El Misterioso juego de la Oca


Como todos sabemos, el juego de la oca es un juego de mesa para dos o más jugadores. Cada jugador avanza su ficha por un tablero en forma de espiral con 63 casillas con dibujos.

Dependiendo de la casilla en la que se caiga se puede avanzar o por el contrario retroceder y en algunas de ellas está indicado un castigo. En su turno cada jugador tira dos dados que le indican el número de casillas que debe avanzar. Gana el juego el primer jugador que llega al «jardín de la oca».
 
 
Existen tres versiones sobre su posible origen …

*Podría ser una creación de los griegos durante el asedio a Troya. Esta teoría se basa en el «disco de Phaistos», procedente del 2000 a. C., y que podría ser un tablero del juego.

*Otros piensan que nació en la Florencia de los Médici y que luego se extendió por las cortes de Europa.

*La última teoría afirma que lo crearon los Caballeros Templarios en el S. XII inspirándose en el Camino de Santiago. También relacionado con los buenos constructores en la época de Alfonso I el Batallador.

 
Pero veamos un poco acerca de su simbolismo …


* En primer lugar debemos analizar el «Campo de Batalla» … Existe una manifestación clara de la dualidad entre la forma cuadrada del tablero, y la forma circular en la que puede inscribirse la espiral, que no es sino una secuencia numérica que concluye en el denario final (la casilla central, cuya cifra es 64, donde 6+4=10), símbolo de la Unidad Principal que “engendra” todos los seres, como la unidad matemática “produce” todos los números.

 
 

*La espiral … Es el símbolo más antiguo del mundo. Para muchas culturas representaba el ciclo nacimiento-muerte-renacimiento, es decir, la vida sin principio ni fin, la eternidad. Aparece en todas las latitudes del globo terráqueo: en India, África, China, América y, por supuesto, Europa. 


El movimiento rotatorio de la espiral está presente en la Naturaleza, sin ir más lejos en nuestra propia galaxia. Nuestros antepasados tenían otros elementos a su alcance, como las conchas de los caracoles, en cuya espiral perfecta se inspiraron los griegos para establecer la medida áurea de la geometría, plantas y flores, los remolinos de viento y agua, los nidos de los pájaros, el ombligo, la coronilla de la cabeza, la propia capacidad humana para girar y formar círculos y los movimientos del Sol y la Luna observados desde la Tierra, que nacen, mueren y renacen. 
 
Todo ello quedó plasmado en las pinturas rupestres, en los petroglifos y en algunas representaciones de la Divinidad. Existen muchas teorías sobre el significado esotérico de la espiral e infinidad de figuras de todas las épocas, entre las cuales las celtas son las más numerosas y variadas. En relación al Juego de la Oca, cabe señalar que las casillas se corresponderían con las oquedades de la concha de un nautilus y que la espiral, al igual que la pata de oca, fue uno de los símbolos utilizados por los maestros de la piedra, los canteros.
 

* De oca a oca … En el antiguo Egipto, la Oca representaba la encarnación del dios de la tierra, Geb, y era a su vez, la máxima representante del mundo de las aves. El dios Geb, era considerado el soporte físico del mundo, era símbolo de fertilidad y vida y a la tierra se le llamaba la casa de Geb. En el mundo del símbolo, todo es analógico. El ser humano, a través del símbolo, trata de representar en lo físico mediante analogías, lo comprendido del mundo no físico o espiritual.


La pata de la Oca es palmípeda con tres dedos unidos por una membrana, proporcionándonos la idea de la trinidad donde los opuestos se equilibran, “tres dedos distintos, una sola pata verdadera”. El color de la Oca es habitualmente blanco. (Símbolo de pureza). Anda por la tierra, nada y vuela, es un ave migratoria (busca el sol). Por tanto, representa a la vez, la tierra el agua y el aire, en definitiva posee los aspectos femeninos de la divinidad y se traslada en pos del sol (fuego). En síntesis, la oca representa la sabiduría de lo femenino.

 
En el juego, aparecen 13 + 1 ocas … ésta última, la Gran Oca que habita en el jardín de su mismo nombre y constituye un enigma. 


Los monjes-soldado de la Orden de los Pobres Soldados de Cristo, más conocidos como Caballeros Templarios eran también defensores de los peregrinos que acudían a Jerusalén y Compostela.

Las ocas ocupan las casillas 5, 9, 14, 18, 23, 27, 32, 36, 41, 45, 50, 54 y 59, es decir, se alternan los cincos y los nueves, en un intervalo de cuatro y cinco casillas entre ellos, lo que suma nueve y nos conduce a la interpretación de los números.

Por otra parte, a lo largo del Camino de Santiago y en todas las regiones nos topamos con lugares cuyos nombres no dejan de plantear ciertos interrogantes, por ejemplo: ríos Oca, Oka, Oza u Oça, Oja, montes de Oca, valles de Oca, Nanclares de la Oca, Villafranca de la Oca; valles y ríos de Anso y Ansón, la sierra de Ancares o Ançares; la población de El Ganso. 

 
Además, estas aves se encuentran representadas en ermitas, iglesias, catedrales, castillos y puentes del Camino. Asimismo, existe una teoría que afirma que los cátaros, huidos del País de la Lengua de Oc (Languedoc), dieron su nombre a sus nuevos lugares de asentamiento, pero lo cierto es que existían nombres “oca” anteriores a la persecución cátara.

