra-Hasis dice que los dioses utilizaron el rukub ilani («carro de los dioses») para escapar de la Tierra. «Los Anunnaki elevaron» sus naves espaciales, como antorchas, «iluminando la tierra con su resplandor».
En órbita alrededor de la Tierra, los nefilim vieron una escena de la destrucción que les afectó profundamente. Los textos del Gilgamesh nos cuentan que, cuando la tormenta creció en intensidad, no sólo «uno no podía ver a su compañero», sino que «tampoco se podía reconocer a la gente desde los cielos». Apiñados en su nave espacial, los dioses se, esforzaban por ver lo que estaba sucediendo en el planeta del cual acababan de despegar: “Los dioses se encogieron como perros, se agacharon contra la pared exterior. Ishtar gritó como una mujer de parto: «Los días de antaño se han convertido en barro»…. Los dioses anunnaki lloraban con ella. Los dioses, abatidos todos, se sentaron y lloraron; tenían los labios apretados… uno y todos”. Los textos de Atra-Hasis repiten el mismo tema.
 Los dioses, mientras huían, pudieron ver la destrucción también. Pero la situación dentro de sus propias naves tampoco era muy estimulante. Parece ser que tuvieron que repartirse entre varias naves espaciales; la Tablilla III de la epopeya de Atra-Hasis describe las condiciones a bordo de una nave donde los anunnaki compartían alojamiento con la Diosa Madre: “Los Anunnaki, grandes dioses, se fueron sentando sedientos, hambrientos… Ninti lloró y dejó salir sus emociones; lloraba y aliviaba sus sentimientos. Los dioses lloraban con ella por la tierra. Ella estaba abrumada por el dolor, tenía sed de cerveza. Donde ella se había sentado, se sentaron los dioses llorando; amontonándose como ovejas en un abrevadero. Tenían los labios febriles por la sed, y sufrían retortijones a causa del hambre”.
La misma Diosa Madre, Ninhursag, estaba conmocionada por tan completa devastación, y se lamentaba por lo que estaba viendo: “La Diosa vio y lloró… tenía los labios cubiertos de calenturas… «Mis criaturas se han convertido como en moscas-llenan los ríos como libélulas, el retumbante mar se ha llevado su paternidad»”.
Pero, ¿cómo podía salvar su propia vida mientras la Humanidad, la que había ayudado a crear, estaba muriendo? ¿Cómo podía haber dejado la Tierra?, se preguntaba: «¿Debo ascender al Cielo, para residir en la Casa de las Ofrendas, donde Anu, el Señor, me ha ordenado ir?».Las órdenes de los nefilim eran claras: abandonad la Tierra, «ascended al Cielo». Fue la vez en la que el Duodécimo Planeta estuvo más cerca de la Tierra, dentro del cinturón de asteroides (el «Cielo»), como lo sugiere el hecho de que Anu fuera capaz de asistir personalmente a las cruciales conversaciones que tuvieron lugar poco antes del Diluvio. Enlil y Ninurta -acompañados quizás por la élite de los anunnaki, aquellos que habían ocupado Nippur- estaban en una nave espacial, planeando, sin duda, volver a encontrarse con la nave principal. Pero los demás dioses no estaban tan resueltos.
Obligados a abandonar la Tierra, se habían dado cuenta, de pronto, del apego que habían llegado a sentir por el planeta y por sus habitantes. En una nave, Ninhursag y su grupo de anunnaki debatían los méritos de las órdenes que había dado Anu. En otra, Ishtar gritaba: «Los días de antaño se han convertido en barro»; los anunnaki que estaban en su nave «lloraban con ella».
Enki, obviamente, estaba también en otra nave o, de lo contrario, habría descubierto a los demás que se las había ingeniado para salvar la simiente de la Humanidad. Sin duda, tenía motivos para sentirse menos pesimista, pues las evidencias sugieren que también había planeado el encuentro en el Ararat. Las versiones antiguas parecen dar a entender que, simplemente, el arca fue llevada hasta la región del Ararat por las aguas torrenciales, que la «tormenta-sur» habría llevado al barco hacia el norte. Pero los textos mesopotámicos reiteran que Atra-Hasis/Utnapistim llevó consigo un «Barquero» llamado Puzúr-Árnurri («occidental que conoce los secretos»).
A él, el Noé mesopotámico «le cedió la estructura, junto con su contenido» en cuanto se desató la tormenta. ¿Para qué necesitaba a un experimentado navegante, a menos que fuera para llevar el arca hasta un destino concreto? Los nefilim utilizaban los picos de Ararat como puntos de referencia desde el principio. Siendo las cumbres más altas en esa parte del globo, esperarían que fuera lo primero en reaparecer sobre el manto de agua. Y, dado que Enki, «El Sabio, el Omnisciente», podía suponer esto, nos atrevemos a conjeturar que dio instrucciones a su sirviente para llevar el arca hacia el Ararat, planeando el encuentro desde un principio.
La versión del Diluvio de Beroso, según la cuenta el griego Abideno, dice: «Cronos le reveló a Sisithros que iba a haber un Diluvio en el decimoquinto día de Daisios [el segundo mes], y le ordenó que ocultase en Sippar, la ciudad de Shamash, todos los escritos que pudiera. Sisithros llevó a cabo lo que se le dijo, inmediatamente después salió navegando en dirección a Armenia y, acto seguido, sucedió lo que el dios había anunciado». Beroso repite los detalles referentes a la liberación de las aves. Cuando Sisithros (que es atra-asis al revés) iba a ser llevado por los dioses a su morada, explicó al resto de la gente del arca que se encontraban en ese momento «en Armenia» y que tenían que volver (a pie) a Babilonia. En esta versión, no sólo nos encontramos con la relación con Sippar, el aeropuerto espacial, sino también con la confirmación de que Sisithros recibió instrucciones para «navegar inmediatamente hasta Armenia» -al país del Ararat. Tan pronto como Atra-Hasis tocó tierra, sacrificó algunos animales y los asó al fuego. No es de sorprender que los exhaustos y hambrientos dioses «acudieron como moscas a la ofrenda». De pronto, se dieron cuenta de que el Hombre, el alimento que éste cultivaba y el ganado que criaba eran esenciales. «Cuando, por fin, Enlil llegó y vio el arca, montó en cólera». Pero la lógica de la situación y la persuasión de Enki prevalecieron; Enlil hizo las paces con los restos de la Humanidad y se llevó a Atra-Hasis/Utnapistim en su nave a la Morada Eterna de los Dioses.
Otro factor que pudo pesar en la rápida decisión de hacer las paces con la Humanidad pudo ser la progresiva retirada de las aguas del Diluvio y la aparición de tierra seca y de vegetación sobre ella. Ya hemos visto que los nefilim supieron con antelación que se aproximaba una calamidad; pero aquello era tan singular en su experiencia, que temieron que la Tierra quedara inhabitable para siempre. Cuando aterrizaron en el Ararat, vieron que éste no era el caso. La Tierra seguía siendo habitable y, pra vivir en ella, necesitarían al hombre. ¿Qué fue aquella catástrofe, previsible pero inevitable? Una clave importante para desentrañar el misterio del Diluvio es darse cuenta de que no fue un acontecimiento único y repentino, sino la culminación de una cadena de acontecimientos.
Unas atípicas plagas afectaron a hombres y animales, y una grave sequía precedió a la ordalía de agua; un proceso que duró, según las fuentes mesopotámicas, siete «pasos», o shar’s.Estos fenómenos sólo podrían estar justificados por importantes cambios climáticos. Estos cambios habían estado relacionados con las periódicas glaciaciones y épocas interglaciales que habían dominado el pasado inmediato del planeta. La reducción de las precipitaciones, el descenso del nivel del agua en mares y lagos, y la desecación de las fuentes de agua subterránea eran las señales de identidad de una glaciación inminente. Dado que el Diluvio, que terminó abruptamente con estos trastornos, vino seguido por la civilización sumeria y el actual período postglacial, la glaciación en cuestión sólo pudo ser la última.
Nuestra conclusión es que los acontecimientos del Diluvio nos hablan del último período glacial de la Tierra y de su catastrófico final. Perforando las cubiertas de hielo del Ártico y el Antartico, los científicos han podido medir el oxígeno atrapado en las distintas capas y han podido valorar, a partir de ello, el clima que ha imperado en los últimos milenios. Las muestras recogidas del fondo de los mares, como, por ejemplo, las recogidas en el Golfo de México, en las que se mide la proliferación o la disminución de vida marina, les permite estimar también las temperaturas de las distintas épocas del pasado. Basándose en estos descubrimientos, los científicos aseguran ahora que el último período glacial comenzó hace unos 75.000 años y experimentó un minicalentamiento hace unos 40.000 años.
Hace alrededor de 38.000 años, sobrevino un período más duro, más frío y seco. Y después, hace unos 13.000 años, el período glacial terminó abruptamente, dando entrada a nuestro actual clima suave. Poniendo en línea la información bíblica y sumeria, nos encontramos con que los momentos duros, la «maldición de la Tierra», comenzó en la época del padre de Noé, Lámek. Su esperanza en que el nacimiento de Noé («respiro») marcara el fin de las penurias se cumplió de un modo inesperado, a través del catastrófico Diluvio.
Muchos estudiosos creen que los diez patriarcas bíblicos antediluvianos (desde Adán hasta Noé) son, de algún modo, homólogos de los diez soberanos antediluvianos de las listas de reyes sumerios. Estas listas no le aplican los títulos divinos de DIN.GIR o EN a los dos últimos de esos diez, y tratan a Ziusundra/Utnapistim y a su padre, Ubar-Tutu, como hombres.Los dos últimos son los homólogos de Noé y de su padre, Lámek; y, según las listas sumerias, entre los dos reinaron un total de 64.800 años, hasta que tuvo lugar el Diluvio. El último período glacial, desde hace 75.000 hasta hace 13.000 años, duró 62.000 años. Dado que las penurias comenzaron cuando Ubar-tutu/Lámek ya estaba reinando, esos 62.000 encajan perfectamente con los 64.800.
Además, las condiciones más duras se prolongaron, según la epopeya de Atra-Hasis, durante siete shar’s, es decir, 25.200 años. Los científicos han descubierto evidencias de un período extremadamente duro entre hace 38.000 y 13.000 años, es decir, un lapso de 25.000 años. Una vez más, las evidencias mesopotámicas y los descubrimientos de los científicos actuales se corroboran entre sí. Nuestro esfuerzo por desentrañar el misterio del Diluvio, por tanto, se concentra en los cambios climáticos de la Tierra y, en particular, en el colapso abrupto del período glacial que tuvo lugar hace unos 13.000 años.
¿Qué pudo causar un repentino cambio climático de tal magnitud? De las muchas teorías que han avanzado los científicos, nos intriga la sugerida por el Dr. John T. Hollín, de la Universidad de Maine. El Dr. Hollin sostiene que la capa de hielo de la Antártida se rompe periódicamente y se desliza en el mar, ¡creando una repentina y gigantesca marea! Esta hipótesis -aceptada y ampliada por otros- sugiere que, a medida que la capa de hielo se va haciendo más y más gruesa, no sólo atrapa más calor de la Tierra debajo de la capa de hielo, sino que también crea en su fondo (debido a la presión y a la fricción) una capa medio derretida y, de ahí, resbaladiza, que actúa como un lubricante entre la gruesa capa de hielo de arriba y la tierra sólida de abajo, provocando que la primera se deslice, más pronto o más tarde, en el océano circundante.
Hollin calculó que, sólo con que la mitad de la actual capa de hielo de la Antártida (que, en promedio, tiene más de kilómetro y medio de grosor) se deslizara en los mares del sur, la inmensa marea que provocaría elevaría el nivel de todos los mares del globo en unos 18 metros, inundando ciudades costeras y tierras bajas. En 1964, A. T. Wilson, de la Universidad Victoria, en Nueva Zelanda, ofreció la teoría de que los períodos glaciales terminaron abruptamente con deslizamientos como éstos sucedidos no sólo en el Antártico, sino también en el Ártico. Creemos que los distintos textos y los hechos reunidos justifican la conclusión de que el Diluvio fue el resultado del deslizamiento en las aguas del Antártico de miles de millones de toneladas de hielo, trayendo con ello el fin repentino de la última gradación.
El súbito acontecimiento desencadenó una inmensa marea. Comenzando con las aguas del Antártico, se extendió hacia el norte por los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. El abrupto cambio de temperatura debió crear unas violentas tormentas acompañadas por torrentes de lluvia. Moviéndose más rápido que las aguas, las tormentas, las nubes y el oscurecimiento de los cielos debieron anunciar la avalancha de agua que se aproximaba. Ése es exactamente el fenómeno que se describe en los textos antiguos. Tal como le había ordenado Enki, Atra-Hasis hizo subir a todos al arca mientras él se quedaba fuera para esperar la señal para subir a bordo y sellar la nave. Dándonos un detalle de «interés humano», el antiguo texto nos cuenta que Atra-Hasis, a pesar de habérsele ordenado quedarse fuera de la nave, «entraba y salía; no podía estar sentado, no podía agacharse… su corazón estaba roto; estuvo vomitando bilis». Pero, entonces, “la Luna desapareció…El aspecto del tiempo cambió; las lluvias rugieron en las nubes…Los vientos se hicieron salvajes…… el Diluvio estaba en camino, su fuerza cayó sobre la gente como una batalla; Una persona no veía a otra, no eran reconocibles en la destrucción. El Diluvio bramó como un toro; los vientos gimieron como un asno salvaje. La oscuridad era densa; no se podía ver el Sol”.
«La Epopeya de Gilgamesh» es muy específica en lo relativo a la dirección de la cual vino la tormenta: vino del sur. Nubes, vientos, lluvia y oscuridad precedieron, sin duda, a la marea que echó abajo, en primer lugar, «los puestos de Nergal» en el Mundo Inferior: “Con el fulgor de la aurora una nube negra se elevó en el horizonte; en su interior, el dios de las tormentas tronaba- Todo lo que había sido luminoso se tornó oscuridad- Durante un día sopló la tormenta del sur, ganando velocidad mientras soplaba, sumergiendo las montañas… Seis días y seis noches sopló el viento mientras la Tormenta del Sur barría la tierra. Cuando llegó el séptimo día, el Diluvio de la Tormenta del Sur amainó”.
Las referencias a la «tormenta del sur», al «viento del sur», indican con claridad la dirección desde la cual llegó el Diluvio, sus nubes y vientos, los «heraldos de la tormenta», moviéndose «sobre colinas y llanuras» hasta alcanzar Mesopotamia. Ciertamente, una tormenta y una avalancha de agua originadas en el Antartico alcanzarían Mesopotamia a través del Océano índico después de engullir las colinas de Arabia, inundando más tarde la llanura del Tigris y el Eufrates. «La Epopeya de Gilgamesh» nos dice también que, antes de que la gente y la tierra quedaran sumergidos, las «represas de la tierra seca» y sus diques fueron «destrozados»: el litoral continental resultó arrollado y barrido.
La versión bíblica del Diluvio dice que saltaron «las fuentes del Gran Abismo» antes de que se abrieran «las compuertas del cielo». En primer lugar, las aguas del «Gran Abismo» (qué nombre más descriptivo para los mares más meridionales, los mares helados del Antartico) se liberaron de su gélida reclusión; sólo entonces comenzaron las lluvias a caer del cielo. Esta confirmación de nuestra manera de entender el Diluvio se repite, al revés, cuando el Diluvio amaina. En primer lugar, las «Fuentes del Abismo [se] cerraron»; después, la lluvia «fue arrestada de los cielos». Tras la primera y gigantesca marea, las aguas aún «iban y venían» en inmensas olas. Después, las aguas comenzaron a «retroceder», y «fueron menos» después de 150 días, cuando el arca se posó entre los picos del Ararat.
La avalancha de agua, viniendo desde los mares del sur, volvió a los mares del sur. ¿Cómo pudieron predecir los nefilim cuándo se iba a desencadenar el Diluvio en la Antártida? Sabemos que los textos mesopotámicos relacionan el Diluvio y los cambios climáticos que lo precedieron con siete «pasos», algo que, indudablemente, tiene que ver con el tránsito periódico del Duodécimo Planeta por las inmediaciones de la Tierra. Sabemos que, incluso la Luna, el pequeño satélite de la Tierra, ejerce la suficiente atracción gravitatoría como para provocar las mareas. Tanto los textos mesopotámicos como los bíblicos describían de qué forma se sacudía la Tierra cada vez que el Señor Celestial pasaba por sus inmediaciones. ¿Pudo suceder que los nefilim, al observar los cambios climáticos y la inestabilidad de la capa de hielo antártica, se dieran cuenta de que, con el siguiente «paso» del Duodécimo Planeta, se desencadenaría la inevitable catástrofe?
Los antiguos textos demuestran que así fue como sucedió. El más extraordinario de esos textos es uno que tiene unas treinta líneas inscritas, con una escritura cuneiforme en miniatura, en ambos lados de una tablilla de arcilla de poco más de dos centímetros de larga. Fue desenterrada en Assur, pero la profusión de palabras sumerias en el texto acadio no deja lugar a dudas sobre su origen sumerio. El Dr. Erich Ebeling determinó que era un himno que se recitaba en la Casa de los Muertos, de ahí que incluyera este texto en su obra maestra (Tod und Leben) sobre la muerte y la resurrección en la antigua Mesopotamia. Sin embargo, un minucioso examen nos demuestra que la composición «invocaba los nombres» delSeñor Celestial, el Duodécimo Planeta. En él se elabora el significado de los distintos epítetos, relacionándolos con el paso del planeta por el lugar de la batalla con Tiamat -¡un tránsito que provoca el Diluvio! El texto comienza anunciando que, a pesar de todo su poder y tamaño, el planeta («el héroe»), no obstante, orbita al Sol. El Diluvio era el «arma» de este planeta: “Su arma es el Diluvio; Dios cuya Arma trae la muerte a los malvados. Supremo, Supremo, Ungido… Quien, como el Sol, cruza las tierras; el Sol, su dios, él teme”.
