Abrazos

Retorcer los mensajes de paz y amor fraternal, hasta ponerlos al servicio de los intereses de las minorías radicales, es algo bastante común en todas las religiones del mundo.

Sin embargo, igual que una manzana podrida puede echar a perder todo el saco, los miserables actos perpetrados por los terroristas yihadistas están manchando el buen nombre de millones de musulmanes que practican su fe en paz.

Tras los recientes ataques de París, ciertos grupos políticos están utilizando el miedo para lanzar mensajes xenófobos, tildando de terroristas a todos los que practican esta religión.

Muchos musulmanes han comenzado a manifestarse públicamente en contra de estas ideas, pues hoy más que nunca los derechos y la hermandad entre las personas deben prevalecer.

Con la intención de lanzar un mensaje de paz, un hombre musulmán se ha presentado en la Plaza de la República de París con un claro mensaje: “Soy musulmán, pero dicen que soy un terrorista. Confío, ¿Tú confías en mí? Si dices que sí, abrázame”. La reacción del pueblo galo, es impresionante.

Grandes dosis de emoción se vivieron en el lugar, donde diferentes culturas y religiones se fundieron entre lágrimas y abrazos.

Al concluir, el hombre, quiso dirigir unas palabras a los presentes:

“Quiero agradecer a todos por darme un abrazo. Hice esto para enviarle un mensaje a todos: soy musulmán, pero eso no me convierte en terrorista. Nunca he matado a nadie. Incluso puedo decirles que el viernes pasado fue mi cumpleaños, pero no salí. Lo siento mucho por todas las familias de las víctimas. Quiero decirles que “musulmán” no significa necesariamente “terrorista”. Un terrorista es un terrorista, alguien dispuesto a matar a otro ser humano por nada. Un musulmán nunca haría eso. Nuestra religión lo prohíbe”.
Y es que ante la adversidad, el ser humano sabe sacar lo mejor de sí mismo, y es por eso que el miedo nunca ganará.

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