Protestas contra la presidenta Dilma Rousseff cerca del Congreso en Brasilia»Con el juicio a Rousseff, Brasil tiene ahora tres crisis superpuestas»

Al juicio político abierto contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff se le suman los problemas económicos y de corrupción que arrastran la popularidad del Gobierno, según comentó a Sputnik Nóvosti el politólogo y director de Le Monde Diplomatique en Argentina, José Natanson.

«Brasil tiene tres crisis superpuestas que se retroalimentan: una política, otra económica y otra de corrupción», sostuvo Natanson.El juicio político no avanzará más allá del anuncio, opinó no obstante el especialista. «Es difícil que dos tercios de los legisladores en la Cámara de Diputados apoyen el proceso», afirmó.

Aunque el proceso fracase y sea difícil su concreción, ésta crisis institucional profundiza la fragilidad del Gobierno de Rouseff, consideró el experto.

A ello se le suma la caída del 3 por ciento del producto interior bruto del país, el aumento del desempleo, el crecimiento de la pobreza y la subida de la inflación.

No es menor tampoco el escándalo que afecta al menos a 53 políticos brasileños por su presunta implicación en delitos de corrupción en torno a la gestión de la empresa estatal Petrobras.

«Hay un hartazgo de la sociedad con respecto a los casos de corrupción», afirmó Natanson.

El pedido de juicio político contra Rousseff no está relacionado con este asunto, opinó el director de Le Monde Diplomatique en Argentina, sino que se originó por la sospecha de que se había disfrazado el déficit en el manejo de las cuentas públicas.

MOVILIZACIÓN PÚBLICA

No hay que olvidar que a comienzos del segundo mandato de Dilma Rousseff, en 2014, hubo varias protestas contra su gestión en las calles.

«Fue un sector muy particular, claramente de las clases medias de las ciudades del sur», recordó el politólogo. «Pero no hubo manifestaciones que tuvieran un tono más policlasista, así que establecieron un límite».

El Gobierno brasileño, a su juicio, tendría que priorizar los problemas económicos.

«Dilma todavía tiene espacio para darle un giro a la situación económica, que es muy mala», afirmó.

Además debería recomponer la coalición política con el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), que forma parte de la coalición gobernante del PT.

«Es poco probable que el PMDB rompa la coalición a corto plazo», opinó Natanson. «Otro escenario sería plausible si la situación económica de Brasil no mejorase en los próximos dos años, o si ya estuvieran próximas las elecciones presidenciales», previstas para 2019.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se enfrenta a un proceso de destitución anunciado el miércoles por la noche por el parlamento bajo la acusación de haber realizado maniobras fiscales irregulares para ajustar las cuentas públicas en 2015.

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