Adriana – Aprender a entender lo que sentimos

Psicología/Fátima Servián Franco
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Para afrontar el nuevo mundo necesitamos explorar nuestra parte más emotiva y creativa. Nuestro cuerpo comunica y refleja cómo nos sentimos y nos ofrece información constante sobre nuestro estado de ánimo. Es por ello de vital importancia entender los mensajes de nuestras emociones, hacerlo repercute no solo en nuestra salud, sino también en la forma en que nos relacionamos con los demás.

Es importante diferenciar entre oír y entender. Oír es solo usar ese sentido que nos hace situarnos en el mundo que nos rodea. Entender tiene un especial sentido de prestar atención. Puede ser que oigamos, pero que no estemos entendiendo. Entender implica un compromiso, significa estar ahí, percibir lo que nuestro cuerpo y emociones nos dicen, y lo que nos quieren trasmitir.

“Todo lo que existe, comenzó con el lenguaje. Y el lenguaje comenzó escuchando”

– Jeanette Winterson –

Entiende a tu cuerpo, habla de tus emociones
Las causas más comunes de la enfermedad son las actitudes y las emociones negativas. La búsqueda de atención, la evitación de situaciones desagradables o huir de ellas, son situaciones donde nuestro cuerpo habla, habitualmente produciendo síntomas como señales de que algo no va bien.

Las personas que no entienden que estas reacciones están causadas por las emociones desagradables que experimentan, sufren a menudo enfermedades físicas causadas por su bloqueo emocional.

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Existen numerosas investigaciones que avalan el poder de las emociones sobre el cuerpo humano. Los investigadores han encontrado una relación más que evidente entre el dolor y el estrés. El estrés emocional, problemas emocionales manifestados a nivel físico, que no logramos gestionar correctamente, puede dejarnos su marca permanente en nuestro cuerpo.

Los síntomas de estrés emocional más frecuentes son:

Emociones: depresión o ansiedad, irritabilidad, miedo, nerviosismo.
Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, dificultad para concentrarse, toma de decisiones, pensamientos distorsionados.
Conductas: trato brusco hacia los demás, incremento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, aumento o disminución del apetito, llantos, disminución del apetito, rechinar los dientes.
Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza, fatiga, problemas de espalda o cuello, respiración agitada, alteraciones en el sueño, disfunción sexual.

Tu cuerpo es tu templo, escúchalo

Entiende a tu mente, habla de ti
Como hemos explicado anteriormente, la actitud mental puede bloquearnos hasta el punto de crearnos problemas físicos. Este bloqueo mental se origina cuando afloran emociones desde nuestro interior que nos hacen perder la atención e incluso desconectarnos de lo que estamos haciendo. Las emociones negativas nos provocan distracciones, dejamos de estar atentos a la actividad que estamos realizando y comenzamos a pensar en estas emociones.

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Atendiendo a nuestra mente, reconoceremos nuestros sentimientos y emociones. Escuchando nuestro interior podremos prepararnos para superar los sentimientos y las emociones desagradables, de cara a poder concentrarnos en las actividades de la vida diaria. De esta manera nos preparamos física y mentalmente para reconocer y aislar a las emociones negativas, reconocer estas emociones es el primer paso para superarlas.

La mente es responsable del pensamiento elevado. Combina el sentido, el pensamiento, el juicio y la memoria. Nos permite sopesar el costo y beneficio de la toma de decisiones razonadas. Es posible que tu voz interior no siempre sea clara, pero tratará de decirte algo. Escribe un diario, debate tu crítica interna, busca lugares tranquilos, en resumidas cuentas aprende a entender tu mente.

Antes de enfadarte, culparte o bloquearte, escucha a tu interior, aparta de tu mente, las emociones y los sentimientos negativos. Prepárate física y mentalmente para escucharte atentamente, nadie es mejor interlocutor para tu cuerpo que tú mismo.

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