Pronunciando el «primer nombre» del planeta -que, desgraciadamente, es ilegible- el texto describe su paso cerca de Júpiter, hacia el lugar de la batalla con Tiamat: “Primer Nombre:… el que repujó la banda circular; el que partió en dos a la Ocupadora, echándola. Señor, que en el tiempo de Akiti dentro del lugar de la batalla de Tiamat reposa… Cuya simiente son los hijos de Babilonia; que no puede ser perturbado por el planeta Júpiter; que por su fulgor creará”. Al acercarse, alDuodécimo Planeta se le llama SHILIG.LU.DIG («líder poderoso de los jubilosos planetas»). Se encuentra ahora muy cerca de Marte: «Con el brillo del dios [planeta] Anu dios [planeta] Lahmu se viste». Entonces, soltó el Diluvio sobre la Tierra: “Éste es el nombre del Señor que desde el segundo mes hasta el mes de Addar las aguas ha espoleado”. La elaboración de los dos nombres del texto ofrece una importante información en cuanto al calendario.
El Duodécimo Planeta pasó por Júpiter y se acercó a la Tierra «en el tiempo de Akiti», cuando comenzaba el Año Nuevo mesopotámico. Durante el segundo mes estuvo muy cerca de Marte. Después, «desde el segundo mes hasta el mes de Addar» (el duodécimo mes), soltó el Diluvio sobre la Tierra. Esto está perfectamente de acuerdo con el relato bíblico, que dice que «las fuentes del gran abismo saltaron» en el decimoséptimo día del segundo mes. El arca descansó en el Ararat en el séptimo mes; otra tierra seca era visible en el décimo mes; y el Diluvio terminó en el duodécimo mes -pues fue en «el primer día del primer mes» del siguiente año cuando Noé abrió la ventanilla del arca.
Al pasar a la segunda fase del Diluvio, cuando las aguas comenzaron a descender, el texto llama al planeta SHUL.PA.KUN.E: “Héroe, Señor Vigilante, que reúnes las aguas; que manando aguas purificas al justo y al malvado; que en la montaña de los picos gemelos detuviste el… … pez, río, río; la inundación se detuvo. En la tierra montañosa, sobre un árbol, el ave descansó. Día que… dijo”. A pesar de que algunas líneas son ilegibles por estar deteriorada la tablilla, los paralelismos con los relatos del Diluvio bíblico y los mesopotámicos son evidentes: la inundación había cesado, el arca se había «detenido» en la montaña de los picos gemelos; los ríos comenzaron a fluir de nuevo desde las cimas de las montañas y a llevar agua hacia el océano; se veían peces; se soltó un ave del arca.
La ordalía había pasado. El Duodécimo Planeta había pasado su «cruce». Se había acercado a la Tierra y se alejaba, acompañado por sus satélites: “Cuando el sabio grite: «¡Inundación! »-es el dios Nibiru [«Planeta del Cruce»]; es el Héroe, el planeta de cuatro cabezas. El dios, cuya arma es la Tormenta de la Inundación, volverá; a su lugar de descanso bajará él mismo”. El planeta, alejándose, afirma el texto, volvió a cruzar el sendero de Saturno en el mes de Ululu, el sexto mes del año.
El Antiguo Testamento se refiere con frecuencia al momento en que el Señor hizo que la Tierra se cubriera con las aguas del abismo. El Salmo 29 describe la «visita» así como el «retorno» de las «grandes aguas» por el Señor: “Al Señor, vosotros hijos de los dioses, dad la gloria, reconoced el poder… El sonido del Señor está sobre las aguas; el Dios de gloria, el Señor, tronó sobre las grandes aguas… El sonido del Señor es poderoso, el sonido del Señor es majestuoso; el sonido del Señor partió los cedros… Hace bailar como un novillo al [Monte del] Líbano, y hace brincar al [Monte] Sirión como un toro joven. El sonido del Señor enciende llamaradas; el sonido del Señor sacudió el desierto… El Señor al Diluvio [dijo]: «¡Vuelve!».
El Señor, como rey, está en el trono para siempre”. En el grandioso Salmo 77 -«Mi voz hacia Dios yo clamo»-, el salmista recuerda la aparición y la desaparición del Señor en tiempos primitivos: “He calculado los Días de Antaño, los años de Olam.. Recordaré las gestas del Señor, recuerdo tus maravillas en la antigüedad… Tu curso, Oh Señor, está determinado; ningún dios es tan grande como el Señor… Las aguas te vieron, Oh Señor, y se estremecieron; tus raudas chispas salieron. El sonido de tu trueno retumbaba; los relámpagos iluminaron el mundo; la Tierra se agitaba y temblaba. [Entonces] en las aguas iba tu camino, tus senderos en las aguas profundas; y tus huellas desaparecieron, desconocidas”.
El Salmo 104, que ensalza las gestas del Señor Celestial, recordaba el momento en que los océanos arrasaron los continentes y se les hizo retroceder: “Fijaste la Tierra en constancia, inconmovible para siempre jamás. Con los océanos, como vestido, la cubriste; sobre los montes persistía el agua. Al reprenderlas tú, las aguas huyeron; con el sonido de tu trueno, se alejaron raudas. Saltaron las montañas, bajaron a los valles hasta el lugar que tú les habías asignado.
Les pusiste un límite, para que no lo pasaran; para que no vuelvan a cubrir la Tierra”. Las palabras del profeta Amós son aun más explícitas: “Ay de los que ansían el Día del Señor; ¿qué creéis que es? Pues el Día del Señor es oscuridad y no luz… La mañana se convirtió en la sombra de la muerte, el día se hizo oscuro como la noche; las aguas del mar se salieron y se derramaron sobre la faz de la Tierra”. Éstos, por tanto, fueron los acontecimientos que tuvieron lugar «en los días de antaño». El «Día del Señor» fue el día del Diluvio.
Ya hemos visto que, después de aterrizar en la Tierra, los nefilim asociaron los primeros reinados en las primeras ciudades con los signos del Zodiaco, dando a los signos los epítetos de los distintos dioses con los que estaban relacionados. Ahora, veremos que el texto descubierto por Ebeling no sólo proporcionaba información a los hombres, sino también a los nefilim. El Diluvio, nos dice, ocurrió en la «Era de la constelación del León»: “Supremo, Supremo, Ungido; Señor cuya corona radiante con terror se carga. Planeta supremo: un asiento él ha erigido de cara a la limitada órbita del rojo planeta [Marte]. A diario, dentro del León él está ardiendo; su luz, su brillo declara reinos sobre las tierras”. También podemos comprender ahora un enigmático versículo de los rituales de Año Nuevo, que dice que fue «la constelación del León la que midió las aguas del abismo». Estas afirmaciones sitúan el tiempo del Diluvio dentro de un marco definido, pues, aunque los astrónomos de hoy en día no pueden determinar con precisión dónde establecían los súmenos el inicio de una casa zodiacal, la siguiente tabla de la eras se considera exacta: Era de Piscis 60 a.C. a 2100 d.C.; Era de Aries 2220 a.C. a 60 a.C.; Era de Tauro 4380 a.C. a 2220 a.C.; Era de Géminis 6540 a.C. a 4380 a.C.; Era de Cáncer 8700 a.C. a 6540 a.C.; Era de Leo 10.860 a.C. a 8700 a.C. Si el Diluvio acaeció en la Era de Leo o, lo que es lo mismo, en algún momento entre el 10860 a.C. y el 8700 a.C, la fecha del Diluvio coincide con nuestra tabla temporal.
 Según la ciencia moderna, la última glaciación terminó abruptamente en el hemisferio sur hace doce o trece mil años, y en el hemisferio norte uno o dos mil años después. El fenómeno zodiacal de la precesión nos ofrece una corroboración aun más amplia de nuestras conclusiones. Los nefilim llegaron a la Tierra 432.000 años (120 shar’s) antes del Diluvio, en la Era de Piscis. En los términos del ciclo precesional, 432.000 años comprenden 16 ciclos completos, o Grandes Años, y más de medio de otro Gran Año, dentro de la «era» de la constelación de Leo.
Podemos reconstruir ahora la tabla temporal completa para los acontecimientos: Hace 445.000 años: Los nefilim, liderados por Enki, llegan a la Tierra desde el Duodécimo Planeta. Se funda Eridú -Estación Tierra I- en el sur de Mesopotamia. Hace 430.000: las grandes placas de hielo comienzan a retroceder; el clima se hace benigno en Oriente Próximo; hace 415.000; Enki se traslada tierra adentro y funda Larsa; hace 400.000: el gran período interglacial se expande por todo el globo; Enlil llega a la Tierra, funda Nippur como Centro de Control de la Misión; Enki establece rutas marítimas hacia el sur de África y organiza operaciones mineras de extracción de oro; hace 360.000: los nefilim fundan Bad-Tibira como centro metalúrgico de fundición y refinado; Se construye Sippar, el aeropuerto espacial, así como otras ciudades de los dioses; hace 300.000: el motín de los anunnaki. Enki y Ninhursag crean al Hombre -el «Trabajador Primitivo»; hace 250.000: el «Homo sapiensprimitivo» se multiplica y se propaga por otros continentes, hace 200.000: la vida en la Tierra se retrae durante un nuevo período glacial; hace 100.000: el clima se caldea de nuevo; los hijos de los dioses toman a las hijas del Hombre por esposas; hace 77.000: Ubartutu/Lámek, un humano de parentesco divino, asume la corona en Shuruppak bajo el patrocinio de Ninhursag; hace 75.000: comienza la «maldición de la Tierra» -una nueva glaciación; Tipos regresivos del Hombre vagan por la Tierra; hace 49.000: comienza el reinado de Ziusudra («Noé»), «fiel servidor» de Enki, hace 38.000: el duro período climático de los «siete pasos» empieza a diezmar a la Humanidad; el Hombre de Neanderthal desaparece en Europa; sólo sobrevive el Hombre de CroMagnon (establecido en Oriente Próximo); Enlil, desencantado con la Humanidad, busca su exterminio; hace 13.000: los nefilim, al tanto de la inminente inundación que se desencadenará con la aproximación del Duodécimo Planeta, se conjuran para dejar perecer a la Humanidad; el Diluvio arrasa la Tierra, dando fin súbitamente a la glaciación.
Y aquí queremos hacer referencia a varios casos en que una fecha alrededor del 10450 a. de C., que no significa nada para los historiadores, ya que es «prehistórica», adquiere una gran relevancia, si la consideramos ligada a un posible Diluvio Universal. Más o menos es la época en que, después del Diluvio, aparecieron los primeros agricultores en el Oriente Medio, que, sorprendentemente, actuaron primero en zonas montañosas antes que en las llanuras. Y hay una fecha en la mitología, una sola, que se le acerca de manera razonable.
Según el Timeo de Platón, cuando el estadista griego Solón visitó Egipto hacia el año 600 a. de C., los sacerdotes egipcios le contaron la historia de la destrucción de la Atlántida, acaecida unos nueve mil años antes, y de cómo se había hundido debajo de las olas.la Esfinge ya era antigua en tiempos de Kefrén. El cuerpo y el recinto de la Esfinge habían sido erosionados por el agua, en vez de por la arena impulsada por el viento. Ello implica una época en que la Esfinge estaba en un entorno húmedo (alrededor del 10.000 a.C). La inexistencia de restos de pescado en Egipto durante este período, hace suponer que el hombre había aprendido a alimentarse de la agricultura. Luego, según parece, una serie de desastres naturales, entre los que hubo tremendas inundaciones en el valle del Nilo, pusieron fin a la «revolución agrícola» hacia 10500 a. de C. Ésta es la fecha en que se supone tuvo lugar la destrucción de la Atlántida y en que los supervivientes llegaron a Egipto y construyeron la versión más antigua de la Esfinge.
Robert Bauval, ingeniero y escritor, nacido el 5 de marzo de 1948 en Alejandría, Egipto, de padres de origen belga, se hallaba acampado en el desierto de Arabia Saudita durante una expedición. Se despertó y alzó los ojos hacia la Vía Láctea. «De hecho -agregó su amigo astrónomo-, las tres estrellas del cinturón de Orión no están alineadas de manera perfecta… la más pequeña está ligeramente desviada hacia el este.». Era una respuesta a su pregunta sobre por qué la pirámide de Menkaura era más pequeña que las otras dos y estaba desviada hacia el este. Las pirámides tenían que representar las estrellas del cinturón de Orión.
Y la Vía Láctea era el río Nilo. Bauval observó que la única vez que la pauta de las pirámides en el suelo es un reflejo perfecto de las estrellas del Cinturón de Orión -en lugar de estar inclinada hacia un lado- fue en10450 a. de C. Éste es también su punto más bajo en el cielo. Después de esto, empezó a subir otra vez de nuevo, y alcanzará su punto más elevado hacia el año 2550 d. de C. En el año 10450 a. de C. fue como si el cielo fuese un enorme espejo en el cual el curso del Nilo se «reflejaba» como la Vía Láctea; y las pirámides de Gizeh, como el Cinturón de Orión. La curiosa coincidencia de la fecha (10400 a. de C.) plantea una pregunta importante: ¿por qué los constructores de las pirámides de Gizeh las dispusieron de manera que reflejasen la posición del Cinturón de Orión en el 10450 a. de C.?
Hace unos 16 mil años las cosas empezaron a cambiar. Poco a poco el hielo comenzó a derretirse, el agua comenzó a fluir en grandes cantidades, vertiéndose a los océanos, e incrementando el nivel de los mismos. El calentamiento se prolongó hasta hace unos 12 mil años, cuando el clima se estabilizó en el mundo, la cara de la Tierra había cambiado, el nivel del mar se incrementó en 120 metros, el mar cubrió grandes áreas de las zonas costeras y la geografía de los continentes se reconstruyeron tal y como los conocemos hoy en día. Cuando las cordilleras que formaban la Atlántida se prolongaban desde América hasta Europa y África, impedían el flujo de las aguas tropicales del océano hacia el Norte y no existía la Corriente del Golfo.
La tierra encerraba el océano, que bañaba las playas del Norte de Europa y era intensamente frío. El resultado fue el período de las glaciaciones. Cuando la barrera de la Atlántida se hundió lo suficientemente como para permitir la expansión natural de las aguas calientes de los trópicos hacia el Norte, el hielo y la nieve que cubrían Europa desaparecieron gradualmente; la Corriente del Golfo fluyó alrededor de la isla-continente y aún conserva el movimiento circular que adquirió originalmente debido a la presencia de la Atlántida.
Más coloquialmente, cuando se habla de los últimos millones de años, se utiliza «glaciación» para referirse a periodos más fríos con extensos casquetes glaciales en Norteamérica y Eurasia: según esta definición, la glaciación más reciente acabó hace 10.000 años. Piri Reis 1.470-1.554) ejerció la navegación al servicio del Sultán Selim I.
Su gran pasión fue la cartografía, llegando a publicar un libro donde recogía más de 210 mapas de todos los mares del mundo, el “Kitabi Bahriye”, una gran recopilación de antiguos mapas copiados por él y obtenidos de sus saqueos marítimos o comprados a comerciantes en los muchos puertos donde desembarcó. Entre estos mapas destacaron uno hecho en 1.513 y otro en el 1.528, donde se podían apreciar todo el Océano Atlántico y sus costas americanas, africanas, europeas, árticas y antárticas.
 Toda su colección de mapas fue regalada al Sultán, perdiéndose desde ese momento la pista a esta colección única. En 1.960 el teniente coronel de los EE.UU Harold Z. Ohlmeyer, especialista en cartografía, estudió estos mapas, y admitió en sus conclusiones que la costa antártica que aparece en el mapa de 1.513 tuvo que ser forzosamente cartografiada antes de que hubiera sido cubierta por la capa de hielo que presenta en la actualidad, es decir, dentro de un período que se sitúa hace 8.000 ó 10.000 años, mucho antes del conocimiento de nuestra historia escrita
Si debemos el estudio de Tiahuanaco a alguna persona, es sin duda a Arthur Posnansky, este arqueólogo ha dedicado gran parte de su vida al estudio de esta ciudad, y la pregunta que él se hizo y que nos hacemos nosotros es: ¿cuándo fue construida Tiahuanaco? Basándonos en los cálculos matemáticos / astronómicos del profesor Arthur Posnansky, de la Universidad de la Paz, y el profesor Rolf Muller llegamos a unas fechas que si podrían explicar mejor los cambios producidos en la región. Estos investigadores sitúan la fase principal de la construcción de Tiahuanaco en el año 15.000 a.C. Tras la construcción de esta ciudad sobrevinieron una serie de cambios geológicos, con fechas marcadas en torno al 11.000 a.C.que comenzaron a separar cada vez más la ciudad de la costa del lago. Arthur Posnansky, en “Tiahuanaco, la cuna del hombre americano”, cree que la ultima civilización de Tiahuanaco apareció unos 14.000 años antes de C. y que en algún lejano momento se produjo un fenómeno geológico de proporciones dantescas que fraccionó la cordillera de los Andes.
Posteriormente se produjo una elevación de la región del lago Titicaca hace unos diez mil años, tras un hundimiento de amplias regiones de tierra (Mu, Atlántida). Si es verdad, y si la tradición según la cual Viracocha fundó la ciudad sagrada de Teotihuacán se basa en la realidad, entonces Teotihuacán fue también como mínimo «proyectada» al mismo tiempo que las pirámides de Gizeh. Y el conocimiento que se encarna en su trazado geométrico fue traído de una civilización que se hallaba en trance de destrucción. Otro estudioso, Stansbury Hagar, también ha sugerido que Teotihuacán es un «mapa del cielo», y que la finalidad de la Calle de los Muertos es desempeñar el papel de la Vía Láctea, como lo desempeña el Nilo, según Robert Bauval, en relación con las «estrellas» de Orión de las pirámides de Gizeh. Graham Hancock conjetura que en un principio la Vía de los Muertos estaba llena de agua, con lo cual se parecería aún más al Nilo.
Para los científicos de nuestro tiempo la historia geológica de la Tierra es un libro abierto. Allí está escrito que en 4.5 millones de años la Tierra ha pasado por lo menos catorce veces por inversiones de sus polos magnéticos. Para llegar a estas conclusiones los científicos investigan las capas geológicas donde existen sedimentos correspondientes a las distintas edades del planeta.
Lo que antes fue lava, contiene todavía minerales que conservan su alineación magnética original, que puede medirse con la tecnología del radio carbono. Graham Hancock cita Nature en el sentido de que la última inversión de los polos magnéticos de la Tierra ocurrió hace unos 12.400 años: dicho de otro modo, hacia el 10400 a. de C.

