«21 de mayo: Luna llena en sagitario: Tiempo de sacar a los mercaderes del templo» Paloma Todd.

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El 21 de mayo tenemos una Luna llena en el signo de Sagitario. El 22 de mayo Mercurio recupera su marcha directa en Tauro y Marte, retrógrado en Sagitario, hace una oposición con el Sol. Estaremos a medio camino del tránsito de Marte, momento en que nuestro planeta rojo cobra mayor brillo en el cielo de la noche. El 22 el Sol fecunda a Marte. Tiempo de acoger la semilla de la valentía. La verdad nos quema por dentro y pide que podamos sostener esta llama, este Sol, con corazón, con coraje.

El 21 Marte está en conjunción con la Luna y en oposición al Sol. Esta Luna llena es marcial y espiritual. El guerrero está en la casa del maestro espiritual. Peregrina hacia la fuente de la sabiduría para renovar sus votos, su servicio y su voluntad de acción justa e íntegra. Peregrina para renovar su Fe y su Confianza, para coger fuerzas y refinar sus artes en servicio de cuido y amor, firmeza y poder. Para recibir el poder de la Fecundación Solar nuestro guerrero tiene que rendir sus armas ante al poder de la Luna, ante el poder de la Gran Madre. Esta Luna llena nos habla de un refinamiento de nuestra energía masculina. Un refinamiento de nuestro poder.

A partir de esta Luna llena, Marte retrógrado, llevará la luz de su iniciación solar a las recámaras del pasado, a lo oscuro en innombrado que habita en la casa de Escorpio. Marte peregrino aprende, se refina, se adentra más profundo en el corazón del misterio. Ahí le espera la prueba de la integridad. Tendrá que rendir cuentas en el Inframundo sobre el uso inadecuado de su poder, sobre las maneras en las que ha abusado de su fuerza. Abrirá los ojos en la noche de su violencia.

Estamos en un momento crucial de sanación y renovación del uso que hacemos de nuestra energía masculina. El corazón del guerrero pide otras herramientas para abrirse paso hacia una acción pertinente y armoniosa con el propósito vital de nuestra alma. Empujar, conquistar, invadir, exigir, competir ya no son tácticas útiles ni íntegras. Ya no son sostenibles. Pertenecen un pasado que nos ha dominado y sometido a leyes obsoletas de sobrevivencia y defensa. Pertenecen a la historia de la violencia.

Tal vez nos estamos dando cuenta que reconocer y expresar nuestra verdad es uno de nuestros recursos más valiosos. Tal vez reconocemos que hace falta mucho coraje y fuerza para sostener nuestra verdad de cara a un mundo de espejismos y mentiras. Tal vez hemos encontrado los lugares en que nos hemos mentido y hemos tenido que mentir a otros, para sobrevivir. Tal vez estamos dándonos cuenta de que ya no toleramos la violencia de las mentiras, las propias y las ajenas; que añoramos la verdad, que la necesitamos profundamente. Que la verdad es alimento, ambrosía, el néctar de la vida. Tal vez éste es un momento en que ya no nos podemos seguir escondiendo detrás de lo que hemos sido y tampoco sabemos bien cómo sostener nuestra autenticidad en este presente mutable e incierto.

Esta Luna llena nos habla del poder de la honestidad primaria instintiva que ruge en nuestra sangre-vientre-vida. Ese enfado que tan bien callamos -disfrazamos- dentro del orden social. Ese malestar que endulzamos con retóricas y con trucos complacientes, y que hoy nos intoxica desde adentro, nos mata lentamente. Esas tácticas de la buena educación con las que hemos ido apagando nuestra voz quieren ser liberadas. Este fuego quema. Abrasa.

