La otra fase guerrerista que apuesta a un desacuerdo de paz en Colombia

El Plan Colombia y la combinación de soft y de hard power
«Yo creo que el smart power es la combinación de soft y de hard power. O sea, todo en la política tiene que adecuarse a las circunstancias.
 Hay situaciones en las cuales el soft power no es suficiente, y hay circunstancias en las cuales el hard power no es suficiente.
Para mí smart power significa la idea de usar la combinación de soft y de hard power de acuerdo con las circunstancias.” Dr. Alberto R. Coll. (Fungió como Subsecretario de Defensa durante la administración de George H. Bush).
El encuentro entre Santos y Obama, sin duda obedece al plan de restauración neoliberal en el continente. El anuncio de dar un nuevo giro de la política de cooperación con relación al Plan Colombia es para convertir el esfuerzo de un acuerdo de paz en desacuerdo, tratarán de condicionar todos los esfuerzos construidos por los países hermanos y la lucha incansable de millones de hombres y mujeres del mundo contra la guerra y por una zona de paz para el continente.
Para la política internacional de los Estados Unidos es prioridad adecuar estrategias para reconquistar su llamado patio trasero en esta nueva coyuntura y apuestas decididamente a una combinación perfecta. El conflicto colombiano dejó la mayor violación de los Derechos Humanos conocido en la historia y tiene rostro y responsable en tal grado que no se puede tapar más toda la impunidad de los crímenes de lesa humanidad; también para nadie es un secreto que forman parte de la mayor bolsa de valores controlada y dirigida por la industria armamentística de los EE.UU imponiendo el poder y el negocio de la guerra y la droga.
El Plan Colombia, diseñado en el 2001 supuestamente para combatir el “narcotráfico y el terrorismo”, en su nuevo giro, más que una transformación, será una combinación sin salir de la actitud guerrerista, para abortar cualquier posibilidad de paz con justicia y sin impunidad. Con la nueva cooperación económica, diplomática, comunicacional buscan abrir la posibilidad del olvido y perdón, reacomodar suavemente el poder imperial decadente belicista contra la iniciativa creciente de paz auténtica como la propuesta de la UNASUR, CELAC, ALBA, MERCOSUR que defienden como una Zona de Paz para el continente.
El presidente Barack Obama anunció que le pedirá al Congreso estadounidense una inversión de 450 millones de dólares anuales para fortalecer el post conflicto en Colombia. El Plan Colombia, ahora, se llamará “Paz Colombia”. “Si Estados Unidos ha sido socio de Colombia en tiempos de guerra, será socio en tiempos de paz”, afirmó Obama. Esta nueva iniciativa ratifica con otro discurso el plan belicista oponiendo abiertamente a la repetida propuesta de los organismos multilaterales soberanos del Sur y del Caribe, el retiro de todas las Bases militares en el continente.
En la conmemoración número quince del Plan Colombia casualmente también se producen visitas de poderes bien combinadas, la de Santo-Obama y el poder inteligente como también la de Aznar-Uribe con su hard power.
José María Aznar en una entrevista dice sentirse alegre de haber tomado parte en ese proceso inicial del Plan Colombia, su papel era buscar una comprensión europea para obtener un apoyo muy decidido, tanto al presidente Andrés Pastrana como, posteriormente, al presidente Álvaro Uribe; y que en mucha oportunidades su propuesta era hacer una especie de extensión del Plan Colombia a otros capítulos, como el del fortalecimiento institucional, el económico, el de las inversiones sociales, que podían ayudar a que no hubiese las suspicacias que no solamente tenían los vecinos, refiriéndose abiertamente a la República Bolivariana de Venezuela y la del Ecuador.
Estas combinaciones en estrategia y personaje de la política guerrerista forman parte de la nueva ofensiva intervencionista del imperialismo en la región, están articulando con un arsenal de guerra en lo militar, mediático, lobby diplomático traicionera como la de la OEA, primero apuestan a desarticular todas las instancias unionistas y soberanas en el continente para posicionar su plan golpista, intervencionista contra Venezuela y demás países que luchan por su independencia y soberanía.
Para Aznar, Mauricio Macri puede convertirse en el punto de referencia de unas nuevas políticas en Latinoamérica, mucho más comprometidas en lo que significa el compromiso democrático contra las dictaduras abiertas o encubiertas, amenazan abiertamente al proyecto bolivariano asesorando a la Asamblea Nacional compuesta por la mayoría de extrema derecha en las acciones que se deben tomar: “con el apoyo internacional, con el respaldo de todos los demócratas, las medidas necesarias para el desmontaje del régimen de Maduro. No solamente es apartar a Maduro del poder. Es sustituir el régimen, es instalar una democracia, un Estado de derecho homologable a partir de una democracia, que creo que es a lo que tienen derecho y a lo que aspiran los venezolanos, afirmó Azanar.
El imperialismo no tiene un país y una frontera determinada, sus bestialidades y cinismo están igualmente combinados; cuando el gobierno colombiano hoy quiere aprovecharse de los restos del cura guerrillero asesinado Camilo Torres, en esta nueva iniciativa de “poder inteligente” es la mejor muestra de dicha combinación, tratar de utilizarlo como un trofeo y borrar a los millones de masacrados, desaparecidos por la guerra, dejar en total impunidad y continuar militarizando el continente latinoamericano y caribeño.
“No se puede confiar en el imperialismo ni un tantico así, nada”… Che
“No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra”. Fidel Castro
Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
Notas

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