 

 

Los científicos, cada vez más convencidos de que existió un «Diluvio Universal»

Hace aproximadamente 9.000 a 5.000 años atrás, en la provincia de Sinop, norte de la actual Turquía, aconteció un hecho de espectacular magnitud histórica. Un acontecimiento de tales características, que lo ha llevado a convertirse hoy en el pilar de la hipótesis que propone al «Gran Diluvio» bíblico como una tergiversación exagerada de sucesos reales.


En septiembre del 2004, una expedición submarina realizada en el Mar Negro por un conjunto de instituciones (entre ellas la National Geographic Society), concluyó que el mar en cuestión no fue siempre tal y como lo conocemos en la actualidad, sino que fue originado a partir de un inmenso espejo de agua negro, un lago particularmente grande, que en determinado momento de la historia comenzó a ensanchar sus fauces de una forma inusualmente rápida.
Tal fue la velocidad con que se elevo el nivel de aquellas aguas, que los pobladores de un área aproximada de 150.000 kilómetros cuadrados se vieron obligados a desplazarse sin tregua en busca de tierras más seguras, dejando atrás viviendas, herramientas y otros indicios que permitieron a la expedición de submarinistas liderada Robert Ballard acusar la existencia de asentamientos humanos en una porción de tierra que hoy yace nada menos que a unos 100 metros de profundidad, bajo la masa de agua más carente de oxigeno sobre el planeta.
Este llamativo hallazgo bajo el Mar Negro, no solo contribuyó a enriquecer los conocimientos históricos acerca de un tiempo en que Oriente Medio sufrió graves alteraciones a nivel hídrico, sino que planteó el interrogante de que fue lo que causó el hecho de la alteración en sí mismo.
Así es como científicos y divulgadores volvieron a poner en boga de la sociedad un tema pendiente clave para la comprensión del desarrollo histórico de la civilización humana y las distintas etapas climáticas que atravesó la Tierra. Un tema entrelazado no solo con la tradición judeo-cristiana, sino con muchas leyendas provenientes de las culturas más dispares del mundo: el “Diluvio Universal”.
El Mar Negro ¿prueba del diluvio?
 


En la actualidad las hipótesis que proponen a la crecida del Mar Negro como consecuencia de una lluvia de proporciones planetarias, se ven desafiados a refutar una gran estructura de leyes científicas, la mayor parte de ellas geológicas, que los hombres han establecido en base observaciones empíricas durante años.
En primer lugar, los geólogos escépticos proponen que de haber sucedido un diluvio tal, deberíamos encontrar un estrato a nivel mundial de arcilla cubierta de guijarros, cieno, cantos rodados y otros elementos.
Es curioso que esta capa no pueda encontrarse, más aún cuando la inundación narrada por la Biblia haya tenido lugar en una época tan reciente como 3.000 a.C.
Tampoco deberían hallarse los diferentes estratos fósiles estudiados actualmente, con diferentes especies animales y vegetales ocupando capas específicas del suelo. Siguiendo una lógica diluviana, los restos animales de todas las especies antes de la gran inundación (incluyendo los extintos dinosaurios) deberían hallarse hoy en un solo estrato, sin distinción alguna. Sin embargo, la paleontología contradice estas suposiciones por completo.
Los ejemplos citados parecen ser solo la punta del iceberg de los argumentos que refutan una inundación global. No obstante, muchos de tales razonamientos son rebatidos con igual gracia por los científicos “diluvianos”.
De hecho, descripciones como “fueron rotas todas las fuentes del gran abismo” o “las cataratas de los cielos fueron abiertas” relatadas en el Génesis, son respaldadas por hipótesis que, aunque increíbles, son imposibles de descartar por ser factibles con la realidad.
Una de estas “románticas” hipótesis propone que el planeta sí pudo haber sido cubierto hasta en sus picos más altos, al contrario de los cálculos que dicen que toda el agua suspendida en la atmósfera solo alcanzaría a cubrir unos modestos 3 cm. de toda la superficie terrestre.
Explorando dentro del microcosmos
 


Los diluvianos calculan que si la geografía terrestre sufriera un “emparejamiento” de su superficie, aplanando montañas y elevando las profundas fosas marinas, la Tierra entera quedaría cubierta por unos cuantos kilómetros de agua.
Según la “teoría de la envoltura”, en tiempos de Noé las capas superiores de la atmósfera contenían una cantidad sustancial del agua que hoy conforman los océanos.
Esta agua fue la que cubrió más tarde todo el planeta, y la que luego se retiró hacia las fosas oceánicas creadas por violentos movimientos tectónicos verticales, que dieron lugar asimismo a toda la orografía conocida actualmente.
Algunos científicos creen que la teoría de la envoltura hace referencia justamente a las “cataratas de los cielos” que pudieron condensarse gracias al polvo generado por varias erupciones volcánicas simultáneas.
Respecto a los mitos extra-bíblicos sobre un diluvio purificador, estos pueden hallarse en la cultura hindú, sumeria, griega, acadia, china, mapuche, maya, azteca, y pascuense (Isla de Pascua) entre otras. Varias de ellas parecen poseer denominadores comunes con una similitud asombrosa.
Entre los patrones más repetidos se cuentan el anuncio celestial desoído por el pueblo, la construcción de arca para preservar las vidas del diluvio, el diluvio en si mismo, y la posterior restauración de la vida sobre el planeta.
Un ejemplo claro de esta similitud lo brinda la historia mesopotámica oriental del diluvio (pre-bíblica) en la que la Diosa “Ea” advierte a Uta-na-pistim, rey de Shuruppak, sobre el castigo que espera a la humanidad por su grave grado de degeneración moral.
Uta-na-pistim recibe instrucciones de la diosa para construir una embarcación con la forma de cubo de seis pisos, y como debe incluir en ella una pareja de ejemplares de todas las especies animales y semillas, así como a su propia familia. Así, Uta-na-pistim sobrevive al diluvio de varios días, suelta un ave para comprobar la cercanía de tierra firme, y una vez en ella realiza un sacrificio animal a los dioses.
En busca del arca perdida
Un punto aparte que añade peso a la controversia bíblica, son las evidencias fotográficas y físicas de un objeto de gran porte incrustado en el Monte Ararat, donde según narran los textos cristianos, reposó finalmente el arca de Noé.
Explorando dentro del microcosmos
A comienzos del 2006, el profesor de la Universidad de Richmond, Porcher Taylor, afirmó que según un estudio extenso realizado durante años mediante fotografías satelitales, no existen dudas de que a 4663 metros, sobre la zona noreste del monte, se encuentra incrustado un objeto extraño, que coincide perfectamente con la descripción métrica del arca bíblica.
Dichas tomas satelitales sobre el Ararat han despertado la curiosidad de gran cantidad de científicos desde su descubrimiento en 1974.
Varias expediciones de investigadores también han logrado rescatar desde mitad del siglo pasado, restos de madera petrificada, así como 13 poderosas anclas de piedra en zonas próximas de donde se supone se halla este posible tesoro arqueológico. Incluso se han realizado pruebas de ultrasonido, que han revelado una estructura muy rara, a una altura sobre el nivel del mar no menos llamativa.
A pesar de la multiplicidad de textos en diversas culturas que “documentan” un diluvio duradero proveniente de las divinidades, la magnitud y duración de tal evento parece ser un punto de discusión incluso para los que sostienen tal teoría.
Así, mientras una fracción ínfima de científicos expone el cubrimiento total de la Tierra por una gran masa hídrica, los estudios geológicos prácticamente tachan de imposible tal suceso; mientras algunos textos nos legan la recreación de la humanidad a partir de la salvación de menos de una decena de personas, lo mejor fundamentado hasta el momento es, al parecer, que realmente un suceso climático catastrófico azotó hace aproximadamente 5 a 7 milenios el planeta en forma íntegra, pero una cantidad no definida de seres humanos en puntos continentales elevados tuvo la capacidad de continuar la civilización, y de transmitir el relato de lo acaecido a generaciones venideras.
Hasta el momento en que las pruebas vuelquen la balanza hacia algún punto en particular, las descripciones de tiempos en que una gran inundación purgo los pecados del hombre serán tomadas como un mito para algunos, como un hecho veraz para otros, pero por sobre todo como un verdadero enigma para muchos.
http://www.selectanews.com/2016/04/los-cientificos-cada-vez-mas.html

¿Hubo realmente un diluvio universal?

Portada-El Diluvio, óleo pintado entre los años 1837 y 1839 por el artista Francis Danby. (1793-1861). Tate Gallery. Londres, Inglaterra. (Public Domain)

“El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches”.  
“La historia de cualquier parte de la tierra, como la vida de un soldado, consiste en prolongados períodos de aburrimiento, seguidos de breves períodos de terror”.  Dr. Derek V. Ager, investigador geológico.
Hace entre 5.000 y 9.000 años, en la provincia de Sinope, norte de la actual Turquía, aconteció un hecho de espectacular magnitud histórica. Un acontecimiento de tales características que lo ha llevado a convertirse en el pilar de la hipótesis que propone al ‘Gran Diluvio’ bíblico como una tergiversación exagerada de sucesos reales.
En septiembre del año 2004, una expedición submarina llevada a cabo en el Mar Negro por parte de un conjunto de instituciones (entre ellas la National Geographic Society ), concluyó que dicho mar no fue siempre tal y como lo conocemos en la actualidad, sino que se originó a partir de un inmenso lago, particularmente grande, que en un determinado momento de la historia comenzó a ensanchar sus cauces de una forma inusualmente rápida.

