¿Es la luna un satélite artificial? La gran conspiración

Hoy en ufopolis vamos a tratar de seguir desentrañando misterios de toda índole relacionados con nuestro eterno acompañante en los cielos. La luna, nuestro misterioso satélite, ha sido contemplado en todas las épocas de la historia con una mezcla de fascinación y terror que ha ilustrado gran parte de la visión cosmológica y existencial del ser humano. Su figura y sus características, la posible influencia sobre el destino del hombre y sobre todo la falta de explicaciones sobre su creación han abierto debates en los últimos cien años que a día de hoy siguen siendo la piedra de toque de numerosas teorías y conspiraciones.

Lo cierto es que si observamos todas las hipótesis y referencias encontramos que este astro esconde una gran cantidad de secretos que lo convierten en un acompañante científicamente imposible del que no se conoce ni siquiera su origen. Ya con las primeras misiones Gemini de la NASA, se pudieron comprobar anomalías magnéticas desconocidas en unas zonas llamadas “mascones” que interferían en las trayectorias y las comunicaciones de las propias sondas. Esas zonas poseen una densidad de masa notoriamente superior al promedio de la corteza lunar, lo que podría deberse a la presencia de masas meteoríticas o núcleos de cometas que podrían haber impactado allí hace miles o incluso millones de años.

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Foto: thelivingmoon

Las explosiones de esos cometas debieron ser tan espectaculares que se debieron haber visto desde la tierra a simple vista, tal y como ocurrió el día 18 de Junio del año 1178 en el que cinco monjes de Canterbury, Inglaterra registraron una serie de explosiones que dejaron a la luna “palpitando como una serpiente herida con un largo camino de llamas, brasas y chispas”, y “tomando una apariencia negruzca de punta a punta”. ¿Sería posible que aquellos monjes hubiesen visto la formación en directo del cráter Giordano Bruno? Podría ser posible, pero en base a la explosión producida, capaz de abarcar 22 kilómetros de diámetro, el cráter debería haber tenido una profundidad colosal. Y no fue así.

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CC BY 2.0 Rachel Kramer/Flickr

Todos los cráteres de la luna tienen una profundidad de entre 3.5 y 4 kilómetros, sea cual sea su diámetro. Algunos de ellos tienen superficies de suelo convexas lo que significa que si cualquier persona se posicionase en el centro del mismo, el borde quedaría por debajo de la línea del horizonte. Teniendo en cuenta la gran variedad de los impactos de asteroides que se presentan tanto en la cara visible como en la cara oculta de la luna, llama la atención que fuera cual fuera la potencia de esos impactos no lograsen penetrar la corteza lunar a mayor profundidad. La ciencia a día de hoy no ha encontrado una explicación para este inusual fenómeno geológico pero dos científicos de la Academia de Ciencias Rusa llamados Mijail Vasin y Alexander Shervakov expusieron en 1962 que existe una certeza matemática de la existencia de una cubierta artificial exterior en la luna que actuaría como capa amortiguadora de golpes para proteger el interior. Así, habría una capa no natural de hasta 30 km que absorbería todos y cada uno de los impactos meteoríticos.

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Foto: Priya Kumar in Oman. August, 2012.

Habida cuenta de que esto no ocurre en ninguno de los satélites conocidos y conociendo que el tamaño de la luna en comparación con nuestro planeta es mucho mayor que cualquier luna conocida en nuestro sistema solar con respecto a su planeta madre, estos científicos formularon la sorprendente hipótesis de que la luna sería realmente un colosal diseño geológico realizado de formaartificial. ¿Qué dice la ciencia al respecto de esto?

A día de hoy, son dos las teorías que prevalecen sobre su posible origen: la formación de la misma tras el impacto de un gran cuerpo de proporciones planetarias contra la tierra y la teoría de la captación en donde la tierra habría capturado gravitacionalmente a la luna hace millones de años. Dadas las diferencias entre la composición de la superficie de la tierra y la luna, habría que ver la segunda hipótesis como una posibilidad más que factible.

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Foto: news.discovery.com

Pero ¿cuánto tiempo lleva la luna con nosotros? ¿Existen registros que avalen la presencia inmemorial de este astro alrededor de nuestro mundo? El 7 marzo de 1971, los instrumentos lunares dejados por los astronautas de las misiones Apolo grabaron una nube de vapor de agua pasando a través de la superficie de la luna. La nube duró 14 horas y cubrió un área de 160 Km, algo imposible debido a la falta de atmósfera de nuestro satélite en un hecho que no ha podido ser explicado como una salida de gases de algunos de los equipos técnicos de las misiones

Apolo. Igualmente, se han reportado cientos de terremotos lunares que no pueden ser atribuidos a golpes de meteoritos destacando un incidente ocurrido en noviembre de 1958 en donde el astrónomo soviético Nikolay A. Kozyrev del Observatorio Astrofísico de Crimea fotografió una erupción gaseosa de la luna cerca del cráter Alphonsus, sin que se conozca ningún tipo de actividad geológica relacionada con el vulcanismo en ninguna zona del satélite.

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Fuente: mc.files

También detectó un resplandor rojizo que duró alrededor de 59 minutos. ¿Quién emite gases y luces en la luna? En 1963 varios astrónomos del Observatorio Lowell también vieron una serie deresplandores cerca en la región de Aristarchus. que se repetían en los días en los que la luna estaba más cerca de la tierra, sin que haya aún una explicación lógica para tal evento, pero quizá lo más interesante es lo que ocurrió durante la misión Apolo XII.

Durante la operación de retorno a la tierra, el módulo lunar impactó a unos 64 kilómetros del lugar de alunizaje y creó un terremoto artificial que creó asombro en la NASA ya que la luna estuvo vibrando como una campana durante más de una hora. Este fenómeno se repitió con el Apolo XIII con la tercera fase del módulo que también impactó en la superficie selenita con resultados incluso mayores al ser lanzado desde una mayor altura. Los instrumentos sísmicos grabaron las vibraciones durante 3 horas y 20 minutos, dejando una conclusión increíble a nivel científico: la luna vibraba como una campana, señal de que podría existir una oquedad en su interior de gigantescas proporciones.

Si os ha gustado el artículo os invitamos a ver estos dos programas sobre misterios lunares. Esperamos que sean de su agrado.

 

Ufopolis.com 2016

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