(DDLA) «El agua de mar»

Representa el 97% del total del agua en nuestro planeta. Sin embargo, debido a los prejuicios existentes, no solemos tenerla en cuenta como apta para el consumo humano o para regar cultivos.
En ella están presentes todos los minerales existentes en la tabla periódica de una manera biodisponible, excluyendo únicamente los que no se encuentran en forma natural, sino que son producto fugaz de laboratorio.
Millones de ríos, arroyos, torrentes y demás corrientes de agua, han vertido al mar los minerales que les han arrancado a las rocas y a la tierra, a lo largo millones de años, de modo que no hay duda de que están presentes TODOS los minerales del planeta, disueltos en el disolvente universal por excelencia: el agua.
Estos minerales nos los ofrece el mar en dos formas: o disueltos en el agua o separados de ésta por evaporación. A este producto de la evaporación del agua de mar, lo conocemos como SAL. El sabor salado lo da especialmente el sodio, que es el metal que se encuentra en mayor abundancia en el agua de mar.
El 86% de este residuo seco es cloruro sódico (es decir, cloro y sodio); en el restante 14% están los demás elementos. Siendo el agua de mar el manantial que nos provee de todos los minerales, es evidente que estos se encuentran en ella en su estado más natural e idóneo para nuestro organismo.
El agua de mar tiene una composición química muy parecida al plasma sanguíneo, por eso es tan beneficiosa para los seres vivos. Contiene aproximadamente entre 35 y 38 gr/ litro de sales disueltas. Nuestro plasma sanguíneo, en cambio, contiene unos 9 gr/ litro, con unas sales disueltas muy parecidas a las del agua de mar, con lo que se podría decir que somos agua de mar isotónica, aunque en una proporción de 1 a 4. Con lo que la ingesta controlada de agua de mar nos puede suplementar a nivel nutricional gracias a su aporte de minerales y oligoelementos. Cabe destacar que la necesidad de comer y nutrirse se produce a nivel celular, al margen de nuestros gustos personales. Es la célula la que demanda al organismo los nutrientes necesarios para poder realizar sus funciones vitales y el alimento principal que utiliza la célula son los minerales.
Algunas características comunes de la sangre y el agua de mar son que ninguna de las dos se puede reproducir en laboratorio, otra es la capacidad de homeostasis (o autorregulación de propiedades), la siguiente es la presencia específica y similar de oligoelementos (que son elementos químicos indispensables). También podemos encontrar en las dos un poder antibiótico y auto-regenerador (el biólogo marino Claude Ephraim Zobell ya declaraba en 1936 que los vertidos de aguas residuales al mar quedaban destruidos en dos días). El medico francés Georges de la Farge, organizador del X Congreso Internacional de Talasoterapia, celebrado en Cannes en 1957, dijo que el agua de mar sólo es bactericida para las bacterias patógenas (que son las que originan y desarrollan enfermedades). El agua de mar tiene un ph alcalino, aprox. entre 8.1 y 8.4. Siendo 7 un ph neutro, el nuestro es ligeramente alcalino, siendo de 7.3 aprox, y así lo tiene que mantener nuestro cuerpo para su buen funcionamiento.
En el año 1931 el científico Otto Heinrich Warburg recibió el premio Premio Nobel en Fisiología/Medicina por descubrir la causa primaria del cáncer en su tesis «La causa primaria y la prevención del cáncer«. Según el Sr. Warburg, el cáncer es la consecuencia de una alimentación anti-fisiológica y un estilo de vida anti-fisiológico. Esto es así porque una dieta anti-fisiológica (o sea, basada en alimentos acidificantes, unido al sedentarismo), crea en nuestro organismo un entorno de acidez y éste, a su vez, provoca la expulsión del oxígeno de las células. En su obra «El metabolismo de los tumores«, Warburg demostró que todas las formas de cáncer se caracterizan por dos condiciones básicas: la acidosis y la hipoxia (es decir, falta de oxígeno). También descubrió que las células cancerosas son anaerobias (esto quiere decir que no respiran oxígeno) y no pueden sobrevivir en presencia de altos niveles de éste. En cambio, sobreviven gracias a la glucosa siempre y cuando el entorno esté libre de oxígeno. Hay que destacar la importancia de mantener nuestro ph en su nivel óptimo, sobre todo si tenemos en cuenta que en nuestro estilo de vida actual predomina el sedentarismo, una dieta acidificante y un exceso de azúcares. Además, es fundamental mantener una buena oxigenación a nivel celular. Y el agua de mar es un excelente aliado.
El fisiólogo y un naturalista francés René Quinton, estudió y experimentó sobre los efectos del agua marina sobre la salud. Quinton usaba el agua marina diluyéndola con agua destilada y la administraba por vía oral e incluso intravenosa. Tenía claro que para vencer a la enfermedad, todo lo que había que hacer era reforzar “el terreno”, el medio interno de la persona, esencialmente agua de mar, pero “isotónica”. Defendía que en un medio interno correcto ya no hace falta perseguir a los microbios nocivos, porque allí ellos no pueden prosperar. El suero marino da fuerza biológica a la célula para oponerse a la mayoría de las enfermedades. En 1.904 publica su monumental obra “EL AGUA DE MAR, MEDIO ORGANICO”. A partir de entonces usó el agua de mar con afectados de cólera, de gastroenteritis, raquitismo, etc. Con los mismos exitosos resultados y a partir de entonces se crearon dispensarios marinos en Francia, Estados Unidos y Egipto, todos usando la misma técnica (usar el agua de mar para curar enfermedades) y salvando vidas de forma inaudita. Al morir, sus dispensarios florecían, su número no cesaba de aumentar y funcionaban a pleno rendimiento. Pero inexorablemente, a lo largo de los años, su recuerdo se fue desvaneciendo, cayendo en el olvido. Los antibióticos y laboratorios farmacéuticos fueron imponiendo sus medicamentos y descartando el suero gratuito.
Como vemos, el agua de mar no es lo tóxica que se le supone. Tomándola de un modo adecuado, es muy beneficiosa a nivel nutricional y de salud, a fin de cuentas.
Igualmente, de manera errónea, no se la considera apta para el riego de cultivos. Hay iniciativas que, imitando a la naturaleza, la están usando para el riego, bien creando una capa freática con agua de mar para mantener el subsuelo siempre húmedo o adaptando las plantas a la salinidad del agua de mar (como puede ser la acelga), cultivándolas en un suelo que tenga la capacidad de drenar el exceso de sales. Por último, decir que se puede usar en la cocina, ya que los alimentos cocinados con Agua de Mar se rehidratan y se remineralizan, adquiriendo así un alto poder nutricional.

Detrás De Lo Aparente nada es lo que parece!!
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