Aida. Fermentación de alimentos: Su importancia

El Poder de la Fermentación

 Publicado el 19 junio, 2015
Por Sandor Katz, EEUU

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“Sandorkraut” Katz, personaje líder en el movimiento para revivir los fermentos, nos da un cursillo rápido para conocerlos y reconocer sus beneficios. Reflexiones acompañadas por una burbujeante receta de fermento vegetal.

Es raro, para cualquier persona, pasar un día entero sin comer o beber un fermento. Aunque muchos apenas comienzan a reconocer la importancia de la fermentación, los productos fermentados forman parte de nuestros alimentos más esenciales y cotidianos, así como de nuestros manjares favoritos. Así ha sido desde mucho antes de que empezáramos a escribir Historia, y lo es prácticamente en todas las regiones del mundo. Los productos fermentados son celebrados por sus sabores irresistibles, reconocidos por sus cualidades curativas, reverenciados como sacramentos, y apreciados por su capacidad para preservar los alimentos, de épocas de abundancia a épocas de escasez.

Básicamente, la fermentación es la acción de bacterias y hongos, que se alimentan de los ingredientes presentes en un compuesto orgánico, convirtiéndolo en el proceso en un producto distinto. La fermentación es básica para la vida: la formación de suelos por ejemplo también necesita de procesos de fermentación.

La fermentación transforma y eleva el alimento. Algunos de sus beneficios son:

Sabores Fuertes

Entra a cualquier tienda delicatessen o de comida “gourmet” y mira a tu alrededor. Lo que ves son productos de la fermentación. Los quesos son fermentos. Los panes son fermentos. Las carnes embutidas naturales, son fermentos. El café es un fermento. El chocolate es un fermento. La vainilla es un fermento. El vinagre es un fermento. La col agria o chucrut, el kimchi, y muchos encurtidos y pickles son fermentos. La cerveza y el vino, son fermentos. Las olivas a menudo se fermentan.

La fermentación crea sabores fuertes. No siempre estos sabores son del gusto de todos; consideremos, por ejemplo, los quesos apestosos. En muchos casos, se trata más bien de gustos adquiridos, y no todos adquieren todos esos gustos. Pero cuando aprendes a apreciar su complejidad, los fermentos pueden provocar en ti fuertes deseos y obligarte a volver por más.

Probióticos

Cada vez es más claro que una microflora bacteriana sana es esencial para la salud y el bienestar humano. Las bacterias en nuestros intestinos forman comunidades complejas que nos ayudan a digerir los alimentos y asimilar sus nutrientes, sintetizan nutrientes esenciales, regulan nuestras respuestas inmunológicas, funciones cerebrales, y muchos otros aspectos de nuestra funcionalidad. Hoy en día vivimos expuestos a agentes químicos que matan a esas bacterias, como losantibióticos medicinales, los productos de limpieza antibacteriales y elagua clorada, y por ello más que nunca necesitamos consumir alimentos ricos en bacterias, que al parecer estimulan nuestra inmunidad, a la vez que fortalecen y diversifican nuestra flora bacteriana. Por supuesto, se pueden conseguir cápsulas de probióticos, pero una forma más natural de consumir estas bacterias benéficas es a través de alimentos fermentados que no hayan sido cocinados después de su fermentación. Y la diversidad de las bacterias presentes en una variedad de fermentos vivos excede a lo que se puede encontrar en cualquier probiótico de laboratorio.

Mayor disponibilidad de nutrientes

Los alimentos fermentados están literalmente pre digeridos. Los minerales en ellos están más disponibles para nuestros organismos, y aquellos compuestos de nutrientes densos que pueden resultar difíciles de descomponer se encuentran parcialmente digeridos, incluso antes de que demos el primer mordisco. Por ejemplo, cuando los granos de soya, ricos en proteína densa, son fermentados, esa proteína se transforma en aminoácidos de más fácil acceso. De forma similar, la lactosa presente en la leche que muchos no pueden digerir, es descompuesta durante la fermentación. En el pan, que se infla por la acción combinada de levaduras y bacterias, incluso el gluten queda parcialmente descompuesto.

