París: ¿quién creó el terror?

Los EE.UU. y sus aliados asesinaron a un millón de civiles en Irak, utilizando sanciones indefinidas y la guerra, destruyeron toda la infraestructura pública e hicieron polvo todas las instituciones.
¿No cree usted que aquello pudiera llevar a algunas personas a sentirse ultrajadas y desesperadas?
Estos «líderes del mundo libre» pasaron a infligir la misma «humanitaria» medicina en Afganistán, Libia y ahora en Siria (de manera indirecta) y Yemen.
Y estos «líderes» son los que perdonan las regulares matanzas genocidas perpetradas por Israel como parte de su brutal ocupación y su programa de usurpación de tierras.
¿No cree que algunas personas están empezando a captar el significado que tienen «la libertad y la democracia» para EE.UU.?
Estas guerras se orientan a los recursos terrestres y los territorios del Medio Oriente, así como a las poblaciones musulmanas, con el fin de incapacitar a estas lo suficiente para que no desarrollen el auto-gobierno. Como tales, estas guerras son racistas, y su impacto sobre los pueblos resulta necesariamente en la imposición de la represión racista extrema.
Muchos musulmanes se identifican, tanto con aquellos a quienes apuntan directamente las guerras y los genocidios, así como con quienes son sometidos a la represión racista local en los mismos países occidentales que son artífices de las campañas del Medio Oriente. La represión racista local tiene muchas formas, incluyendo: el apartheid económico, el hostigamiento policial, la islamofobia mediática, la ciudadanía de segunda clase, las cargas administrativas discriminatorias y el racismo diario.
Una respuesta estatal efectiva para difuminar o enmascarar estas amenazas internas es el «multiculturalismo». En el espectro de la ingeniería social estatal, dicho enfoque es más común en Canadá y el Reino Unido, y lo es menos en Francia y en EE.UU., quienes prefieren el núcleo duro de la integración forzada y secuestro del Estado policial.
En mi opinión, el grado per cápita relativamente alto de revuelta «Musulmana» y ahora de terror en Francia es una consecuencia previsible de la combinación del militarismo francés en el extranjero y su racismo estructural y social.
Esto crea un terreno fértil, en el cual, los jóvenes desesperados (que advierten la embestida geopolítica occidental en contra del «Islam» –una agresión contra su identidad- y en contra de cualquier influencia que ellos puedan tener en el mundo), van a querer atacar y actuar en contra del opresor percibido, tan violentamente como sea posible.
Este «terreno fértil» puede, espontáneamente, crear actos de terror que no tienen un claro propósito geo-estratégico, los que son alimentados localmente mediante las «recompensas» fisiológicas de la acción, y amplificados por la atención de los medios de comunicación y por la retroalimentación de la «solidaridad en la desesperación».
Estas son características de la psicología de la cultura de pandillas.
El mismo «terreno fértil» también pueden ser explotado y manipulado por actores estatales, tanto del Estado de origen como de otros Estados. Existen dos aspectos de tal explotación: un Estado puede aprovechar el resultado del terror, o un Estado puede influir más directamente en forma encubierta en la ejecución del terror, por ejemplo, facilitando el acceso a las armas, por infiltración, mediante ‘ratoneras’, etc.
El analista debe tener siempre presente que no hay duda de que un Estado de origen occidental puede perpetrar actos horribles de violencia contra sus propios ciudadanos. En palabras de Paul Craig Roberts:
“Algunas personas son tan ingenuas y estúpidas como para pensar que ningún gobierno mataría a sus propios ciudadanos. Pero los gobiernos hacen eso todo el tiempo. Hay un número infinito de ataques de bandera falsa, como la Operación Gladio. La Operación Gladio fue una operación de inteligencia CIA/italiana que despiadadamente hizo explosar bombas contra inocentes italianos, quienes esperaban en una estación de trenes, asesinando a cientos, para luego culpar de la violencia a los partidos comunistas europeos de la era post-GM II con el fin de impedir que pudieran triunfar en las elecciones.
Un presidente de Italia reveló la verdad acerca de la operación Gladio, y usted puede leer los sórdidos detalles en una serie de libros y también en internet. Los bombazos no fueron llevados a cabo, como se informó ampliamente en la corrupta prensa occidental, por los comunistas. Tales atentados fueron realizados por la inteligencia italiana, apoyada ésta por la CIA. En una de las audiencias de la investigación italiana, un miembro de la inteligencia italiana dice que los sitios para instalar las bombas fueron escogidos a fin de maximizar la muerte de mujeres y niños, porque estas víctimas eran sumamente útiles para desacreditar a los comunistas.”
