Aida. Atraer el amor: ¿qué sabe un árbol que tú no sabes?

 

Empieza por quererte”. Xen leyó esta frase en un pequeño libro. No era la primera vez que escuchaba eso de quererse uno mismo. Dejó el libro a un lado, apagó la luz y se dispuso a dormir.

night in a forest¿Cómo se puede querer algo que nadie aprecia, y más bien rechazan? A nadie parece interesarle lo que hace, piensa y dice. Xen siente vale poco, y auque se esfuerza por hacer muchas cosas para y por los demás, a menudo se siente una persona sola y aislada, muy poco escuchada y comprendida.

A veces Xen se enfada y frustra mucho por esto, se siente triste y se deprime, pero esconde su enojo y tristeza para no molestar, aunque cierto que a veces  expresa su frustración con mucha fuerza a los demás, les dice “sus coas”, lo que en verdad siente y piensa, porque a veces en verdad esta al tope de que nadie  tome en cuenta su persona. Pero luego que Xen se calma y el enojo baja, siente culpa, piensa que dijo e hizo cosas que no debió, o que se portó poco amable. Y se reprocha en silencio no ser suficientemente… lo que sea.

A veces siente que no es una persona suficientemente buena.

A veces siente que no es una persona suficientemente productiva o inteligente.

Muy a menudo siente no tener suficiente dinero, suerte, amor.

Xen quiere dormirse y perderse de todo, dormirse y quizá desaparecer de esta vida muy alejada de lo que le gustaría. Pero no puede dormir:

“Empieza por quererte”. Le resuena esta frase en su cabeza.

Y esto le causa enfado. No puede ser que todo se resuma a quererse. No puede ser que con sólo quererse resuelva su vida tan poco afortunada, injusta y fría. Y no sólo su vida, sino la vida de muchos. Piensa que hay mucha gente mala, insensible, poco amable. Hay gente muy despreciable. ¿A poco con quererse cambiaran todos esos seres despreciables? Xen siente un enojo muy profundo contra muchas personas, le dan ganas de ayudar a este mundo tan poco atractivo ya, y de poner en su lugar a muchas personas que hacen daño y maldades, que lastiman a los demás, a los animales, a la naturaleza. Ayudar a quienes no tienen o no pueden. Pero… ¿qué podría hacer?

Para ayudar al pobre, se requiere no ser un pobre también. Y Xen apenas puede con su vida. No puede ni ayudar a quienes ama. Quizá por eso se han alejado las personas de su lado, y eso le duele. Ha perdido muchas cosas que ha querido. Ni siquiera pudo mantener a su lado a esa persona que ha querido tanto. Y eso le causa mucha frustración. Haber cambiado y hecho todo lo que podía ¿y para qué? Para que el amor más bien volara de su lado. Le gustaría le hubieran valorado, le hubieran correspondido. Siempre perdiendo. A veces quisiera no sentir, no tener que sentir amor para tampoco sentir dolor, ser una persona fría y que las cosas le imporaran nada.

Xen siente ansiedad, y como no puede dormir se levanta y decide salir a caminar. Si. Es tarde, es de noche y hace frío. Pero que importa. En la luz, en el día, no ha encontrado nada para resolver esta vida. Quizá la oscuridad, la noche, el frío le diga algo que la luz no le dice.

Las calles vacías. Solo la luz de la luna y el silencio se pasean por ese vecindario que ciertamente se ve muy diferente a esa hora.Como si estuviera abandonado. Mira un parque, camina sobre el césped. Se sienta en una banca. Mira la luna entre las copas de los altos árboles y algunas nubes. Parece una pupila blanca. Xen le pide a la Luna desaparecer, que sus rayos blancos la borren de este mundo… piensa lo bien que se sentiría irse a otro planeta, seguro habrá un mundo más fabuloso allá arriba entre las estrellas. Xen piensa en por qué, habiendo tantos planetas en el infinito, tuvo que caer en este, lleno de problemas, enfermedades, smog y basura cuando… “toc”.

“Toc”.

Xen siente que algo como una piedrita le ha caído en la cabeza. Se soba, le ha dolido un poco. Mira alrededor y no ve nada. Mira hacia arriba, sólo las quietas copas de los altos árboles.

Vuelve a mirar a la luna y sigue pensando en mundos mejores cuando “Toc, toc”.

“Toc, toc”

Ahora fueron dos piedras las que le han caído en la cabeza. Se levantacon desconcierto. Mira hacia arriba, mira alrededor. ¿Quién le aventara piedras en la cabeza? Nadie.. No hay nadie. Se sienta nuevamente con desconfianza. Mira para todos lados. Siente que alguien le mira. Y entonces nota que junto a sus pies, sobre el suelo, hay tiradas unas raras piedras negras. Recoge una de ellas y la mira. Parece una semilla en forma de almendra oscura y con picos pequeños alrededor. Esta caliente.