Tauro gobierna la voz, la garganta, las cuerdas vocales. Los nudos y traumas de todo lo que nos hemos tragado se acumula energéticamente en esta zona de nuestro cuerpo que resuena con lo que está atrapado en nuestro estómago. Lo que no hemos digerido. Lo que no hemos nombrado. Nuestro nudo en la garganta es la voz de lo que late dormido en nuestro vientre. Esa prohibición a ser, a expresarnos: esa condena al silencio retumba como un tambor, como un grito apagado, que quiere salir a la luz. Nuestra expresión, nuestra voz, nuestra verdad es un tesoro. Es nuestro tesoro encontrado. Es nuestro poder. El 22 Mercurio en Tauro recupera su marcha directa. Es probable que tengamos oportunidades de nombrar lo innombrado, de conquistar territorios expresivos prohibidos.

Éste puede ser un tiempo de honestidad brutal. Honestidad necesaria para el cambio. Decir(nos) lo que hay que decir y enfrentar el miedo, pánico, bloqueo, trauma que hay en la censura. Censura que nos habita, censura que nos rodea. Sentir cómo nuestra garganta se cierra, cómo nuestra mente controla la emoción y cómo nuestras estrategias de protección, defensa y sobrevivencia se activan, con tal de que lo que quiere ser dicho y expresado no salga. Que no salga porque es peligroso. Que nos salga porque corremos riesgos de ser juzgados, rechazados, humillados, avergonzados, exiliados.

El peligro bajo esta Luna de Fuego es confundir esta honestidad con la violencia y sentir que tenemos el derecho de herir, humillar y atacar a otros con tal de revindicar lo nuestro. La línea es fina y el fuego arde queriendo quemar la mentira y sus raíces. De ahí que la sinceridad es una voz que necesita la energía de la ira para encontrar el coraje de expresarse auténticamente. Tal vez detrás de esta ira, en el fondo, encontraremos el núcleo del dolor, el que nos habla del desamor, la tristeza, la soledad, el abandono, el desamparo, la humillación.

Tal vez nos sentimos impotentes ante el poder de la verdad y nuestra incapacidad de sostenerla en este mundo de mentiras. La verdad es que la mayoría de lo que nos rodea es una farsa, un circo, un espectáculo, un negocio. ¿quién puede sostenerse auténticamente en este mundo sin sentir desasosiego, impotencia, miedo? ¿quién puede vibrar su esencia verdadera sin sentir vulnerabilidad, sin caerse, sin desanimarse?

De ahí que el viaje de Marte es vital en nuestro proceso: porque necesitamos fuerza vital para levantarnos. Necesitamos administrar nuestra energía, tiempo, espacio con integridad para sostenernos con autenticidad. Necesitamos fortalecernos. Este proceso pasa por un cuido de nuestro cuerpo como templo del alma. Júpiter, regente de esta Luna, acaba de hacer su marcha directa en Virgo. El cuerpo habla. El cuerpo grita. El cuerpo es la verdad. El cuerpo es el maestro. Sólo necesitamos escuchar la verdad que nombra. El cuerpo es amor.

Esta Luna llena en Sagitario activa la Cruz Mutable protagonizada por la cuadratura de Saturno en Sagitario y Neptuno en Piscis, más Júpiter en Virgo y ahora el Sol en Géminis. Éste es un territorio resbaladizo que empezó a revelar sus trampas , caos y ambigüedades en Noviembre del 2015 y que cobra fuerza en el mes de Junio.

Esta configuración mutable nos regala la caída de los falsos guías, falsas doctrinas, falsos gurús, chamanes y maestros. Esta configuración nos muestra los fraudes conscientes e inconscientes que permean el mundo espiritual-terapéutico-energético. Esta configuración nos habla de la moda y el negocio de la espiritualidad, la salud, el desarrollo personal y la consciencia.