Con París, el Estado de origen ya está explotando el resultado del terror para apuntalar su imagen y justificar cualquiera de las «respuestas» que quiera dar. Francia está completamente coaligada con Arabia Saudita en el apoyo a los matones mercenarios de ISIS (Emirato Islámico –EI- es más apropiado –nota del CAD) a fin de remover a Assad, y ahora utilizará este terror interno como un pretexto para empoderar sus (ilegales) intervenciones militares para debilitar el Estado que será encabezado por Assad, como sigan las actuales victorias contra el EI respaldadas por Rusia. Esta es una asquerosamente cínica manipulación de las víctimas del terrorismo por parte de los gobernantes franceses.
Si Francia quiere respetar a las víctimas de estos atentados terroristas, debería detener su explotación insensible de los mensajes que entrega, dejar de crear terror en otras naciones, concentrarse y permitir el trabajo investigativo independiente de la policía sin obstaculizarlo políticamente, ser transparente sobre los resultados de tales investigaciones independientes, y concentrarse en la reparación de las injusticias sociales internas.
Por último, si queremos teorizar sobre cuales naciones extranjeras se beneficiarían más de la facilitación encubierta al terror en París, sólo tenemos que preguntarnos cuál nación o pandilla tendría motivos realistas.
El terror beneficia al EI para su política de reclutamiento, sin duda. Las frenéticas reacciones del Estado-policial son un regalo para aquellos que buscan el empoderamiento y la adrenalina de la acción directa.
La reacción del Estado transmite el miedo en voz alta y clara. Sólo en ese sentido, el gobierno francés es irresponsable, y se ha encuadrado en sí mismo en que deben prontamente aparecer los perpetradores para capturarlos o matarles.
El EI también se beneficia de una multiplicación de los frentes de batalla, y del potencial para desalentar o provocar la histeria del enemigo, aunque ese es un largo y poco realista disparo. Además, el EI no tiene acceso físico al «terreno fértil». Por lo tanto, en mi opinión, es poco probable que el terror fuese dirigido o facilitado por el EI.
Evidentemente, otro actor estatal que podría beneficiarse es Israel. Éste ha sido un constante promotor de la doctrina de la «guerra contra el terror» y de una constante y global amenaza del terror que sólo puede resolverse mediante la eliminación de todas las naciones regionales que buscan independizarse de la dominación estadounidense, las cuales compiten contra el control israelí de la región (Irán, Siria, Irak,…).
En el caso de París, los medios de comunicación occidentales ya han atribuido el terror al EI, sin ninguna investigación real y la deseada y prevista respuesta planificada,¿podría ser una intervención de la OTAN en Siria e Irak?
Ello sería ideal para Israel, pues incapacitaría cualquier futuro de Siria e Irak, y debilitaría a los aliados sirios Irán y Hezbolá.
Probablemente, Alemania y otras naciones de la UE harán notar que tal guerra de la OTAN sería una empresa de alto riesgo, que sólo puede crear más terror y refugiados para Europa, y todo por el beneficio de la dominación geopolítica de Israel y EE.UU.
Ojalá que París no sea un evento 9/11 que encienda nuevas guerras coloniales de agresión. Es de esperar que Europa piense por sí misma y no de otro paso hacia el proyecto estadounidense de la muerte.
Nota final: mi personal y limitado conocimiento de la sociedad francesa proviene de haber viajado, vivido y trabajado en Francia.
He sido testigo de la egregia segregación de clases y del racismo extremo de ese país de primera mano, y he sufrido personalmente algunas de sus consecuencias. Dentro de las clases de profesionales jóvenes en París hay poco racismo, pero entre las clases sociales dominantes y en su relación con las clases bajas existe un viscoso y palpable racismo.
El desdén de las élites por la clase trabajadora y los cesantes es altamente racializado, como lo es su visión de las antiguas colonias francesas. Las clases dirigentes y la élite francesa son extremadamente chovinistas y racistas. No he sentido nada tan palpable en otros países europeos donde he trabajado o viajado por trabajo: los Países Bajos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Italia, Reino Unido,…
En mi opinión, tal determinante racista-clasista es parte del mecanismo que crea éste terror interno, como he descrito líneas arriba.
Traducción de “Paris: Who Made the Terror?”
Por Denis Rancourt*
En Dissident Voice – noviembre
*Denis G. Rancourt es un ex titular y catedrático de física en la Universidad de Ottawa, Canadá. Es conocido por sus aplicaciones a la investigación de la educación física (entrevista TVO). Ha publicado más de 100 artículos en revistas científicas, y ha escritovarios ensayos de comentario social. Es el autor del libro La jerarquía y la libre expresión en la lucha contra el racismo. Mientras estaba en la Universidad de Ottawa, apoyó el activismo estudiantil y se opuso a la influencia del lobby de Israel en esa institución, por lo cual lo despidieron con un falso pretexto en 2009: enlace. Lea otros artículos por Denis, o visite el sitio web de Denis.
Equipo Internacional – CAD CHILE
http://carlosagaton.blogspot.com.es/2015/11/paris-quien-creo-el-terror.html

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