Fotografía vía satélite del Mar Negro. (Public Domain)
Fotografía vía satélite del Mar Negro

Tal fue la velocidad con que se elevó el nivel de aquellas aguas, que los pobladores de un área aproximada de 150.000 kilómetros cuadrados en torno a ellas se vieron obligados a desplazarse, sin tregua, en busca de tierras más seguras. Gentes que huyeron dejando atrás viviendas, herramientas y otros indicios que permitieron a la expedición de submarinistas liderada por el famoso oceanógrafo Robert Ballard descubrir la existencia de asentamientos humanos en una porción de tierra que hoy yace a unos 100 metros de profundidad, bajo la masa de agua más pobre en oxígeno de todo el planeta.
Este llamativo hallazgo, realizado bajo las aguas del Mar Negro, no solo contribuyó a enriquecer los conocimientos históricos acerca de un tiempo en el que el Próximo Oriente sufrió graves alteraciones a nivel hídrico, sino que planteó también el interrogante de cuál fue la causa que provocó una alteración de tales proporciones.
Así fue como científicos y divulgadores volvieron a poner en boga un tema clave para la comprensión del desarrollo histórico de la civilización y de las distintas etapas climáticas por las que ha atravesado la Tierra. Un tema enlazado no solo con la tradición judeo-cristiana, sino también con muy diversos mitos procedentes de las culturas más dispares del mundo: “El Diluvio Universal”.
En la actualidad, las hipótesis que proponen la crecida del Mar Negro como consecuencia de una lluvia de proporciones planetarias, se ven obligadas a refutar una gran cantidad de leyes científicas, la mayor parte de ellas geológicas, que los investigadores han establecido en base a observaciones empíricas a lo largo de los años.
El mito del diluvio universal es un tema enlazado no solo con la tradición judeo-cristiana, sino también con muchas leyendas procedentes de las culturas más dispares del mundo. En la imagen, la tablilla de arcilla número 11 del poema épico sumerio de Gilgamesh, en la que se narra la historia del diluvio universal. Museo Británico de Londres, Inglaterra. (Public Domain)
El mito del diluvio universal es un tema enlazado no solo con la tradición judeo-cristiana, sino también con muchas leyendas procedentes de las culturas más dispares del mundo. En la imagen, la tablilla de arcilla número 11 del poema épico sumerio de Gilgamesh, en la que se narra la historia del diluvio universal. Museo Británico de Londres, Inglaterra.
En primer lugar, los geólogos escépticos proponen que, de haber sucedido un diluvio de estas dimensiones, deberíamos encontrar un estrato a nivel mundial de arcilla cubierta de guijarros, cieno, cantos rodados y otros elementos. Para ellos resulta curioso que esta capa no pueda encontrarse. Más aún cuando la inundación narrada por la Biblia habría tenido lugar en una época tan reciente como hace ‘sólo’ unos 5.000 años.
Asimismo, opinan que tampoco deberían hallarse los diferentes estratos fósiles estudiados actualmente, con diversas especies animales y vegetales ocupando capas específicas del suelo. Siguiendo una lógica diluviana, los restos animales de especies anteriores a la gran inundación (incluyendo los extintos dinosaurios) deberían hallarse en un solo estrato, sin distinción alguna. Sin embargo, la paleontología contradice estas suposiciones por completo.
Los ejemplos citados parecen ser solo la punta del iceberg de los argumentos que refutan una inundación global. No obstante, muchos de tales razonamientos son rebatidos, con idéntica pasión, por los científicos “diluvianos”.
De hecho, descripciones como fueron rotas todas las fuentes del gran abismo las cataratas de los cielos fueron abiertas , relatadas en el  Génesis, son respaldadas por hipótesis que, aunque increíbles, son imposibles de descartar por ser coherentes con la realidad.
Los científicos escépticos opinan que, siguiendo una lógica diluviana, los restos animales de especies anteriores a la gran inundación (incluyendo los extintos dinosaurios) deberían hallarse en un solo estrato, sin distinción alguna. En la imagen, excavaciones de la cola de un dinosaurio en el yacimiento de Lo Hueco, Cuenca, España. (Fotografía: UNED/FLYCKR)
Los científicos escépticos opinan que, siguiendo una lógica diluviana, los restos animales de especies anteriores a la gran inundación (incluyendo los extintos dinosaurios) deberían hallarse en un solo estrato, sin distinción alguna. En la imagen, excavaciones de la cola de un dinosaurio en el yacimiento de Lo Hueco, Cuenca, España. 

HIPÓTESIS Y MITOS

Una de estas “románticas” hipótesis propone que el planeta sí pudo haber sido cubierto hasta en sus picos más altos: los diluvianos calculan que si la geografía terrestre sufriera un “emparejamiento” de su superficie, aplanando montañas y elevando las profundas fosas marinas, la Tierra entera quedaría cubierta por unos cuantos kilómetros de agua. Hipótesis contraria a los cálculos que afirman que toda el agua suspendida en la atmósfera solo alcanzaría a cubrir unos modestos 3 centímetros de toda la superficie terrestre.
Según la “ teoría de la envoltura ”, en tiempos de Noé las capas superiores de la atmósfera contenían una cantidad sustancial del agua que hoy conforman los océanos. Esta agua fue la que cubrió más tarde todo el planeta y la que luego se retiró hacia las fosas oceánicas, creadas por violentos movimientos tectónicos verticales, que dieron lugar, asimismo, a toda la orografía conocida actualmente. Algunos científicos creen que la teoría de la envoltura hace referencia, justamente, a las cataratas de los cielos  que pudieron condensarse gracias al polvo generado por varias erupciones volcánicas simultáneas.
Respecto a los mitos extra-bíblicos sobre un diluvio purificador, estos pueden hallarse en las culturas hindú, sumeria, griega, acadia, china, mapuche, maya, azteca, y pascuense (Isla de Pascua) entre otras. Varias de ellas parecen poseer denominadores comunes con una similitud asombrosa. Entre los patrones más repetidos se cuentan el anuncio celestial desoído por el pueblo, la construcción de arca para preservar las vidas del diluvio, el diluvio en sí mismo y la posterior restauración de la vida sobre el planeta.
Un ejemplo claro de esta similitud lo brinda la historia mesopotámica oriental del diluvio (pre-bíblico) en la que “ Ea” advierte a Utanapistim, rey de Shuruppak , sobre el castigo que espera a la humanidad por su grave grado de degeneración moral. Utanapistim recibe instrucciones para construir una embarcación con la forma de un cubo de seis pisos, en la que debe incluir una pareja de ejemplares de todas las especies animales, así como semillas y a su propia familia. De esta forma, Utanapistim sobrevive al diluvio varios días, hasta que suelta un ave para comprobar la cercanía de tierra firme y, una vez en ella, sacrifica un animal a los dioses.
El mito del diluvio universal puede hallarse en muy diversas culturas: hindú, sumeria, griega, acadia, china, mapuche, maya, azteca y pascuense (Isla de Pascua). Así, en el manuscrito mexica denominado ‘Códice Borgia’, se recoge la historia del mundo dividida en edades, de las cuales la última terminó con un gran diluvio provocado por la diosa Chalchiuhtlicue. En la imagen, ilustración de Chalchiuhtlicue perteneciente, precisamente, al Códice Borgia. (Public Domain)
El mito del diluvio universal puede hallarse en muy diversas culturas: hindú, sumeria, griega, acadia, china, mapuche, maya, azteca y pascuense (Isla de Pascua). Así, en el manuscrito  mexica denominado ‘Códice Borgia’, se recoge la historia del mundo dividida en edades, de las cuales la última terminó con un gran diluvio provocado por la diosa  Chalchiuhtlicue. En la imagen, ilustración de  Chalchiuhtlicue perteneciente, precisamente, al Códice Borgia. 

EN BUSCA DEL ARCA DE NOÉ

Un punto aparte que añade peso a la controversia bíblica son las evidencias fotográficas y físicas de un objeto de gran porte  incrustado en el Monte Ararat , donde según narran los textos bíblicos, reposó finalmente el arca de Noé.
A comienzos del año 2006, el profesor Porcher Taylor de la Universidad de Richmond afirmó que, según un extenso estudio llevado a cabo durante años mediante fotografías vía satélite, no existen dudas de que a 4.663 metros de altura sobre la vertiente nordeste del monte Ararat se encuentra incrustado un extraño objeto que coincide perfectamente con la descripción del arca bíblica. Dichas imágenes del monte Ararat han despertado la curiosidad de gran cantidad de científicos desde su descubrimiento en 1974.
Asimismo, varias expediciones de investigadores han logrado recuperar desde mediados del siglo pasado restos de madera petrificada, así como 13 poderosas anclas de piedra, en zonas próximas a donde se supone que se halla este posible tesoro arqueológico. Incluso se han realizado pruebas de ultrasonido que han revelado la existencia de una estructura muy extraña a una gran altura sobre el nivel del mar.
Por tanto, a pesar de la multiplicidad de textos de diversas culturas que “documentan” un diluvio duradero provocado por ciertas divinidades, la magnitud y duración de tal evento parece ser un punto clave de discusión, incluso para los defensores de tales hipótesis.
El Monte Ararat, sobre el que según los textos bíblicos se posó finalmente el arca de Noé. (Public Domain)
El Monte Ararat, sobre el que según los textos bíblicos se posó finalmente el arca de Noé.
Así, mientras una fracción ínfima de científicos defiende que una gran masa hídrica cubrió la Tierra por completo, los estudios geológicos prácticamente tachan de imposible un suceso de este tipo. Del mismo modo, mientras que algunos textos nos narran el desarrollo de la humanidad a partir de la salvación de menos de una decena de personas, hasta el momento la ciencia opina que, realmente, un suceso climático catastrófico azotó al planeta, de forma global, hace entre 5 y 7 milenios. Pero una cantidad no definida de seres humanos tuvo la capacidad de continuar adelante en determinados puntos continentales y de transmitir el relato de lo acaecido a las generaciones venideras.
Hasta el instante en que las pruebas decanten la balanza en una u otra dirección, las descripciones de los tiempos en los que una gran inundación purgó los pecados del hombre serán tomadas como un mito para algunos, como un hecho veraz para otros, pero sobre todo, como un verdadero enigma para muchos.
Autor: Leonardo Vintiñi – La Gran Época
articulo publicado en…http://www.ancient-origins.es/noticias-general-mitos-leyendas/%C2%BFhubo-realmente-un-diluvio-universal-003333/page/0/2

 

En busca de evidencia de la gran inundación – ¿Era real, o sólo un mito? Parte II

El diluvio

 

La historia de un «gran inundación» es una cuenta generalizado compartida por muchas religiones y culturas de todo el mundo, y se remonta a nuestra primera historia escrita. De India a la antigua Grecia, Mesopotamia e incluso entre las tribus indias de América del Norte, no hay escasez de este tipo de cuentos que a menudo lo suficientemente suenan muy parecidos. Algunas de estas historias realmente suena tan similar que uno podría preguntarse si todas las culturas del planeta habían experimentado tal evento.

Para desafiar esta teoría, al menos hasta hace poco, los antropólogos insisten en que hace 10.000 años los humanos eran demasiado primitiva que tenía conocimiento de tal evento. Así que, en esencia, ya que no había civilizaciones conocidas en todo el tiempo que podría haber sido afectada por esta catástrofe natural, se pensó que la historia de Gran Inundación de ser un mito o un desastre que han tenido lugar más tarde en el tiempo, durante nuestra historia registrada . Por supuesto, ya que no existen indicios de cataclismos globales durante nuestra historia registrada, esto una vez más llevó a su eventual conclusión de que la gran inundación o era un mito o un incidente regional mucho más pequeño, como la inundación del Mar Negro.

Durante muchos años, esta fue la «lógica» general que dominaba la mente de muchos académicos y el mayor desafío a la teoría de la edad de hielo inundación, cuando esta hipótesis se crió.

nueva evidencia

NOAA arqueólogo hace la investigación bajo el agua usando un trineo construido especialmente montado con una cámara de alta resolución.

NOAA arqueólogo hace la investigación bajo el agua usando un trineo construido especialmente montado con una cámara de alta resolución. Imagen representativa. (Flickr / CC BY 2.0 )

Todo esto cambió en 1994 con el descubrimiento arqueológico de Gobekli Tepe, un mega sitio de 12.000 años de edad, en el sureste de Turquía, así como en el año 2002 con el descubrimiento de una ciudad de 10.000 años de antigüedad hallado sumergido bajo 130 pies de agua de la costa oeste de la India en el Golfo de Cambay. En este caso, varias generaciones de pescadores insisten en historias de una ciudad bajo el agua en esa zona, pero sus reivindicaciones pasaron desapercibidos hasta que el sitio fue descubierto accidentalmente durante las pruebas de contaminación de la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Tecnología Oceánica de la India.

Hay similitudes entre la leyenda del diluvio hindú de Manu y el relato bíblico de Noé.  Aquí el avatar de Vishnú peces ahorra Manu durante el gran diluvio.

Hay similitudes entre la leyenda del diluvio hindú de Manu y el relato bíblico de Noé. Aquí el avatar de Vishnú peces ahorra Manu durante el gran diluvio. ( Dominio Público )

Con el uso de sonar de barrido lateral, que envía un haz de ondas de sonido para el fondo del océano, los científicos descubrieron enormes estructuras geométricas en el fondo del mar, a una profundidad de unos 40 metros (130 pies). Restos recuperados del lugar, incluyendo materiales de construcción, cerámica, secciones de paredes, perlas, esculturas, y los huesos humanos fueron fechados de carbono y encontró que era aproximadamente 10.000 años de antigüedad.

Ahora, los científicos estiman que este 26 kilómetros cuadrados (10 millas cuadradas) de la ciudad estaba hundido después de la última edad de hielo, cuando el derretimiento del hielo hace 10.000 años hizo que los océanos de todo el mundo para aumentar de manera significativa. Este fue un hallazgo increíble. No sólo este descubrimiento ayuda a reescribir algunas de las primeras páginas de nuestra historia, pero lo más importante, que confirma los testimonios antiguos en todo el planeta en lo que se refiere al pasado civilizaciones perdidas (incluyendo la de la Atlántida, que, según Platón, fue ahogado por el mar durante este periodo).

Representación artística de Atlantis.

Representación artística de Atlantis. Fuente: BigStockPhoto

Las primeras civilizaciones avanzadas

Además de la antigua ciudad de Jericó, que hace tiempo se estableció para tener algunos de sus estructuras se remontan al 10 º milenio antes de Cristo, ahora tenemos dos notables descubrimientos adicionales que demuestran concluyentemente la humanidad había avanzado mucho más temprano en el tiempo que la comunidad científica que antes era consciente de. A la luz de estos hallazgos más recientes, es posible hoy en día para asumir que una inundación en todo el mundo, hace aproximadamente 10.000 años, puede haber sido uno de los nuestros antepasados ​​etiquetados como la gran inundación? Ciertamente podemos.

La ciudad sumergida en la costa oeste de la India, no sólo confirma que hace 10.000 años los humanos eran más avanzado, por lo tanto de esta catástrofe natural en particular, pero demuestra, además, que las aguas crecientes, particularmente entre 8000 aC y 7500 aC, devastadas aquellas civilizaciones y destruido todas las pruebas de su existencia.

Foto de la escultura antigua sumergida bajo el Mar Rojo.

Foto de la escultura antigua sumergida bajo el Mar Rojo. (Flickr / CC BY-SA 2.0 )

En un estudio publicado en Current Anthropology (diciembre de 2010), titulado «Nueva luz sobre la prehistoria humana en el Golfo Oasis árabe-persa,» Jeffrey Rose, arqueólogo e investigador de la Universidad del Reino Unido de Birmingham, señaló que el sesenta asentamientos altamente avanzada surgió de la nada en las costas del Golfo Pérsico hace unos 7.500 años.

Estos asentamientos ofrecieron casas bien construidas de piedra, las redes comerciales de larga distancia, elaborada cerámica, y los signos de los animales domésticos. Sin poblaciones precursoras conocidas en el registro arqueológico para explicar la existencia de estos asentamientos avanzados, Rose concluyó finalmente los habitantes de estos nuevos asentamientos fueron las de las poblaciones desplazadas que lograron escapar de la inundación del Golfo alrededor de 8000 aC.

"El diluvio" por Francis Danby, 1840.

«El diluvio» por Francis Danby, 1840 ( dominio público )

A medida que más y más evidencia apunta hacia ese supuesto, ¿es tan difícil imaginar que tal cataclismo en todo el mundo podría haber sido lo que borró nuestra historia temprana? Si no es así, ¿cómo podemos justificar el aumento de varias civilizaciones avanzadas en todo el planeta, que, desde los albores de nuestra historia registrada parecen aparecer misteriosamente de la nada? Durante la noche, estas personas resultó ser maestros de la arquitectura, la astronomía, y de alguna manera poseía habilidades tecnológicas increíbles que ni historiadores ni los antropólogos pueden explicarlo. ¿Es posible que debido a la falta de pruebas tangibles, los primeros estudiosos no haya procedido a la conexión y miles de reconocer que muchas de estas personas habían avanzado de años antes y antes de la gran inundación?