Fermentos medicinales

Además de facilitar el acceso a los nutrientes en cualquier ingrediente que se esté fermentando, las bacterias aportan directamente con los sub productos de su propio metabolismo; algunos de ellos son compuestos únicos que tienen sorprendentes cualidades beneficiosas. Por ejemplo los isotiocianatos generados por las bacterias en la fermentación del chucrut (col agria) son considerados anti carcinogénicos. La natoquinasa, encontrada en el fermento japonés llamado Nato, se está usando como diluyente de la sangre, para regular la coagulación sanguínea, y para descomponer las fibras que se pueden acumular en las paredes de las venas hasta obstruirlas El estudio científico de estos sub productos de la fermentación es relativamente nuevo. Investigaciones futuras encontrarán sin duda más de estas cualidades benéficas.

Conservación de los alimentos

Antes de que el envasado al vacío fuera inventado en el siglo XIX y de que la refrigeración se volviera algo cotidiano en el XX, la fermentación era una de las pocas maneras asequibles para preservar los alimentos, junto con la deshidratación, la salazón y el ahumado. Aún hoy, la fermentación sigue siendo importante en este campo: los quesos duros son una forma de guardar la leche sin que se estropee; los salames y jamones son formas de preservar la carne; el chucrut es una forma de preservar col y otros vegetales; el vino y la cidra son frutas preservadas.

Estos y otros fermentos han sido esenciales para la existencia en muchos lugares. En las heladas tierras del norte, la superviviencia hubiera sido imposible para el ser humano sin acceso a alimentos preservados mediante fermentación, como reserva de nutrientes para el largo invierno.

Eficiencia energética

La fermentación evolucionó de maneras distintas en todos los rincones habitados del planeta, como una forma de ampliar la disponibilidad de alimentos, generalmente en formas energéticamente eficientes. Algunos fermentos reducen dramáticamente los tiempos de cocción. Por ejemplo, el tempeh reduce el tiempo necesario para cocinar granos de soya en un 90%.

La presencia constante de neveras y heladeras hoy en día hace que la fermentación no parezca esencial como lo fue en el pasado. Pero la incertidumbre sobre la disponibilidad permanente de energía barata en el futuro puede obligarnos a hacer una pausa. Y recordarnos la importancia de mantener la sabiduría relacionada a la preservación de alimentos desarrollada y heredada de generación en generación como parte central de las prácticas culturales en todo el mundo.

Aunque nos han indoctrinado para creer que las bacterias son peligrosos enemigos que debemos temer y combatir, como seres que evolucionan debemos reconocer en las bacterias no solo nuestro origen celular y nuestros aliados simbiontes, sino también nuestra mayor esperanza para desarrollar vías de evolución biológica en el futuro. Ya se ha demostrado la capacidad de las bacterias para descomponer muchos compuestos contaminantes. Al imaginar cómo lograremos encontrar nuestro camino entre la marea de desechos tóxicos que hemos tirado en nuestra tierra, nuestra agua y nuestros cuerpos, las bacterias nos ofrecen la promesa de posibilidades metabólicas de rápida evolución. Las bacterias poseen una increíble flexibilidad genética. Pueden intercambiar genes, eliminar genes que ya no les son útiles, e incorporar material genético directamente de su entorno. Son “cambiaformas”, en constante mutación y adaptación. ¿Cómo podríamos adaptarnos sin su ayuda?

Una Receta Simple: Kimchi Andino

Por Javier Carrera, Ecuador

Sandor estuvo recientemente de paso por Ecuador, brindándonos un emocionante taller de introducción a los fermentos. Una de las técnicas más interesantes que compartió fue el kimchi.

El kimchi es un fermento coreano que en su país de origen adopta muchas formas distintas, de sal, de dulce, muy picantes, etc. Aunque los coreanos no reconocerían como kimchi muchas de las recetas que nosotros, “bárbaros” de otros continentes hemos creado, el término se ha vuelto común y ha pegado incluso en el mundillo de los fermentadores hispanoablantes.

El kimchi es básicamente un fermento de col agria. A diferencia del chucrut o sauerkraut europeo, contiene una diversidad de otros vegetales que se le añaden para ampliar el rango de sabores y de nutrientes. La gran ventaja del kimchi es que está cargado de organismos vivientes, principalmente los lactobacilos responsables de su fermentación. Una vez refrigerado, y dependiendo del contenido de sal, se puede preservar por meses o años, lo que ayuda en este trepidante mundo moderno: un par de horas de trabajo en un domingo de ocio pueden convertirse en muchas semanas en las que baste con abrir la refri, sacar el frasco y servirse una ensalada deliciosa.

