Análisis de las elecciones 26J: premios y castigos tras el 20-D

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Las elecciones parlamentarias nacionales españolas del 26 de junio (26-J) han castigado y premiado, en mayor o menor medida, las posturas de los partidos políticos españoles tras las elecciones del 20 de diciembre. Parece claro, en este sentido, que el partido más castigado ha sido Ciudadanos lo cual era, digámoslo claramente, bastante previsible. Igualmente, parece que este resultado ha castigado, en mucha menor medida (si se quiere decir de otra manera, no ha premiado) a Podemos. Los partidos premiados por su conducta son el PP, en aparente mayor medida, y el PSOE. La situación política española aparentemente se simplifica, pero no es descartable que se complique aún más..@Desdelatlantico.

I. CIUDADANOS PAGA SU PACTO DE HIERRO CON EL PSOE Y LA ARROGANCIA DE SU PORTAVOZ
Sin ninguna duda el dato más relevante de estas elecciones es la derrota de Ciudadanos. Ciudadanos pierde casi medio millón de votos, pierde un punto porcentual de votos y 8 diputados, casi un cuarto de sus escaños, pasando de los actuales 40 a 32 .
Las explicaciones de esta derrota son muy simples. Tan simples que asombra que en la dirección de Ciudadanos no se hayan dado cuenta de ello.

Primero. La dificultad de conseguir un mensaje transversal en España
Hay quien dijo que Ciudadanos se relanzó (ya existía) como un «Podemos de derechas» para intentar ganar el voto desencantado con el PP. Es cierto que donde consiguió su mayor éxito electoral, que fue en las elecciones regionales catalanas, consiguió un alto grado de transversalidad que le permitió obtener el segundo puesto. Pero no ha podido ni sabido encontrar para el resto de España un mensaje transversal. De hecho, el candidato nº 1 de de Cs en Barcelona para las elecciones generales del 20-D ya sacó muchos menos votos que los que obtuvo la candidata nº 1 de Cs en las elecciones regionales tres meses antes. Dato importantísimo del que nadie quiso extraer consecuencias, antes bien, se decidió premiar al citado candidato con la portavocía parlamentaria del Congreso.

Segundo. El pacto Cs-PSOE sólo ha beneficiado al Psoe
El siguiente error de Ciudadanos fue el «pacto de hierro» con el PSOE. En ese pacto Cs aceptó cláusulas que su electorado consideraba inaceptables. Las explicaciones en redes sociales de los responsables de Cs lejos de convencer produjeron aún mayor desafección. Ese pacto fue interpretado por muchos votantes del «Podemos de derechas» como una «traición» pues esos votantes habían dejado de votar al PP precisamente para castigar AL ACTUAL GOBIERNO Y DIRECCIÓN DEL PP precisamente por haber abandonado sus promesas que eran haber hecho lo contrario a lo que hizo el nefasto ex-presidente Rodríguez.

Tercero. El error de elegir como cabezas visibles a personas arrogantes.
Lo cierto es que en Ciudadanos, como en todos los demás partidos, hay personas de más y de menos valía, y de temperamento más arrogante o más humilde. Uno de los errores, y no el menor, de Cs ha sido elegir un portavoz que, lejos de seguir una cura de humildad por no haber sabido mantener los votos que su compañera Inés Arrimadas obtuvo tres meses antes, mostró unos comportamientos arrogantes. ¿Cómo calificar si no aquellas palabras “C’s estará en el Gobierno, PSOE y PP aún no pueden decir lo mismo”? Fue este mismo diputado de Cs quien dijo, nada más y nada menos que «nosotros defendemos la inmersión en catalán» y contradecirse defendiendo un modelo «trilingüe». Si esto produjo una enorme decepción en uno de los fundadores de Ciudadanos, cabe imaginarse el efecto en el resto de los votantes. De hecho, si en las generales de 2015 Cs pasó a ser el quinto partido catalán (había sido el segundo en las regionales de tres meses antes), en las generales de 2016 ha conseguido la difícil meta de quedar detrás del PP. Así han dilapidado la herencia dejada por Inés Arrimadas.

Cuarto. Errores regionales.
Por hablar del caso que mejor conozco, Galicia, no era difícil prever que Ciudadanos corría serio riesgo de perder a su único diputado. El 17 de junio tuiteé esto mismo sin tener que recurrir a ningún sondeo. Sin prejuzgar la calidad del nº 1 de Cs en las elecciones de 2016, el hecho es que el nº 1 de Cs que, tras ganar las primarias, obtuvo un escaño por Coruña en 2015 (único de Cs en Galicia) fue descabalgado por la dirección del partido provocando gran oposición en las agrupaciones locales del partido. En cuanto a la otra provincia donde podía haber habido posibilidades, Pontevedra, Ciudadanos situó a una candidata a la que días antes de las elecciones el diario «Abc» descubrió algunos escándalos ante los que la dirección de Cs no supo dar una respuesta adecuada.

