La OTAN bombardea de nuevo Libia para eliminar la resistencia popular

http://carlosagaton.blogspot.com.es/2016/08/la-otan-bombardea-de-nuevo-libia-para.html

En el caso de Libia no podemos decir aquello de que «los asesinos han vuelto al lugar del crimen», porque en realidad nunca se han retirado del país y sus grupos terroristas se han extendido como la pólvora desde 2011.
 Pero lo cierto es que la OTAN, saltándose toda la legalidad internacional, ha reiniciado sus bombardeos sobre Libia cinco años después de comenzar su guerra de invasión, tras manipular una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada el 17 de marzo de 2011.
 Todo ello se hizo con el imprescindible apoyo de los grandes medios corporativos.
La manipulación mediática hoy en día también es similar a la que se llevó a cabo entonces para justificar aquellos «bombardeos humanitarios» que tanta prosperidad llevaron a Libia [1].
Las siguientes víctimas civiles causadas por los aviones de la OTAN, que serán ocultadas, manipuladas o calificadas como «daños colaterales», no parecen preocupar demasiado a los sensibles gobernantes, periodistas y activistas occidentales que tan desolados se muestran cuando las víctimas son supuestamente provocadas por el «bando» contrario a sus espurios intereses.
 En demasiadas ocasiones éstas víctimas que tanto les preocupan a los pro-imperialistas son incluso terroristas sanguinarios cuyas atrocidades están más que acreditadas.
Sin ir más lejos recientemente Javier Solana (PSOE), quien debería ser juzgado internacionalmente por los criminales «bombardeos humanitarios» de la OTAN contra Yugoslavia, lloraba a través de twitter por la inminente derrota de los terroristas yihadistas atrincherados en la ciudad siria de Alepo, donde utilizan a la población civil como escudos humanos, y que ahora gracias a Siria y Rusia cientos de esos civiles están siendo liberados a través de los corredores humanitarios que se han puesto en marcha [*].
«Alepo, cuántas veces a punto de caer. Si cae es una gran tragedia», se lamentaba Solana en twitter el 31 de julio.
Cuando habla de «tragedia» no se refiere a la que sufren los miles de civiles asesinados, torturados y utilizados por los «rebeldes» en Alepo, sino a los propios «rebeldes» de la OTAN que están siendo derrotados por las fuerzas sirias y sus aliados que están luchando verdaderamente contra el terrorismo en Siria.
Él sufre por el futuro de sus «mercenarios», no por el de los civiles libios que sufrirán de nuevo los «bombardeos humanitarios» de la OTAN.
Una vez que han linchado públicamente y asesinado extrajudicialmente a Muamar Gadafi y destruido a Libia como Estado soberano, el argumento central que sirve para justificar la intervención occidental en 2016 ha cambiado.
Ahora el argumento utilizado para intervenir militarmente en Libia y en cualquier parte del mundo es la interminable y abstracta «lucha contra el terrorismo». Curiosamente la OTAN ha elegido como blanco de sus recientes bombardeos a la ciudad de Sirte, donde miles de civiles ya han muerto en nombre de la «democracia» occidental desde 2011.
¿Pero por qué bombardean precisamente Sirte? ¿Por qué no eligen otras ciudades como Benghazi o Derna en las que la presencia de yihadistas en similar o incluso mayor que en Sirte?
Obviamente la «lucha contra el terrorismo» es una falacia absoluta. Sirte es el lugar de nacimiento de Gadafi y el lugar donde se están reorganizando sus partidarios así como otros muchos ciudadanos y dirigentes tribales y locales libios que – sin ser todos necesariamente defensores de Gadafi y de la Yamahiriya – se oponen a la intervención extranjera, al terrorismo y al saqueo y destrucción de su país.
En la actualidad esta ciudad costera del norte de Libia es el epicentro de múltiples y multitudinarias protestas que se están produciendo en contra del imperialismo occidental en Libia, y el lugar desde donde se está reconstruyendo la alternativa política y popular al gobierno títere implantado por la OTAN-ONU en Trípoli.