Para preparar un kimchi necesitamos:

Col. Puede ser de cualquier color.
– Ingredientes de sabor fuerte, a elegir uno o más de: ajo, cebolla, jengibre, ají, rábano.
– Otras hojas gruesas, como acelga, kale. Opcional.
– Raíces opcionales, una o más de: zanahoria, papanabo, papacol, etc.
– Sal. De preferencia en grano, pero si no se tiene, se usa sal normal.
– Un recipiente de vidrio o cerámica, de boca ancha, por donde entre el puño.
– Una lavacara grande u otro recipiente similar donde mezclar.

Picamos todos los ingredientes a un tamaño que sea de nuestro gusto; no necesita ser muy pequeño. Colocamos en la lavacara, echamos sal y empezamos a masajear con fuerza, mezclando bien toda la sal. La cantidad de sal depende de nuestros gustos y posibilidades: más sal significa vegetales más crujientes por más tiempo, pero técnicamente se puede hacer el kimchi con muy poca sal si así se lo desea.

Continuamos masajeando la mezcla hasta que la col empiece a volverse transparente, cristalina. Empezamos a meter la mezcla en el frasco de vidrio o cerámica, aplastando a cada paso la mezcla para que salga jugo. Idealmente, al terminar de meter la mezcla en el recipiente y aplastar algunas veces más con fuerza, debería quedar todo sumergido en el jugo que han soltado los vegetales; si no es así, hay que masajear más y esperar a que en las próximas horas se libere el líquido.

Para terminar, colocamos un peso que mantenga a la mezcla sumergida en el jugo: puede ser un frasco más pequeño lleno de agua, una rodaja grande de raíz más un peso, una piedra muy limpia, etc. Cubrimos con una tela espesa que impida el paso de bichos, y dejamos en un lugar tranquilo de la cocina.

Cada día revisamos que siga la mezcla bajo el líquido. Si se forma una nata, la sacamos con cuidado con ayuda de una cuchara. A los tres o cuatro días ya podemos empezar a consumir y si deseamos que guarde el sabor que tiene en ese momento, lo podemos meter ya en la refrigeradora. Si queremos un sabor más fuerte, podemos dejar hasta por ocho días afuera antes de refrigerar. Y ¡ya está! ¡A disfrutar de uno de los cocteles de probioticos más sabrosos y diversos!

Referencias:
– Página de Sandor Katz: www.wildfermentation.com .
– Libros de Sandor Katz: Wild Fermentation, The Revolution Will Not Be Microwaved, The Art of Fermentation.

Extraído de:

http://www.allpachaski.com/2015/06/el-poder-de-la-fermentacion/

Cerebro: Siete suplementos que lo estimulan, por Dr. David Perlmutter

Siete suplementos que estimularán tu cerebro

Por Dr. David Perlmutter

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Me encanta cuando las tiras cómicas exponen una verdad muy cruda apenas en un parpadeo, tiempo suficiente para absorber el dibujo y el pie de la imagen. La que abre esta sección me llamó la atención hace ya varios años, pues desde entonces he pensado que ojalá más médicos fueran tan inteligentes como el caricaturista Randy Glasbergen. Tomando en cuenta todos los datos científicos que he acumulado desde que se publicó este dibujo en 2004, podríamos agregar a la leyenda: “…Y la preparó para padecer una enfermedad neurológica”.

La triste realidad del mundo de los médicos de nuestros tiempos es que es probable que no obtengas mucha información útil sobre cómo prevenir los trastornos cerebrales durante una consulta con tu internista. Hoy en día, las consultas médicas duran a lo mucho 15 minutos y te atiende un médico que quizá esté actualizado o no con respecto a los datos más recientes sobre cómo preservar las facultades mentales. Lo más perturbador es que muchos de los médicos actuales, que estudiaron la especialidad hace décadas, no tienen nociones sólidas de nutrición y de sus efectos en la salud. No lo digo para echar tierra a la industria de la que vivo, sino que sólo estoy señalando una verdad que en general es consecuencia de la economía. Tengo la esperanza de que la siguiente generación de doctores estará más equipada para inclinar la balanza hacia el lado de la prevención, en lugar de enfocarse tanto en el tratamiento. Esto me lleva a los suplementos alimenticios que recomiendo para subsanar el problema. (En el capítulo 10 encontrarás información sobre dosis exactas e instrucciones acerca de cuándo tomarlos de manera cotidiana).

