«7 Árboles Sagrados de los Celtas»

Los antiguos celtas, habitantes de Irlanda y otras regiones europeas, veían en el árbol no sólo la esencia de la vida, sino también un recurso para predecir el futuro. Curiosamente, este medio era para los Druidas el más eficaz a la hora de hacer un pronóstico sobre el destino de una persona.
Se sabe que los celtas eran animistas y que sentían un gran respeto por la vegetación y los bosques. A cada uno de los árboles se le asociaba una significación sagrada.
Para los druidas, un boque era el lugar en el que se llevaba a cabo la iniciación.
Para todos los celtas, el árbol era un elemento de suma importancia en su vida diaria, ya que obtenían de él madera, leña y era un símbolo del futuro de las personas: se decía que cada una llevaba un árbol en el interior.
Simbolizaba la Fuerza, la Ciencia y la Vida.

Además, el árbol era considerado como el nexo de unión entre los distintos niveles del cosmos (el subterráneo – las raíces -, la superficie – el tronco – y las alturas – la copa y las ramas más altas – ) y la comunicación entre la Tierra y el Cielo.
En él se unían los elementos: agua (en su interior), tierra (que, por las raíces, se incorpora a él), aire (hojas) y fuego (al quemarse)

También, creían que había siete árboles sagrados básicos y que a cada uno le correspondía un día y un planeta.
Ellos eran:

Abedul (domingo, el Sol): se vinculaba al futuro y la esperanza. Se utilizaba en rituales de purificación.

Sauce (lunes, la Luna): era un árbol un tanto sombrío ya que, por las noches, en la oscuridad, conseguía sacar sus raíces y se desplazaba tras los caminantes mientras murmuraba. A los enemigos se les ataba a los sauces, porque se decía que servían para hechizarles.

Acebo (martes, Marte): vinculaba a los seres humanos con la divinidad. Sus ramas eran un símbolo de protección y sabiduría.

Avellano (miércoles, Mercurio): estaba relacionado con el cambio de forma. Se creía que podía erradicar la energía negativa.

Roble (jueves, Júpiter): era el árbol de mayor importancia. Al ser difícil de talar, se le asociaba la idea de fortaleza y resistencia, de vigor y seguridad. En Irlanda, la palabra que lo denominaba se traduce como “puerta”, por lo que el roble era también una especie de portal a otra dimensión. Se creía también que tenía cualidades curativas. El roble era elevado a la categoría de semidiós y cuentan las leyendas, que un bosque de robles que hubiese crecido sobre otros robles anteriormente talados era maligno y sumamente peligroso por las noches.

Fresno (viernes, Venus): se consideraba un nexo de unión con otros mundos invisibles. Era utilizado en rituales para anular maldiciones.

Espino (sàbado, Saturno): era el árbol de hadas por excelencia, aunque también lo era el Saúco. Del saúco se servían para fabricar vino. Se creía que muchos saúcos eran, en realidad, brujas y que antes de cortar una de sus ramas, era absolutamente necesario pedir permiso.


Publicado por SAIKU
DE TODO UN POCO.

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