Archivo por días: octubre 14, 2018

Necesitamos un nuevo pensamiento para salvar el planeta

INTRODUCCIÓN

Pensar y repensar la ciencia es el oficio del epistemólogo. El Club Nuevo Mundo nos invita de manera expresa a contribuir en la medida que cada uno pueda a intentar salvar este deteriorado planeta que es nuestra casa: la Tierra, Gea o Gaia, como prefieran llamarla. Yo creo que si el deterioro de la Tierra comenzó por un mal uso de la tecnociencia por el leño torcido de la humanidad, ha de ser la vara derecha de la misma la que, uniendo una estrategia de tecnociencia e inteligencia emocional, contribuya a su salvación.

Gerd Altmann.

Gerd Altmann.

La codicia, eje maligno de nuestro mundo

En los últimos tiempos, el neoliberalismo codicioso y criminal ahora en manos de locos, visionarios y desaprensivos, ha roto todas las barreras desmarcándose del Acuerdo de Paris alcanzado en diciembre de 2015. Rememorando de alguna manera una idea de Ortega, digamos que los jabalíes han encontrado un payaso propio para hacer el trabajo sucio y visible.

En las entrañas del turbocapitalismo, se adivina una añoranza soterrada y muy oculta por el régimen puramente esclavista propio la edad moderna que los grandes países aplicaban en sus colonias. Si la realidad está por encima de la idea y dicha realidad es la única verdad tangible, de nada sirven las palabras y las instituciones de opereta que representan bonitas ideas que no se materializan. De nada sirve -y me refugio de nuevo en Ortega- el bello clamor y la trova servil de los tenores que ocultan la tragedia de la Tierra y sus pobres -en el sentido literal- habitantes.

Así está la cosa.

Una primera reacción por la vía de la ética

Cierto es que ya hay una serie de agravios a nuestra Gaia que son irreversibles. No voy a detallar estos agravios, traspasados ya los abusos, porque muchos lo han hecho con mucha más autoridad que yo.

Pero ante el abismo que se abre a nuestros pies, todavía hay un margen para pensar qué se puede hacer.

A comienzos de la década de los setenta se abrió una potente vía teórica sustentada en la ética -todavía entonces una disciplina respetada- para concienciar y actuar, si hubiese oportunidad para ello. Se desaprovechó la oportunidad porque estaba formulada desde la perspectiva de una ética fuerte. Me refiero al “Principio de responsabilidad” enunciado por el filósofo alemán Hans Jonas en 1973. Pese a que esa vía ha quedado abandonada al decaer la ética e irse ésta debilitando hasta licuarse, he creído conveniente traerlo a colación como argumento histórico en la defensa de la Tierra y como punto de partida para unas reflexiones más profundas sobre esta cuestión fundamental.

El Principio de Responsabilidad

Hans Jonas, y en eso acierta de pleno, fija como punto de partida que el  humano es el único ser conocido en la Tierra que tiene responsabilidad.

Ciertamente, solamente los humanos pueden escoger de manera consciente y libre entre diversas posibilidades de actuar ante algo y esa elección siempre tiene consecuencias. La responsabilidad pues, es una consecuencia de la libertad. Libertad. Aquí ya podrían ponerse los primeros reparos. Uno sería de orden neurocientífico (1) y otros de orden práctico, ya que el humano es un ser totalmente mediatizado por sus circunstancias (sean estas las que fueren) de manera que el “yo” está indisolublemente unido a su circunstancia. Además, como señala el Prof. Rubia Vila, el propio “yo” “es una ilusión que aísla al sujeto de su entorno, haciéndole creer que tiene una autonomía que no es real” (2). Esas dos objeciones ponen ya en entredicho la universalidad de la responsabilidad.