 Estas manifestaciones se están incrementando en los últimos meses a pesar de que las leyes – impuestas en tiempos del ya disuelto Consejo Nacional de Transición (CNT) – prohíben con penas de cárcel las muestras de apoyo público a Gadafi y a la Yamahiriya (la revolución popular que daba forma al Estado libio de la época de Gadafi).
Como vemos Occidente también ha llevado su «libertad de expresión» a Libia. Por ejemplo, ya en agosto de 2015 varios manifestantes murieron por disparos provocados por milicias pro-gubernamentales en la ciudad sureña de Sabha, durante una manifestación de apoyo a Gadafi.
 En Sirte varios manifestantes a favor de Gadafi fueron asesinados y otros secuestrados por militantes del ISIS, ahora Estado Islámico [2]. Por otro lado la aviación del gobierno neocolonial de «unidad nacional» (GNA) apoyado por la OTAN también bombardeó Sirte en los últimos meses.
Tanto los gobernantes títeres impuestos por la OTAN en Libia como los terroristas del Estado Islámico están en el mismo bando y comparten enemigo: el pueblo libio que lucha por recuperar la soberanía y la prosperidad de antaño.
Públicamente afirman que luchan contra Daesh, pero ocultan que luchan contra la «revolución verde» que se está reorganizando en contra de la intervención extranjera.
Según señalan algunos medios y analistas independientes (como Dan Glazebrook en un reciente artículo), esa alternativa política con epicentro en Sirte pero extendida por todo el país, ese movimiento popular inspirado en la «revolución verde» que lideraba Gadafi, está encabezado por Saif al Islam Gadafi, el hijo de Gadafi que fue condenado a pena de muerte en julio de 2015 pero que salió de prisión el pasado 12 de abril de 2016 tras beneficiarse de una ley de amnistía aprobada por el Parlamento libio con sede en Tobruk.
Por cierto que esta institución, la Cámara de Representantes de Tobruk, ha emitido un comunicado rechazando los recientes bombardeos de la OTAN y exigen una reunión inmediata con el embajador de EE.UU. en Libia. También arremeten contra el ilegítimo «gobierno de Unidad Nacional» títere de la ONU (léase OTAN) y su presidente Fayez al-Sarraj por «invitar a EE.UU. a bombardear el país» [3].
Es decir, Sirte es el punto desde donde está emergiendo la esperanza para el pueblo libio de recuperar la paz y la soberanía arrebatadas en 2011 por las potencias occidentales y susescuadrones de la muerte de corte yihadista. Por eso la bombardean y la llenan de terroristas.
 Unos escuadrones de la muerte que tras asesinar a Gadafi fueron enviados a Siria para provocar otro «cambio de régimen» al estilo occidental en Siria. Ahora, derrotados, se repliegan hacia Libia de nuevo.
 Así funciona lo que en Occidente llaman una «primavera árabe» y que con tanto entusiasmo apoyan muchos desde la izquierda política y desde algunos movimientos sociales y «organizaciones humanitarias» [4]. Una absoluta vergüenza.
En las marchas realizadas en las ciudades de Bengasi (este), Al Baida (noreste) y Trípoli (capital), los manifestantes quemaron las banderas de Estados Unidos, el Reino Unido y Catar, como patrocinadores del terrorismo en la región. [Hispan TV sobre las protestas del 20 de febrero de 2015 tras un atentado de Daesh en la ciudad de Al-Qoba]
¿Qué tienen que decir estos «progresistas» defensores de la «libertad» y la «democracia», visto ahora con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, sobre su apoyo a estas exitosas «revoluciones de colores» patrocinadas por corporaciones criminales como la Open Society Foundation de Georges Soros [5], que llevan la muerte y el caos allá donde triunfan?
 ¿No hay ninguna rectificación política, ninguna crítica a su discurso, ningún arrepentimiento en lo personal?
 Este comportamiento cómplice de esta «izquierda» aniquila cualquier esperanza de cambio político real en las «democracias occidentales».
Ellos mismos serán quienes dentro de unos días o semanas, llorarán cínicamente ante los medios corporativos e iniciarán campañas «humanitarias» cuando aparezcan las imágenes de cadáveres en las playas de Italia o Grecia y una nueva oleada de refugiados llegue en masa a Europa procedentes de Libia. ¡Malditos hipócritas!
