Aida. Amar no es querer

Yo no quiero lo que tú quieres.

Ni siquiera quieres lo que quieres, aunque no lo sabes.

Tú quieres una relación, yo la libertad.

Quieres quererme, yo quiero Amar.

Quiero Amarte, más sólo quieres poseerme, mandarme.

No quieres el Amor, sólo quieres una posesión.

Si alcanzaras a verte como te alcanzo en el Amor,

 todo sería un instante de posesión mutua, amorosa, infinita y perfecta.

Si quieres que te Ame, Ámate en primera opción.

No puedo Amarte si no te Amas.

Aunque puedo Amarte sin que te Ames.

Pero si quieres mi Amor, Ámate como única cuestión.

El Amor no es cuestión de dos, sino de Ser el Amor.

Si te Amas es fácil Amarte,

si no te Amas, ni todo mi Amor salvará tu aguijón.

Lo que entiendes por Amor sólo es una prisión,

una condena a muerte en vida,

una pena que no estoy dispuesto a darte.

Aunque darte, te di todo,

y todo es Amor.

Si no te miras, no puedes verme.

Si quieres querer a alguien,

sólo quieres una sombra perdida en una penumbra incierta,

 llena de claustrofobia despellejada, desoída.

Ámate para quererme,

y en ese querer con Amor, llega la culminación,

y el acabose del entierro de flores mustias,

de alientos imperecederos,

de estancias vacías llenas de objetos esparcidos a los mil vientos.

Ámate como te Amo,

y encontrarás la perdición de un beso inimaginable,

de un abrazo florecido,

de un orgasmo orgásmico.

Ámame, y me poseerás sin mando,

sin gobierno,

sin lucha,

 sin que te imagines lo que el amor otorga:
libertad amorosa suprema. 

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Autor: Deéelij

EL CIELO EN LA TIERRA

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