acidos grasos

. dha. Como ya he mencionado, el ácido docosahexaenoico (DHA) es una estrella en el reino de los suplementos. El DHA es un ácido graso omega 3 que representa más de 90 % de las grasas omega 3 presentes en el cerebro. La mitad del peso de la membrana de plasma de las neuronas está compuesta de DHA. Además, es un componente clave del tejido cardiaco. Podría dedicarle un capítulo entero, pero te ahorraré tantos detalles. Basta decir que el DHA es uno de los amigos mejor estudiados que protegen al cerebro.

Suelo preguntar a otros médicos durante mis conferencias cuál creen que es la mayor fuente de DHA en la naturaleza. He escuchado todo tipo de respuestas: aceite de hígado de bacalao, aceite de salmón, aceite de anchoas. Algunos se aventuran a decir que el aceite de linaza o el aguacate, pero de hecho ninguno de los dos contiene DHA adecuado. La fuente más rica en DHA en la naturaleza es la leche materna humana. Eso explica por qué suele reiterarse la importancia de amamantar para la salud neurológica y el desempeño futuro del infante.

Hay bastantes suplementos de DHA de alta calidad en el mercado, además de que existen más de 500 productos alimenticios enriquecidos con este ácido graso. En realidad no importa si compras DHA derivado de aceite de pescado o de algas, aunque sugiero que optes por el segundo si eres vegetariano.

. Resveratrol. La magia detrás de los beneficios a la salud de beber una copa de vino tinto al día tiene mucho que ver con este componente natural que se encuentra en las uvas, el cual no sólo desacelera el envejecimiento, mejora el flujo de sangre al cerebro y promueve la salud del corazón, sino que también refrena las células grasas al inhibir su resveratrol 5desarrollo. Ahora bien, no obtendrás suficiente resveratrol de una copa de vino, de ahí la necesidad de tomar un suplemento con dosis mayores para cosechar sus beneficios.

Dado que esta “molécula milagro” protege a las células contra un rango notable de enfermedades, con frecuencia se le publicita como asistente del sistema inmunológico en la defensa del cuerpo. En la última década hemos descifrado cómo es posible esto, en gran medida gracias al trabajo del doctor David Sinclair, de Harvard, quien descubrió la capacidad que tiene este suplemento de activar ciertos genes llamados sirtuinas, los cuales afectan la longevidad.(5) En 2010, un equipo de científicos de la Universidad de Northumbria, en el Reino Unido, publicó un estudio en el American Journal of Clinical Nutritionque justamente discutía por qué el resveratrol puede ser tan efectivo para optimizar la función cerebral.(6) En él explicaban que le dieron resveratrol a 24 estudiantes y registraron el incremento en la irrigación cerebral mientras realizaban distintas tareas mentales. Mientras más difícil era la tarea, mejor el efecto del resveratrol.

Sigue estando sujeto a discusión si esto implica o no que todos deberíamos tomar resveratrol antes de embarcarnos en un proyecto serio, como un examen o una entrevista. Sin embargo, por ahora sabemos que podemos hacer un bien a nuestro cerebro si agregamos una dosis modesta de este compuesto al día. Nótese que dije modesta. Aunque las investigaciones previas señalaban que se requerirían grandes dosis para cosechar los beneficios (lo que equivaldría a beber cientos de botellas de vino), investigaciones más recientes demuestran sin lugar a dudas que dosis más bajas (hasta de 4.9 mg al día) tienen efectos positivos.

. Cúrcuma. La cúrcuma (Curcuma longa), miembro de la familia del jengibre, es sujeto de intensas investigaciones científicas, muchas de las cuales evalúan las actividades Zemanta Related Posts Thumbnailantiinflamatorias y antioxidantes que derivan de su ingrediente activo, la curcumina. La cúrcuma es el condimento que le da al curry su color amarillo, y, como ya mencioné, se ha usado durante miles de años en la medicina china e india como remedio natural para una serie de afecciones.  En un reporte publicado en el American Journal of Epidemiology, los investigadores estudiaron la asociación entre el nivel de consumo de curry y la función cognitiva de ancianos asiáticos.(7) Quienes comían curry “de manera ocasional” y “con frecuencia o con mucha frecuencia” obtuvieron evaluaciones mucho mejores en pruebas específicas diseñadas para medir la función cognitiva que quienes “nunca o rara vez” lo consumían.

