Las operaciones inconfesables de la CIA en España

EL ESPIONAJE MASIVO DE EEUU

Agentes encubiertos actúan en territorio español desde el inicio de la guerra sucia contra Al Qaeda

La fiscalía pide archivar el caso de los vuelos secretos

Jaled el Masri (izquierda), en la Audiencia Nacional en 2006. CLAUDIO ÁLVAREZ

España, base de operaciones sucias de la CIA

Agentes encubiertos implicados en siete secuestros se movieron por aeropuertos españoles con documentos falsos

Agentes encubiertos de la CIA se movieron por España con documentación oficial falsa durante la guerra sucia contra el terrorismo islamista ordenada por la Administración de George W. Bush, según señalan a EL PAÍS fuentes judiciales que han investigado los vuelos civiles con escala en aeropuertos españoles que esta agencia operó desde Washington entre 2003 y 2005. La finalidad de los vuelos era trasladar a varios secuestrados a Afganistán y a cárceles secretas en Europa y África.

El juez Ismael Moreno ha dictado una providencia para que se libre comisión rogatoria (petición de auxilio judicial) al Reino Unido y se tome declaración a Olivier Minkwitz, autor de un informe de la ONG británica Reprieve en el que se demuestra que los miembros de esas tripulación emplearon falsas identidades en sus numerosas escalas en España: Mallorca, Ibiza, Málaga, Alicante y Tenerife. Reprieve es una organización de abogados que representa a presos de Guantánamo. En opinión de sus investigadores este equipo de la CIA participó en siete secuestros y traslados ilegales

 

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La fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido la detención de 14 presuntos agentes de la CIA que formaban parte de la tripulación de uno de estos vuelos en 2004 que hizo escala en Palma de Mallorca. Se alojaron en hoteles de lujo, utilizaron sus tarjetas de crédito para comprar recuerdos y telefonearon a sus casas, casi todas en las inmediaciones de la sede de la agencia en Virginia (EE UU). Exhibieron pasaportes falsos y no comunicaron su presencia a las autoridades españolas como obliga la ley en las operaciones encubiertas. Todos ellos habrían cometido un delito de falsificación y uso de documento oficial falso.

Agentes secretos sin autorización

El artículo 282 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ampara la figura del agente encubierto y la identidad supuesta, pero establece sus límites y obligaciones. En los casos de delincuencia organizada el juez de instrucción o el ministerio fiscal pueden autorizarlo «mediante resolución fundada». Los presuntos agentes de la CIA no solicitaron esta autorización ni comunicaron a ninguna autoridad su presencia en España. Representantes del Centro Nacional de Inteligencia han negado conocer que estos vuelos civiles fueran operados por la la agencia de inteligencia de EE UU.

«Las tripulaciones de estos vuelos no estaban de vacaciones en España. Nadie se va de fin de semana con sus compañeros de oficina. Estaban en misión oficial y no lo comunicaron a las autoridades españolas como era su obligación», señala una fuente judicial. «Cada vez hay más indicios de que estas tripulaciones burlaron la ley española», asegura otra persona relacionada con la investigación.

Las escalas de varios vuelos civiles de la CIA en distintos aeropuertos españoles coincidieron con el secuestro en Europa de ciudadanos inocentes sospechosos de pertenecer a la red de Al Qaeda. El aeropuerto de Palma de Mallorca se convirtió de manera especial en una siniestra escala hacia la tortura.

Retenidos sine díe

Enero de 2004 fue un mes muy agitado para los presuntos agentes de la CIA en su guerra sucia contra el terror global. El día 23, un Boeing 737 matrícula N313P despegó del aeropuerto de Palma de Mallorca rumbo a Skokpje (Macedonia) donde recogió a Khaled Al Masri, un alemán-libanés, detenido en Macedonia semanas antes y entregado a agentes de este servicio de inteligencia que le trasladaron, supuestamente en ese mismo avión, a una cárcel de Kabul (Afganistán) donde sufrió toda clase de torturas. Fue liberado en Albania el 28 de mayo de 2004.

