Capítulo 12 ― Tiempo y espacio

Nosotros tomamos el tiempo y el espacio como si fueran cosas reales que existen aparte de nuestros pensamientos, como si estuvieran «ahí fuera» ya sea que estemos pensando en ellos o no. A lo largo del texto de Living Realization, hemos venido señalando desde varios ángulos que el tiempo y el espacio son pensamientos. Este capítulo se centra más directamente en esta cuestión.

Antes de que avancemos en la investigación de este capítulo, vamos a simplificar esta cuestión. Si puedes reconocer ahora mismo, por experiencia (no sólo intelectualmente), que el tiempo y el espacio son sólo pensamientos, no necesitas ver más. Con este conocimiento experiencial ya no crees que eres una persona separada que vive en un mundo de cosas y personas separadas que se mueven a través del tiempo. Una sensación de tranquilidad, ligereza, alegría sutil y libertad surge con este ver. Ya no hay necesidad de buscar algo en el futuro. Los conflictos en las relaciones también se relajan en este ver experiencial. ¿Con quién vas a discutir si las cosas (por ejemplo, las personas) son sólo pensamientos? Si todavía hay sufrimiento, búsqueda y conflicto, echa otro vistazo por si todavía hay alguna creencia en cosas separadas situadas en el tiempo y el espacio.

Observa que no importa cómo dividamos la vida en partes, cada una de las partes sólo puede ser conocida cuando aparece un pensamiento. Por ejemplo, no hay manera de saber que existe el sol como una cosa separada a menos que el pensamiento «sol» aparezca. El calor en la cara no comunica «sol». La luz no te dice que viene del «sol». Estas son puras sensaciones. Las sensaciones más el pensamiento hacen que parezca que hay objetos separados. El universo entero se puede explicar a través de pensamientos y sensaciones. Y puesto que todos los pensamientos y sensaciones son apariencias inseparables dentro de la conciencia, el universo es la conciencia y la conciencia es el universo. Hemos tratado el tema de los objetos separados en capítulos anteriores, así que no voy a entrar en muchos más detalles sobre esta cuestión en este capítulo.

Al igual que en las cosas separadas en el espacio, no hay manera de conocer un punto separado en el tiempo, como en ayer o en miércoles, sin que aparezcan esos pensamientos. Si puedes ver que todos los puntos en el tiempo son realmente sólo pensamientos, la creencia en el tiempo se desvanece.

Observa que cada vez que la vida parece estar dividida en partes, ya sea temporal o espacialmente, es porque el pensamiento ha aparecido. Esos pensamientos aparecen inseparablemente dentro de la conciencia. Puesto que los objetos separados en el espacio y el tiempo no pueden ser conocidos sin pensamientos, y puesto que los pensamientos son inseparables de la conciencia, no hay brechas o huecos en ningún lugar en la vida. Esta es la completa inseparabilidad de la vida.

Si todavía hay una persistente creencia de que la vida contiene cosas separadas situadas en el espacio y el tiempo, incluso cuando el pensamiento no surge, este capítulo podría ayudar en la investigación.

Al abordar la cuestión del espacio en este capítulo, nos ocuparemos de cuestiones correspondientes a las cosas existentes en el espacio, la distancia y la ubicación. Al tratar con el tiempo, vamos a hablar sobre causa y efecto y la idea de que las cosas existen en el tiempo.

El espacio

En sentido estricto, no se puede decir que existe un objeto en el espacio, ni se puede decir que existe una forma de pensamiento en el tiempo. Porque el espacio es en sí mismo un objeto y el tiempo es en sí mismo una forma de pensamiento. Nunca puedes percibir dos objetos o dos formas de pensamiento al mismo tiempo, y a menos que se perciban simultáneamente dos o más objetos, nunca puedes decir que una cosa existe en otra.

– Sri Atmananda

¿Qué es lo que Sri Atmananda está diciendo aquí sobre el tiempo y el espacio? Él dice: «El espacio es en sí mismo un objeto». Cuando él utiliza la palabra espacio, no la está utilizando en el contexto en que Living Realization utiliza esa palabra. Lo que él quiere decir con espacio es que es un contenedor de otras cosas, como en «La tierra existe en el espacio» o «La mesa existe en el espacio de la habitación». Al utilizar el espacio de este modo, se convierte en un objeto, en un pensamiento. El «espacio» como es utilizado en Living Realization es otra palabra para la conciencia sin objeto, sin distinciones, sin límites, no localizable, o «eso que percibe todos los pensamientos, pero que en sí mismo no es un pensamiento». Consulta el Capítulo Uno: Reconociendo la Conciencia Presente.