Una de las armas secretas de la curcumina es su capacidad para activar genes que producen una amplia gama de antioxidantes, los cuales sirven para proteger nuestras preciadas mitocondrias. Asimismo, mejora el metabolismo de la glucosa. Todas estas propiedades ayudan a reducir los riesgos de desarrollar trastornos neurológicos. A menos de que prepares muchos platillos a base de curry, es probable que no obtengas suficiente cúrcuma en tu dieta cotidiana.

.Probióticos. Las impresionantes investigaciones realizadas en los últimos años han demostrado que consumir alimentos ricos en probióticos –microorganismos que ayudan a la flora intestinal del cuerpo- puede influir en el comportamiento del cerebro y ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión. (8)(9)(10) Los probióticos nutren y fortalecen a estas tribus de “buenas bacterias” que viven en los intestinos y ayudan a la digestión. Asimismo, influyen en la producción, absorción y transporte de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y el factor de crecimiento nervioso, que son esenciales para la salud cerebral y la función neuronal.

Para entender cómo es posible esto se requiere que hagamos un repaso breve de los fundamentos científicos de la comunicación entre flora, intestino y cerebro.(11) Como ya http://www.upsocl.com/)» class=»alignleft wp-image-13084″ alt=»chucrut raw-vegan-fermented-cabbage-sauerkraut» src=»http://www.unmundodebrotes.com/wp-content/uploads/2015/07/chucrut-raw-vegan-fermented-cabbage-sauerkraut-400×265.jpg»/>

hemos dicho, el intestino se conoce también como “segundo cerebro”,(12) es un área de investigación fascinante y activa, que ha demostrado, después de extensos estudios realizados en años recientes, que hay una carretera de comunicación íntima entre el cerebro y el sistema digestivo. A través de esta conexión de dos vías, el cerebro recibe información sobre lo que está ocurriendo en el intestino, mientras que el sistema nervioso central envía la información de vuelta a él para garantizar su óptimo funcionamiento.

Esta ida y vuelta de información nos ayuda a controlar nuestro comportamiento alimenticio y nuestra digestión, e incluso a dormir bien durante las noches. El intestino también envía señales hormonales que transmiten al cerebro sensaciones de satisfacción, hambre o hasta dolor por inflamación intestinal. En el caso de enfermedades y padecimientos que afectan el sistema digestivo, como una celiaquía no controlada, síndrome de colon irritable o enfermedad de Crohn, el intestino puede tener una gran influencia en nuestro bienestar, en la manera en que nos sentimos, en qué tan bien dormimos, en cuánto dolor sentimos e, incluso, en cómo pensamos. Los investigadores están buscando cuál es el papel que desempeñan algunas cepas de bacterias intestinales en la obesidad, en los trastornos gastrointestinales inflamatorios y funcionales, en el dolor crónico y en el autismo y la depresión, así como la influencia que tienen en nuestras emociones.(13)

Este sistema es tan intrincado e influyente que la salud intestinal podría tener más injerencia en nuestra percepción de la salud general de lo que hemos imaginado. La información que se procesa ahí y se envía al cerebro tiene todo que ver con la sensación de bienestar. Por lo tanto, si podemos dar apoyo a este sistema consumiendo las principales sustancias que colaboran con él –es decir, bacterias intestinales saludables-, ¿por qué no hacerlo? Aunque muchos alimentos –como yogurts y varias bebidas- han sido fortificadas con probióticos, por lo regular también vienen cargadas de azúcar excesiva. Lo ideal es que los obtengas a través de un suplemento que te ofrezca una variedad de distintas cepas (al menos 10), incluidosLactobacillus acidophilus y bifidobacteria, y que contenga al menos 10 millones de bacterias activas por cápsula.

aceite de coco 4.

Aceite de coco. Como ya he dicho, el aceite de coco puede ayudar a prevenir y a tratar algunos estados de trastornos neurodegenerativos. Es un supercombustible para el cerebro que además reduce la inflamación. Basta con beber una cucharadita o usarlo para la preparación de alimentos. Este aceite es termosensible, así que puedes cocinarlo a altas temperaturas. En la sección de recetas te daré algunas ideas sobre cómo usarlo en la cocina.