El supuesto avión de la CIA llegó a Mallorca después de participar dos días antes en otra oscura e inquietante misión. La recogida en Rabat (Marruecos) del preso Binyam Mohamed, uno de los secuestros más retorcidos y sonados de la llamada guerra global contra el terror. Mohamed había sido detenido en el aeropuerto de Karachi (Pakistán) en abril de 2002. En julio de ese mismo año fue trasladado en un avión de la CIA a Marruecos donde, según ha relatado a sus abogados, sufrió en la cárcel de Temara terribles torturas como cortes en su pene con una cuchilla de afeitar.

El Boeing 737 que hizo escala en Mallorca antes de viajar a Macedonia había recogido a este preso el día 22 de enero en Rabat y lo había trasladado de nuevo a una cárcel de Kabul, según han comprobado investigadores de Reprieve tras estudiar los registros de vuelo. Desde Afganistán el avión regresó el día 22 al aeropuerto de Argelia y de allí voló a Mallorca. Binyam terminó en Guantánamo donde todavía continúa preso.

Identidades falsas

La noche del 22 de enero la tripulación del Boeing se alojó en el hotel Marriot Son Antem de Palma de Mallorca y allí quedaron registrados los nombres de trece personas, todos ellos supuestamente falsos, según distintas investigaciones. Los nombres de Eric Matthew Fair y de James Fairing, dos pilotos, corresponden en realidad a James Kovalesky y Eric Hume, según asegura Olivier Minkwitz, investigador de Reprieve, después de haber cruzado datos en bancos de datos de la aviación USA y comprobado la identidad de los teléfonos a los que llamaron en EE UU durante su estancia en España. «Es increíble la coincidencia de información entre los supuestos pilotos que estuvieron en Palma de Mallorca y la de pilotos reales vinculados a la CIA. Los reconocimientos médicos, ratio y certificados del supuesto James Richard Fairing y del piloto James Kovalesky son idénticos», apunta el investigador de Reprieve.

El 26 de enero tras entregar en Kabul al secuestrado Hamed Al Masri, el avión de la CIA regresó vía Timosoara (Rumania) a Mallorca donde la tripulación permaneció dos noches en el mismo hotel y con las mismas identidades, según ha comprobado una investigación de la Guardia Civil. Y llegó a Washington a las 18.41 horas del día 26 terminando así un oscuro periplo que se había iniciado en esa ciudad norteamericana el día 15 de enero.

Vicente Gónzalez Mota, el fiscal que ha pedido la detención de los 14 presuntos agentes de la CIA que integraban las tripulaciones de estos vuelos civiles secretos, interrogó a Al Masri durante tres horas y media por «la coincidencia de fechas» entre su relato y la escala en Mallorca del vuelo Argel-Palma-Skopje. ¿Utilizaron los agentes de la CIA este vuelo para llevar al detenido hasta Kabul dos días después? ¿Eran la misma tripulación? «Mi cliente no puede reconocer el avión porque una venda le tapaba los ojos», reconoce su abogado. «No puedo saberlo. Lo único que hice fue contar los peldaños de la escalerilla del avión. Sé por el ruido de los motores que era un avión grande. Ahora bien, todo parece encajar», señaló Al Masri a este periódico poco después de declarar ante el juez Moreno.

Ahora la Fiscalía tiene acreditado que ese vuelo viajó desde Palma de Mallorca hasta Skopje (Macedonia) y que desde allí lo hizo a Afganistán, vuelo en el que se transportó al secuestrado Khaled al Masri, «quien declaró en este procedimiento relatando las torturas a las que fue sometido», dice el escrito del fiscal González Mota. «La identidad real de los tripulantes fue enmascarada con documentación efectuada ad hoc… No consta que tuvieran ningún tipo de autorización por parte de las autoridades españolas para operar en territorio nacional con identidad supuesta y en el ejercicio de misiones oficiales», asegura el escrito.