Hecha la salvedad de la conciencia de esas deficiencias y que toda filosofía ha devenido en biofilosofía (3), estimamos conviene iniciar esta serie de reflexiones sobre nuestro presente y futuro del planeta, por los pioneros en comprender su vulnerabilidad. El más significativo fue Hans Jonas.
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LAS ALFOMBRAS MÁGICAS DE NEELAKURINJI

Cada doce años las colinas de Munnar, en el suroeste de India, se llenan de una eclosión divina de flores azules y moradas, llamadas neelakurinji (Strobilanthes kunthianus). Estas flores crecen en un región de montañas «azuladas» que tomó su nombre justamente de las flores que florecen cada doce años en un intervalo que se conoce como piletasis. Estas hermosas plantas florecen una vez en su vida y mueren. Sin embargo, vale la pena ya que llenan las colinas de una alfombra de deliciosos aromas y colores, algo así como un paraíso en la tierra. Y no es sorpresa que Munnar sea uno de los lugares favoritos para parejas recién casadas que se van de luna de miel, sensibles a esta belleza abundante; o que fuera también el lugar donde vacacionaba la aristocracia británica durante el periodo de ocupación de «la joya de la corona».

Hace unos años la gente que vivía en esta región donde se habla sobre todo tamil calculaban su edad por las inflorescencias del neelakurinji. En vez de decir que se tenían tantas primaveras, se tenía tantos florecimientos de estas maravillosas flores. De agosto a octubre de 2018 es temporada y se pueden ver pastizales llenos de coloridas eclosiones; sin embargo de manera lamentable cada vez hay menos tierras donde estas flores pueden florecer debido a que las tierras se utilizan para otros cultivos.

 

https://pijamasurf.com/2018/10/raras_flores_que_florecen_una_vez_cada_12_anos_pintan_praderas_de_azul_violeta_en_la_india/

Carl Jung sobre el Buda y el arquetipo de la conciencia iluminada

Carl G. Jung se interesó enormemente por las religiones orientales, hasta el punto de que un tomo entero de sus obras completas está dedicado a sus escritos sobre el yoga, el budismo, el taoísmo, la alquimia china, etc. Jung consideraba que Dios existía en la psique humana como una imagen arquetípica o un instinto, e incluso que yacía en la profundidad del inconsciente. El pináculo de su psicología -la individuación o realización del arquetipo del Sí mismo- era equivalente a la irrupción de la imagen de Dios. Aunque Jung se refirió generalmente a este arquetipo comparándolo con Cristo, el homo totus u hombre completo, en ocasiones también habló del Buda en este sentido, si bien con ciertas particularidades. El sitio Jung Currents reúne un conjunto de citas en las que Jung se refiere al Buda y al budismo, las cuales merecen reproducirse:

El entendimiento del Buda y la encarnación de Cristo rompen la cadena a través de la intervención de la conciencia humana iluminada, la cual adquiere así un significado cósmico.

(Cartas)

Cristo se sobrepuso al mundo al tomar él mismo el peso de su sufrimiento, el Buda se sobrepuso tanto al placer como al sufrimiento del mundo al renunciar a ambos.

(Liber Novus)

Para el hombre occidental, la falta de sentido de un universo meramente estático es insoportable. Debe asumir que tiene sentido. El oriental no necesita hacer esa asunción; en cambio, él mismo la encarna. Mientras que el occidental siente la necesidad de completar el sentido del mundo, el oriental se esfuerza por cumplir el sentido en el hombre, arrancándose del mundo y de sí mismo (como el Buda). Yo diría que ambos están en lo correcto. El hombre occidental es predominantemente extrovertido. El hombre oriental es predominantemente introvertido.

(Recuerdos, sueños, pensamientos)

Si se le deja en sí mismo, el hombre puede naturalmente producir su propia salvación. ¿Quién ha producido un Cristo? ¿Quién un Buda?