Piensa que es un fruto en verdad feo de algún árbol. De pronto, de aquella piedra en forma de semilla empezaron a crecer una especie de hilos negros que brotaban de aquellos picos. Parecian patas. Y la semilla empezó a tomar rápidamente la forma de una araña en cuyo centro parecía haber un ojo que la miraba con desagrado. Xen, con verdadero espanto y desconcierto, aventó aquella cosa de su lado, pero esta cayó muy cerca de sus pies de nuevo. Intentó patearla lejos al ver que esos hilos, o las patas, seguian extendiendose pero aquella cosa calló más cerca de ella. Entonces escuchó una voz:

  • Por más que quieras alejarla no se irá. Porque esa piedra es una semilla de cabeza humana. Bueno. Es un pensamiento que se te ha caído de la cabeza…

Xen escuchó una rara voz que hacia un extraño eco por todo el parque, y la cual le hizo sentir escalofrío y puso a su corazón a palpitar con mucha fuerza y rapidez. Miró a todos lados a ver de quien era esa imponente voz cuando de pronto notó que quien hablaba era un árbol que en la oscuridad se fue prendiendo poco a poco de un color verde intenso, como si el sol hubiese salido de repente sólo en las hojas de aquel árbol. Y cada hoja, iluminada, hablaba como si fuese una boca.

  • Si… soy el árbol que te miraba. Pero no he sido yo a quien se le han caído esas semillas. Se te han caído a ti. De la cabeza.  Bueno. De un poco más arriba de la cabeza. Se te cayeron de tu mente… Todos los pensamientos que tienes se caen todos los días de tu mente a tu cabeza y de ahi al suelo y a todos lados, y se siembran como semillas por aqui y por allá…. Pero no los ves, solo los puedes sentir, los pensamientos son invisibles. Solo puedes ver tus pensamientos en ciertos momentos … como este.

Un fuerte temor invadió a Xen. Quiso correr, pero sintió que, quizá por el miedo, no podía moverse. Estaba su cuerpo paralizado. Se quedó inmóvil, sintiendo mucho miedo, mientras el árbol hablaba con todas sus hojas:

  • Los humanos no pueden verlo, pero los árboles si que vemos todos los pensamientos que se les caen a los humanos todos los días en este parque, y por todos lados. Salen a caminar, a pasear, y hacen un tiradero de pensamientos, por doquier… pero no todos crecen, sólo crecen los pensamientos que se repiten muchas veces… tu no lo ves, pero hay pensamientos que son como basura, no sirven de nada, solo contaminan… otros son en verdad horribles y venenosos…y otros,, claro, son fascinantes, hermosos… pero de esos hay muy pocos. Los pensamientos no crecen en seguida, sólo crecen aquellos que se repiten, y por lo general la gente no repite pensamientos hermosos. Si quieres saber como has pensado, ve tu realidad. Ahi esta todo lo que has venido pensando los ultimos años. Puedes ver tus pensamientos en la oficina, en la cara de las personas, en lo que te hacen y dicen los demás, en las deudas, en los problemas, en lo que te pasa cada día… Los humanos dicen: “¿Por qué me pasa esto a mí?”, “¿Por qué no tengo esto y lo otro?”, “¿Por qué no puedo ser feliz?”… ¡Porque pensaste en eso muchas veces… jajaja!

Xen escuchaba, pero no comprendía.

  • Es fácil: los humanos ven enfermedad, y piensan en enfermedad. Ven carencia y piensan en carencia. Ven injusticia, deudas, problemas y alimentan pensamientos de soledad y ¿qué crees? Pues claro. En ese mundo viven. Piensan y dicen: Me siento lejos… ¡y cada vez estan más lejos! Los humanos piensan en lo que no desean la mayor parte del tiempo. Piensan en las calamidades y noticias terribles. No en lo que quieren hacer crecer. Los humanos se enfadan y piensan y dicen cosas cosas terribles contra el otro,y sabe que la palabra es un pensamiento con sonido, por eso lo que dicen tambien lo crean, asi que se enfadan y juzgan y critican y dicen cantidad de cosas pero… ¡no saben que ellos son los que estan pensando esas cosas terribles, y ellos mismos las viviran! …. Se hechizan con sus propios pensamientos…. Eso lo sabemos muy bien los árboles. Todo lo que crece en la naturaleza es igual a su semilla. Y la mayoría de los humanos aún no lo ven: se la pasan pensando en la plaga del árbol, en lo mal y terrible que esta el árbol, en lo seco y débil de sus ramas, en la escases de sus frutos y la falta de flores, en la poca abundancia y grandeza que les da el árbol de su realidad… quieren que el árbol cambie pero siguen pensando en lo que ven, se olvidan de pensar en lo que quieren hacer crecer…

Xen escuchaba, pero empezó a sentir desesperación por no poder moverse, era como si una fuerza invisible le abrazara con más fuerza cada vez, dejando a su cuerpo más inmóvil. Pensó que quizá todo eso tan solo era una pesadilla cuando observó que a esa negra semilla a su lado le crecían esas “patas” más largas. Y se dirigian a su cuerpo.

  • ¡Ya lo ves! – dijo de pronto el árbol- ¡Tus pensamientos te atrapan y ahora van en contra de ti, jajaja! ¿te aplastaran como si fueses cáscara de huevo si no cambias tu forma de pensar y ver las cosas. Porque mientras pienses que estas atrapada, me temo que eso vivirás….