¿Es tan difícil aceptar que las estructuras megalíticas increíbles y logros tecnológicos de nuestra historia registrada temprana eran esencialmente parte de una época anterior «renacimiento» que se inició una vez que la subida de los océanos terminó?

Christos A. Djonis es autor del libro » ucronía? Atlantis Revealed «.

Imagen destacada: El diluvio (1834). ( Dominio Público )

Por Christos A. Djonis

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Evidencia de la Gran Inundación – real o un mito? Parte I

El gran diluvio, una inundación global.  (1869).

 

La historia de un «gran inundación» enviado por Dios (o dioses según el testimonio mucho antes) para destruir a la humanidad por sus pecados es una cuenta generalizado compartida por muchas religiones y culturas de todo el mundo, y se remonta a nuestra primera historia escrita.De India a la antigua Grecia, Mesopotamia e incluso entre las tribus indias de América del Norte, no hay escasez de este tipo de cuentos que a menudo lo suficientemente suenan muy parecidos.Algunas de estas historias realmente suena tan similar que uno podría preguntarse si todas las culturas del planeta habían experimentado tal evento.

¿Es posible que todas las cuentas de inundaciones repetidas con tanto celo en todo el mundo son una colección de mitos o incidentes aislados, como el académico dominante mantiene? ¿O era la gran inundación en todo el mundo un solo cataclismo que afectó a toda la humanidad en un momento durante la prehistoria?

Cataclismo

Mientras que los desastres pequeños y aislados pueden estresar y asustar a las poblaciones afectadas por igual, su efecto global es de corta duración, y que a menudo se desvanecen de la memoria en cuestión de décadas, si no años. En el caso de la gran inundación, sin embargo, tenemos una historia que parece no tener límites y que todas las culturas insiste en su naturaleza en todo el mundo. ¿De qué tamaño y la forma destructiva, sin embargo, que debe haber sido un desastre de tal manera que se las arregló para dorar en sí en la memoria colectiva de nuestros antepasados ​​durante miles de años? A juzgar por el testimonio común, esto no sólo debe haber sido un evento que afectó a todo el mundo al mismo tiempo, pero en fin de que se han convertido en un elemento permanente en la psique humana, que debe haber sido una experiencia que persistió no sólo por días o meses, pero por varias generaciones.

El aumento de los océanos

Si no es un incidente aislado, sin embargo, lo que califica catástrofe en todo el mundo sabe que se llama la gran inundación? Sin lugar a dudas el aumento significativo de los océanos, un desastre en todo el mundo que, al final de la última edad de hielo borra millones de millas cuadradas de tierra seca en todo el planeta, debe de haber sido el evento del fin del mundo cada cultura, para el día de hoy sin darse cuenta está hablando. Más en particular, fue el brusco aumento de los océanos alrededor de 8000 aC, que en última instancia condujo a la inundación del Mediterráneo en primer lugar, y por último a la inundación del Mar Negro. (Nota: A pesar de que en 1997 William Ryan y Walter Pitman sugirieron que la inundación del Mar Negro tuvo lugar alrededor de 5600 aC, un estudio posterior en 2005, patrocinado por la UNESCO confirmó que el incidente tuvo lugar mucho antes en el tiempo y más cerca de 8000 aC).

La gran inundación (circa 1450)

La gran inundación (circa 1450) ( Dominio Público )

El ascenso de los océanos era ese evento único, de larga duración, que reformó drásticamente las costas de nuestro planeta y la que afectó de forma simultánea todas las civilizaciones costeras de todo el mundo en ese momento. Aun cuando a primera vista, no parece que el aumento gradual de los océanos para cumplir con los criterios que el evento detrás de la leyenda de la gran inundación, un incidente responsable del nivel del mar aumente a nivel mundial en más de 400 pies, sin duda tenía muchas aleatoria episodios en los que la inundación era absolutamente impredecible. Al considerar que los seres humanos, por naturaleza, tienden a establecerse en las elevaciones más bajas y cerca del agua, que no deja ninguna duda de que todas las civilizaciones prehistóricas fueron totalmente devastadas por este evento.

Un estudio reciente publicado en Science News (4 de diciembre de 2010) titulado «Global Nivel del Mar subida al final de la última edad de hielo Interrumpido por Rápido Saltos» explica mejor que después del final de la última edad de hielo, desde alrededor de 17.000 antes de Cristo a través 4000 aC, los niveles del mar (en promedio) se incrementó en un metro (3,2 pies) por siglo.Sin embargo, el estudio también indicó que este aumento gradual de los mares fue marcado por saltos bruscos de nivel del mar a una velocidad de unos cinco metros por siglo (16,4 pies). Más precisamente, el estudio mostró que los períodos comprendidos entre 13000 y 11000 aC aC, así como entre 9000 aC y 7000 aC, se caracterizan por aumento anormal del nivel del mar.

Al estudiar más de cerca los cambios climáticos bruscos durante los últimos 18.000 años, el tiempo que transcurre entre 9000 aC y 7000 aC es de particular interés. A medida que los glaciares comenzaron a derretirse lo largo de miles de años antes de este período, y las temperaturas comenzaron progresivamente a aumentar con cada siglo que pasa, haciendo así que el proceso de fusión para acelerar, podemos suponer fácilmente que esto debe haber sido el período más activo en el mar aumento -level. Más exactamente, el peor período debe haber sido el tiempo alrededor de 8000 aC y el «ciclo de inundación» crítico que precedió a la inundación del Mar Negro, lo que realmente marcó el final de este período violento. (De hecho, si últimas edades de hielo periódicas e inundaciones no lograron previamente para agregar la salinidad en el agua fresca del Mar Negro, a continuación, sin duda, la última inundación global en torno a 8000 antes de Cristo debe haber sido la inundación más grande de todos los tiempos).

Alrededor de este periodo, además de todo el agua de los glaciares que fluía en gran medida en el Atlántico, dos enormes lagos glaciares en América del Norte se abrieron de golpe, en primer lago Agassiz y más tarde Lago ojibway, y comenzaron a drenar en el Atlántico Norte. Lago Agassiz solo, que cubre un área más grande que todos los Grandes Lagos modernas combinadas (440.000 kilómetros cuadrados), a veces más agua que contenía todos los lagos en el mundo de hoy. Se estima que la inundación explosión causada por el colapso del lago Agassiz solo puede haber sido responsable de los niveles del mar se eleven a nivel mundial por hasta nueve pies. El flujo total de agua dulce de ambos lagos era tan grande que no sólo eleva rápidamente el nivel del mar en todo el mundo por varios pies, pero este incidente puede haber en última instancia causó el «evento de 8.2 kilo años» que siguió hace aproximadamente 8.200 años (mini edad de hielo que se duró hasta cuatro siglos).

Mapa del lago glacial Agassiz y el lago ojibway ca 7900 aap.

Mapa del lago glacial Agassiz y el lago ojibway ca 7900 aap. (CC BY-SA 3.0)

Fue durante esta época cuando se perdieron la mayoría de las civilizaciones costeras de todo el planeta. El rápido aumento continuo del mar durante este período (en un promedio de seis a nueve metros [20 a 30 pies] por siglo o más), además de las condiciones climáticas adversas que acompañaron a este fenómeno, hacía imposible que los restos de cualquier civilización restablecerse.

El retorno de la Humanidad

Sólo después de 7000 aC, cuando los niveles de los océanos comenzaron finalmente la estabilización, la vida humana una vez más comenzó a volver a la normalidad. lugares costeros ya no tenían que ser abandonado por un terreno más alto, al menos en su mayor parte, y entre 6000 aC y 5000 aC, una vez más, que empiezan a ver signos de actividad humana más cerca del mar. ¿Es una mera coincidencia que nuestra historia «grabado» pasa a comenzar alrededor de este tiempo? ¿Es cierto que los primeros humanos eran demasiado primitiva para dejar rastros de su existencia atrás, o las primeras páginas de nuestra historia fueron «lavados» por la gran inundación de la última edad de hielo? Después de todo, parece que tan pronto como las condiciones climáticas adversas se retiraron, no pasó mucho tiempo para que los humanos prosperan una vez más.

Christos A. Djonis es autor del libro » ucronía? Atlantis Revealed «.

Evidencia de la Gran Inundación – real o un mito? Parte II Próximamente …

Imagen destacada: El gran diluvio, una inundación global. (1869). (Dominio público)

Por  Christos A. Djonis

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EL DILUVIO ¿UN HECHO HISTÓRICO?

La narración de la catástrofe que a punto estuvo de borrar toda huella de vida sobre la tierra tiene orígenes remotos y se ha conservado en muchas versiones diferentes.

 

n un libro escrito recientemente, Noah´s Flood, dos geofísicos estadounidenses, William Ryan y Walter Pitman, explican sus investigaciones acerca del «diluvio universal». Sobre este diluvio hablan literaturas de todo el mundo, y se han escrito al menos 80.000 obras en unas setenta lenguas pertenecientes a zonas muy distantes.

Algunas de estas versiones proceden de la narración bíblica, la cual, al menos en Occidente, es la más conocida: podría haber sido introducida en otros pueblos por los misioneros cristianos y, tiempo después, habría sido explicada, después de haberla adaptado a sus propias tradiciones, por estos mismos pueblos a nuevos exploradores. Otras versiones pueden haber sido influenciadas por narraciones más antiguas, como las mesopotámicas, cuyos ecos estarían presentes en las narraciones bíblicas, indias o griegas.

Existen versiones del todo autónomas y justamente es la existencia de éstas lo que suscita legítimas dudas sobre la solución propuesta por los dos estudiosos americanos, a no ser que queramos considerar el evento por ellos descrito como un diluvio no «universal», sino simplemente un suceso de gran magnitud, pero limitado, que dio origen a las narraciones mesopotámicas y bíblicas a las que Ryan y Pitman se refieren.

EL DILUVIO SEGÚN LA BIBLIA

1Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación. 2De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. 3También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. 4Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice. 5E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.
6Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra. 7Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. 8De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra, 9de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé. 10Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
11El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, 12y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca; 14ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie. 15Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. 16Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
17Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. 18Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. 19Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. 20Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes. 21Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. 22Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. 23Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. 24Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

Según su teoría, hace cinco millones de años, cuando el hombre todavía no existía, el desierto mediterráneo desapareció para siempre bajo el agua salada que había penetrado desde el estrecho de Gibraltar. El descubrimiento de este lejano suceso impulsó sus investigaciones en el mar Negro para intentar dar una explicación al mito del diluvio. En ese mar se produjo un hecho similar, que tuvo lugar en época muy reciente, aproximadamente hacia el VI milenio a.C., fecha en la que el hombre ya estaba presente desde hacia tiempo en la Tierra.

Para Ryan y Pitman la explicación del diluvio reside aquí: el suceso fue transmitido oralmente por los supervivientes y dio lugar a las narraciones mesopotámicas, que lo adaptaron a sus tradiciones. Además, según su planteamiento, de la diáspora de los habitantes de la llanura donde ahora se halla el mar Negro nacieron las diferentes civilizaciones antiguas, desde los sumerios hasta los egipcios, desde las poblaciones semíticas de Mesopotamia a los primeros indoeuropeos. Sin embargo, tal afirmación no va acompañada de pruebas que puedan confirmar una teoría tan arriesgada, que pretende explicar de forma muy esquemática el nacimiento de pueblos y civilizaciones tan diversos entre sí.

La teoría de los dos estudiosos americanos y el interés que suscita nuevamente el tema del diluvio, a través de muestras y libros, obligan a estudiar la cuestión desde el punto de vista arqueológico. Poseemos dos tipos de datos arqueológicos: por una parte, los restos arqueológicos propiamente dichos; por otra, los textos de las narraciones mesopotámicas contenidas en las tablillas cuneiformes y textos paralelos de otras fuentes (Biblia, Beroso, etc.)

La arqueología, tras un periodo de euforia en el que se creyó haber encontrado pruebas del diluvio, no ha podido proporcionar nueva información. Durante las excavaciones de 1929 en Ur, Leonard Woolley halló un estrato de arcilla (de un espesor entre los 3 y 4m) debajo del cual había restos de una civilización primitiva. No dudó en considerarlo una prueba del diluvio, que fechó hacia el IV milenio a.C.

Poco después, sin embargo, Stephen Herbert Langdon descubrió en la ciudad de Kish un estrato similar de 0,30 m de espesor, aunque posterior, aproximadamente de 2800 a.C., al estudiado por Woolley. Otros estratos del tipo se encontraron también en Shuruppak, en Uruk, en Lagash y en Nínive.

No se trataba, empero, de casos unívocos y contemporáneos, sino de estratos que demostraban inundaciones ciertamente terribles pero que tuvieron lugar en épocas distintas. Tampoco se han hallado en estos estratos restos de elementos marinos.

A pesar de que la arqueología sobre el terreno no nos proporciona pruebas indiscutibles del diluvio, en cambio, los textos de terracota nos conducen a un terreno mitológico en el que el diluvio está bien atestiguado.

A pesar de unas interpretaciones a menudo controvertidas, la gran parte de su contenido ha sido aceptada por la mayoría. Se trata de documentos de gran importancia, que podríamos definir de «primera mano», aunque sean copias de narraciones precedentes. Por este motivo, resulta indispensable conocerlos en su totalidad y acompañamos el presente artículo con la traducción de los pasajes esenciales. Las lagunas han sido indicadas con corchetes, mientras que las partes incomprensibles o no tan importantes no han sido traducidas y están marcadas con puntos entre paréntesis.

El texto más antiguo fue escrito en sumerio hacia el siglo XVIII a.C., cuando esta lengua ya estaba extinguida y era considerada «clásica», o sea, no era hablada pero sí se utilizaba en la escritura. El texto, que se conserva en el Museo de Pennsylvania, fue encontrado en 1895 en las excavaciones de Nippur.

El tema del diluvio también está presente en narraciones de pueblos semíticos que utilizaban el acadio o asirio – babilonio. Durante el reinado del rey babilonio Ammi-saduca (1646 – 1626 a.C.) fue escrito el texto de un extenso poema de 1245 líneas. Actualmente se halla en el British Museum. Lo escribió un joven escriba, de nombre Ku-Aja, encargado de copiar el poema.

Según este poema, los dioses se habían repartido la creación: el reino de ultratumba fue para Ereshkigal; a Anu (el An sumerio) se le concedió el cielo; Ea (Enki en sumerio) obtuvo el mundo de las aguas subterráneas (el «abismo»), y, por último, a Enlil, el dios del viento, se le confió la tierra. Además, los dioses crearon al hombre, quien trabajaría y les honraría mediante sacrificios.

El castigo de Enlil

Llegando a ser muy numerosos, los hombres comenzaron a molestar al dios Enlil con su ruido. Cualquiera que fuera el significado de este «ruido» (¿una rebelión? ¿el eco literario de un exceso de población?), Enlil convenció a los otros dioses para unirse a su propósito de destruir la humanidad. Lo intentó con varios medios (epidemias, carestía), hasta que ocurrió al diluvio. Esta descripción es la narración más antigua del diluvio escrita en asirio-babilonio. En ésta el protagonista no se llama Ziusudra, sino que tiene el sobrenombre de Atra-khasis, que significa «el gran sabio». En cambio, el dios que le ayuda a salvarse es Ea.

Ciertamente, tras la lectura del extenso pasaje del Atra-khasis se plantean numerosas cuestiones que todavía no pueden ser resueltas satisfactoriamente. Sin embargo, en muchos aspectos nos puede ayudar la narración del diluvio presente en el poema de Ghilgamesh: de hecho, se podrá comprobar que los dos pasajes, a pesar de pertenecer a épocas muy distantes en el tiempo, están relacionados y, en consecuencia, la versión más completa ayudará a entender mejor los lados más oscuros de la otra. Antes de pasar a comentar el Ghilgamesh, es conveniente decir que el poema de Atra-khasis gozó de gran fortuna durante siglos, hecho que también comportó que el texto sufriera modificaciones, como nos lo demuestran algunos fragmentos posteriores.

