Granularidad Emocional: Sentir desesperación es una buena señal

Cuando el mundo se pone del revés y nada funciona, ¿te sientes simplemente «mal», en sentido general, o experimentas estados emocionales más específicos, como la desesperación, la frustración o la tristeza?
En el ámbito de la Psicología existe un término para hacer referencia a las personas cuyos sentimientos están finamente sintonizados: «granularidad emocional». Cuando estas personas leen una noticia sobre un atentado, por ejemplo, no sienten simplemente miedo o ira sino que experimentan indignación, angustia, contrariedad, desolación o irritación. Cuando estas personas leen sobre la corrupción no solo se enojan sino que pueden experimentar exasperación, cólera, tristeza o incluso vergüenza ajena.
La granularidad emocional no significa simplemente tener un amplio vocabulario con el cual expresar lo que sientes sino, sobre todo, ser conscientes de esas emociones y sentimientos. Desgraciadamente, la mayoría de las personas no son capaces de detectar esas sutiles variaciones en sus estados emocionales. Sin embargo, tener granularidad emocional puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas.


 

Experimentar un amplio rango de emociones es beneficioso para la mente y el cuerpo

Experimentar una amplia paleta de sentimientos, aunque sean desagradables, nos permite ser más eficaces a la hora de regular nuestros estados emocionales, evitando que asumamos estrategias destructivas para lidiar con las situaciones que nos desbordan. Lo confirma un estudio realizado en la Universidad de George Mason en el que se desveló que las personas que son capaces de detectar y comprender sus emociones eran menos propensas a refugiarse en las drogas, el alcohol o la comida como vías de escape.
Otro estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Kentucky descubrió que estas personas también mostraban un mayor autocontrol y eran menos proclives a responder de manera agresiva ante las circunstancias difíciles, aunque estuvieran muy enfadadas. En práctica, todo indica que la granularidad emocional es un indicador importante deresiliencia.
No obstante, quizá lo más sorprendente es que la granularidad emocional no solo es beneficiosa a nivel psicológico sino que también contribuye a que tengamos una vida más larga y saludable. Se ha apreciado que estas personas acuden menos al médico y recurren menos a la medicación, además de pasar menos días hospitalizados debido a una enfermedad.
En este sentido, un estudio particularmente revelador realizado en 92 mujeres que padecían cáncer de mama, descubrió que quienes eran capaces de detectar, etiquetar y entender sus emociones tenían niveles más bajos de inflamación, uno de los procesos que se encuentra en la base de esta enfermedad y que se considera un mal pronóstico.

¿De dónde surgió el concepto de la granularidad emocional?

La granularidad emocional es un concepto que proviene de la década de 1990, cuando la psicóloga Lisa Feldman Barrett hizo un experimento en el que le dio seguimiento a las experiencias emocionales de cientos de personas durante meses. Entonces se percató de que la mayoría de los participantes usaba palabras generales para describir sus estados emocionales, como «triste», «enojado» y «miedo».
Lo interesante fue que algunas personas usaban palabras diferentes que les permitían profundizar en lo que estaban sintiendo, o incluso recurrían a frases y símiles que les ayudaban a precisar aún más cómo se sentían, como por ejemplo: «me siento miserable» o «me siento frágil como un cristal«.
En un primer momento, se pensó que estas personas tan solo eran capaces de reconocer con mayor precisión sus emociones, pero lo cierto es que se trataba de algo mucho más complejo e importante. La clave radica en que el cerebro convierte las emociones en algo muy real, en un abrir y cerrar de ojos y sin que seamos conscientes de ello, por lo que las personas que son capaces de manejar diferentes conceptos emocionales también son capaces de experimentar emociones «a medida» para cada situación.
Por eso, la granularidad emocional tiene una influencia tan grande en nuestro bienestar y salud. En práctica, le brinda a nuestro cerebro herramientas más precisas con las cuales gestionar los diferentes retos que nos depara la vida.

Calibrar las emociones permite encontrar mejores soluciones

Imagina que no soportas a tu jefe pero, aún así, debes ir todos los días a trabajar. Cada vez que te levantas te embarga una sensación desagradable de malestar y odio que te hace sentir cada vez peor.
Sin embargo, has sido tú quien ha creado esa vaga sensación de malestar pues tu cerebro no se limita simplemente a reaccionar ante lo que sucede sino que también regula de manera proactiva la energía que tu cuerpo necesita para responder ante las demandas del medio, y lo hace sobre la base de las experiencias pasadas y la lectura que haces de la situación. De esta forma, el cerebro puede saber la cantidad de cortisol o adrenalina que se debe producir para ayudarte a escapar del peligro que presupone para ti cierta situación.
Obviamente, para que el cerebro genere la activación necesaria y pueda mantener cierto equilibrio, es necesario que conozca con precisión la emoción que estamos experimentando. Por eso, la granularidad emocional permite ahorrar recursos, evitando que se desencadene una activación innecesaria. Al contrario, experimentar estados emocionales difusos puede dar lugar a un «mal calibrado» de las emociones, lo que se convierte en terreno fértil para la enfermedad.
La granularidad emocional le permite al cerebro construir una emoción más específica y dosificada, lo que implica reaccionar de manera más adaptativa en dependencia de lo que ocurre y sientes. De esta manera, en vez de sentirte mal todos los días a la hora de ir al trabajo, puedes pensar que en realidad tu jefe te hace sentir agobiado, impotente, menospreciado, humillado o insatisfecho, y así podrás trazar una estrategia más eficaz para lidiar con esa situación y salir de ese círculo vicioso.
Al desarrollar la granularidad emocional dejas de ser un espectador pasivo de tu vida y asumes las riendas. Así evitas las descargas innecesarias de cortisol y adrenalina, que tan dañinas son.

¿Es posible desarrollar la granularidad emocional?

La buena noticia es que la granularidad emocional es una habilidad, por lo que es posible desarrollarla. El primer pasoconsiste en ampliar el vocabulario emocional ya que de esta forma tendrás un abanico más amplio de conceptos con los cuales catalogar lo que estás sintiendo.
El segundo paso es aumentar la conciencia emocional, o sea, aprender a escuchar tus emociones y profundizar en ellas. Considera que las emociones son como una madeja, que tendrás que ir desenredando poco a poco. Si nunca lo has hecho, al inicio puede ser difícil, pero con un poco de paciencia podrás ir perfilando mejor cómo te sientes.
Recuerda que mientras más grande sea tu caja de herramientas para la vida, mejor tu cerebro podrá lidiar con las situaciones y más pequeña será la factura emocional que te pasarán los problemas. Es un cambio que vale la pena.
Fuentes:
Feldman, L. et. Al. (2015) Unpacking Emotion Differentiation Transforming Unpleasant Experience by Perceiving Distinctions in Negativity. Current Directions in Psychological Science; 24(1): 10-16.
Pond, R. S. et. Al. (2012) Emotion differentiation moderates aggressive tendencies in angry people: A daily diary analysis. Emotion; 12(2):326-337.
Kashdan, T. B. et. Al. (2010) Emotion Differentiation as Resilience Against Excessive Alcohol Use An Ecological Momentary Assessment in Underage Social Drinkers. Psychological Science; 21(9): 1341-1347.
Stanton, Annette L. et. Al. (2000) Emotionally expressive coping predicts psychological and physical adjustment to breast cancer. Journal of Consulting and Clinical Psychology; 68(5): 875-882.

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