¿Si entra la Infanta en prisión será el final de la monarquía española?

Análisis de los últimos años de la corona en España. La pérdida de popularidad de una institución que gozaba de gran privilegio y que poco a poco lo está perdiendo.
Sería arriesgado e imprudente llegar a corroborar esta afirmación, pues más allá del grado en el que esté afectando el caso Nóos a la corona no se puede afirmar que con una posible entrada en prisión de la infanta, esto sea el punto y final de la monarquía.
En la película “Encontrarás dragones” que hace referencia a la Guerra Civil se puede recibir la reflexión que dice “Todas las guerras comienzan mucho antes de que se dispare la primera bala y continúan después de que la última haya cumplido su cometido”.
Adaptándola a esta nueva tesitura se puede decir que el posible final de la monarquía hace mucho que empezó, eso no quiere decir que el inmovilismo de un sector político esté acelerando el proceso, junto con las imprudencias de la propia corona.
El caso Nóos es un motivo que propició la abdicación de Juan Carlos I, junto con otros escándalos que habían empañado el final de su reinado.
De sobra era conocida la actitud del rey emérito de morir en el trono como así lo había manifestado en reiteradas ocasiones. Con una mayoría absoluta en el congreso de los diputados del partido popular y unos entes económicos presionando para que cambiara la jefatura del Estado para simular un cambio generacional, Juan Carlos I no tuvo más remedio que abdicar para que sin mayores problemas Felipe pudiera acceder al trono.
Esta forma de actuar fue duramente criticada por un sector social que abogó tras la abdicación en la necesidad de un referéndum para ver si la sociedad española quería un nuevo rey o por el contrario un Estado Republicano.
Se vivieron momentos pacíficos pero tensos cuando varias de las plazas importantes de las principales ciudades de España se vieron llenas de personas pidiendo el referéndum. En la tesitura política y económica y como era de esperar, éste no se produjo y de una manera impuesta sin consulta a los ciudadanos los españoles vieron cómo el poder le imponía otro rey.
Es cierto que hace unos veinte años este debate parecía estar fuera de lugar, la monarquía solía ser bien aceptada y siempre obtenía buenas notas de los ciudadanos.
Con el paso del tiempo y los reiterados escándalos y la evolución social que ha sufrido España, el descontento con la corona fue incrementando y con la noticia del caso Nóos y la imputación de la Infanta, así como la presunta relación de la Casa Real con este entramado, según Diego Torres, fue la gota que ha colmado el vaso para muchos ciudadanos.
Establecer que la posible entrada en prisión de la Infanta podría ser el final de la monarquía en España sería como bien decía al principio arriesgado, imprudente y quizás un poco arrogante. Eso no nos exime de decir que la imagen de la corona actualmente está muy dañada y son cada vez más los ciudadanos los que están pidiendo ese referéndum sobre monarquía o república.
No es menos cierto que Felipe VI ha conseguido apaciguar un poco el ambiente y frenar ese auge del descontento que se estaba produciendo en el final del reinado de Juan Carlos I.
Lo que sí está claro es que el aumento del descontento en la sociedad con la corona se ha incrementado en los últimos años y casos como el de la Infanta hacen flaco favor a la Corona.

Un comentario en “¿Si entra la Infanta en prisión será el final de la monarquía española?

  1. Lo primero es que dudo mucho que la Infanta entre en prisión. Independientemente de que lo merezca o no.

    Lo segundo es que el debate sobre la monarquía es inevitable. Otra cosa es que ése debate gire en torno a su conveniencia o no; o bien sea un debate sobre su papel, sus atribuciones y sus límites. No creo que la monarquía sea mala per se; aunque habría que delimitar sus funciones y controlar sus asuntos. Un papel representativo es incluso bueno, pero esto ya no es la edad media.

    Y por último, no creo ( y así lo espero ) que éste asunto sea especialmente relevante para la popularidad o no de la monarquía. Ni que tenga especial importancia en el debate en torno a la misma. El peligro es que siempre habrá unos cuantos arribistas que tratarán de sacar provecho de éste asunto intentando relacionarlo con el necesario debate.

    Son cosas distintas y deben mantenerse separadas e independientes.

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