Xen miraba con desconcierto las miles de bocas verdes y elegantemente iluminadas del árbol como se bofaban de ella, y sintió mucho enojo que el árbol se burlara y no le ayudara a zafarse

  • Yo no puedo zafarte de lo que piensas. – dijo el árbol como si supiera lo que estaba pensando- sólo tú puedes pensar en tu cabeza, solo tú puedes cambiar las cosas que vives… ¡Prueba ahora! – dijo el árbol- Sólo tienes que enfocar las cosas de forma diferente, armar nuevos pensamientos, confiar en el poder que tienen los humanos en este planeta: crear. ¿Para qué esperar? ¡Piensa que eres libre y puedes moverte!

Pero eso, a Xen, se le hacía muy absurdo. Pensar en algo que no estaba sucediendo. Pensar que era libre y podía moverse cuando en verdad se sentía cada vez más apretada entre una fuerza horrible que no veía. Justo pensaba en esto cuando los hilos de aquella semilla negra empezaron a rodearla por los pies y a trepar por su cuerpo como una enredadera oscura.

Sentía se asfixiaba. Intentó usar la fuerza de sus brazos para zafarse de aquello, pero sintió que su fuerza era muy débil, insignificante, muy poco poderosa…No tenia fuerza. Se sentía impotente. Y pensaba en lo horrible que se sentía quedar bajo la fuerza de algo mayor, de algo que no le permitia ser, ni respirar y le causaba mucho dolor, porque su cuerpo ya le empezaba a doler, sobre todo la cabeza, sentía náuseas. Y empezó a llorar profundamente. Muy profundamente.

El árbol solo miró a Xen. Miró como lloraba y lloraba y sus lágrimas mojaban toda su cara. Cuando Xen dejó de llorar y se hizo un silencio, el árbol habló de nuevo.

  • No pierdes nada. – Dijo el árbol.- Solo la duda. Sólo di: “¡Soy libre!
  • Pero cómo voy a decir eso – contestó Xen y su voz se escuchaba calmada, con un tono de rendición – Si no soy libre, si mi cuerpo esta atrapado, si estoy en este  mundo injusto que parece estar contra de mi, decir “Soy libre” sería una mentira. Esa no es la realidad.
  • La realidad es lo que decides pensar- dijo el árbol-

Y entonces Xen observó como las patas de esa semilla negra, que el árbol decía era su pensamiento, ya casi se le enredaban en el cuello. Estaban a punto de estrangularle. Xen sintió un miedo terrible.

  • ¡Mira lo que haces!- le dijo el árbol.- Tu pensamiento es poderoso. Ha cobrado mucha fuerza. Te estas asfixiando con tu propio poder.
  • ¡No!- dijo Xen- ¡Yo no puedo hacerme esto!
  • Si que lo haces- dijo el árbol- Tu pensamiento esta en contra de ti. Eres la presa de lo que piensas. Pero ahora mismo puedes cambiar esto: Di: “Estoy en paz, soy libre”.

Xen, al sentir que aquellas patas oscuras ya le empezaban a apretar el cuello, se rindió por completo. Parecía no le quedaba de otra y empezó a pensar con desesperación“Soy libre. Estoy en paz”. Lo repitió muchas veces, como si su vida dependiera de eso. Al principio se le hacía absurdo, incoherente, pensar en algo que no estaba sucediendo. Pero poco a poco empezó a sentir lo que pensaba, tantas veces la dijo que empezó a imaginar que asi era, que era libre. Y la frase empezó a cobrar fuerza.

Los hilos negros alrededor de Xen empezaban a apagarse poco a poco.

Llegó un momento en que Xen tenia su pensamiento tan concentrado en la frase, que empezó a sentir que vivía lo que pensaba, que era una persona libre, que tenía el dominio de lo que le sucedia en su vida, que las tristezas, decepciones, dolor y enojo profundo se desvanecían como mantequilla al calor deun poder que no había conocido nunca: su pensamiento.

Sus nuevos pensamientos. Empezó a sentirse con tanto poder que notó como su realidad se prendía con nuevas cosas, se miró con dignidad: fuerte y con poder. Se miró alegre, abundante y rodeada con gente que amaba, respetaba e incluso admiraban lo que era. Era una persona libre.

Xen se perdió en ese pensamiento, en ese sueño, como si realmente estuviese ahi: veía colores, escuchaba voces, veía miradas y sentía la fuerza de su pensamiento tan real que sentía podria hacer crecer cualqueir cosa que sinceramente le entusiasmara, y no habi anada en ese planeta que le arrancara de esa verdad.

Un rayo de luz hizo que Xen abriera los ojos. Era el sol, estaba amaneciendo. Se miró ahí, en esa banca aún. Hacía frío. Miró el parque vacío. En el suelo sólo había hojas secas del invierno. Y una piedra cerca de sus pies. La recogió. Era negra y estaba fria. Miró el árbol encima de su cabeza. Inmóvil.

Suspiró.

Se levantó y se fue a casa.

 

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