Por ejemplo, hay un fragmento de época neoasiria, conservado también en el British Museum, que fue hallado en la biblioteca del rey Assurbanipal (siglo VIII a.C.), en Nínive: el mismo lugar y la misma época de las tablillas del poema de Ghilgamesh. Mas, como en el caso de este poema, la composición de este fragmento se remonta a una época anterior. De hecho, el escriba escribió en algunas ocasiones que el texto que copiaba estaba incompleto en algún punto y no podía leerlo.

Hay además un fragmento medio-babilonio, que se remonta al siglo XIV – XIII a.C. Fue encontrado durante las excavaciones de Nippur y se conserva en el Museo de Filadelfia. Poco es lo que contiene, pero nos revela el nombre del arca, la cual como toda nave que se precie, debía ser bautizada: «Guardia de la vida».

La versión más completa

Veamos a continuación la historia del diluvio mesopotámica más conocida, a veces considerada la más antigua e incluso la única. Es la narración presente en la tablilla XI delPoema de Ghilgamesh. No constituye un pasaje fundamental, como en el Atra-Khasis, pero es narrada por un superviviente del diluvio al protagonista del poema.

EL DILUVIO EN EL «GHILGAMESH»

Um-napishtim dijo a Ghilgamesh:

«Quiero revelarte algo que no se ha explicado, un secreto de los dioses. En la antigua ciudad de Shuruppak, que tú conoces y que está situada en la ribera del Éufrates, los grandes dioses decidieron desatar el diluvio. El dios Ea juró con ellos, pero contó la decisión a una choza de caña: ´¡Choza, choza! ¡Pared, pared! ¡Choza, escucha! ¡Muro, atiende! ¡Morador de Shuruppak, hijo de Ubara-Tutu, destruye tu casa, construye una nave, abandona la riqueza y busca la vida! ¡Desprecia los bienes materiales y conserva la vida! Reúne en la nave todas las semillas de la vida (…)`.
«La cargué (la nave) con todo aquello que poseía, con toda la plata y el oro que tenía. La cargué con todas las semillas de la vida que tenía. Subieron a bordo toda mi familia y parientes. También ordené cargar los animales del campo, las bestias salvajes del campo, y que subieran todos los artesanos. ´ El dios Sol ha fijado una hora. Por la mañana hará llover pan y por la tarde habrá una lluvia de grano. ¡Entra en la nave y cierra la puerta!`. Llegado el momento, por la mañana llovió pan, por la tarde grano. Miré el aspecto del cielo y tuve miedo (…)».
«Con las primeras luces de la mañana, una negra nube apareció por la base del cielo. El dios Adad tronaba en su interior continuamente. Los dioses Shullat y Khan le precedían, corriendo como heraldos por montes y pueblos. El dios Errakal destruye los palos de (¿amarre?) y el dios Ninurta abate los diques. Los dioses Annunaki llevan antorchas y con su fuego incendian el país. El mortal silencio del dios Adad avanzó por el cielo, sumiendo en tinieblas todo lo resplandeciente. (…) Durante un día la tempestad sopló velozmente y avanzó como una batalla […]. El hermano no vio a su propio hermano, y no fueron reconocibles las personas. En el cielo los dioses sintieron miedo del diluvio, se acobardaron, subieron hasta el cielo de Anu. Los dioses se arremolinaron como perros, acurrucados afuera. La diosa Ishtar gritaba como una parturienta (…). durante seis días y seis noches continuó soplando el viento. (…) Cuando llegó el séptimo día se aplacaron la tormenta y el diluvio, que había combatido en la batalla como una mujer en el parto. Se calmó el mar, el viento maligno cesó, el diluvió terminó. Observé el día. Reinaba la calma, toda la humanidad se había convertido en barro. El paisaje aparecía liso como un techo. Abrí la escotilla. La luz cayó sobre mi nariz. Bajé, me senté, lloré. Corrían por mis mejillas las lágrimas. Miré las regiones más allá del mar. A una distancia de doce vueltas aparecía un lugar aislado. La nave se detuvo en el monte Nisir. El monte Nisir aferró la nave y no le permitió moverse. Pasaron seis días. Cuando llegó el séptimo día hice salir una paloma, la liberé. La paloma marchó y volvió. Volvió porque no le era visible un lugar en el que posarse. Liberé entonces a una golondrina. La golondrina marchó y volvió. Volvió porque no le era visible un lugar en el que posarse. Saqué a un cuervo, lo liberé. El cuerpo marchó, vio la bajada de las aguas, comió y no regresó. Entonces hice salir a todos a los cuatro vientos, y realicé un sacrificio. Dispuse la ofrenda sobre la cima del monte. Coloqué siete recipientes en los que vertí caña, cedro y mirto. Los dioses olieron el perfume. Los dioses se reunieron como moscas en torno al sacrificio(…)
«Los dioses tomaron una decisión junto a él. Enlil subió a la nave, tomó mi mano, me hizo subir, e hizo arrodillar a mi mujer junto a mí. Tocó nuestra frente y nos bendijo:
´ Antes Um-napishtim era un hombre, ahora que él y su mujer sean como nosotros los dioses. Viva Um-napishtim lejos, en la desembocadura de los ríos`. Así me tomaron y me hicieron vivir lejos, en la desembocadura de los ríos».

Aunque no posea en el conjunto de la obra la función primordial que tenía precedente, sin embargo, esta versión es la más completa, la más viva y la más poética entre todas las que han llegado hasta nosotros. También fue hallada en la biblioteca del rey Assurbanipal, pero es de una época precedente, más concretamente a la que se remonta también el fragmento de Nippur del Atra-khasis. El escriba Sinleqe-unnini reelaboró toda la historia de Ghilgamesh en aquel periodo.

Esquematizando mucho, podemos recordar que Ghilgamesh aparece en el poema que lleva convencionalmente su nombre como el rey postdiluviano de Uruk, la bíblica Erek.

Los habitantes de la ciudad, oprimidos por su tiranía, pidieron ayuda a los dioses, quienes crearon a un ser feroz, Enkidu, para que se enfrentara a Ghilgamesh. Sin embargo, ambos trabaron gran amistad y llevaron a cabo hazañas heroicas hasta que, por haber ofendido a una diosa, Enkidu fue muerto. Impresionado Ghilgamesh inicia su búsqueda desesperada de un remedio contra la muerte y encuentra a su abuelo, quien había conseguido sobrevivir al diluvio. En este punto se añade la historia del diluvio, explicada por Um-napishtim (o Ut-napish-tim).

Reuniendo los datos de todas las versiones, según su estado de conservación, podemos hacer una síntesis de las diferentes etapas de la narración mesopotámica del diluvio:

  • El dios Enlil está decidido a acabar con la humanidad.
  • Los dioses acuerdan provocar el diluvio y juran no revelar a nadie tal decisión.
  • El dios Enki (Ea) rompe el juramento al revelar al héroe las intenciones de los dioses a través de un sueño y usando la estratagema de hablar a la pared de la habitación, de forma que su protegido pueda oír desde el interior.
  • Enki/Ea ordena a su protegido construir un arca, meter dentro las «semillas de la vida» (las diferentes especies de animales) y llevar consigo a sus familiares y a otras personas. Le aconseja decir a sus conciudadanos una mentira: se ve obligado, por discordia entre los dioses, a irse a vivir al «abismo» (el lugar de las aguas subterráneas, donde evidentemente necesitará un barco).
  • Construida la nave, se desata el diluvio durante siete días y siete noches (el «siete» en la literatura del antiguo Oriente Medio es un número simbólico que significa el cumplimiento de una acción o el final de un acontecimiento). Los dioses se arrepienten y la diosa madre se lamenta.
  • La nave llega hasta un monte (en el Ghilgamesh, Nisir o Nimush, según sea la lectura del segundo signo cuneiforme). El protagonista libera los pájaros hasta que no retorna; entonces comprende que el nivel de las aguas comienza a descender. Sale del arca y realiza un sacrificio.
  • Los dioses se complacen con el sacrificio. La diosa madre reprocha a Enlil su acción. Éste se irrita porque ha habido supervivientes y descubre que el culpable de esta ha sido Ea.
  • Ea se justifica y acusa Enlil de haber llevado a cabo una acción desmesurada. Enlil acepta la situación. En consecuencia, el protagonista del diluvio es llevado a un lugar lejano, a oriente, cerca de la desembocadura de los ríos Tigris y Éufrates, a un lugar llamado Dilmun (probablemente Bahrein), donde es hecho inmortal.

Muchas reelaboraciones

Es evidente que estas narraciones derivan de un arquetipo cuya composición sería mucho más antigua que la primera versión que poseemos. Las relaciones entre los diferentes textos es algo que todavía es objeto de discusión. Por ejemplo, la correspondencia de ciertas presentes tanto en el Atrakhasis (antes del siglo XVII a.C.) como en el Ghilgamesh(siglo XIV a.C.) puede hacernos pensar que la segunda narración deriva de la primera. Sin embargo, no se puede rechazar la hipótesis de que ambas provengan de una fuente común y hayan tenido una evolución independiente. Además, esta narración aparece de nuevo en algunas versiones que podríamos definir como «lejanas», tanto en el espacio como en el tiempo. Alejadas especialmente son la versión de Ugarit (ciudad de la costa mediterránea) y la bíblica. Muy posterior, en cambio, es la versión de Beroso, que la escribió cuando los macedonios se habían adueñado de Mesopotamia.

Son numerosas las dudas que plantean las relaciones entre estas versiones. Por ejemplo, ¿acaso la narración de la Biblia fue influida directamente por las mesopotámicas, o, en cambio, es el fruto de una elaboración independiente, aunque derivada de un arquetipo común y desconocido?

La narración de Ugarit procede de una excavación arqueológica. Se trata de un breve fragmento que formaba parte de una tablilla mayor del siglo XIII a.C. Era una tablilla a cuatro columnas donde se narraba la historia del diluvio como narración independiente, no como parte de una historia más larga. Además, está narrada en primera persona, como en elPoema de Ghilgamesh, mas el nombre del protagonista es Atra-khasis.

Pasemos ahora a la versión bíblica del Génesis, la que ha inspirado miles de presentaciones algunas de ellas verdaderas obras de arte. En este caso, es mejor hablar de narraciones, puesto que desde hace tiempo la mayoría de estudiosos está de acuerdo con la teoría de que en la Biblia existen dos versiones diferentes, unificadas y mezcladas sin que ninguna de ellas prevalezca sobre la otra. Esto provoca, no obstante, numerosas contradicciones: por ejemplo, en un pasaje se explica que Noé llevó al arca siete pares de animales puros y de pájaros, y un único par de impuros, mas poco después se menciona un par de animales de cada especie. Otro ejemplo: en un pasaje se lee que el diluvio duró cuarenta días, mientras que en otro, tras hacer un cálculo, resulta que duró un año y once días. Se ha intentado diferenciar las dos versiones basándose en el modo de nombrar a Dios, puesto que en la más antigua se utiliza el término Yahvé (escrito Yhwh), y en la más reciente el de Elohim. También se discute sobre las fechas: la tradición más antigua se remontaría a los siglos IX – VIII a.C. y la más reciente sería del siglo VI a.C.

Origen común

A pesar de las evidentes diferencias (la principal de ellas, el monoteísmo), parece indudable la existencia de un estrecho vínculo entre la narración bíblica y las mesopotámicas: el arca, los animales que allí encuentran refugio, los pájaros enviados tras el diluvio, etc. También los pasajes sobre el diluvio de las Biblias apócrifas están relacionados con los anteriores textos, a pesar de las variantes. Un ejemplo destacado es el llamado Libro de los Jubileos, conocido por manuscritos de los siglos XV – XIX d.C. escritos en etíope clásico, donde se explica que «el arca fue vagando y se detuvo en la cima del Lubar, una de las montañas de Ararat» (el mismo monte donde Noé planta una viña y es sepultado, citado también en los manuscritos de Qumran).

El texto sobre el diluvio más «alejado» en el tiempo fue escrito por Beroso, un sacerdote babilonio que vivió entre el siglo IV y el III a.C., que quiso dar a conocer entre los griegos la historia de su país. La narración de Beroso fue resumida por Polístor (siglo I a.C.), cuya obra conocemos por pasajes incorporados a la Crónica de Eusebio de Cesarea (siglo IV d.C.), algunos conservados en griego y otros en la traducción Armenia.

En los pasajes sobre el diluvio de Beroso, en parte modificados por sus compiladores, junta a evidentes añadidos se leen detalles ya conocidos, que sitúan a Beroso en la lejana tradición mesopotámica. Aparecen también aquí el aviso divino a través de un sueño, la salvación en el arca de los animales, el envío de pájaros, etc. Pero encontramos también otros particulares que faltaban en la Biblia. El primero es la respuesta que había que dar a quien preguntara sobre el arca y los preparativos; el segundo es la inmortalidad concedida al protagonista, a quien se le permite habitar junto a los dioses.

Una atroz tromba de agua

EL RELATO MÁS ANTIGUO

«Éstos son los pasajes del texto, escrito en sumerio, hallado en Nippur en 1895: «En aquel tiempo el rey Ziusudra, el ungido […], construyó un refugio redondo […]. Cada día tenía un sueño, y pedía al cielo y a la tierra que le fuera interpretado […]. Ziusudra, estando a un lado de un muro, escuchó: ´¡Sitúate a la izquierda, junto al muro!`, (le dijo el dios). ´[…] Debo hablarte a través del muro. Escucha bien mis instrucciones. Tendrá lugar un diluvio en los lugares santos causado por vosotros […] y de este modo la semilla de la humanidad será destruida […]. La sentencia es definitiva y es una decisión de la asamblea[…]`

«Se cernieron los vientos malignos y la tempestad. El diluvio durante siete días y siete noches inundó los lugares santos. El viento maligno zarandeó el arca en la gran extensión de agua, posteriormente salió el dios Sol llevando la luz al cielo y la tierra. Entonces Ziusudra hizo una abertura en el arca y el dios Sol entró con su luz. El rey Ziusudra se presentó ante el dios Sol, besó la tierra, sacrificó bueyes y muchas ovejas […] .

´ Invocad la vida del cielo y de la tierra […]. Invocad los dioses An y Enlil […]`. La ruina se alzó de la tierra y desapareció. El rey Ziusudra se presentó ante An y Enlil, besó la tierra. An y Enlil dieron a Ziusudra y su mujer la vida semejante a un dios. Le concedieron la vida perpetua como a un dios. En aquel tiempo el rey Ziusudra, quien en el año de la destrucción había conservado la semilla de la humanidad, marchó a vivir a un país extranjero, al país de Dilmun, donde nace el Sol».

Todas estas narraciones, emparentadas entre sí por un origen común, no sirven para corroborar la hipótesis defendida por los estudiosos americanos sobre el diluvio. Tampoco es cierto que la narración del diluvio llegara a Mesopotamia desde el extranjero y allí fuera adaptada, puesto que esta «adaptación» habría sido del todo diversa. Las supuestas poblaciones que emigran de una llanura que rápidamente se llenaba de agua, convirtiéndose en el mar Negro, habrían llevado consigo el recuerdo de una atroz tromba de agua que había inundado su espacio vital.

Nada, en consecuencia, que pudiera inspirar el «diluvio mesopotámico», que es completamente diverso: agua que surge del suelo, lluvia acompañada de rayos y truenos, falta de sol. Además, se habla de una bajada del nivel de las que permitió repoblar la tierra: lo contrario de cuanto sucedió en el mar Negro, donde las aguas nunca volvieron a bajar.