El intento del juez Moreno de que la policía española investigara la identidad real de los presuntos agentes ha sido un fiasco. Tras meses de pesquisas la Comisaría General de Información contestó de forma lacónica y ambigua: «Las diligencias de verificación sobre identidades de las tripulaciones y habilitación de pilotos han resultado negativas». La policía no informa sobre que diligencias ha practicado e informa que los 14 supuestos agentes están reclamados en búsqueda y captura por las autoridades alemanas por el secuestro de Al Masri.

España es una base de operaciones sucias de la CIA hasta ahora sin consecuencias para los espías que operan aquí en secreto, cometiendo delitos y burlando la ley, según aseguran las fuentes consultadas entre la policía y los jueces españoles. Los 13 agentes de la Agencia Central de Inteligencia implicados en el secuestro del ciudadano alemán Jaled el Masri, de origen libanés, pueden respirar tranquilos. Su caso, después de varios años de investigación judicial, está a punto de archivarse.

El fiscal de la Audiencia Nacional Vicente González Mota acaba de solicitar el archivo provisional de la causa al no acreditar la identidad de los agentes secretos. En su escrito afirma que los informes de las fuerzas de seguridad españolas “no aportan ningún dato” sobre quiénes eran los 13 espías que a bordo de un avión de la CIA —en el que permaneció secuestrado El Masri— hicieron escala en enero de 2004 en Palma de Mallorca. Todos exhibieron pasaportes falsos y telefonearon desde el hotel Marriott Son Antem a sus familias a direcciones a tiro de piedra del cuartel general de la CIA en Langley, en el Estado norteamericano de Virginia.

El fiscal había solicitado en 2010 al juez Ismael Moreno el arresto de los 13 espías, pero ahora señala que del resultado de las diligencias practicadas “no puede inferirse con las garantías que exige una resolución judicial de detención la verdadera identidad de los autores de los hechos”. Mota pide el archivo provisional, pero reclama que se ordene a las fuerzas de seguridad que den cuenta al juzgado de la información que llegue a su conocimiento de las personas que utilizaron los pasaportes falsos y acuerde su puesta a disposición de la justicia “en el caso de ser encontrados”.

La petición de Mota es un brindis al sol porque tras años de supuestas pesquisas la Comisaría General de Información contestó así al juzgado: “Las diligencias de verificación de las tripulaciones y habilitación de pilotos han resultado negativas”. La policía no informó al juez sobre qué diligencias han practicado. Fuentes judiciales señalan que el juez Ismael Moreno archivará el caso.

La policía no identifica a 13 espías pese a que llamaron desde Mallorca a sus casas en EEUU

Las operaciones inconfesables de la CIA, con la inestimable ayuda de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) que interviene millones de llamadas telefónicas en Europa, no se limitan a Afganistán, Pakistán, Yemen o Somalia. España es base de operaciones sucias e ilegales en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico.

Agentes de la CIA o la NSA se mueven por todo el territorio con documentación falsa y sin informar al Gobierno desde que, tras los atentados del 11-S, se inició la guerra sucia contra el terrorismo islamista ordenada por la Administración de George W. Bush, según reconocen a EL PAÍS fuentes policiales y judiciales. Alrededor de una docena residen en España con pasaporte diplomático, aunque la mayoría utilizan sus bases aquí para operaciones de tránsito. “Con Obama todo sigue igual. No tienen fronteras. No hay aliados ni amigos que valgan. Hay más casos de los que ustedes conocen. Se tapan para que no lleguen a los juzgados”, reconoce un mando de la lucha antiterrorista.

Los 13 agentes de la CIA que se pasearon por España con total libertad trasladaron a El Masri a una cárcel de Kabul donde sufrió toda clase de torturas. Fue liberado en Albania en mayo de 2004 al comprobar que nada tenía que ver con Al Qaeda. “Mi cliente no puede reconocer el avión ni a la tripulación porque una venda le tapaba los ojos”, dice su abogado.