. Ácido alfa-lipoico. Este ácido graso se encuentra en todas las células del cuerpo,
donde se le necesita para producir la energía necesaria para las funciones normales del
cuerpo. Es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica y funciona como un antioxidante

poderoso en el cerebro, en tejidos tanto grasos como acuosos. En la actualidad los científicos lo están investigando como tratamiento potencial para prevenir las apoplejías y otros padecimientos del cerebro que involucran el daño ocasionado por los radicales libres, como la demencia.(14) Aunque el cuerpo puede producir cantidades adecuadas de este ácido graso, nuestro estilo de vida moderno y la prevalencia de una dieta inadecuada implican que necesitamos consumirlo en forma de suplemento.

.Vitamina D. Se ha hecho mal en nombrarla vitamina D porque en realidad no es una “vitamina”, sino una hormona esteroidea soluble en grasa. Aunque la mayoría de la gente la socia sólo con la salud ósea y con los niveles de calcio –de ahí que suela adicionarse a la leche-, ésta tiene efectos mucho más extensos en el cuerpo, sobre todo en el cerebro. Ahora sabemos que en todo el sistema nervioso central hay receptores de vitamina D, y también que ayuda a regular las enzimas en el cerebro y en el líquido cefalorraquídeo implicadas en la producción de neurotransmisores, además de que estimula el crecimiento de los nervios. Tanto los estudios de laboratorio como los realizados en animales han indicado Vitamina-D-solque la vitamina D protege a las neuronas del daño causado por los radicales libres y reduce la inflamación. Permíteme compartirte algunos hallazgos claves: (15)

a) Los reportes demuestran que el riesgo de deterioro cognitivo se reduce 25% en individuos con niveles más elevados de vitamina D (individuos con una deficiencia grave en uno de estos estudios demostraron tener 60% más probabilidades de padecer un deterioro cognitivo en los seis años durante los cuales se les dio seguimiento. (16)

b) Un estudio realizado durante siete años entre 498 mujeres demostró que quienes tenían una ingesta mayor de vitamina D enfrentaban un riesgo 77% menor de desarrollar Alzheimer. (17)

c) Cuando se evaluó el estado mental de 858 adultos, entre 1998 y 2006, se encontró un deterioro sustancial de las funciones cerebrales en individuos con una deficiencia grave de vitamina D. (18)

d) Múltiples estudios vinculan los niveles bajos de vitamina D con el riesgo de desarrollar Parkinson y de una recaída en pacientes con esclerosis múltiple. (Además, hay investigaciones que demuestran que un incremento de 5 ng/ml en los niveles de vitamina D en la sangre se correlaciona con una disminución de 16% de recaídas en pacientes con esclerosis múltiple). (19)

e) Desde hace mucho se ha demostrado en la literatura médica que los niveles bajos de vitamina D contribuyen a la depresión y hasta la fatiga crónica. (20) Se requieren cantidades adecuadas de esta hormona para que las glándulas suprarrenales ayuden a regular una enzima necesaria para la producción de dopamina, epinefrina y norepinefrina, hormonas cerebrales fundamentales que influyen en el estado de ánimo, el manejo del estrés y la energía. Se sabe que algunas personas con depresión leve a grave han experimentado mejorías radicales sólo con ayuda del suplemento de vitamina D.

Corregir la falta de vitamina D puede llevar varios meses de consumo de suplemento, pero hacerlo mejorará de manera significativa toda tu química corporal (desde la salud ósea hasta la mental-, y hasta tu sensibilidad a la insulina. Mi protocolo alimenticio también te enseñará cuáles son buenas fuentes de vitamina D en la naturaleza, como los peces de agua fría y los champiñones.

Notas:

5. J.A. Baur y D.A. Sinclair, “Therapeutic Potential of Resveratrol: The In Vivo Evidence”, Natures Reviews Drug Discovery 5, 6(junio de 2006), pp. 493-506.

6. D. O. Kennedy et al., “Effects of Resveratrol on Cerebral Blood Flow Variables and Cognitive Performance in Humans: A Double-blind, Placebo-controlled, Crossover Investigation”, American Joirnal of Clinical Nutrition 91, 6 (junio de 2010), pp. 1590-1597.