Los estudios geológicos aún no ofrecen explicaciones convincentes, y hay que resignarse a pensar que fueron varios fenómenos separados, aunque terribles y excepcionales, los que dejaron recuerdos tan funestos en los diferentes lugares en los que se produjeron. Entre ellos destaca el que dio origen a las narraciones mesopotámicas, estrechamente relacionadas tanto con las más alejadas en el espacio (las de la costa mediterránea) como en el tiempo (bajo la dominación macedonia). Hay que suponer un arquetipo común, aunque poco después se separara en diversas tradiciones: los pasajes fundamentales son muy parecidos en todos los textos y esto demuestra su origen común. El paso del tiempo y la propia idiosincrasia de cada pueblo fueron aportando modificaciones: monoteísmo en la Biblia, escrituras enterradas en Beroso… Más se trata de modificaciones que no plantean dudas sobre su origen.

Por las descripciones, podrían parecer que el diluvio mesopotámico fue causado por una catástrofe que se produjo en el golfo Pérsico, o incluso más al sur. De hecho, la narración cuenta que el arca fue construida en Shuruppak, en el sur de Mesopotamia, y que su periplo la condujo hasta el norte, como si hubiera sido transportada por una gran marea hasta un valle de los Zagros.

El mito del arca

Es obvio que nunca se ha dicho que el arca haya existido; ni puede ser verdad, si tuvo lugar algo que dio origen a este mito, que hubiera habido una masa de agua tan grande como para trasportar un navío tan lejos. Pero la idea principal resta: de la narración podría deducirse que el diluvio «mesopotámico» fue una catástrofe que llevó una gran masa de agua del sur al norte procedente del mar. Pero los datos arqueológicos no confirman semejante hipótesis: los estratos en los que se han podido identificar importantes inundaciones revelan que los ríos fueron causantes de ellas, no el mar.

EL DILUVIO EN EL «ATRA-KHASIS»

«Atra-khasis pidió a su señor:´ Permíteme entender el sueño, dame su explicación`. Y Ea respondió a su siervo: ´¡Me pides la explicación! ¡Mas este mensaje que te digo debes guardarlo! ¡Muro, escúchame! ¡Choza, recuerda cuanto te digo! ¡Destruye la casa! ¡Construye una nave! ¡No te preocupes por los bienes materiales, conserva la vida! (…)`. Le predijo que el diluvio tendría lugar tras siete noches. Atra-khasis obedeció. Reunió a los ancianos de la ciudad ante su puerta y les dijo: ´ Mi dios (Ea) no está de acuerdo con vuestro dios (Enlil). Ea y Enlil están furiosos. Por esto debo marchar de mi casa: debido a que soy un asiduo venerador de Ea, he tomado esta decisión. No residiré más en vuestra ciudad, no pondré el pie en la tierra de Enlil`. (…)

«Atra-khasis cargó la nave con toda la plata que tenía y con todo el oro que tenía. Capturó y subió a bordo animales puros, animales grandes. Hizo entrar a los alados pájaros del cielo, el ganado, los animales del campo. Terminando el mes […] invitó a su pueblo a un banquete […] e hizo entrar en el arca a su familia. La gente comió y bebió, mientras que él entraba y salía, sin detenerse, sin sentarse nunca. Su corazón estaba dolido y vómito bilis. El día cambió su aspecto. El dios Abad rugió entre las nubes […] escucharon su rumor. Fue llevado el betún y él cerró la puerta. Tras ser atrancada la puerta, Adad rugió entre las nubes y los vientos se volvieron furiosos. (Entonces Atra-khasis) cortó la cuerda y liberó la nave (…). El diluvio se produjo. Su poder avanzó contra los hombres como una batalla. No vio más el hermano a su hermano, no se reconocieron en aquel desastre. El diluvio rugió como un toro (…). Hizo salir a los cuatro vientos. Puso la ofrenda […], preparó la comida (a los dioses) […]. Los dioses olieron el perfume, se reunieron en torno al sacrificio como moscas».

Si queremos situar el diluvio en Mesopotamia, debemos excluir un acontecimiento marítimo y pensar en una gran inundación fluvial, causada por lluvias tanto en las cabeceras de los ríos y sus afluentes como en la misma Mesopotamia: inundación que de los datos recogidos podría haberse producido en el IV milenio o a principios de III a.C. En torno a la última fecha se han encontrado huellas de una gran inundación producida en una extensa zona de Sumeria. Además, esta fecha podría justificar también la narración de Beroso, cuando refiere el enterramiento de las escrituras en Sippar: la escritura, por aquella fecha, ya había sido inventada por los sumerios. Por otro lado, el rey Assurbanipal, el soberano que ordenó reunir en Nínive copias de las obras literarias de culturas anteriores, se enorgullecía de saber leer «la misteriosa escritura anterior al diluvio».

Inspirado o no en un hecho preciso, sea falsa o verdadera la historia del arca, en cualquier caso el diluvio fue entendido por aquellos pueblos como una importante línea de corte en la historia de la humanidad, tras la cual surgió un nuevo mundo. En un texto, el diluvio marca incluso la separación entre el «antes y el después de la agricultura», como si separara la barbarie de la civilización, la prehistoria de la historia. En consecuencia, su significado va más allá de lo que hubiera comportado una determinada catástrofe. Igualmente, la Biblia ha utilizado la tradición del diluvio.

Entre las cuestiones que surgen tras la lectura de las diferentes, hay varias que quizás sean las más polémicas suscitan: ¿existió verdaderamente el arca? ¿Estaba hecha de juncos, como leemos en el fragmento medio-babilónico de Atra-khasis? ¿O era de madera, como sugiere el determinante «madera» que precede al nombre en los documentos cuneiformes y como dice Beroso? ¿Esta madera es el intraducible gofer de la Biblia? ¿Y si existió, dónde atracó? La última pregunta es la única que estamos en condiciones de responder, siempre que la modifiquemos: no «dónde atracó», sino «dónde pensaron los antiguos que atracó». Las indicaciones que poseemos provienen de tres fuentes: 1) Beroso, que habla de Armenia y de las montañas «de los kurdos». 2) La Biblia, que habla de «montes del Ararat» o de «Lubar, uno de los montes de Ararat». 3) El Poema de Ghilgamesh, que habla de un monte llamado Nisir o Nimush.

Es necesario comentar que el término «Ararat» tiene un significado diferente del que habitualmente se cree, es decir, que se trate del monte Ararat. La razón es doble: por una parte se de «montes del Ararat», e incluso en la Biblia apócrifa se especifica cuál es este monte, de aquí viene la sospecha de que este nombre sea muy genérico, debido a que el Ararat es un volcán aislado, que cuenta con dos elevaciones; por la otra, en algunos pasajes de la Biblia el término «Ararat» no indica una montaña, sino una región, o incluso un antiguo estado: Urartu, que se extendía desde Armenia hasta zonas habitadas por los kurdos. La Biblia indica una región más extensa, la misma indicada posteriormente por Beroso, no un lugar preciso, aparte de la indicación del monte Lubar. Desgraciadamente, no sabemos qué monte es el Lubar, simplemente tenemos la sospecha de que indicara una zona habitada en un tiempo por los lulubeos.

Las decenas de expediciones que han intentado encontrar el arca en el Ararat han logrado bien poco: algunos maderos de incierta procedencia cuyo análisis mediante el carbono 14 proporciona fechas divergentes según cada laboratorio; fotografías perdidas o inaceptables, cuando no se trata de burdas falsificaciones; testimonios orales aislados sin ninguna base… No es que el arca no haya sido encontrada, se han hallado dos: una en el mismo Ararat, todavía envuelta en misterio y de la que no existen fotografías; la otra mucho más alejada del monte, pero de la que existen abundantes análisis y fotografías (se trata de un conglomerado rocoso con forma de arca).

EL DILUVIO SEGÚN BEROSO

«Tras el final de Otiarte, su hijo Xisuthros reinó durante dieciocho sari (sistema de medida sumerio) y bajo su reinado se produjo el diluvio… Cronos le manifestó en un sueño (…) que el día quince del mes de Daisio la humanidad sería destruida por el diluvio. Él ordenó enterrar y depositar en la ciudad del sol Sippar todos los escritos (…); construir una nave y embarcarse con sus parientes y amigos más cercanos; acumular dentro provisiones y bebida; llevar consigo animales salvajes y pájaros y cuadrúpedos, y estar preparado para partir con todo. Xisuthros preguntó hacia dónde debía guiar la nave. Y esto se le respondió: hacia los dioses, con el propósito de rezar, así los hombres se salvarán. (…) Se produjo el diluvio y después de poco cesó. Entonces Xisuthros dejó partir algunos pájaros y no encontraron ni alimento ni lugar donde posarse. (…) Los envió una tercera vez y no volvieron más a la nave. Xisuthros comprendió que la tierra había aparecido y era accesible. Abrió una parte de la cubierta de la nave y vio que ésta descansaba sobre un monte. Marchó de allí acompañado de una mujer y de una hija junto con el capitán de la nave y oró sobre la tierra, levantó un altar y sacrificó a los dioses. Y entonces desapareció de la vista junto a aquellos que con él habían bajado de la nave (…). El lugar donde habían desembarcado y se hallaban era el país de Armenia. (…) Hasta ahora, una pequeña parte de la nave, en el punto en el que se posó en Armenia, queda como recuerdo sobre la cadena montañosa de los cordiei (kurdos) en Armenia (…).

Evidentemente, ninguna de las dos es la verdadera: de la primera faltan pruebas y la segunda, si acaso alguna vez esa roca contuvo una nave, está más relacionada con la leyenda de un antiguo sátrapa, que tenía en un lago de esa región una gran embarcación. Peor aún: quien sostiene haber entrado en la primera afirma que encontró hierro, con el que se cerraban las jaulas de los animales; quien, en cambio, ha delimitado las partes de la segunda, afirma que esto ha sido posible gracias a la presencia de subdivisiones internas de hierro. Sin embargo, en cualquiera de las épocas que hubiera podido ocurrir el diluvio, el hierro aún no era utilizado. En consecuencia, parece que la búsqueda del arca en el Ararat, más bien producto de una ciega fe en la Biblia, no va a sufrir grandes avances.

En el Ghilgamesh, la mención del nombre en el poema (Nisir o Nimus, por convención usaremos siempre Nisir) es ciertamente la más interesante, ya sea porque es la más antigua, ya sea porque, aparte de la de Beroso, está contenida en una narración mesopotámica.

El texto que poseemos es del siglo VII a.C., pero sabemos que se compuso al menos seis siglos antes; en cambio, la tradición bíblica que cita el monte Ararat es la más moderna de las dos (siglo VI a.C.), sin referirnos ya a Beroso, muy posterior. Además de ser una narración mucho más antigua, en el Ghilgamesh se menciona una montaña concreta, no una región tan extensa como Ararat/Urartu.

Es aquí donde hay que dirigirse si queremos responder la pregunta «hasta dónde pensaron los antiguos que llegó el arca». El problema reside en la ubicación del monte Nisir, del que se habla en otras fuentes, aunque tampoco especificación dónde se halla.

Resta el hecho histórico de que, en el siglo IX a.C., el rey asirio Assurnasirpal realizó una serie de expediciones contra poblaciones lulubeas, y en una de ellas conquistó el monte Nisir: «He entrado en el Paso Babitu y me he acercado al monte Nisir, que los lulubeos llaman Kinipa… Las gentes del lugar, atemorizadas, han subido al monte Nisir, pero yo les he seguido detrás como un pájaro…»

Siendo conocida la ubicación del Paso Babitu y la de al tierra de los lulubeos, que hemos situado en los Zagros, más allá de As Sulaymaniyah, es fácil comprobar que nos hallamos en otra zona diferente a la del Ararat: una zona que en épocas pasadas podía efectivamente coincidir con el extremo sur del Urartu y que fue habitada por población Armenia y, como ahora, kurda.

http://www.gbasesores.com/reflexiones/biblia/diluvio.htm

¿Fué real la historia del diluvio universal? – Leyendas del lejano Oriente

La historia de una gran inundación asolando la Tierra y causando una destrucción extrema ha sido documentada en el folklore de casi todas las culturas del mundo habiendo autores que estiman quepudieran existir más de 500 relatos por todo el mundo narrando tal evento. Todos ellos con una sorprendente consistencia de las coincidencias entre las narraciones de culturas opuestas y localizadas a gran distancia unas de otras.

En Oriente existen también varias versiones del relato del gran diluvio, de sus motivos y consecuencias. La nación china posee varias de estas leyendas en su haber, tal es el caso de la leyenda de ‘’la familia de Fuhi’’, las únicas personas sobre la faz del mundo que consiguieron sobrevivir a la catástrofe en un barco y encargados de repoblar el planeta.

Otro mito de la ancestral China cuenta como el dios supremo encargó al dios del agua crear el diluvio para inundar la Tierra como castigo para la desobediencia humana hasta que un héroe decidió enfrentarse a los dioses tratando de detener el incesante aumento de las aguas y la consecuente extinción.

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En oriente es común encontrar diferentes versiones de este relato

En otra leyenda del mismo país se narra que un chico y una chica, hermanos, fueron los únicos supervivientes del diluvio y que, con ellos, salvaron una pareja de cada animal. Navegaron durante 7 días y 7 noches y fue un gallo el ave encargada de indicarles que las aguas habían menguado.

Por toda Asia prevalece la narración del diluvio. En el norte de Siberia, según la leyenda fueron 7 personas las que consiguieron salvarse. Sin embargo, en la zona central, 7 son los días y las noches en las que rugió la tormenta.

Nama es el equivalente a Noé de la zona de Asia central, a quien dios encargó la construcción de un gran arca que hubo de llenar con diferentes animales y en la que se resguardó junto a su mujer y sus tres hijos de la terrible tempestad. De nuevo se deja volar un cuervo y una paloma para conseguir noticias sobre el estado de las aguas.

Pudiera ser que el nivel de las aguas llegara hasta las cotas más altas del planeta pues en el Tíbettambién se narra la leyenda de una inundación que cubrió todo el país hasta que el dios Gya se compadeció y tuvo a bien drenar las aguas. Después mandó a la Tierra a unos responsables para civilizar a los hombres que sobrevivieron.

En ocasiones los supervivientes de la divina masacre son prevenidos no por algún dios sino por otra figura. Este es el caso de la narración del Norte de Tailandia en la que un hermano y una hermana son advertidos por una rata a la que intentaron salvar, o la leyenda propia de Mongolia en la que un cazador salva a una serpiente blanca de ser devorada. La serpiente resultó ser la hija del rey dragón que le recompensó con el don de comprender el lenguaje de los animales, gracias a esto pudo escuchar a unos pájaros hablar de la venida de la gran inundación.

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Por toda Asia se describen las grandes olas que asolaron la tierra

Otra versión del relato introduce un personaje más: el demonio. Los Buryat en Siberia cuentan como dios ordenó a un hombre la construcción de una embarcación de madera y este hombre mantuvo su misión en secreto excluyendo incluso a su propia mujer y excusándose diciendo que sus largas jornadas en el bosque tenían como fin el cortar madera. Así que el demonio le contó la verdad sobre los asuntos de su marido a la mujer y le aconsejó no embarcar llegado el momento, indicación que ella obedeció dejando al demonio un motivo para negociar un lugar a bordo para sí mismo.

La vecina tribu de los Sagaiye cuenta con una historia parecida. En esta versión el demonio tentó a la mujer de Noj para que descubriera qué estaba construyendo su marido en el bosque. Al descubrirlo y contárselo al tentador, éste actúa como la Penélope homérica destruyendo durante la noche lo que Noj había construido durante el día. Cuando la tormenta comenzó, la embarcación no estaba dispuesta por lo que dios se vio obligado a mandar una embarcación de hierro en la que salvar a la familia humana y a varios animales.

El demonio también tiene un papel en la leyenda Rusa según la cual consiguió inadvertidamente salvarse dentro del arca convenciendo a la mujer de Noé para que emborrachara a su marido.