Los primeros cátaros perseguidos lo fueron en el norte de Francia, en Champagne, la región de las catedrales góticas, y llegaron a la Península por el Camino Francés. Excepto por sus creencias religiosas, no existía relación entre ellos y los cátaros del Languedoc ni en lo referente a la lengua, ni a la cultura. Sin embargo, sí existió en algunas zonas del Pirineo de Huesca y Navarra una comunidad denominada “agote”, discriminada por oscuras razones difíciles de esclarecer y obligada durante una época a llevar sobre el hombro izquierdo una marca roja en forma de pata de oca.

 

Carpinteros y canteros, se sabe que los agotes trabajaron para los maestros constructores y puede que fueran suyas las marcas de cantero en forma de pata de oca –simple o doble– que a menudo aparecen grabadas en las construcciones. 


Otra interpretación está relacionada con la veneración de las vírgenes negras del Camino, que subsiste, a pesar del empeño de algunos en desmentir su relación con la Diosa Madre, creencia primigenia de los seres humanos y que tanto el fundador del Císter, Bernardo de Claraval, como sus protegidos, los templarios, promovieron en toda Europa a partir del siglo XII. En este caso, la oca representaría la sabiduría de lo femenino y estaría relacionada con las creencias, ampliamente extendidas en nuestras tierras, en las lamias, las xanas, las mouras, las ayalgas, las dones d’aigua, las damas blancas y demás entes femeninos de largos cabellos rubios y pies de… oca.

 

* Las casillas … La división de la espiral en 64 casillas coincide con la del tablero de ajedrez y con la del antecedente del parchís, el caupur, todos ellos basados en el esquema del asthâpada hindú, un diagrama de 8 x 8 cuadrados, del que aquéllas son variantes más o menos complejas; este número 64 es también el de los hexagramas del I Ching cuyas combinaciones, que surgen del “machihembrado” de los dos trigramas básicos, constituyen la totalidad del mundo manifestado.

Del mismo modo se dice que la cifra 63, la totalidad de las “figuras” de la espiral del Juego de la Oca, “es el último número del universo creado, expresa el fin de un ciclo, el cierre de un anillo, el término de una carrera”, y completa el conjunto de la manifestación junto al número 64, que ocupa en el juego la posición central representando la Unidad metafísica … 64, por reducción de sus cifras componentes, equivale a 1 … (6+4=10) … (1+0=1).

Se podrían aún señalar otras muchas correspondencias, como las 64 puertas del Paraíso de Vaikuntha, morada celestial de Vishnú y equivalente al símbolo cristiano de la Jerusalén Celeste, pero nos limitaremos a comentar que la cifra que nos ocupa, 64, es submúltiplo del número cíclico fundamental 25920 (el Gran Año pitagórico), que mide la precesión de los equinoccios, lo cual conviene al simbolismo cíclico de la espiral en el juego como representación del mundo manifestado en su doble dimensión de espacio y tiempo.

En cuanto a la división numérica como representación del tiempo, es una idea que se encuentra por ejemplo en Platón, cuando describe la creación del mundo a partir del Paradigma: “Así, cuando hubo ordenado todo el Cielo, (Zeus) hizo de esta Eternidad que siempre permanece en su unidad una imagen sempiterna que se mueve de acuerdo con el número: esto mismo que hemos llamado tiempo”.

 
Se dan en la configuración numérica de la espiral otras cifras muy significativas, especialmente 7 y 9, que fragmentan la totalidad inicial (63) en siete sectores de nueve casillas, división que ofrece un notable parecido con las representaciones tradicionales de la escala planetaria o las figuraciones de los “cielos” o “paraísos” medievales, en los que cada esfera estaba bajo la “influencia” de un astro, y cuya vinculación con el proceso iniciático es más que evidente. 


Recordemos en los misterios mitraicos, por ejemplo, el papel de la escala de siete peldaños asimilados a los siete metales astrológicos, o en el ritual masónico, los siete escalones de la escalera de caracol que simbolizan “las siete fases del proceso de iniciación, los siete niveles de consciencia y las siete artes liberales”.


* Las pruebas iniciáticas … Volviendo a los números, observamos que también se cuentan entre las casillas que constituyen las “venturas” y “desventuras” del juego hasta un total de siete (el Puente, la Posada, los Dados, el Pozo, el Laberinto, la Cárcel y la Muerte), o nueve según otros autores, que incluyen la duplicidad de los Dados (casillas 26 y 53) y añaden la casilla 63 (la puerta del Jardín de la Oca).
 

* Disco de Phaistos y el Escudo de Aquiles …


El disco de Phaistos, es un disco de arcilla cocida impreso por ambas caras con una línea en espiral a lo largo de la cual discurren 61 casillas historiadas con diversas representaciones y que fue descubierto en 1908 en la isla de Creta y datado como del año 2000 a.C., el antecedente más antiguo del Juego de la Oca.

Otros autores, sin embargo, siguiendo también la huella troyana, han señalado el escudo de Aquiles, descrito así mismo por Homero como el auténtico modelo para el juego; en el escudo, que a menudo usaba el héroe como tablero de juego, figuraban, dispuestos a la manera de una danza ritual laberíntica, la tierra y el cielo y todos los astros, y dos ciudades; “en una se celebraban bodas y festines (…) la otra aparecía cercada por dos ejércitos” .

 

Es muy interesante que la oca, un animal que se mueve entre mundos -tierra, agua aire- sea lo que se llama un psicopompo. Jung dice al respecto que el psicopompo es mediador entre el inconsciente y el consciente…. ¿Un puente entre dos mundos o realidades?

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