Aida. Estudio muestra “Los niños que no juegan en la naturaleza, no se molestan en protegerla”

by Despierta

Los activistas ambientales son a menudo las personas que pasaron su infancia inmersos en la naturaleza.

niños y naturaleza

Si un futuro mejor depende de las generaciones que están por venir, aún hay algunas cosas que tienen que cambiar.

En el artículo escrito por George Monbiot en The Guardian, el autor pone en tela de juicio las consecuencias de la falta de contacto de los niños actuales con lanaturaleza.

Cada año que pasa, más niños se encuentran atrapados dentro de sus hogares. De acuerdo con Monbiot en el Reino Unido, sólo uno de cada diez niños tienen el hábito de practicar actividades al aire libre en un entorno natural.

Por el contrario, los adolescentes que tienen entre 11 y 15 pasan la mitad del díafrente a una pantalla, ya sea ordenador, televisión o teléfono inteligente. La situación es similar en diferentes partes del mundo.

El autor cita varias hipótesis para este cambio. Si bien en las últimas décadas los niños tenían una mayor autonomía para jugar a la calle e incluso viajar solo, ahora los padres tienen que lidiar con el miedo a la violencia, el tráfico y extrañas circunstancias que exponen a los más pequeños a peligros.

Por lo tanto, permanecer en el interior es la opción más práctica, pero no la mejor.

Monbiot pone este nuevo hábito “interno” como algo peligroso, especialmente para la salud. La inactividad de los jóvenes resulta en enfermedades como la diabetes, laobesidad, el raquitismo y la disminución de las capacidades cardiorrespiratorias.

Muchos de estos problemas podrían evitarse si se mantuviese el hábito de jugar en la naturaleza, ya que puede llegar a la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Illinois, EE.UU.

La investigación sugiere que el niño que juega en la hierba entre los árboles, incluso leayuda a reducir los síntomas de déficit de atención con hiperactividad y problemas.

Además de la salud, la falta de contacto de las nuevas generaciones con la naturalezapuede convertirse en un problema mucho más grande. ¿Cómo cuidar o preocuparse por algo que no conocen y con lo que no tienen intimidad?

Esta es la cuestión planteada por los británicos. Para ellos, los ecologistas a menudo las personas que pasaron su infancia inmersos en la naturaleza.

“Sin una sensación por el mundo natural y su función, sin la participación de la intensidad de las experiencias de la infancia, las personas no van a dedicar sus vidas a la protección”, concluye el artículo.

Puedes ver el artículo original en: The Guardian

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