Karl Andree es un ciudadano británico que llevaba una vida apacible en Arabia Saudí, hasta que las autoridades descubrieron que había estado fabricando su propio vino y fue arrestado en agosto de 2014, acusado de posesión de alcohol –algo ilegal en este país musulmán-. El propio David Cameron ha tomado cartas en el asunto.La familia de este abuelo de 74 años ha pedido al primer ministro del Reino Unido, David Cameron,que intervenga para detener el castigo de 350 latigazos en público. “El Gobierno saudí sólo le va a escuchar a él”, cree su hijo Simon, después de que los esfuerzos de la embajada británica en Riyadno hayan dado sus frutos, si bien lo están visitando regularmente para comprobar su estado. En una entrevista para BBC Radio 4, Simon Andree ha insinuado que los vínculos comerciales del Reino Unido con Arabia Saudí han ralentizado la reacción de su país ante el caso.
El equipo de Cameron ha confirmado que se va a dirigir a las autoridades saudíes para protestar por el caso de Andree. El secretario de Justicia británico, Michael Gove, afirmó el martes en el Parlamento que la cooperación con Arabia Saudí había “salvado vidas británicas en el pasado”, pero que se hacía necesario “defender los valores en los que nuestros ciudadanos creen y les gustaría vernos promover”.
Paralelamente al caso, el Gobierno británico ha cancelado un acuerdo por el que iba a proporcionar asesoramiento penitenciario a Arabia Saudí por nueve millones de dólares. Simon Andree espera que “la ruptura de este acuerdo no afecte” a su padre.
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