7. T. P. Ng et al., “Curry Consumption and Cognitive Function in the Elderly”, American Journal of Emidemiology 164, 9 (1° de noviembre de 2006), pp. 898-906.

8. K. Tillisch et al., “Consumption of Fermented Milk Product with Probiotic Modulates Brain Activity”, Gastroenterology 144, (junio 2010, pp. 1394-1401) pii: S0016-5085(13)00292-8; doi: 10.1053/j.gastro.2013.02.043

9. J. A. Bravo et al., “Ingestion of Lactobacillus Strain Regulates Emotional Behavior and Central GABA Receptor Expression in a Mouse Via the Vagus Nerve”, Proceedings of the National Academy of Sciences 108, 138 (20 de septiembre de 2011), pp. 16050-16055.

10. A. C. Bested et al., “Intestinal Microbiota, Probiotics and Mental Health: From Metchnikoff to Modern Advances: Part I –Autointoxication Revisited”, Gut Pathogens 5, 1 (18 de marzo de 2013), p. 5. Revise las partes II y III del mismo artículo.

11. J.F. Cryan y S. M. O’Mahony, “ The Microbiome-Gut-Brain Axis: From Bowel to Behavior”, Neurogastroenterology and Motility 23, 3 (marzo de 2011), pp. 187-192.

12. Michael Gershon, The Second Brain: The Scientific basis of Gut Instinct and a Groundbreaking New Understanding of Nervous Disorders of the Stomach and Inestines, Nueva York, Harper, 1998.

13. Para más infomación sobre la conexión entre el cerebro y los intestinos, revise el trabajo del doctor Emeran Mayer, director del Centro para la Neurobiología del Estrés de Los Ángeles por parte de la Universidad de California. En específico, The Globe and Mail lo incluyó en un artículo escrito por Chantal Ouimet (“The Gut Has a Mind of Its Own”), publicado el 31 de diciembre de 2002. Puede visitarlo en la siguiente dirección:        http://www.ibs.med.ucla.edu/Articles/PatientArticle001.htm.

14. L. Packer et al., “Neuroprotection by the Metabolic Antioxidant Alpha-lipoic Acid”, Free Radical Biology & Medicine22, 1-2 (1997), pp. 359-378.

15. Para aquellos interesados en saber más sobre vitamina D, incluyendo una profunda discusión sobre los estudios que se han hecho al respecto, consulte el influyente libro del doctor MichaelHolick, The Vitamin D Solution: A 3-Step Strategy to Cure Our Most Common Health Problems, Nueva York, Hudson Street Press, 2010.

16. http//blogs.scientificamerican.com/observations/2010/07/13/vitamin-d-deficiency-linked-to-parkinsons-disease-cognitive-decline/

17. C. Anneweiler et al., “Higher Vitamin D Dietary Intake Is Associated with Lower Risk of Alzheimer’s Disease: A 7-year Follow-up”, Journals of Gerontology Series A: Biological Sciences and Medical Sciences 67, 11 (noviembre de 2012), pp. 1205-1211.

18. D. J. Llewellyn et al., “Vitamin D and Risk of Cognitive Decline in Elderly Persons”, Archives of Internal Medicine 170, 13 (12 de julio de 2012), pp.1135-1141.

19. S. Simpson Jr. et al., “Higher 25-hydroxyvitamin D Is Associated with Lower Relapse Risk in Multiple Sclerosis”,Annals of Neurology 68, 2 (agosto de 2010), pp. 193-203. Véase también C. Pierrot-Deseilligny et al.,”Relationship Between 25-OH-D Serum Level and Relapse Rate in Multiple Sclerosis Patients Before and After Vitamin D Supplementation”,Therapeutic Advances in Neurological Disordrs 5, 4 (julio de 2012), pp. 187-198.

20. R. E. Anglin et al., “Vitamin D Deficiency and Depression in Adults: Systematic Review and Meta-analysis”, British Journal of Psychiatry 202 (febrero de 2013), pp.100-107.

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Extraído de:
Libro: “Cerebro de pan
Autor: Dr. David Perlmutter y Kristin Loberg
pp. 226-233
3ª edición- Buenos Aires: Grijalbo 2014
Traducción: Ariadna Molinari Tato

Transcripción realizada por:
Gloria de los Ángeles Espíndola

Un comentario en “Aida. Fermentación de alimentos: Su importancia

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