Echemos un vistazo más de cerca a esta cita de Atmananda.

Las cosas existen en el espacio (El experimento de la mesa/espacio)

A menudo existe la creencia de que las cosas suceden en el espacio. Echemos un vistazo más de cerca a este asunto de la contención.

La mesa aparece como una cosa separada sólo porque hay otros pensamientos que dividen la vida en partes que se relacionan con la mesa (por ejemplo, una silla, el suelo, tú, el espacio). El pensamiento convierte al «espacio» en una cosa separada. Trata de pensar el pensamiento «mesa» y aférrate a él al mismo tiempo que piensas el pensamiento «espacio» como el espacio que rodea la mesa. ¿Puedes ver cómo el pensamiento sólo puede ir de uno al otro entre el pensamiento «espacio» y el pensamiento «mesa»? Cuando un pensamiento aparece dentro de la conciencia, el otro desaparece. Incluso si los pones en una frase como «La mesa existe en el espacio», la palabra mesa aparece dentro de la conciencia antes de que aparezca la palabra espacio. No aparecen simultáneamente. Si estás en tu habitación y crees que estás viendo una mesa que aparece en un espacio, el pensamiento aparece. Esto es lo que Sri Atmananda quiere decir cuando dice: «Nunca puedes percibir dos objetos o dos formas de pensamiento al mismo tiempo, y a menos que se perciban simultáneamente dos o más objetos, nunca puedes decir que una cosa existe en otra». Desde el punto de vista de la conciencia no-conceptual, no hay manera de dividir tu experiencia en partes que incluyan las cosas y el espacio. Por lo tanto, ¿cómo puedes decir que hay cosas en el espacio? Si no hay objetos hasta que surgen los pensamientos, estás diciendo esencialmente que un pensamiento, la mesa, se ajusta a (existe dentro de) otro pensamiento, el espacio.

Sólo es otro pensamiento el que viene después y dice: «La mesa existe en el espacio». Pero, a través del experimento anterior, no tenemos evidencia directa de que dos cosas existen independientemente, excepto por medio del pensamiento. Por lo tanto, es imposible decir que una cosa existe en otra cosa, o para el caso, al lado o fuera de otra cosa. Cuando no estás pensando el pensamiento «La mesa existe en el espacio», esos objetos y su relación entre sí no aparecen.

Para ser claros, el espacio tampoco puede existir dentro de la mesa. Has oído hablar de algunos indicadores o punteros que dicen que las cosas están hechas de espacio, o que el espacio está dentro de todas las cosas, pero es sólo un indicador. No hay que tomarlo como una verdad final. El Sutra de Buda que dice «la forma es vacío y el vacío es forma» es importante aquí. Incluso decir que hay forma separada de lo sin-forma conlleva pensamiento. La separación sólo ocurre a través del pensamiento. «La forma no es más que lo sin-forma» es sólo otra manera de hablar de la Unidad de la vida y de la manera en que el pensamiento siempre hace parecer como si hubiera dos (es decir, muchos).

Distancia

Observa cómo aparece la noción de distancia. Aparece sólo a través del pensamiento. Junta una oración que diga: «La silla está situada junto a la mesa». Las palabras «situada junto a» indican distancia. Pero es sólo un pensamiento. No hay nada entre lo que llamamos mesa y lo que llamamos silla que nos diga: «¡yo soy la distancia!» o «mírame, estoy a tres pies de distancia».

La medida espacial es pensamiento. Si no hay cosas separadas, excepto en el pensamiento, ¿cómo puede haber distancia entre dos cosas separadas? Cada vez que ves distancia, estás pensando. Estás concibiendo dos objetos separados. Observa que cuando miras con la conciencia no-conceptual, no aparece la noción de cosas separadas. No aparece porque el pensamiento no aparece. La distancia es conceptual. Observa que cuando miras por tus ojos como si hubiera un árbol que está a X distancia de ti, estás de nuevo postulando objetos. En este escenario, tú eres uno de los objetos y el árbol es otro. Y has imaginado una línea que va desde tu ojo hacia el árbol. La línea mide la distancia y realmente parece como si la distancia estuviera «ahí afuera». Pero toma un momento y deja que los pensamientos «tú» y «árbol» se desvanezcan suavemente. Cuando los pensamientos se relajan, la distancia se relaja con ellos. Todo es conceptual.