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Autoridades sanitarias piden retirada y restringir algunos antibióticos de los más usados

Existe un grupo de medicamentos antibióticos, sintéticos, que son utilizados para el tratamiento de un amplio espectro de infecciones bacterianas (de las vías urinarias y respiratorias, del aparato genital y gastrointestinal, así como infecciones cutáneas, óseas y articulares). Se llaman quinolonas y fluoroquinolonas y las autoridades sanitarias han descubierto ahora que pueden provocar muchos más daños de los conocidos.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido una alerta para médicos sobre estos fármacos antibióticos. Lo hace tras el trabajo realizado por el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) europeo, que ha evaluado la relación beneficio-riesgo de este grupo farmacológico. El PRAC ha documentado el impacto de las reacciones adversas a estos medicamentos, incapacitantes, de duración prolongada y potencialmente irreversibles que afectan a los sistemas nervioso y musculoesquelético.

Entre las reacciones adversas de quinolonas y fluoroquinolonas que afectan al sistema musculoesquelético se encuentran:

tendinitis, rotura tendinosa, mialgia, debilidad muscular, artralgia y edema articular”.

Entre las que implican al sistema nervioso:

neuropatía periférica, psicosis, ansiedad, insomnio, depresión, alucinaciones, pensamientos autolíticos, confusión, alteraciones de la audición o la visión, o de los sentidos del gusto y el olfato”, según la AEMPS.

En España están disponibles medicamentos que contienen los principios activos ciprofloxacino, levofloxacino, moxifloxacino, norfloxacino, ofloxacino y ácido pipemídico.

Algunos de estos daños ya se conocían y habían sido advertidos.

Por ejemplo, Cipro (ciprofloxacino) es el famoso tratamiento con el que Bayer presionó al gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) en los meses posteriores a los atentados del 11-S.

Era el fármaco “ideal” para combatir con éxito el anthrax ¿recordáis? Pues ya se sabía que puede provocar neuropatía periférica.

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Plantas reaccionan a lesiones de forma similar a nuestra reacción al dolor

Cuando los humanos se encuentran en peligro o bajo ataque, se dispara un mecanismo conocido como reflejo de lucha o huida y aparentemente lo mismo sucede con las plantas. Un material fílmico reciente capturado por investigadores está cambiando la forma en que las personas ven a las plantas.

Planta respuesta al dolor

El pasado 14 de septiembre un grupo de investigación de la Universidad Wisconsin-Madison publicó un artículo en la revista Science donde se revela que cuando una planta sufre una lesión, libera algo parecido a una señal nerviosa a través de su cuerpo, muy parecida a la respuesta que los humanos y otros animales manifiestan ante el dolor.

Cuando el cuerpo de un humano recibe una lesión, las células sensoriales en nuestro cuerpo alertan al sistema nervioso para que inicie la liberación de un neurotransmisor llamado glutamato. Esto estimula una región de nuestro cerebro para que libere adrenalina, lo que pone en marcha el reflejo de lucha o huida.

Si bien las plantas carecen de un sistema nervioso, en el video capturado por los científicos responsables del estudio se muestra que cuando una planta recibe una herida despliega su propia versión del reflejo de lucha o huida.

Las escenas registradas en el estudio muestran a una oruga comiendo diversas plantas y desencadenando la subsecuente respuesta.

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3 lecciones zen sobre el miedo

Las lecciones zen sobre el miedo son también lecciones sobre el ego. Dicen los maestros de esa disciplina filosófica que si el ego tuviera motor, el miedo sería su combustible. Para ellos, en realidad no se puede hacer un gran inventario de miedos, sino que estos se reducen a solamente tres. Y los tres tienen que ver con lo que llamamos “yo”.

Desde esta perspectiva, todos los miedos que experimentamos los seres humanos tienen dos raíces bien definidas: el apego y la ignorancia. El apego nos hace vulnerables, porque implica fijar nuestra mente, nuestras emociones y nuestro deseo en algo externo. Por supuesto, esto entraña una primera forma de temor: el de perder aquello a lo que estamos apegados.

La ignorancia, por su parte, nos sumerge en un estado de incertidumbre y duda que facilita la aparición del miedo. El no reconocer el riesgo o el peligro de manera precisa y el no entender cuál es el camino para enfrentarlo, conduce a que nos sintamos invadidos de inseguridad y temor. Las lecciones zen sobre el miedo nos dicen que hay tres temores que surgen de esas dos raíces básicas. Son los siguientes.

