Aida. Sembrando el futuro: proyectos de huertas escolares en Argentina

por La Gran Época

WORMS

Sembrando el futuro: proyectos de huertas escolares en Argentina

Huertas escolares. Foto: Worms

Las escuelas primarias son lugares muy importantes para los niños, ya que allí se sientan bases importantes en su formación y desarrollo como persona. Por ello es tan importante enseñarles a los jóvenes a cultivar alimentos desde su infancia.

Enseñarle a los niños a cultivar vegetales en forma agroecológica, les fomenta el cuidado del medio ambiente y les brinda una educación alimentaria y nutricional basada en alimentos saludables y no comida “chatarra”.

Ya hay varias escuelas dentro el territorio argentino, que cuentan con un pedazo de tierra, que adoptaron esta modalidad a modo curricular o extra curricular y -de esta manera- también alivian el problema nutricional o de la falta de alimentos en algunas regiones más carenciadas.

El Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) estima que las 8.628 escuelas a nivel nacional que emprenden proyectos de este tipo, operan como un puente para trasladar esta inquietud productiva a los hogares.

A través del programa Prohuerta, el Inta trabaja junto con docentes, niños y jóvenes en la tarea de producir hortalizas frescas con una mirada sustentable y permite, de este modo, la llegada de alimentos frescos a 1.126.564 menores.

“…jugando y aprendiendo, incorporan habilidades para producir sus alimentos…”
Laura Tanzariello, referente del Prohuerta en Capital Federal, destacó que “a través de este trabajo conjunto, los niños, jugando y aprendiendo, incorporan habilidades para producir sus alimentos desde temprana edad, se forman en conductas responsables y estimulan la capacidad para dominar su soberanía y seguridad alimentaria”.

Escuelas verdes

Alegra Márquez Medina, del equipo del proyecto Escuelas Verdes, explicó que la producción hortícola tiene como fin llevar a cabo “un trabajo de sensibilización con la tierra” y mejorar, sobre todo, “la inclusión de chicos con discapacidad de distinta índole”. De esta manera, comentó que para los niños con discapacidad motora que no pueden trabajar agachados en el suelo, se realizan cultivos en mesas, macetas y cajones.

En cuanto a los logros, “los primeros están relacionados con el disfrute del trabajo, el crecimiento de la planta y la cosecha de los frutos”.

“…chicos, que nunca habían probado las verduras, cambian sus hábitos de alimentación…”
“Enseguida podemos observar cómo chicos, que nunca habían probado las verduras, cambian sus hábitos de alimentación y empiezan a incorporarlas a la dieta”, agregó.

El problema de la nutrición en la edad temprana

Los niños con deficiencias nutricionales, desde su nacimiento y hasta la adolescencia, tienen una predisposición mayor a las enfermedades y su capacidad de desarrollo se ve disminuida.

Esto trae como consecuencia una limitación en cuanto a oportunidades que los acompañarán durante toda su vida.

AAH_8136 Pablo Oliveri

Construir un huerto en las escuelas es el comienzo de una verdadera y sustentable solución.

Guía para los docentes: ¿Cuáles son las mejores plantas para cultivar en huertos escolares?

Lo ideal es cultivar plantas propias de la zona donde vivimos y que consumamos a diario, por ejemplo, pimentón, tomate y cebolla. También plantas que sean de fácil manejo y de crecimiento rápido.

Asimismo se pueden incluir especies frutales que, a pesar de su crecimiento lento, garantizan cosechas constantes y abundantes y además, una gran satisfacción al recoger los frutos de un esfuerzo mancomunado.

Enseñando a cultivar, les damos a los niños importantes herramientas para el futuro…
También es recomendable cultivar plantas medicinales, como albahaca, menta, romero y manzanilla, que se pueden usar en medicinas caseras.

Hay hortalizas que son más adecuadas para su cultivo en un huerto escolar que otras debido a que hay que buscar aquellas tengan un ciclo de crecimiento que se ajuste al calendario escolar.

Lo ideal es que puedan hacerle un seguimiento a las hortalizas desde su siembra hasta su recolección, por ello hicimos una selección de los mejores cultivos para sembrar en otoño, justo cuando comienza el período escolar.

Zanahorias: Debe evitar las heladas, pero puede plantarla casi todo el año. Hay que esperar 90 días para cosecharlas, y se asocian bien con cebollas, ajos, lechugas, rábanos, tomates y legumbres. Hay que evitar las verduras de la misma familia como el perejil, el apio y el hinojo.

Ajo: Se siembra el diente de ajo directo a la tierra durante el invierno y otoño.

Legumbres: Se plantan en otoño, teniendo cuidado con las heladas. Debe poner una caña o un palo que haga de tutor, pero no es necesario atarla, ya que la planta lo hará naturalmente. La cosecha tarda 60 días. Se debe evitar que coincidan con verduras de la misma familia. Tampoco es recomendable que coincida con el ajo o la cebolla. Son compatibles con la zanahoria, el rábano, la col y la lechuga.

Acelgas: Se pueden sembrar todo el año, simplemente tenemos que tener cuidado con la siembra y trasplante en época de temperaturas muy altas o muy bajas. Se siembran en grandes cantidades para conseguir hojas frescas que están listas a partir de los 50 días. Las raíces crecen mucho por lo que es bueno mezclarlas con lechuga, coles, cebolla y ajo. Deberemos evitar otras hortalizas de la misma familia como la remolacha y las espinacas.

Enseñando a cultivar, les damos a los niños importantes herramientas para el futuro, porque la idea no es solo darles de comer sino que aprendan que con esa semilla nunca más van a tener hambre, porque este conocimiento se adquiere para toda la vida.

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