Filósofo Explica por Que Siempre escogemos a la pareja Incorrecta

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Todo parece miel sobre hojuelas durante las primeras épocas de noviazgo: dos personas que se complementan, se respetan y se aceptan tal como son deciden un buen día irse a vivir juntos sin saber que están a punto de embarcarse en una de las aventuras más dramáticas de otredad a las que un ser humano se puede enfrentar: el matrimonio.

La historia de la institución matrimonial se ha regido por fines económicos y sociales como un acuerdo para ampliar el poder o la influencia de una familia mediante un contrato (de ahí también la palabra «alianza»). No fue sino hasta hace relativamente muy poco en la historia humana que los hombres y las mujeres hemos podido decidir libremente vivir en pareja, más allá de los presupuestos ideológicos de nuestras familias o las obligaciones económicas y sociales (aunque no en todos los países del mundo y en todas las comunidades ocurre lo mismo).

¿Pero qué pasa después de la luna de miel, cuando nacen los hijos o son adoptados y poco a poco los pequeños problemas y desacuerdos se van convirtiendo en grandes dificultades y causales de divorcio? El filósofo Alain de Botton considera que los matrimonios fallan porque los participantes no se conocen bien a sí mismos para empezar. Cuando estamos solteros, creemos que es fácil vivir con nosotros mismos, que somos grandes personas y nuestras pequeñas fallas y neurosis forman parte del panorama cotidiano. Esto es así hasta que debemos enfrentar las pequeñas fallas de nuestra pareja, las cuales se magnifican a través de la cotidianidad.

¿Pero qué buscamos en realidad cuando nos vamos a vivir en pareja? Existen muchas respuestas para esta pregunta, por ejemplo, paliar la soledad, perpetuar el sentimiento de comunicación y aceptación que impera durante la primera época del noviazgo y, desde un punto de vista más psicológico, volver a vivir la familiaridad de los sentimientos que experimentamos cuando éramos niños, los cuales no siempre ni necesariamente son de amor y aceptación.

¿Esto quiere decir que no estamos hechos para vivir en pareja? No necesariamente. Mejor sería pensar que ni nosotros ni nuestra pareja somos personas perfectas y terminadas. El mito del romance ideal y de la media naranja sólo se sostiene durante unos pocos capítulos en novelas o películas, pero nunca nos enteramos que pasó después del «…y vivieron felices para siempre». Probablemente lo mejor que podemos hacer si decidimos vivir en pareja sea aceptar vivir en un constante estado de autocrítica, lo cual no implica necesariamente ceder del todo a las demandas de nuestra pareja.

La mejor pareja en realidad es aquella con la que podemos negociar el desacuerdo y donde las discrepancias pueden exponerse de manera racional y empática sin llegar necesariamente a la confrontación.

Más que pensar el matrimonio como el fin de la historia, podríamos empezar a planteárnoslo como el comienzo de un viaje de autoconocimiento al lado de una persona que también está viviendo un proceso paralelo al nuestro, y que nos acompaña en nuestros temores sin dejar de sufrir por los suyos propios. No estar de acuerdo en pareja no es una tragedia sino una oportunidad para mejorar al lado del otro, ofreciendo una escucha generosa sobre todo a aquello que no estamos dispuestos a aceptar de nosotros mismos.

3 comentarios en “Filósofo Explica por Que Siempre escogemos a la pareja Incorrecta

  1. Los extremismo no conducen a ningún sitio.

    No, no siempre se escoge a la pareja incorrecta. Hay quien si y hay quien no.

  2. El planteamiento es erróneo ya que, en realidad, no escogemos pareja; nos sentimos atraidos por determinadas personas y repelidos por otras. El emparejamiento es un uso social, no un impulso natural.

    La atracción ( y la repulsión ) es un fenómeno físico complejo que involucra numerosos sistemas y elementos, no es un producto meramente cerebral. El emparejamiento, en cambio, sí es un producto exclusivamente mental. De ahí que, en ocasiones, las parejas fallen; por que se establecieron como consecuencia del pensamiento, pero no se originaron por él.

    La atracción es un impulso y viene a durar sobre los cinco años. El emparejamiento es una decisión y puede acabar convirtiéndose en una imposición.

    Por eso los matrimonios de conveniencia suelen durar mucho más ya que en su origen no había impulso sino razonamiento.

    Si se planea ( racionalmente ) vivir con alguien probablemente saldrá bien. Si se embarca uno en vivir con quien le atrae puede que no sea así. Lo planeado dura más, y es más confiable, que lo deseado.

  3. Jjj coincido, !quien eligio concientemente como pareja al otro/a ? ??
    Aparte se ignora si ello fue de alguna manera «malo» en el corto lapso pero «bueno» luego en la distancia del tiempo.
    La comodidad produce apatia jjj. Entonces bienvenidas las malas elecciones jjj.

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