Aida. Mensajes y transmisiones desde otros niveles de uno mismo

Nuevo artículo David Topí

Publicado el: Monday 27 June 2016 — 10:33

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Continuando con el tema de la intuición que habíamos explicado hace un par de artículos, posiblemente, para complementarlo, tendríamos que hablar un poco de esa transmisión de información entre planos superiores y el plano físico, que, como dijimos en el post sobre la intuición, es una herramienta que a todos nos iría de fábula tener activa y desarrollada a su máximo potencial, pero qué, en general, desechamos por iniciativa programática directa, pues consideramos, porque así nos lo han enseñado, que recibir instrucciones, mensajes, informaciones, consejos, etc., de algo que no es visible, que no es tangible, que no es “sólido” (que tampoco es que exista nada sólido como tal, aunque así lo creamos) tiene o puede tener valor, y puede ser tomado en cuenta, precisamente porque no se puede demostrar con elementos “físicos” su validez o la validez de la supuesta fuente hacia terceros.

Una tubería de muchos tramos

La recepción de información desde niveles superiores al nuestro pasa por varios filtros y canales, por lo que no es exactamente una tubería única donde se vuelcan los datos, aunque es una buena analogía en muchos casos que se puede hacer para intentar expresar la forma en la que, energéticamente, las “ondas” con la información consciente y programada que se nos envía termina conectando con la parte nuestra que es capaz de entenderlo.

Imagínate el proceso como alguien que está en la superficie de un lago (una parte superior de ti, por ejemplo), en una barca, y tú (la personalidad) estás haciendo submarinismo a muchos metros de profundidad. ¿Cómo crees que se puede conectar la parte tuya de la barca para enviarte mensajes sobre hacia dónde debes dirigirte cuando estás ahí sumergido? ¿Cómo puede avisarte que está viendo rocas al final del lago, que ha visto árboles hundidos con los cuales puedes chocar o enredarte? ¿Cómo hacer llegar su mensaje a través del agua hacia nosotros (entendiendo el agua como la diferencia dimensional que existe entre los niveles de frecuencia y vibración de nuestro ser, Yo Superior, etc. y nuestra mente racional)?

La realidad es que esa tubería interna que puede conectar la superficie del lago con la parte de nuestra personalidad que está sumergida tiene diferentes secciones, y cada sección tiene sus constricciones para permitir el flujo de agua (energía con la información codificada) a través de ella. Para empezar, si estamos intentando comunicarnos con esos otros niveles superiores de nuestra configuración multidimensional, más allá de la tríada inferior que forman los cuerpos etéricos, emocionales y mentales, y más allá del cuerpo causal, donde cada uno de nosotros puede empezar a conectar con otros niveles, dimensiones, etc., hay que hacer pasar el agua por tramos de cañería que requieren que cada tramo esté limpio y adecuadamente preparado para traspasar los datos de un punto a otro.

Conexión en la esfera de consciencia

Para empezar, nuestra esfera de consciencia requiere que haya un “Yo” que sea capaz de conectar con claridad con el centro de la misma, que es por donde se accede a la consciencia superior de aquello que llamamos nuestro ser, nuestro Yo Superior, el aspecto consciencia de nuestra mónada, etc., lo cual ya requiere que la persona tenga, por lo menos, una de sus sub-personalidades que consiga ponerse en control, mediante el programa ego que gestiona todos los Yos de la psique, para que este “yo comunicador”, vamos a llamarlo así, sea el receptor de ese primer “tramo” de la información. Lo ideal, como ya podéis suponer, es que en la esfera de consciencia solo existiera un “Yo único”, cristalizado, que a mi me dio por llamar en su momento el Yo del ser, por ser el único personaje de la consciencia artificial que aun siendo parte de esa personalidad humana, responde y conecta directamente con niveles más profundos y elevados de uno mismo. Así, si la conexión entre el centro de la esfera de consciencia y su superficie, es decir, desde nuestro Yo Superior/ser/consciencia de la mónada, etc., hacia el Yo del Ser de la personalidad es establecido, está lo suficientemente afianzado y es fluido, ya se pueden impregnar o impresionar ahí las energías con la información que se desea transmitir a la mente racional.

Diferentes distorsiones en diferentes tramos

Pero la tubería sigue teniendo otros muchos tramos. Que la información llegue al Yo del ser (o cualquier otro “Yo” que esté siendo usado en la conexión), en la superficie de la esfera de consciencia, no es sinónimo de una transmisión todavía exenta de filtros, distorsiones y “fallos”. Es como cuando muchas personas se explican una historia la una a la otra, en cadena, donde el punto de origen cuenta algo, y cada persona que lo va repitiendo a la persona de al lado añade su pequeña cantidad de distorsión a la información inicial recibida, así que cuantos más pasos haya entre el inicio y el final, mayor es la probabilidad de que el mensaje comunicado inicialmente no se parezca en nada al recibido al final.