La fuente de todo nuestro temor proviene de nuestras propias mentes descontroladas o delirios”.

-Buda-

1. Conservar la vida, una de las lecciones zen sobre el miedo

La primera de las lecciones zen sobre el miedo nos indica que el temor más básico del ser humano es a perder la vida. Identificamos la pérdida de la vida, básicamente como la pérdida del cuerpo. Somos seres físicos y esa es nuestra realidad más elemental. Habitamos nuestro cuerpo y el miedo a perderlo es el miedo a dejar de ser.

Este miedo equivale al miedo a la muerte. Sin embargo, la muerte no es solamente la finalización total de nuestras funciones orgánicas. También hay, por así decirlo, otras escalas de pérdida del cuerpo en el camino hacia la muerte. Por ejemplo, se pueden perder capacidades, o la juventud, o el funcionamiento normal del organismo o la autoimagen.

Las lecciones zen sobre el miedo nos indican que el temor a perder la vida se puede hacer desaparecer a través del mismo cuerpo. Ese miedo es físico y si se destierra del cuerpo, sale también de la mente. Lo que se debe hacer es atender a las sensaciones corporales del miedo. Luego respirar abdominalmente, tranquilizar el latido del corazón y relajar los músculos.

Mujer con miedo

2. Perder el yo


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La personalidad resiliente: ¡Buenos días mundo! Aún sigo aquí

Hay personas que tienen una capacidad enorme de sobreponerse a los contratiempos o a eventos emocionales muy dolorosos -podríamos decir que tienen una personalidad resiliente, de supervivientes-. Por otro lado, mantenerse en pie ante las adversidades no significa ser de goma. Se requieren grandes dosis de actitud positiva, perseverancia y entereza.

La pérdida de un ser querido, el abuso físico o psíquico, las catástrofes naturales o el fracaso en algún área de la vida son circunstancias que nos ponen a prueba. Se puede desarrollar la capacidad de ser fuerte en condiciones dramáticas y nadar contracorriente. Es lo que conocemos en psicología como personalidad resiliente.

Existen dos tipos de personalidad resiliente. Podemos distinguir entre la capacidad de proteger la propia identidad bajo presión en condiciones destructivas. Por otro lado está la habilidad de mantener una actitud vital positiva en circunstancias nocivas. Es un proceso dinámico de adaptación a entornos adversos y vivencias traumáticas.

Sufrimiento y cerebro

El sufrimiento psicológico modifica el cerebro. Mantener un estado de alerta constante genera cantidades de cortisol que en circunstancias normales no son necesarias. Nuestro sistema de alerta necesita el cortisol para preparar a nuestro organismo en caso de emergencia. Pero cuando los niveles son excesivos y constantes, el crecimiento se ve obstaculizado. También afecta las respuestas inmunes y la capacidad de atención.

La testosterona juega un papel crucial en las situaciones de estrés crónico. Estas situaciones hostiles provocan que los niveles de testosterona se reduzcan considerablemente, lo que a su vez hace que las capacidades asertivas del individuo se reduzcan. Se da una falta de atención y aparecen problemas en la búsqueda de soluciones. Se genera poca creatividad e ideas estereotipadas (repetición de esquemas de lo vivido).

Cerebro dibujado

¿La personalidad resiliente es una categorización?

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El súper alimento oxigenante cerebral que pasa desapercibido para muchos

Por RT

Esta hierba, que ha sido subestimada desde tiempos coloniales, posee una altísima cantidad de nutrientes.

Es común caminar por las calles de Caracas y ver a la planta pira en los rincones, creciendo obstinadamente, sin que nadie la haya sembrado. Lo poco común es que los andantes sepan que es un súper alimento oxigenante cerebral.

La yerba caracas, pira o bledo son los nombres con los que se conoce popularmente en Venezuela a esta planta de la familia de las amarantáceas, de crecimiento espontáneo durante todo el año, según el libro ‘Caracas, pira o bledo. Guía para el cultivo’.