Conclusión.
Parece razonable pensar que muchos votantes de Cs han castigado a este partido y o bien han vuelto a votar al PP o se han quedado en su casa.
Ciudadanos pierde peso para exigir que el próximo Gobierno de España no esté liderado por Rajoy. Su única perspectiva viable es participar, como socio menor o como mero apoyo parlamentario, en un nuevo gobierno del PP.

II. PODEMOS PAGA SU NEGATIVA A PACTAR CON EL PSOE TRAS EL 20-D
Podemos, unido a Izquierda Unida, pierde casi 200.000 votos que obtuvo Podemos en solitario. Si se añade la pérdida de los votos que obtuvo IU en solitario es fácil considerar que Podemos (sin sus confluencias) es el mayor derrotado de las elecciones. En efecto, sin las «confluencias», Podemos+IU han pasado del 16’3% de votos al 13’3% perdiendo un millón doscientos mil votos.
Unidos Podemos y las llamadas «confluencias» obtuvieron 69 diputados en el 20-D que tras el 26-J han quedado en 71 (IU obtuvo dos escaños en 2015). Nula subida teniendo en cuenta las enormes expectativas que tenían, nada menos que la de sobrepasar al PSOE.

Primero. La disolución del mensaje «transversal» de Podemos.
Uno de los méritos de Podemos fue preconizar un mensaje «transversal» aceptable para una gran parte de los damnificados por la crisis.
El hecho es que ya antes del 20-D ese mensaje empezó a agrietarse con las posiciones de Podemos a favor del falso «derecho a decidir» de algunas regiones españolas. Esa grieta se ha agrandado con las declaraciones hechas antes del 26-J negando, nada más y nada menos, el carácter nacional de España y afirmando que España es «plurinacional».
Por si fuera poco, el pacto Podemos-IU ha tenido un efecto, creo, negativo para dar esa imagen de «transversalidad» al situar a Podemos de forma ya no disimulada, en la izquierda.

Segundo. El egoísmo de partido por encima de la contribución al «cambio».
Tras las elecciones del 20-D, Podemos tuvo en su mano la posibilidad de que hubiera un gobierno alternativo al de Rajoy. El gran error de la dirección de Podemos fue interpretar que los votos que recibieron el 20-D fueron más un voto «a favor de su partido» que un voto «contra Rajoy». Si hubieran interpretado lo que, creo, era más correcto, a saber, que la «gente» les votó para «echar a Rajoy» la posición más inteligente hubiera sido permitir un gobierno de Pedro Sánchez que, precisamente por su fragilidad parlamentaria era más fácilmente presionable desde el Parlamento.
Ciertamente eso era posible tras el 20-D pero creo que ya será mucho más difícil tras el 26-J. Si ahora, tras el 26-J, Podemos permitiera un gobierno Psoe-Cs, Unidos Podemos tendría que explicar por qué no lo permitió antes.

Conclusión.
Podemos entra en una gravísima crisis de identidad. Estratégicamente, ha desdibujado su carácter «transversal» y no se atreve a aceptar el carácter nacional de España.

III. EL PSOE RESULTA PREMIADO POR SU ESFUERZO EN DESBLOQUEAR LA SITUACIÓN
El PSOE ha perdido casi 150.000 votos pero por la menor participación electoral aumenta ocho décimas su porcentaje de votos, y pierde cinco diputados (queda con 85 de los 90 diputados que poseía anteriormente).
En este blog escribí el 4 de marzo

Es obvio que los partidarios de Rajoy atacarán a Sánchez atribuyéndole una imagen de «perdedor». Pero es de justicia reconocer que su gesto ha servido para desbloquear la situación.

Es un hecho de que esta pérdida de votos y escaños es, en todo caso, menor de la pronosticada por encuestas y analistas.

Primero. El votante valora que Pedro Sánchez haya tomado la iniciativa.
Una de las claves de por qué el Psoe ha perdido menos votos de los que muchos se esperaban o pretendían es que Pedro Sánchez Pérez-Castejón, acerbamente criticado por los «analistas» ha tenido el mérito, indiscutible, de haber tomado la iniciativa en un momento de bloqueo. Fue Sánchez el único que, más allá de las palabras, asumió el riesgo de presentarse a una investidura para desbloquear la situación.

