Aida. La fascinante rosa geométrica que hace la danza de Venus con la Tierra (VIDEO)

VENUS FORMA UN ASOMBROSO PENTAGRAMA, TAMBIÉN VISTO COMO UNA ROSA, EN SU CICLO SINÓDICO DE CONJUNCIONES INFERIORES CON EL SOL. EN UNA COINCIDENCIA MATEMÁTICA ASOMBROSA, 13 REVOLUCIONES DE VENUS EQUIVALEN CASI EXACTAMENTE A 8 REVOLUCIONES O AÑOS DE LA TIERRA

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En diversas culturas el planeta Venus fue asociado con la belleza y la armonía del cosmos; al ver la figura que teje la órbita de Venus en relación a la Tierra, no podemos dejar de pensar que hay en esto una fabulosa coincidencia (o quizás una muestra de una misteriosa inteligencia). Parafraseando un famoso dictum platónico: “El universo geometriza”.
Estas imágenes muestran 8 años de la órbita de Venus o cinco ciclos sinódicos, esto es igual a 584 días, que son los días que tarda Venus en alinearse con el Sol con respecto a la Tierra, en una conjunción inferior (esto sería equivalente a un eclipse si estuviéramos hablando de la Luna). “Sínodo” significa encuentros, estos son los cinco puntos de encuentro en un período de 8 años en los que Venus se interpone, por así decirlo, entre el Sol y la Tierra. Existe una asombrosa relación matemática en esto, dado que ocho órbitas de la Tierra coinciden de manera casi exactamente con 13 de Venus, formando una proporción 5:8. Esto también es conocido como “resonancia sinódica”. Venus tarda 224.7 días en dar una vuelta al Sol. Aquí esta fascinante relación:
El ciclo completo de los 584 días hace que Venus pase 263 días como estrella de la mañana, 50 días ausente (“bajo los rayos del Sol”), 263 como estrella de la tarde y 8 días ausente. En 8 años Venus y el Sol entran en conjunción 10 veces, pero son las cinco conjunciones inferiores (los puntos más cercanos a la Tierra, en la parte interior de la órbita) las que marcan el ciclo sinódico y dibujan los vértices o tejen los moños de esta rosa cósmica que también puede ser representada como un pentagrama (forma que prefieren los fanáticos del ocultismo conectando el pentagrama con Venus-Lucifer, la estrella del amanecer), ya que los vértices de estas conjunciones tienen la misma relación geométrica que un pentagrama. Es en cada una de estas conjunciones inferiores que ocurre lo que ha sido llamado el “beso” de Venus y el Sol. Para añadir a esta especie de poesía romántica de los movimientos venusinos, también se han visto los bucles que forman las conjunciones interiores como motivos de corazón tejidos sobre el telar sideral.
El astrólogo Nick Kollerstrom nota que en su Armonía de los mundos, Kepler describió con entusiasmo la relación sinódica de Venus y la Tierra, incluso la vio como una relación “marital”, un amoroso vals. El intervalo musical que generan Venus y la Tierra, para Kepler es una “sexta”, dada por la división de una cuerda en una fracción de 5/8. Hay quien ha visto en esta casi perfecta proporción una muestra de la inteligencia que informa al cosmos, un sello de la idea platónica de que “Dios geometriza”. O, como el mismo Kepler creía, que el universo es el pensamiento geométrico de la divinidad.

fuente/ PIjamasurf

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