La palabra pira es una voz tomada del cumanagoto, pueblo indígena perteneciente a los caribes que vivía en el centro y el oriente venezolano.

Amaranthus venezolano

Su nombre científico es amaranthus (del griego ‘que no se marchita’, ‘símbolo de la inmortalidad y deseos de salud’) y en el país suramericano prosperan las especies Amaranthus dubius, A. hybridus y A. tricolor.

Muchas veces ignorada, crece en muchas aceras caraqueñas. / Nathali Gómez / RT

Su tallo es marrón oscuro, verde o rojizo (puede llegar a 50 centímetros de altura), sus hojas son ovaladas y posee espigas compactas. Si bien se han descrito 70 tipos de esta planta, en Venezuela se conocen 12.

Este seudocereal, rico en vitaminas, antioxidantes y minerales, a pesar de sus innumerables cualidades beneficiosas para la salud, después de la Conquista fue desapareciendo de la dieta básica de los venezolanos, por ello, algunos consideran que consumirlo en la actualidad es una acto de resistencia.

Valle de sangre

La pira comenzó a cultivarse hace unos 5.000 o 7.000 años en la actual América. Según la publicación ‘Caracas, una yerba, una ciudad’, posiblemente los primeros en sembrarla fueron los mayas, seguidos por los aztecas, los incas y los caribes, que se encontraban en el noroeste de Venezuela.

Esta planta, utilizada con “fines médicos, gastronómicos y espirituales” por los habitantes originarios, detalla la citada publicación, fue llamada por los conquistadores bledo (del latín ‘blifus’) debido al parecido con esa especie europea.

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Las formas curiosas en el sol influye sobre nuestras vidas.

El Sol es solo una de las cientos de miles de millones de estrellas en nuestra galaxia. Y es bastante común para los estándares estelares: no es particularmente grande ni brillante.

Sin embargo es muy especial para nosotros, pues sin el Sol la vida en la Tierra no sería posible. Es por ello que culturas en todo el mundo y en todas las épocas lo adoraban.

Hoy, sin embargo, la vida moderna en cierto modo nos ha alejado del Sol: en el mundo desarrollado pasamos el 90% de nuestro tiempo puertas adentro.

Pero el llamado «astro rey» sigue siendo una fuerza poderosa que sustenta nuestras vidas. Incluso afecta nuestra percepción de la belleza.

Un arcoiris en Unstad, Noruega

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El arcoiris es un reflejo de todos los colores que emana el Sol.
 

De hecho, cuando la gente habla de la «hora dorada» -ese momento justo antes de la puesta del sol- simplemente describe algo real.

Y es que el Sol no es realmente amarillo o naranja o incluso rojo. Es todos los colores mezclados.

Cuando el Sol sale o baja, los colores de onda corta (verde, azul y violeta) se dispersan, dejando solo la parte amarilla y roja del espectro, lo que le da un brillo increíble.

Cuando está alto en el cielo sus ondas azules rebotan, lo que explica por qué el cielo se ve azul.

Y cuando ves un arco iris, esa es la luz del Sol separada en todos sus magníficos colores.

Inmóvil

Aunque decimos que el Sol sale por el este y se pone en el oeste, eso no es del todo cierto. Simplemente así nos parece.

En realidad el Sol se queda en el mismo lugar. Es la Tierra la que gira sobre su eje.

Y este movimiento alrededor del Sol está profundamente arraigado en nuestra biología.

Reloj de sol

iStock
Nuestra biología está íntimamente condicionada por el movimiento de la tierra alrededor del sol.
 

Cuando la luz solar entra a través del ojo envía señales a un reloj maestro en nuestro cerebro llamado núcleo supraquiasmático (NSQ).

Este reloj interno regula todo, desde cuándo dormimos hasta cómo digerimos una comida.

Y hacerle modificaciones a esta máquina afinada, por ejemplo cuando trabajamos de noche o volamos por todo el mundo, puede hacernos sentir bastante mal.

Incluso la luz azulada de un teléfono celular a altas horas de la noche es suficiente para interrumpir y confundir a nuestro reloj interno.

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