Bronca en el grupo de Podemos en la Comunidad de Madrid

La batalla por el control de Podemos en la Comunidad de Madrid, una disputa en estado de latencia desde la celebración de las elecciones para el Consejo Ciudadano, ha comenzado a darse tras el proclamado fin de la “máquina de guerra” puesta en marcha por Podemos para afrontar el ciclo electoral que ha tenido lugar entre 2015 y junio de 2016.

El grupo parlamentario se divide ante una votación para la renovación de cargos y el portavoz abandona la reunión antes de que se produzca.

Se estaba cocinando a fuego lento y ayer llegó el día de mayor tensión en el grupo parlamentario de Podemos en la Comunidad de Madrid después de las elecciones autonómicas. Ocurrió durante una reunión para la renovación del Grupo Parlamentario. Fuentes presenciales aseguran que un sector de la organización “saltándose el reglamento” se levantó de la reunión para impedir la votación por indicación de José Manuel López, portavoz del grupo.

No se habían establecido aún los métodos para esta elección, con la que se pretende remodelar la dirección del grupo, cuando López, seguido de diputados afines, abandonó la reunión con el argumento de que dicha renovación es potestad del Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid. El portavoz del grupo parlamentario ha trasladado a Diagonal su intención de no entrar a valorar este episodio.

En la tarde noche, el Consejo Ciudadano de la Comunidad, que tiene que validar el proceso de renovación, acordó una resolución en la que considera imprescindible la renovación y pide una propuesta concreta del Grupo Parlamentario para dicha renovación, propuesta que tiene que llegar antes del 12 de julio.

Los 27 diputados de la asamblea de Madrid están divididos en dos grupos, con algunas figuras entre medias de ambos. El primero de ellos está formado por el núcleo duro del “errejonismo” en la Comunidad de Madrid, los afines a Íñigo Errejón, con Emilio Delgado a la cabeza. En él se integran, entre otros, los cuatro diputados que dimitieron en marzo del Consejo Ciudadano, y también el propio López, número uno de Podemos en las elecciones del 24 de mayo de 2015.

Desde parte del grupo parlamentario se acusa al sector errejonista de haber dado “otro espectáculo hoy” al, primero, negarse a dimitir de sus cargos –como se había estipulado hace un año– y posteriormente al negarse a votar. En un mensaje interno al que ha tenido acceso Diagonal, se explica que una serie de diputados: “Se han levantado de la reunión del grupo parlamentario para impedir la votación por indicación de José Manuel López. Saltándose el reglamento y agarrándose a sus sueldos y sillones porqueestán en minoría tras el escándalo de las dimisiones (de los órganos y no de los sueldos de diputados). Son actitudes incompatibles con Podemos y la nueva política”.

Raúl Camargo, presente en la reunión, lamenta que mensajes como éste hayan trascendido a los medios y tenía esperanzas de que la situación se arreglase en la reunión del Consejo Ciudadano de la CAM que tuvo lugar la tarde de ayer para de nuevo abordar la renovación de la mesa la semana que viene. La decisión de paralizar los trámites para llevar a cabo la renovación de la dirección ha sido “sorprendente”, en palabras de Camargo, más cuando “la rotación estaba prevista y sólo se había postergado por las elecciones [generales]”.

“En la nueva propuesta se está diciendo que tienen que reflejarse las distintas sensibilidades dentro del grupo”, incide Camargo, quien, no obstante, explica que no se pretendía sustituir a cargos institucionales como el propio portavoz o la vicepresidenta tercera de la mesa de la asamblea, sino otros cargos “más de gestión”. Entre estos, los componentes de la dirección o las portavocías de las comisiones.

Camargo reconoce que el Consejo Ciudadano tiene entre sus funciones la remodelación de la dirección del grupo de la Asamblea, pero considera indispensable que el consejo “conozca y tenga en cuenta la opinión del grupo parlamentario”. Lorena Ruiz Huerta, diputada y miembro del Consejo defiende que “no se pretende saltar ningún cauce” pero que el Grupo Parlamentario es la parte más cualificada para evaluar los cambios que se tienen que realizar: “Son los que tienen que decidir, ya que el Consejo no conoce las dinámicas de la Asamblea”.

Una herida abierta

La parte de la asamblea más netamente asociada a la dirección política de Íñigo Errejón ya se rebeló tras la destitución de Sergio Pascual como secretario de organización del partido morado en marzo de 2016. En ese grupo, compuesto por nueve cargos del Consejo Ciudadano, se encontraban los diputados Clara Serra, Pablo Padilla, Olga Albasolo y Jazmín Beirak, opuestos ayer a la renovación de la dirección del Grupo en la Asamblea que se discutía en Entrevías. Junto a ellos, Emilio Delgado, también diputado, que dimitió como secretario de Organización de Podemos el 7 de marzo y hombre de la confianza de Errejón.

Entre los diputados que querían que se produjese la votación prevista para la mañana del miércoles, se encuentran algunas personas procedentes de la lista Claro que Podemos –algunos de las personas de confianza de Pablo Iglesias y otros independientes como la número dos, Lorena Ruiz Huerta– junto a los diputados propuestos por la lista que se presentó al Consejo Ciudadano con el lema Podemos Ganar Madrid, formado en gran parte por integrantes de la corriente Anticapitalistas representada por Camargo. Asimismo, la corriente mayoritaria también incluye a independientes como Jacinto Morano, Laura Díaz e Isidro López, presentes en las listas de Podemos Ganar Madrid.

El motivo del desplante de una parte de los diputados al resto del grupo parlamentario ha sido el cambio en la dirección del mismo para dar entrada a más representantes de las distintas sensibilidades del grupo dentro de la Asamblea. Pero la disputa política es más profunda. En parte del grupo se ve con reticencias la apuesta “gobernista” del sector encabezado por José Manuel López, que ha llevado incluso a generar el rumor de un posible pacto a tres con PSOE y Ciudadanos para controlar la Asamblea de Madrid.

También se discute la capacidad de López para dirigir el partido en la Asamblea y se critica su inclusión como número uno en las pasadas elecciones autonómicas como una solución de la dirección federal parano crear “baronías” autonómicas que cobren demasiado peso frente al proyecto central. La relación con las candidaturas municipalistas de la región también forma parte de la disputa sostenida entre las distintas familias del grupo.

La batalla por el control de Podemos en la Comunidad de Madrid, una disputa en estado de latencia desde la celebración de las elecciones para el Consejo Ciudadano, ha comenzado a darse tras el proclamado fin de la “máquina de guerra” puesta en marcha por Podemos para afrontar el ciclo electoral que ha tenido lugar entre 2015 y junio de 2016.

 

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