Ubicación

La ubicación es lo mismo que la distancia. Piensa un pensamiento, «Mesa». Cuando estás pensando ese pensamiento únicamente, no aparece ubicación alguna. La ubicación sólo aparece cuando entran en juego dos objetos. Lo que significa que estás pensando en el modo en que se relacionan los objetos entre sí. Tienes que pensar «mesa» y luego otro pensamiento como «silla» con el fin de concebir la ubicación. Entonces dices que la mesa está al lado de la silla. Pero mira desde la conciencia no-conceptual ahora mismo. Sin que aparezcan conceptos, ¿aparece la ubicación? La vida es pura indivisibilidad. En la indivisibilidad no hay cosas separadas. Por lo tanto la ubicación es irrelevante en ese momento. No aparece. Aquí hay una buena pregunta, «¿Si las cosas son sólo pensamientos, a qué distancia está un pensamiento de otro pensamiento?» «¿Dónde está situado un pensamiento en relación con otro pensamiento?» La pregunta no tiene sentido porque nunca aparecen dos pensamientos simultáneamente.

El tiempo

Causa y efecto

Causa y efecto podrían tener su propio capítulo. Para que una cosa sea la causa de otra cosa, tiene que haber dos cosas que existan de forma independiente «ahí fuera». Pero como hemos visto en este y otros capítulos, la separación es un producto del pensamiento. Por ejemplo, tomemos una «mano» y una «silla». Cuando estás mirando sin el pensamiento, la cosa llamada silla no te está comunicando ninguna información conceptual. No está diciendo: «Oye, soy una silla». «Silla» es un pensamiento. La cosa llamada mano no te está comunicando, «soy una cosa separada», o «soy una mano», o incluso «soy tu mano». Mira alrededor de tu habitación ahora mismo con la conciencia no-conceptual. Nada te está comunicando que hay objetos separados «ahí fuera». Si no hay objetos separados excepto en el pensamiento, entonces no hay manera de que una cosa pueda causar que otra cosa suceda, excepto en el pensamiento.

Causa y efecto ocurre sólo en el pensamiento. No hay manera de concebir o conocer la causa y el efecto fuera del pensamiento. Compruébalo. ¿Cómo saberlo? ¿Cómo probarlo? Incluso si piensas que puedes probarlo, ¿cómo expresarlo? Es necesario pensar para conocer y hacer todas esas cosas. Esto no quiere decir que causa y efecto no existan. Sólo quiere decir que únicamente se conocen a través del pensamiento. Esto cambia la noción de que causa y efecto están «ahí afuera» gobernando nuestras vidas como una inteligencia independiente del pensamiento. Y como el pensamiento es inseparable de la conciencia, ¿cómo podemos decir que causa y efecto operan de forma independiente de la conciencia? Causa y efecto son sólo conceptuales.

En Living Realization, hemos investigado si existen objetos separados situados en el tiempo y el espacio. Hemos visto que estos objetos son experimentados sólo como pensamientos y sensaciones. Si no hay pensamientos y sensaciones, no aparecen objetos. Hemos visto que estos pensamientos y sensaciones son inseparables de la conciencia. Son la conciencia misma. Uno tendría que creer en los objetos separados para poder creer que un objeto puede causar otro objeto.

¿Existen las cosas en el tiempo?

Ya hemos hablado en capítulos anteriores de que también el tiempo es pensamiento. Echemos un vistazo más. Hay una tendencia habitual de suponer que el yo o algún otro objeto es una entidad real que vive en el tiempo y el espacio. Hacemos esta suposición con todos los objetos. Por lo tanto, la investigación siguiente puede aplicarse a cualquier objeto. Pero es más divertido hacerlo con «tú». Para determinar si tú existes como un objeto separado en el espacio, lleva a cabo el experimento anterior de la mesa/silla/espacio pero inserta «tú» en su lugar.

¿Cómo sabes que tú existes en algún contexto más grande llamado tiempo? En primer lugar, tienes que tener un pensamiento. Como dice Sri Atmananda, «El tiempo es en sí mismo una forma de pensamiento». Prueba esto. ¿Puedes saber que hay tiempo sin que el pensamiento «Tiempo» aparezca dentro de la conciencia? Tal vez aparezca de una manera diferente. Tal vez el tiempo aparece como «El año 2010» o «el pasado». Pero cada uno de ellos es un pensamiento.