Luego está el problema de la decodificación de esos mensajes que decimos recibimos desde otros niveles. Nuestras esferas mentales están llenas de filtros, miles de ellos, programas, patrones, creencias, etc. Estos componentes son los encargados de darnos la visión de la realidad que tiene cada uno, además de hacernos ver las cosas de forma tan completamente distinta, ya que el mundo se construye en el interior de nuestra psique, a partir de los datos recibidos por los sentidos de lo que es captado del exterior de la misma. De la misma manera, en este caso, si lo que recibimos es un flujo de información desde niveles superiores (en vez de algo que nos llegara por la vista o los oídos), los filtros son los mismos y actúan igual, así que dependiendo del sistema de creencias, programas y demás patrones que cada uno tenga instalado, la versión final re-cocinada del mensaje original tendrá el color del tinte que tengan los coladores por los que esta energía consciente con esa información tiene que pasar para llegar a ser decodificada por la mente consciente. Hay varias esferas involucradas en la conexión con niveles superiores, principalmente la esfera subliminal, por lo que las capas que la información tiene que atravesar para ser decodificada pueden alterar la energía radicalmente.

Otros filtros y bloqueos

Eso es lo que suele pasar con la mayoría de los mensajes que, supuestamente, decimos y creemos recibir desde otros niveles, planos y dimensiones superiores, en vibración y energía, a la nuestra. Otros problemas que causan distorsión radican en nuestros cuerpos sutiles, el mental especialmente, y también en los canales energéticos que llamamos el cordón de plata y la línea del Hara o cordón dorado, pues también son “tuberías” de paso de información entre cuerpos sutiles, y por donde se puede “bajar” y traspasar lo que uno percibe a nivel causal, por ejemplo, hacia el nivel físico, pasando por la conexión del nivel mental al emocional y de este al etérico. En un caso, pude percibir un “nudo” en el llamado cordón de plata en una terapia, quizás más como imagen simbólica al verlo en la persona que otra cosa, pero literalmente representaba un tapón enorme que causaba un flujo reducido de información desde cuerpos superiores en toda regla. Y es que suelen percibirse todo tipo de bloqueos en estos canales, desde implantes hasta taponamientos energéticos varios, que quizás no obstaculizan el 100% del flujo entre niveles y cuerpos, pero sí lo difuminan y distorsionan, el equivalente a una tubería con óxido que contamina el agua que pasa por ella además de tener taponamientos que reducen el flujo de la misma que puede atravesar por las diferentes secciones.

Aprendiendo a discernir

Conociendo este proceso, uno se pregunta, entonces, ¿como me puedo fiar de lo que creo estar recibiendo de mi mismo? La cuestión es el entrenamiento en las facultades de discernimiento, intuición, y la autobservación del resultado final de aquello que uno ha recibido. Es un proceso largo y que requiere de constancia el preparar la tubería en todos sus tramos para que esté lo más limpia posible. Hay quien nace con esa facultad ya desarrollada, y por eso tenemos canalizadores, médiums y personas que de forma innata y natural, les es “fácil”, pero nadie está exento de filtros porque nadie está libre de programación de una forma u otra, a menos que hayas trabajado en tus esferas mentales, en tu esfera de consciencia, en tus cuerpos sutiles, etc., lo suficiente para hacer una limpieza profunda de todo aquello que, por programación y educación recibida, convierten la conexión con otros niveles superiores en un perfecto lugar para una posible distorsión de cualquier cosa comunicada. Tengamos en cuenta, por otro lado, lo fácil que es hacer llegar a una persona supuestos mensajes canalizados, usando la técnica de la inducción mental remota, donde literalmente se emiten “mensajes” hacia la esfera subliminal de alguien por parte de cualquier ente, antena o satélite, y no hay forma de discernir si es una canalización real y correcta o viene de la NSA, por decir algo. Huelga decir que miles de libros canalizados de tremendo éxito provienen del uso de esta técnica en personas con tuberías “adecuadas” pero sin dotes de discernimiento y/o ganas de comprobar por otros medios lo que están recibiendo.

Una herramienta mas de nuestra caja de utensilios

En todo caso, finalmente, la cuestión es que uno no tiene que tener miedo a abrirse a conectar con uno mismo, con los otros componentes de aquello que somos, y que nos hacen ser seres con tanto potencial, pero tampoco podemos ser ciegos al hecho de que se nos ha manipulado para instalar la creencia, primero, de que en general, esto no es posible, luego, para distorsionar todo lo recibido en caso que lo creamos posible, y luego para introducir desinformación aprovechando el potencial que tiene el programa ego para manipular la superficie de la esfera de consciencia, creando todo tipo de Yos y sub-personalidades que permiten hacernos creer que estamos recibiendo algo de niveles de vete a saber de donde, cuando es todo una simple imitación de nuestro propio programa de control de la psique haciéndose pasar por algo de esos otros planos.

Los niveles superiores en los que también existimos nunca dejarán de intentar transmitirnos información hacia los planos más densos en los que se mueve nuestra vida terrenal, a través de la intuición como decíamos, u a través de otros múltiples canales, y, siendo conscientes de los procesos existentes, aprendiendo a auto observar lo que pensamos, sentimos y decimos, conociendo los mecanismos de distorsión y manipulación, y desarrollando los canales de conexión lo suficiente, incluso llegando a activar el octavo chakra, el centro intelectual superior, que actúa como “discernidor” universal de todo aquello que es percibido, uno podrá empezar a tener la certeza de que se puede conectar con uno mismo desde la tríada inferior de la personalidad, hacia los niveles superiores por derecho innato, y enchufarnos al repositorio de información y sabiduría que tenemos ahí todos, esperando a ser usado, para el bien del conjunto de aquello que somos, y para el bien mayor de todos aquellos a los que podamos llegar a servir con ello.

un abrazo,
David Topí

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