El poder de Eckhart Tolle

Eckhart Tolle

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En una reciente encuesta realizada por la Librería Watkins, Eckhart Tolle fue catalogado como la «persona viva más influyente espiritualmente del planeta». Se podría pensar que tal persona sería alguien que tiene una presencia importante en los medios de comunicación, y que aparece regularmente en público. Sin embargo, rara vez Eckhart da entrevistas a los medios de comunicación y en los últimos años no ha dado muchas charlas. Tampoco es un autor especialmente prolífico. Entonces, ¿cómo ha llegado a ser tan influyente?

La Transformación de Eckhart

Yo estaba interesado en entrevistar a Eckhart para mi reciente libro Out of the Darkness (Fuera de la Oscuridad), porque él es un ejemplo de un fenómeno del que he llegado a ser cada vez más consciente en los últimos años ― el poder de la confusión, la agitación y el estrés provocando un cambio hacia la iluminación.

Como sabrán los lectores de El Poder del Ahora, hasta la edad de 29 años Eckhart vivía en un estado de ansiedad y depresión. Como él mismo me lo describió cuando lo entrevisté para mi libro, «Había una sensación de gran temor de la vida: un miedo al futuro, un miedo a la falta de sentido por debajo de todo, pero no quería afrontar plenamente esa falta de sentido y averiguar qué es lo que había debajo».

Hubo algunos factores externos en la depresión de Eckhart. Uno de ellos era el infeliz matrimonio de sus padres, y el continuo conflicto entre ellos. También había sido infeliz en la escuela, donde se sentía como un extraño: «Yo no encajaba. Recuerdo a mi amigo más cercano en la escuela que tenía una discapacidad física severa. La mayoría de la gente no quería tener nada que ver con él. Yo era un extraño por razones internas, y él era un extraño por razones físicas».

Otro factor externo fue la falta de raíces sociales de Eckhart. Después de que sus padres se separaron cuando tenía 13 años, se trasladó de país dos veces, primero a España y luego a Inglaterra. En Inglaterra, se encontró con que podría aumentar su sentido de identidad a través de las actividades intelectuales. Obtuvo un título en la Universidad de Londres, trabajó duro y consiguió una licenciatura, y fue a hacer estudios de post-grado en Cambridge. Pero este éxito no le trajo ninguna satisfacción: «Cuanto más perseguía mi búsqueda intelectual, más fuerte era el sentimiento de desesperación… En cada satisfacción del ego, siempre hay temor de que no es suficiente. Cuanto más se presenta una fachada en el mundo exterior de la seguridad, más crece el miedo inconsciente. Es por eso que la gente necesita desempeñar ciertos roles».

Esta creciente desesperación culminó en la transformación descrita en El poder del Ahora, cuando, a punto de suicidarse, el ego de Eckhart se disolvió, dejándole en un estado de pura paz. No experimentó una ruptura, sino un «cambio» a un estado de iluminación.

Aunque no estaba completamente consciente de ello en ese momento, uno de los grandes cambios psicológicos que experimentó fue que su mente se quedó en silencio; la incesante «charla mental» del ego se había detenido. Como me dijo: «Había largos períodos en mi vida diaria donde no había pensamiento. Ya no estaba identificado con los procesos del pensamiento. Esos procesos automáticos compulsivos habían desaparecido, la mente ruidosa con la que me había identificado y que había ocultado la dimensión más profunda dentro de mí.»

Aunque él era un buen lector, Eckhart sabía poco acerca de los estados o tradiciones espirituales, y por tanto no entendía completamente lo que le había sucedido: «El ser capaz de hablar de ello a los demás, explicárselo y mucho menos ayudarles ― eso llegaría años más tarde. Un súbito despertar no significa una comprensión repentina. Yo sólo sabía que estaba en paz y no sabía por qué. Pero por el hecho de que me sentía en paz, me sentí muy atraído por la investigación de las enseñanzas espirituales y las escuelas y religiones.»

Han pasado ya más de 30 años desde la transformación de Eckhart, y su estado despierto nunca se ha desvanecido, aunque a veces hay fluctuaciones en su intensidad: «A veces la paz subyacente está sólo en el trasfondo; en otras ocasiones es tan global que casi destruye la percepción de los sentidos y pensamientos y lo que uno suele considerar su vida. Incluso cuando las cosas en primer plano podían parecer turbulentas, en el fondo hay una cierta sensación de quietud y paz.»

Otras transformaciones

Aunque su intensidad es quizás inusual, la transformación que Eckhart experimentó no es infrecuente. Para Out of the Darkness, hablé con otras 32 personas que pasaron por una transformación espiritual después de una intensa agitación en su vida ― gente que estaba enferma de cáncer o ME (encefalomielitis miálgica), que «tocaron fondo» a través del alcoholismo, que estaban incapacitados gravemente, o habían sufrido una grave depresión o intenso estrés. Al igual que Eckhart, todos ellos llegaron a un punto en el que pensaban que estaban completamente perdidos y abatidos, que no les quedaba otra opción que rendirse y entregarse a su situación. Y en el momento algo cambió dentro de ellos. De pronto sintieron una sensación de ligereza y libertad. El mundo parecía un lugar diferente, con un nuevo significado, armonía y belleza. Y aunque la intensidad de la experiencia inicial se desvanecía, el cambio se mantenía. Se sintieron renacidos, con una nueva identidad. Años después ―incluso décadas― aún estaban llenos de paz interior.