Las escalas de varios vuelos civiles de la CIA en diferentes aeropuertos españolescoincidieron con el secuestro en Europa de personas inocentes sospechosas de militar en Al Qaeda. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) asegura desconocer que estos vuelos civiles los operaba la CIA. ¿Se le escapó al servicio secreto que 13 presuntos agentes extranjeros se paseaban con documentos falsos por aeropuertos españoles?

«No tienen fronteras. No hay amigos ni aliados», dice un mando antiterrorista

Los presuntos espías de la CIA que recalaron en Mallorca no comunicaron a ninguna autoridad su presencia en España ni solicitaron autorización para utilizar identidades supuestas. El artículo 282 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal ampara la figura del agente encubierto y establece sus obligaciones y límites. Los jueces tienen que dar su consentimiento. El magistrado de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez lo explica así: “En general actúan con autorización aunque estiran el chicle. Les ponemos un policía o un guardia civil para que controle sus actividades, para que fiscalice y evite que hagan nada ilegal. Les explican cómo y hasta dónde pueden actuar aquí”. “La gente de la DEA nos ha dejado con el culo al aire en varias ocasiones y encima nos tratan con cierta displicencia”, se queja el juez Guillermo Ruiz Polanco.

La guerra sucia se libra en el terreno, pero también en las ondas. Y España ocupa un lugar de extraordinario interés para EE UU como puerta de entrada de Europa a África y por la creciente presencia de Al Qaeda en ese continente. Desde los noventa y bajo el paraguas de Echelon (Sistema de Inteligencia de Señales SIGINT) se interceptan millones de llamadas a través de una red de satélites conectados con bases terrestres, ordenadores en red y cables submarinos. La NSA es el principal contribuyente de la red.

¿Dónde están las estaciones de escucha? En la Embajada de EE UU en la calle Serrano de Madrid, en el Consulado de Barcelona y en barcos civiles con bandera USA atracados en varios puertos españoles, según asegura una fuente de la inteligencia española. La base de Rota (Cádiz) cuenta, también, con una estación de escuchas, pero para uso militar. En sus cuarteles acoge a marines de la Flota de Seguridad y Antiterrorismo (FAST, en sus siglas en inglés) que protegen las embajadas de EE UU en todo el mundo. Rota, entre otras misiones, es la base europea de estos hombres con una misión sin fronteras que se resume en su logo: Anytime, Anyplace (en cualquier momento, en cualquier lugar).

Al frente de estas bases secretas con cobertura diplomática trabajan agentes del Servicio Especial de Captación (SCS) que integran agentes de la CIA y la NSA, todos con pasaporte diplomático. Fuentes españolas afirman que el mayor desarrollo de las escuchas y operaciones ilegales en España tuvo lugar durante la etapa en la que Randall Benett, agente especial del FBI experto en Al Qaeda, y William Cachinero, agente secreto, estuvieron al frente de la seguridad de la Embajada en Madrid.

EL CONSULADO DE BARCELONA, BASE IDEA

La estación de escuchas más moderna de la NSA en España está en el Consulado de Barcelona. “La amenaza [yihadista] en Cataluña es evidente. EE UU necesita saber quién y qué circula a través del área que va desde Argelia, Túnez, Rabat y el sur de Francia. El consulado de Barcelona sería la plataforma ideal para la central porque tiene suficiente espacio, comunicaciones seguras y buena localización”, esgrimía un cable secreto fechado el 2 de octubre de 2007 y enviado por el embajador Eduardo Aguirre a Washington. Fue Aguirre quien propuso convertir el Consulado en plataforma para una multiagencia que coordine la lucha antiterrorista, el crimen y la información de inteligencia para combatir la creciente amenaza yihadista y las actividades criminales en la región.

El Gobierno de Aznar respondió en 2000 a una pregunta de IU que Echelon era real y que la red disponía en todo el mundo de “sofisticados ordenadores con sistemas de traducción de idiomas, reconocimiento de voz y búsquedas por diferentes métodos, destacando el sistema que detecta palabras clave de forma que una vez detectada una de estas se graba toda la conversación, que es posteriormente analizada”.

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