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«Una enseñanza espiritual os enseña siempre cómo dominaros, cómo adelantaros. Es evidente que ésta es sólo una forma de hablar, porque no podéis alejaros de vosotros mismos, todo está dentro de vosotros. Es vuestra conciencia la que debe elevarse para alcanzar grados más elevados. Cuando tenéis la sensación de haber sido proyectados muy arriba, hasta las estrellas, de haber entrado en contacto con la luz divina, en realidad es en vosotros mismos que habéis ido más lejos, más arriba, también podemos decir más profundamente. Lo que habéis alcanzado es vuestro Yo superior. Y es él quien os da todas las posibilidades de crear en vosotros formas nuevas, más puras, más armoniosas.
Para expresar las realidades del mundo espiritual, necesitamos utilizar un lenguaje concreto, el del mundo físico, como si se tratase de un espacio con distancias, volúmenes. Pero en realidad todo ocurre en nosotros, en nuestro Yo superior, nuestro Yo divino.»