Aida. Canto a la Vida

Mi cuerpo… mi cicerone

En el mismo instante que te encontré en mi, 

Fue el mismo instante en el que encontré quien soy

Mi cuerpo una forma… y yo la vida

Como el despertar de un reflejo danzarín de la superficie del agua

No soy el como, el cuando, el que…ni siquiera quien…

Simplemente VIDA…

Y cuando te vi… nos vi… y pude intuir…

SENTÍ… la cercanía de la lejanía…

y la calidez del frió…

VI… la luminosidad de lo oscuro…

y lo invisible de lo formado

OÍ… las palabras de lo no pronunciado…

y el silencio de lo emanado…

RESPIRÉ… el viento de lo aquietado

y la quietud de lo ajetreado

SIMPLEMENTE… ME MARAVILLÉ…

de la sagrada grandeza de lo simplificado…

En el mismo instante que nos vi…

abrí mi mano, mi alma, mi existencia

y así…

te descubrí infinita y eterna en mí

percibiendo tu suave caricia en este mi mundo

sintiendo la brisa de tu viento sin corriente

sintiendo tu presencia mientras abres nuevos sentidos

que acunan hasta inducir al sueño mi mente

vida entre cuerpo y cuerpo a vivir

vida entre mundo y mundo a venir

y mientras tú… te vives en mí

Y mientras yo… me descubro en ti

VIVO…

y me hallo siendo la infinita vida y sus manifestaciones

viajando a través de cuerpos, formas, placeres y dolores

GOZO…

y me hallo observando estas mis infinitas apariciones

hasta revelarse mi cuerpo… como “el perfecto cicerone”.

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Autora: Sisi Bocanegra (sisibocanegra@gmail.com)

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Fuente:  Emilio Carrillo

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