Vamos a seguir con el pensamiento básico «Tiempo». ¿Puedes saber que hay un tú separado sin que aparezcan el pensamiento «yo» o «mí»? Dicho más claramente, es posible que hayas asumido que el tiempo es esta cosa o contexto más grande y que tú eres una cosa más pequeña que existe dentro de él. Pero si el «tiempo» es solamente un pensamiento y «tú» eres sólo un pensamiento, ¿tiene eso algún sentido? ¿Tú existes en el pensamiento «2010»? ¿Tiene eso sentido? ¿Es el pensamiento «Tiempo» en realidad más grande que el pensamiento «Yo» o «Mí»? ¿Puedes saber que un pensamiento es más grande que otro? ¿Son los pensamientos grandes y pequeños? ¿Encajan los pensamientos uno con otro? ¿Dónde está la evidencia de eso? ¿No vendría la evidencia del pensamiento? La noción de que las cosas existen en el tiempo es un producto del pensamiento.

Puede haber una tendencia a pelearse con esas declaraciones anteriores, diciendo: «Yo existo en el tiempo». Esta frase parece poner una cosa, «Yo», dentro de otra cosa, «Tiempo». Pero suelta esa frase durante un segundo. Mira alrededor de la habitación. Escucha el universo. ¿Qué te está diciendo que tú existes en el tiempo? ¿Están los pájaros y los árboles diciéndotelo? ¿Está el cielo diciéndote que existes en el tiempo? No tienes ninguna evidencia, fuera del pensamiento, de que existes en el tiempo.

Estas son las historias que te cuenta el pensamiento. Observa que cada pensamiento (espacio, objeto, distancia, ubicación, tiempo, causa y efecto) es simplemente una apariencia dentro de lo que tú eres ― la conciencia. El universo entero, como sabes, no importa cómo lo dividas o midas, es inseparable de la conciencia que lo concibe.

Reconoce la conciencia presente. No trates de manipular las apariencias. Ve que todas las apariencias no están separadas de la conciencia.

Pregunta y Respuesta

Esta es una pregunta acerca de la causa y efecto. Estaba pensando en esto la otra noche y me di cuenta de que cuando presiono el botón del mando a distancia, el televisor se enciende. ¿Cómo debo entender esta coincidencia? ¿Es la conexión entre el mando a distancia y el televisor algo que surge de la mente colectiva? ¿Y podría esa mente colectiva con la misma facilidad proponer la idea de que cuando meto mi cuchara en mi bol de cereales el televisor se enciende? En otras palabras, no hay una causa y efecto realmente físicos, es sólo una cuestión de lo que «nosotros» hemos decidido creer. En este capítulo, usted dice: «Esto no quiere decir que la causa y efecto no existan». ¿Qué quiere decir con esto?

Existir es «aparecer». Este es el significado raíz de la palabra. En Living Realization, no estamos aterrizando en puntos de vista mentales sólidos y finales como: «Las cosas existen», o «Las cosas no existen», o «Hay causa y efecto», o «No hay causa y efecto». El texto de Living Realization no postula verdades finales. Estamos interesados en la libertad y la plenitud. Ver a través de la separación es aquí la clave.

Esta libertad y plenitud es tan radical y global que nuestras preguntas desaparecen. Las preguntas están basadas en la noción de que existen cosas separadas como mandos a distancia, personas y televisores que parecen actuar de forma independiente y causar la una a la otra. Cuando se trasciende (o se ve a través de) esta separación las preguntas sobre causa y efecto desaparecen. Estas procedían de la creencia en la separación.

Descansa en la conciencia no-conceptual por un momento. Luego coge el mando a distancia y presiona el botón «encender» sin pensar en lo que está sucediendo.

¿Cómo sabes que el mando a distancia encendió el televisor? Las experiencias no-conceptuales no transmiten información conceptual. La causa y efecto es información conceptual. ¿Te ha dicho el televisor, «Oye, el mando a distancia me ha encendido»? No, porque el televisor no es un objeto. Es un pensamiento. ¿De dónde viene esta información de la causa y efecto? Es un pensamiento también.

En la conciencia no-conceptual, la cuestión de la causa y efecto no se plantea. Tú no estás tratando de etiquetar tu experiencia como si definitivamente hubiera objetos reales y sólidos en el mundo, que actúan independientemente unos de otros, causando unos a otros. El dilema existencial de la causa y efecto no se plantea porque no surge la separación.

Para que aparezca la causa y efecto, tiene que parecer como que realmente hay objetos que hacen cosas independientemente unos de otros en el tiempo y el espacio en lugar de sólo pensamientos y sensaciones. Sin embargo, toda la experiencia de agarrar el mando a distancia y encender el televisor y decir que uno es causa del otro puede explicarse completamente a través de conceptos y sensaciones.