Cinco años después los bombardeos de la OTAN seguirán causando víctimas civiles en Libia. Bombardean sobre los escombros y los cadáveres que provocaron en un país que era el más próspero de África [6].
 Es un bombardeo por los recursos naturales de Libia, un bombardeo geoestratégico, geopolítico, pero también un bombardeo ideológico contra el Socialismo que representaba Gadafi y la Yamahiriya en Libia y que servía de referencia en toda África y Oriente Medio.
Habría que preguntarles a los gobiernos occidentales qué clase de «democracia» y de «revolución popular» llevaron a Libia para que ahora tengan de nuevo que bombardearla.
Habría que preguntarles si ésta es la misma «democracia» que quieren imponer en Siria donde están ejecutando la misma agenda de terror, y donde únicamente gracias a la intervención militar y diplomática de Rusia se está impidiendo que ese país y sus recursos naturales estén ya en manos de las grandes corporaciones occidentales – como ocurre en Libia -, y que el legítimo gobierno y el ejército de Siria con el apoyo de sus valientes aliados estén derrotando a los grupos terroristas takfirís apoyados por la OTAN-Israel y las dictaduras criminales del Golfo.
Aunque lo más preocupante es que los patrocinadores de estos crímenes y de este desastre no sólo no van a rendir cuentas frente a la humanidad, sino que una de sus responsables directas, Hillary Clinton, será premiada posiblemente con la presidencia de los EE.UU. para que continúe extendiendo su agenda de terror y muerte por todo el mundo. Parece que en Libia algunos lo tienen muy claro: las grandes tribus de Libia apoyan a Donald Trump.
REFERENCIAS – NOTAS
[1] Lizzie Phelan: “Mi experiencia en Libia durante los bombardeos de la OTAN”,- «Testimonio de la periodista independiente, Lizzie Phelan, que estuvo en Libia durante la invasión de Trípoli por parte de terroristas armados apoyados por las fuerzas militares de la OTAN». (Diseccionando el Modus Operandi, 17/10/2011)
[2] Gaddafi’s Ghosts: Return of the Libyan Jamahiriya,- artículo del escritor y analista internacional Dan Glazebrook (RT, 30/7/2016). Pueden leer un resumen en español de este artículo en la web de RT en español: Los fantasmas de Gaddafi: El posible cambio inesperado que puede ocurrir en Libia (1/8/2016)
[3] US Bombing Libya AGAIN – Rebuke Issued by The House of Representatives in Tobruk,- Joanne Moriarty (Libyan War The Truth, 3/8/2016). Puedes leer esta información traducida al español por Leonor Massanet Arbona: EE.UU. bombardea a los libios de nuevo (Leonor en Libia, 4/8/2016)
[4] El papel de los «progresistas» occidentales en la recolonización de África. Parte II.,- un completo informe del escritor Mikel Itulain publicado en su blog ¿Es Posible la Paz? (9/8/2014)
[6] La Libia de Gaddafi era la democracia más próspera de África,- artículo de Garikai Chengu, miembro del Instituto Du Bois para Investigaciones Africanas de la Universidad de Harvard. / Brave New World. Traducción: Enrique Prudencio, para Zona Izquierda (publicado en La Haine.org, 22/1/2013)
[*] Hago este paréntesis para señalar que estos corredores humanitarios implementados por Rusia y Siria en Alepo fueron criticados duramente por muchas ONGs como Oxfam Intermon o Save the Children que firmaron un manifiesto en su contra por «no ofrecer seguridad a la población», y piden a la ONU que «se garantice un acceso humanitario sin trabas, seguro e inmediato». Es decir, los terroristas nunca son responsables de la situación.
Ni siquiera se les llama terroristas, sino rebeldes. Los corredores humanitarios no ofrecen seguridad a la población civil, los bombardeos de la OTAN y los terroristas takfirís parece ser que sí la ofrecen.
 Lo que pretenden realmente estas falsas ONGs firmantes, tan poco imparciales y humanitarias como The Sirya Compaign, es que EE.UU-OTAN controlen el paso de estos corredores para poder armar y abastecer a los terroristas, como se ha hecho en ocasiones anteriores.]

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