Europa renueva su visto bueno al glifosato

La Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria ha publicado hoy su informe de reevaluación del glifosato, en el que concluye que «es improbable que suponga una amenaza carcinógena para los seres humanos» a pesar del último informe de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer.
Como estaba previsto, la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado hoy su informe sobre el glifosato, el herbicida más comercializado del mundo.
En este informe de reevaluación, que será la base para que la Comisión Europea renueve el permiso de comercialización de esta sustancia a partir del 1 de enero, la EFSA ha considerado que“es improbable que sea genotóxico o que suponga una amenaza carcinógena para los seres humanos”.
La agencia europea ha llegado a esta conclusión a pesar del último informe de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), que en marzo de este año clasificó esta sustancia como un “probable carcinógeno para el ser humano”, en base a un metaestudio que mostró “fuertes evidencias” de que provoca cáncer en animales de laboratorio.
Las organizaciones ecologistas, que llevan años denunciando su peligrosidad tanto para la salud como para el medio ambiente, tenían pocas esperanzas de que la EFSA tuviera en cuenta las nuevas evidencias, debido, según denuncian, a los enormes intereses económicos que giran en torno a esta sustancia del gigante de los agronegocios Monsanto, que se usa como herbicida en millones de hectáreas de tierras agrícolas y también en ciudades, en parques y jardines, en miles de kilómetros de carreteras y vías férreas, y también en productos de jardinería para particulares, entre otros usos.
La EFSA considera que las diferencias entre sus conclusiones y las de la IARC se deben a que la agencia internacional sobre el cáncer estudió el glifosato según sus distintas fórmulas comerciales, en las que está mezclado con otros químicos, mientras que la agencia europea lo ha estudiado sólo en su estado puro, aislado de los elementos que lo acompañan en los productos pesticidas en los que se comercializa.
De hecho, la EFSA reconoce la posible toxicidad del glifosato en su formulación comercial, y propone que «la toxicidad de cada formulación de pesticida y en particular su potencial genotóxico deberían ser considerados posteriormente por las autoridades de los Estados miembros cuando reevalúen los usos de las formulaciones basadas en el glifosato en sus propios territorios».
En base a sus conclusiones, la EFSA añade en su informe que “no se propone la clasificación de carcinógeno para el glifosato bajo la regulación de clasificación, etiquetado y empaquetado de sustancias químicas de la Unión Europea”, y por lo tanto, previsiblemente continuará siendo legal en los Estados miembros, a pesar de que algunos de ellos, como Francia, ya han decidido limitar su venta al público debido a su posible peligrosidad, y su uso ha sido eliminado por numerosas localidades también en España, y sustituido por alternativas verdes.
En cualquier caso, la EFSA ha concluido que es necesario “redefinir” la toxicidad del glifosato, pero ha propuesto que la cantidad máxima que podría ingerir una persona a través del consumo de productos agrícolas pase de 0,3 a 0,5 miligramos por cada kilo de peso corporal. Esta redefinición se realizará en 2016 en colaboración con los Estados miembros.

 

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