En este continente también existen varios mitos que ponen de manifiesto que no sólo el diluvio fue creado por los dioses sino que el motivo del mismo fue castigar a los hombres.

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Resulta muy arraigada la idea de que el motivo principal del diluvio fue el castigo humano

La tribu Singpho que habita en la India, China y Myanmar cuenta que el hombre se negó a hacer sacrificios a los dioses lo que les enfureció y desembocó en la casi extinción de la humanidad dejando a 4 supervivientes, dos parejas, que se convirtieron en los ancestros de la nueva humanidad.

Según el mito narrado en la India central, los hombres se volvieron perversos y perezosos y dios se arrepintió de haberlos creado mandando el gran diluvio para destruirlos.

Parecido es el relato de las islas Andaman localizadas en la Bahía de Bengala. En este archipiélago también se dice que tiempo después de su creación, el ser humano se tornó desobediente y dios, tremendamente enfurecido, creó un diluvio que arrasó con todo. Sólo 2 parejas se salvaron por la casualidad de encontrarse navegando durante el acontecimiento.

Como se ha indicado, se calcula que existen más de 500 leyendas en el mundo que guardan en su memoria el registro del fatal evento repartidas en más de 250 culturas. James Perloff indica en su libro ‘’Tornado in a Junkyard’’ lo siguiente:

‘’En el 95% de más de 200 leyendas del diluvio, el diluvio fue universal; en el 88%, una familia fue salvada, en el 70%, la supervivencia fue por medio de un barco; en el 67% también se salvó a los animales; en el 66%, el diluvio se debió a la maldad del hombre; en el 66% los supervivientes habían sido prevenidos; en el 57%, terminaron en una montaña; en el 35%, se enviaron aves del barco; y en el 9%, exactamente 8 personas se salvaron.’’

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¿Sucedió este evento realmente?

Resulta evidente a la par que sorprendente la increíble similitud de tantos relatos alrededor del planeta obviando la impactante coincidencia de que la leyenda pueda ser encontrada en cada nación y en cada cultura llegando incluso a las poblaciones de los parajes habitados más remotos del globo.

Si varias de estas civilizaciones, según se nos dice, no tuvieron contacto entre sí ¿por qué aparece el mismo relato, una y otra vez, en el folklore y las tradiciones de cada pueblo? ¿Indicaría esto que el evento realmente tuvo lugar y fueron los supervivientes de cada zona los encargados de guardar el recuerdo del mismo en la tradición?

Pese a las sutiles diferencias entre las diferentes narraciones es fácilmente apreciable que el núcleo principal de las historias se mantiene en la mayoría de las leyendas haciendo de cada relato el mismo, aunque contado de forma diferente.

http://www.ufopolis.com/2015/12/fue-real-la-historia-del-diluvio-universal-leyendas-del-lejano-oriente/

¿Fue real la historia del diluvio universal? – Leyendas de África y Oceanía

Como ya hemos apuntado, resultaría lógico pensar que la coincidente y reiterada mención al evento del diluvio por parte de todas las civilizaciones del planeta responda a un evento real que tuvo lugar hace milenios. También son muchos los estudios y teorías que parecen indicar que efectivamente se diera una gran inundación como resultado del deshielo tras la finalización de la última era glacial,pero son muchas más las similitudes entre todos los relatos que se dan entre pueblos que no tuvieron contacto entre sí, y es que son numerosas las referencias a que la inundación fue un acto que partió de la voluntad de los dioses que pretendían con ella erradicar a toda la humanidad del planeta.

No sólo aparece este relato entre los pueblos de Europa o América sino que varias tribus del continente africano cuentan con exactamente la misma historia en su tradición. Un ejemplo de ello es la versión que cuenta la tribu de los Massai en Kenia. En este relato el dios supremo fue En-Kai que decidió destruir a la pecaminosa raza humana salvando al único hombre recto, cuyo nombre en lugar del famoso Noé es Tumbainot y que, con su familia, construyó un arca que llenó con varios animales. Llegaron las lluvias y todo pereció bajo el agua a excepción del arca y su contenido y una paloma y un buitre fueron las aves encargadas de traer la nueva de que había tierra firme una vez la tormenta hubo cesado.

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De las tribus más pequeñas a las civilizaciones más representativas, en todas se cuenta el relato del diluvio

La misma historia se narra en Tanzania en la que dios avisó a algunos hombres de la inminente catástrofe, los cuales se resguardaron en un barco junto a animales y semillas y esta vez, fueron una paloma y un halcón las aves que comprobaron el nivel de las aguas.

Una leyenda parecida cuenta la tribu de los Yoruba en Nigeria. Aquí fue una vengativa diosa la encargada de mandar el diluvio sobre la Tierra para destruir a los hombres y recuperar las tierras que le habían sido negadas en beneficio de la humanidad.

Parece que los antiguos egipcios también hablaron de un diluvio que decidió crear el dios Atum ante la desobediencia de los hombres en la pretensión de devolver la Tierra a su estado original de aguas primordiales.

Y al otro lado del mundo, en Australia, las tribus cercanas al área de Queensland también hablan de una gran inundación a la que sólo sobrevivieron aquellos que fueron a buscar refugio en la montaña más alta de la región.

La tan extendida historia puede ser hallada entre las tribus aborígenes de Victoria, que cuentan que fue Bungil, el dios creador, quien creó y mandó el diluvio sobre los hombres por su malicia. Todos perecieron a excepción de aquellas personas a las que el dios tenía en estima y que convirtió en estrellas.

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Este mito no ha tenido ningún tipo de barrera geográfica en su expansión por el planeta

En Nueva Zelanda, el relato presenta algunas diferencias con respecto a las narraciones de sus vecinos australianos. Según los Maoríes el diluvio llegó como consecuencia de las plegarias de dos profetas ya que los pueblos se habían vuelto perversos y beligerantes y ya no se respetaba el culto a los dioses. Así construyeron una balsa, la llenaron con provisiones y algunos animales y afrontaron el diluvio del que consiguieron salvarse contadas personas y cesó cuando ellos mismos así lo dispusieron con sus rezos.

Muy interesante es la leyenda que narran los Samo-Kubo pobladores de la zona occidental de Papua Nueva Guinea. Ellos cuentan que hace mucho tiempo los hombres enfurecieron a los dioses lagartodebido al incesante ruido que emitían, así que los dioses lagarto hicieron que lloviera durante días y el nivel del agua subió rápidamente. Todos se ahogaron y sólo consiguieron salvarse dos hermanos que pudieron construir una balsa.

Las pequeñas islas y archipiélagos del Océano Pacífico también esconden interesantes leyendas sobre el diluvio universal y de su relación con estos dioses lagarto.

Tal es el ejemplo existente en el folklore de la isla de Nanumanga, ubicada al Sur del Océano Pacífico.Según relatan sus habitantes, el diluvio fue causado por una serpiente marina que tomó la forma de una mujer y casó con un hombre, juntos dieron origen al ser humano actual.

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Incluso en las islas más pequeñas se habla de la gran inundación

Asimismo, una de las muchas leyendas de Hawaii que refieren grandes y catastróficas inundaciones indica que una de ellas fue debida a que dios quiso castigar a los hombres porque se habían vuelto malvados. Nu’u y su familia fueron los elegidos para sobrevivir al desastre pues el mismo dios exterminador les otorgó un arca, que los nativos llamaron la ‘’gran canoa’’ por sus evidentes proporciones y que poseía techos como las casas. Aunque en otra versión narrada en el mismo archipiélago a Nu’u no le fue regalada la embarcación sino que hubo de construirla; embarcó en la nave junto a su mujer, sus tres hijos y una pareja de cada ser viviente. Al término de la aventura, toda la familia ofreció un sacrificio a los dioses.

La misteriosa Isla de Pascua no podía ser la excepción y sus habitantes conservan en sus tradiciones relatos relacionados con la gran inundación que habría causado el hundimiento de varias islas. Los nativos claman que sus antepasados recibieron a los supervivientes de Hiva, tierra que desapareció en la catástrofe y que de entre ellos, siete sabios, a los que llamaron ‘’los hombres iluminados’’ inspeccionaron toda la isla en busca de los lugares propicios donde levantar unos montículos sagrados.

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¿Podría este mito tener relación con la perdida Atlántida?

Una de las consecuencias lógicas de que este evento realmente hubiera tenido lugar sería precisamente el hundimiento de tierra e islas bajo el rugir de las aguas; lo que relacionaría el mito del diluvio universal con el mito del desaparecido continente de la Atlántida. ¿Sería posible que el mítico continente se hundiera en esta catástrofe y que los supervivientes del desastre emigraran buscando refugio a varias localidades del planeta? De ser así, estarían presentes en las tradiciones de estas naciones como parece indicar el folklore de los habitantes de la isla de Pascua y también aportaría una razón a las tremendas similitudes culturales de varias naciones que no tuvieron contacto entre sí. ¿Podría, este pueblo, ser la fuente común?

Citando a Stephen D. Peet en su libro ‘’La historia del diluvio’’:

‘’Existen muchas descripciones del renombrado evento. Algunas vienen de historiadores griegos, algunas, de registros babilonios; otras, de las tablillas cuneiformes y aun así, muchas más de la mitología y tradiciones de diferentes naciones, podríamos decir que tal evento no tuvo lugar, ni en los tiempos antiguos ni en los modernos sin tener mejores pruebas o más registros, que este que es tan bellamente aunque brevemente descrito en las sagradas escrituras. Es uno de los eventos que parece ser común a las naciones más distantes – En Australia, en India, En China, en Escandinavia y en varias regiones de América. Es cierto que muchos ven en esta historia la repetición en las regiones distantes refiriéndose a inundaciones locales o como el resultado del contacto con la civilización, que la trajeron de los países históricos y aun así, la similitud de la historia es tanta como para hacer de esta explicación insatisfactoria. ’’

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-¿Fue real la historia del diluvio universal? Leyendas sumerias-

Son varias y diversas las culturas que conservan en sus leyendas alguna referencia o mención a un gran diluvio en la historia de sus civilizaciones que normalmente causa gran destrucción o extermina a casi toda la humanidad en una catástrofe de proporción planetaria. Cada una de las historias aporta detalles interesantes pero ¿podemos pensar que realmente se dio una gran inundación que asoló la Tierra en los antiguos días?

La referencia más próxima se da en el Génesis bíblico en el que el dios Yavhé decide crear el diluvio como castigo para la humanidad por su maldad.

‘’Yavhé vio que la maldad del hombre en la tierra era grande y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal. Se arrepintió, pues, de haber creado al hombre, y se afligió su corazón. Dijo: “Borraré de la superficie de la tierra a esta humanidad que he creado, y lo mismo haré con los animales, los reptiles y las aves, pues me pesa haberlos creado.”

                                                                                 Gen 6:6-7

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Aunque es el más conocido, el relado del arca de Noé, no es uno de los más antiguos

Si bien es el propio Yavhé también quien decidió salvar a un hombre y su familia de la gran devastación que estaba por venir. Noé, el único hombre justo de toda su generación, fue advertido por Dios de la próxima inundación y le fueron dadas unas instrucciones muy precisas para construir un arca de madera en la que salvarse junto con una pareja de cada animal que les permitiría repoblar la tierra tras la gran catástrofe. Así pues, Dios mandó el diluvio a la Tierra que la anegó durante 40 días y 40 noches y que destruyó todo rastro de vida sobre ella exceptuando el arca y todo lo que habitaba dentro de ella. Cuando la tormenta amainó, toda la tierra estaba cubierta por las aguas, Noé dejo volar un cuervo y después una paloma, cuando ésta volvió portando una rama de olivo, los habitantes del arca comprendieron que volvía a haber tierra por encima de las aguas. De este modo, Noé y su descendencia directa construyeron un altar y realizaron a Yavhé un sacrificio que le complació, y así se convirtieron en los progenitores de una nueva humanidad.

En este relato se presenta un dios que actúa como una figura humana y que, hastiado por la crueldad y la violencia de los hombres, decide eliminarlos debido al sentimiento del arrepentimiento. Sin embargo, en otro libro bíblico, se narra un fin diferente para el diluvio si bien la razón para el mismo se mantiene. En el apócrifo libro de Enoch se manifiesta que la razón por la que dios decidió inundar la Tierra fue para exterminar a los Nephilim y no a los hombres aunque también se pretendía castigar a estos últimos por sus malas acciones. Aquellos gigantes bíblicos vástagos de la unión de los hijos de Dios y las hijas de los hombres que trajeron la violencia al mundo representan el motivo principal para el diluvio en este libro.

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Parece que el origen de esta leyenda en el continente euroasiático se encontraría en mesopotamia.

Pero parece que las fuentes bíblicas se basaron directamente en los relatos mesopotámicos anteriores sobre el mismo evento. En la épica ‘’Epopeya de Gilgamesh’’ aparece el mismo relato pero con diferentes nombres para sus protagonistas, en este caso Noé fue Utnapistim para los babilonios y Ziusudra para los sumerios. En esta versión más temprana del mismo relato se dice que hubo un tiempo en el que los dioses convivían con los hombres hasta que el dios Enlil decidió erradicar a toda la raza humana pues se habían convertido en una molestia. No obstante, su hermano el dios Enki se compadeció y advirtió a Utnapistim del terrible devenir dándole instrucciones para que construyera un barco que habría de llenar con semillas y animales, lo que les convirtió a él y a su mujer en los únicos supervivientes de la catástrofe. El diluvio en este caso, duró 6 días y 6 noches y de nuevo, se deja volar un cuervo para comprobar el nivel de las aguas.

Según las fuentes mesopotámicas cuando Enlil recibió la noticia de que su plan de exterminio había resultado inútil se enfureció y fue a buscar explicación por parte de su hermano que defendió su causa con tanta elocuencia que logró conmover al líder de los dioses que finalmente decidió bendecir a la pareja de supervivientes con la inmortalidad. Este es el motivo que movería a Gilgamesh a buscar el consejo del único hombre superviviente del diluvio en su aventura por alcanzar la inmortalidad.

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En varios relatos un hombre es el afortunado advertido por Dios para salvarse de entre el resto de la humanidad

El protagonista del relato del diluvio universal era conocido como Atrahasis en el imperio Acadio que también contaba con su propia versión escrita del fatal acontecimiento cuyo protagonista pone título al poema. En esta narración se describen también la creación del mundo y la del hombre y se dan más detalles en lo que refiere al diluvio.

Según se expone, al principio, cuando sólo existían los dioses, éstos tenían que trabajar la tierra. La labor era pesada y tras 3600 años de realizar estos esfuerzos físicos, los dioses comienzan a quejarse a sus líderes, declararon una huelga, quemaron sus instrumentos de trabajo y rodearon la casa del dios Enlil en la revuelta. Su hermano Enki resolvió crear al hombre para que realizara la tediosa y sufrida labor que hasta ese momento venían llevando a cabo los dioses menores consiguiendo poner fin a las revueltas.

En primera instancia todos los dioses se mostraron gratos con esta solución, pero tras 1200 años la humanidad se volvió demasiado numerosa y comenzó a representar un serio problema para los dioses.Su descontento se expresa en el texto alegando que los hombres eran tan severamente ruidosos que Enlil no podía dormir por lo que determinó diezmarlos. Primero se intentó creando plagas, una sequía y hasta una larga hambruna, pero los hombres se reponían rápidamente a ojos de los dioses que no conseguían reducir su número de forma deseable y los planes no llegaban a buen término gracias al ingenio de Enki y Athrarsis para frustrarlos. Como último recurso Enlil resolvió crear un diluvio e hizo a Enki, como castigo, responsable de llevar a cabo tal magnicidio en contra de su voluntad. Por supuesto Enki advirtió a Athrarsis para que se salvara construyendo un barco que llenó con cada tipo de animal.

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