Neptuno es moda y trascendencia, escapismo e iluminación, manipulación e inspiración. Es confuso, muy confuso. Nos habla de ese lugar ambiguo en el que conceptos como arte, empresa, negocio, chamanismo, espiritualidad, poder, iluminación, especulación, fantasía, escapismo y abuso se entremezclan. Saturno en cuadratura con Neptuno nos revela la realidad cruda, lo que hay detrás de los escenarios energéticos, los velos ilusorios de las imágenes y las modas. Modas ecológicas, modas espirituales, modas sociales, modas virtuales. Saturno saca a los mercaderes del templo, limpia nuestra casa interna, nos despoja. Es frio e implacable en su propósito. Nos alinea. Nos refina. Nos hace íntegros.

Éste es el tiempo de la integridad, virtud que sólo nos puede hablar a través de la realidad, ésa que destruye toda fantasía, toda manipulación y nos devuelve al valor sagrado del Yo. Todo lo que cae es falso, toda “herramienta” que nos sirva de refugio escapista, de huida de un trabajo interior profundo y sostenido con nuestro dolor y herida, es un arma de doble filo. La integridad está en reconocer que la única herramienta somos nosotros mismos. Éste es el tesoro.

La cuadratura de Neptuno y Saturno desmantela el negocio de la Nueva Era y nos muestra los peligros psíquicos de haber adquirido-comprado herramientas, trucos, que ahora no nos acompañan en la profundidad de nuestro proceso de sanación. Para muchos este despertar es cruel. Es reconocer que “eso” en lo que hemos creído e invertido en tiempo y dinero no nos sostiene, no nos apoya.

Vivimos en un mundo de especulación y lucro, de competitividad, de mercados y de modas. Eso que nos rodea, es un virus que todo lo contamina. Todo es publicidad. Todo es propaganda. Y dentro de este mundo de imágenes y proyecciones, el negocio de lo sagrado se abre camino, encuentra su nicho y coloniza tradiciones sagradas para llevarlas a un plano superfluo de consumo irresponsable. Éste es un buen momento para interrogar nuestras prácticas, ¿de qué maestros nos hemos nutrido? ¿qué apoyamos con nuestro tiempo y energía? ¿qué predicamos? ¿quién ha fecundado sus creencias en nosotros?

Nuestro ego espiritual se ha alimentado de muchas fuentes y ha acumulado herramientas, armas, trucos para sobrevivir, para sentir poder, para mover la energía, para manifestarse. Ahora está arrinconado ante la fuerza del Yo que se encarna. A mayor el autoengaño, mayor el dolor de volver a casa. A mayor la entrega de nuestra energía y poder a otros, mayor el dolor del alma que quiere y necesita su libertad, total.

Éste puede ser un tiempo en el que nuestras herramientas nos fallan. Un tiempo en el que estamos aprendiendo a contar con recursos propios. Un tiempo en el que ideales se desinflan y la realidad nos golpea y rasga nuestras ilusiones. Tal vez lo que nos golpea es ver cómo nos hemos anulado y negado en nombre de un ideal, un servicio, una entrega, un vacío que llenar, una carencia. Lo que nos golpea es tal vez el darnos cuenta que hemos sido manipulados por magos inescrupulosos que mueven energías, que saben seducir con sus artes y sus trucos, pero que no trabajan desde la empatía, el cuido respetuoso, responsable y amoroso que implica el proceso de sanación del alma. Porque no lo han vivido. Porque no han hecho su trabajo interno.

Esta Luna llena nos avisa que el tiempo del abuso de la verticalidad espiritual para manipular la horizontalidad humana está llegando a su fin. Esta prostitución sutil de nuestra integridad espiritual se desintegra ante la realidad. No hay tiempo para juegos de monopolio, no hay tiempo para estar seguir atrapados en círculos de poder. No hay tiempo para alimentar estos virus devoradores de nuestro presente creativo.

Esta Luna llena desata nudos, quema amarres y nos invita a celebrar el poder del Yo. No necesitamos nada más. Somos suficientes porque somos el cuerpo de la verdad y del amor. Que esta Luna llena nos convoque a celebrar que estamos sacando a los mercaderes de nuestro templo. Que nos convoque a celebrar y cuidar lo verdadero que es la vida: nuestra vida .

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