Segundo. Pedro Sánchez consolida el voto nacional español de la izquierda
La, a mi juicio, incomprensible y demencial defensa del falso «derecho a decidir» que asumió «Podemos» fue rechazada por el Psoe. Es cierto que el PSC (peculiar status del Psoe en Cataluña) tiene una posición ambigua, pero es un hecho que la firmeza de Pedro Sánchez en la defensa de la unidad nacional ha sido premiada por el electorado y es, en mi opinión, sin ningún género de dudas, una de las claves de por qué en varias regiones españoles el Psoe ha resistido al «sorpasso».

Conclusión.
El Psoe tiene difícil liderar un gobierno, sólo sería posible con una improbable coalición con Unidos Podemos y Ciudadanos, amén de separatistas varios.
Pero está en una buena situación para consolidar su nuevo papel en la oposición a un eventual gobierno PP-Cs.

IV. PREMIO A LA ESTRATEGIA DE ENCASTILLAMIENTO DEL PP DE RAJOY
En términos cuantitativos sólo hay un ganador: el PP. El PP es el único que ha conseguido aumentar sus votos (casi 600.000 votos más) su porcentaje de voto (del 28’7 al 33%) y escaños (de 123 a 137). Guste o no guste se trata de un éxito personal de Mariano Rajoy Brey. Es cierto que el PP no se ha acercado ni de lejos a los resultados de 2011 o 2008, pero es un hecho que ha aumentado sus votos y sus escaños.

Primero. El PP sabe rentabilidad los errores de Cs
A mi juicio el mayor acierto del PP (por otro lado, no difícil de conseguir) ha sido aprovechar los tremendos errores cometidos por Cs en estos últimos seis meses fundamentalmente el «pacto de hierro» de Cs con el Psoe.

Segundo. El PP único beneficiario de la estrategia de la polarización
Ha sido un lugar común de los adversarios del PP (sobre todo en la órbita de Cs) que Rajoy pretendía «fortalecer» a Podemos y polarizar entre ambos la elección. Parece que no ha sido así. El PP ha conseguido polarizar gran voto del centro-derecha y precisamente su estrategia de polarización lo que ha conseguido no es tanto fortalecer a Podemos cuanto dividir el voto entre la izquierda radical y la izquierda moderada.
Como anécdota valga decir que estas elecciones han supuesto un nuevo fracaso de opciones que disputaban algunas franjas de voto del PP, como Vox y UPyD.

Conclusión.
Son dos las opciones del PP.
Una, un gobierno de «gran coalición» con el PSOE. Un gobierno que el PSOE tiene que vender muy caro si no quiere que el «sorpasso» se produzca en las próximas elecciones. Tan caro que quizá el PP no lo pueda comprar y deban celebrarse nuevas elecciones.
Otra, el PP se halla en condiciones de presentar un proyecto de Gobierno (monocolor o de coalición asimétrica con Cs) que si consiguiera contar con los votos del PNV y de Coalición Canaria podría sumar 175 votos sólo si estos dos últimos partidos le dan su voto favorable.
Si no consiguiera esa coalición y toda la oposición se opusiese a esa eventual investidura nos encontraríamos con un empate a 175 diputados. En cuyo caso no habría ni mayoría absoluta en primera vuelta ni simple en la segunda y habría que repetir las elecciones.
Hay sin embargo un elemento nuevo que no gustará a Rajoy. El hecho de ser el único que ha ganado en votos y en escaños y el haber aumentado tanto la diferencia de escaños con el segundo partido hace que sea más difícil para él evadirse de la responsabilidad de presentarse a una investidura… con el riesgo de no ganarla.

V. ¿NUEVAS ELECCIONES?
Psoe, Cs y Unidos Podemos han perdido votos. El PP ha ganado votos y escaños.
Pero no es fácil formar Gobierno como se ve.
El día 3 de mayo escribí en este blog algo que debo reiterar el 26 de junio:

Aunque la probabilidad de unas nuevas elecciones tras el 26-J sea menor que tras el 20-D, creo que convendría incluir esta hipótesis entre las que habrá que barajar después de conocer los resultados en la noche del 26-J. Si se diera ese escenario sería una necesidad imperiosa que el parlamento surgido tras el 26-J introduzca una reforma urgente de la Constitución en las normas que regulan la formación de Gobierno o que al menos alguna de las formaciones con más peso proponga formalmente esa reforma. Pero eso ya es otra historia.

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