Mira por ti mismo. El tacto no te transmite: «Este es un mando a distancia». Te transmite dureza y redondez (incluso esos son conceptos). La vista no te transmite: «Soy un televisor». Transmite luz y color (incluso esos son conceptos). Dureza, redondez, luz y color no están por ahí en un mundo aparte esperando que nosotros los descubramos. Se necesita la conciencia para que éstos aparezcan.

Es sólo el pensamiento el que viene después y proporciona una interpretación de las puras sensaciones diciendo: «Soy un objeto, persona, que está agarrando este otro objeto, un mando a distancia, y esto está causando que este otro objeto, el televisor, se encienda». El universo no está dividido en partes. Las partes son una conceptualización. Y la historia de que una parte causa a otra parte es conceptualización. Si no hay partes separadas, ¿cómo puede una parte causar a otra?

Estos mismos conceptos y sensaciones son apariencias íntimas e inseparables dentro de la conciencia. Por lo tanto, lo que estás viendo como objetos ahí fuera en un juego de causas y efectos son pensamientos y sensaciones inseparables de lo que eres ― conciencia.

¿Tienes acceso a la experiencia de un mando a distancia fuera de tus pensamientos y sensaciones? ¿Y del televisor? ¿Y de la causa y efecto? ¿Tienes acceso a la interpretación: «El mando a distancia es la causa de que el televisor se encienda»? ¿Tienes acceso a la interpretación: «La cuchara dentro de mi bol de cereales no enciende el televisor?» ¿Dónde están estas experiencias? ¿Están ahí fuera en algún mundo extraño, separado? Averígualo por ti mismo. No te limites a leer esto y estar de acuerdo o no.

Al darte cuenta de que todo el mundo de cosas separadas que son causa unas de otras se puede explicar completamente por medio de pensamientos y sensaciones, y que los pensamientos y sensaciones son inseparables de la conciencia, se trasciende (se ve a través de) la separación.

Tendemos a creer, incluso después de ver que los objetos separados en realidad son sólo pensamientos y sensaciones, que TODAVÍA hay algo REALMENTE ahí fuera, que existe independientemente de la conciencia. Creemos que hay una inteligencia secreta gobernando el universo, haciendo que unas cosas sean causa de otras cosas, aparte de la conciencia. Sea lo que sea esa inteligencia, no tiene existencia independiente de la conciencia. Podrías, por tanto, decir que es la conciencia.

Cada vez que buscamos cosas separadas, sólo encontramos más conceptos y sensaciones. Una vez que se ve a través de esta separación, las grandes preguntas existenciales desaparecen. La búsqueda también desaparece porque está basada en la creencia en una persona separada que puede llevar a cabo una acción ahora que cause algo más tarde para seguir buscando.

En este darse cuenta, la vida se parece más a una obra (o juego) atemporal, llena de alegría y asombro. Ni siquiera necesitamos ya absolutizar puntos de vista como «Las cosas existen realmente», o «Las cosas no existen», o «La causa y efecto es real», o «La causa y efecto no es real». Vemos que, cualquiera que sea la «verdad» o la «realidad» a la que estas declaraciones parecen estar apuntando, todas pueden ser explicadas por medio de pensamientos y sensaciones.

Esta inseparabilidad nos libera de la creencia de que somos seres separados que tienen algún control autónomo sobre otros seres y objetos. Dejamos que la vida se desarrolle por sí misma. Este desarrollar de la vida incluye también nuestras historias acerca de la causa y efecto. Esto es lo que queremos decir en Living Realization con la declaración: «Esto no quiere decir que la causa y efecto no existan». Nosotros seguimos viviendo nuestra vida, en un sentido convencional, explicando cómo nosotros causamos esto, o eso causa aquello, viendo la gozosa ironía de ello.

Nosotros contamos nuestras historias. Existir es aparecer. Nuestras historias aparecen. Así que la existencia parece aparecer. Nuestras historias están incluidas pero se ven a través y se trascienden. Esto es total libertad y plenitud. No se trata de aferrarse a la idea de existencia o no-existencia. Se ve a través de todos los opuestos como parte del juego de la dualidad. Incluso la conciencia y nuestras historias acerca de la causa y efecto son inseparables. Nuestras historias aparecen indivisibles dentro de la conciencia y desaparecen indivisiblemente. El mundo es la conciencia y la conciencia es el mundo. Sin fisuras e inseparable.

Tomado del Capítulo Doce de Living Realization (E-book).
http://www.advaitainfo.com/textos/realizacion-viva-12.html

Un comentario en “Capítulo 12 ― Tiempo y espacio

  1. Interesante, aunque yo aún sigo pensando que las cosas consistentes y reales, suceden en el espacio a lo largo de un tiempo. Será que estoy poco evolucionado.

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