Todos los «cambiadores» ―como yo los llamo― eran personas ordinarias con trabajos normales y estilos de vida convencionales, que sabían poco o nada acerca de la espiritualidad. Como resultado, a muchos de ellos le llevó un largo tiempo comprender lo que había sucedido. Al igual que Eckhart, ellos han pasado años gravitando lentamente hacia los libros y maestros espirituales, construyendo progresivamente un marco para entender su nuevo estado.

La singularidad de Eckhart

Pero si la transformación que Eckhart atravesó no es tan rara, ¿qué es lo que hace que sus enseñanzas sean tan influyentes y poderosas?

En la superficie, los libros de Eckhart no son del estándar mente, cuerpo espíritu para pasar un buen rato. No siempre son consoladores y positivos ― una gran parte de A New Earth (Un Nuevo Mundo Ahora), por ejemplo, se ocupa de explicar lo que está equivocado en los seres humanos, analizando el lado oscuro de la naturaleza humana y el funcionamiento disfuncional del ego. Los libros de Eckhart no nos dicen que podemos conseguir todo lo que queremos sólo por desear en la forma correcta, o que hay ángeles o entidades extraterrestres que cuidan de nosotros. Pero esto también es parte de su poder. Expresan una forma de espiritualidad muy pura y directa, desprovista de conceptos innecesarios. Van directamente al grano, por debajo de todas las luces y colores brillantes que distraen.

Su estilo de escritura también ayuda. Tal vez porque su lengua materna era el alemán ―una lengua lógica y concisa― su uso de inglés es simple y directo. Cada frase es mesurada y majestuosa, reducida a su esencia.

Algunos maestros espirituales ―Krishnamurti, por ejemplo― dicen que los libros pueden ser un obstáculo en el camino espiritual. Se llena la mente con conocimiento innecesario, inflan el ego con instrucciones. Y, en cualquier caso, ¿cómo pueden las palabras transmitir la riqueza y la plenitud de la experiencia espiritual? Como dice el dicho Zen: «El dedo que apunta a la luna no es la luna». Pero esto no parece aplicarse a los libros de Eckhart. De una manera misteriosa, sus palabras son la luna. Él tiene la rara habilidad de transmitir la espiritualidad por medio de palabras, por lo que es posible que el lector obtenga un sabor de la iluminación a través de la lectura de sus libros.

En comparación con muchos maestros espirituales, Eckhart es modesto. Algunos autores y maestros espirituales parecen desear atención y poder. Pero quizás porque él se convirtió en un maestro espiritual casi por accidente ―simplemente porque las personas se sienten atraídas por su apacible presencia― Eckhart no necesita discípulos. Parece muy feliz de no ser nadie. Aunque sabe que algo profundo le ocurrió a él, no se ve a sí mismo como una persona especial. Como él me dijo, «En ocasiones sucede que la gente quiere convertirte en algo especial. Esta es una trampa para cualquier persona que llega a ser en un maestro espiritual. Siempre señalo que lo que denomino presencia viene a través mí, no de mí, y lo mismo ocurre en ellos, de lo contrario no se percatarían de ello. No es mi presencia o tu presencia.»

En mi opinión, esta integridad le añade una gran cantidad de poder y autenticidad a las enseñanzas de Eckhart.

Es también significativo que Eckhart fuese un intelectual antes de su transformación. El intelecto y la espiritualidad a veces son vistos como opuestos, pero se necesitan mutuamente. El intelecto sin espiritualidad es frío y estrecho, pero la espiritualidad sin intelecto es también peligrosa, que a menudo conduce al cumplimiento de un deseo irracional. El estado de iluminación, y el camino que conduce hacia él, es un territorio desconocido para la mayoría de nosotros. Necesitamos exploradores para tracen ese territorio, guías que nos muestren el camino, que nos indiquen las dificultades en el camino, que nos muestren las señales de progreso y nos ayuden a distinguir lo falso de lo verdadero. Y debido a su agudo intelecto, Eckhart hace esto mejor que nadie. Él es realmente un «psicólogo espiritual», que ofrece un análisis preciso de la locura de la mente humana, identificando sus causas y mostrándonos cómo trascenderla.

Y si, como en mi investigación para Out of the Darkness se sugiere, el tipo de «transformación inducida por el sufrimiento» que experimentó Eckhart es cada vez más común, en los próximos años es de esperar que veamos surgir otros maestros espirituales, con un poder e integridad similares.

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