Los trolls y los debunkers son unos “psicópatas”, afirma la ciencia

Dos estudios científicos de la University of British Columbia analizan por primera vez los rasgos de la personalidad de los trolls de Internet. ¿Por qué nos comportamos así en la red?

Probablemente muchos de nosotros nos hemos encontrado alguna vez con los conocidos «trolls» de Internet, personas que publican mensajes con la intención de provocar, iniciar discusiones absurdas o incluso, llegar a ofender personalmente. La llegada de las redes sociales sirvió para “amplificar” este tipo de comportamientos entre los internautas.

No es cierto, sin embargo, que Internet o las redes sociales sean las culpables de los trolleos masivos que podemos observar. Aunque sí creo que la publicación de mensajes anónimos ha favorecido este tipo de personajes insultantes y ofensivos. Bajo el paraguas de la red, parece que todo vale.

Incluso es posible que alguna vez nosotros mismos hayamos podido jugar con la máscara del típico troll de Internet. ¿A qué se debe este comportamiento? ¿Por qué nos escondemos en la red para trollear y encender debates sin ningún tipo de objetivo?

El aburrimiento, principal causa del trolleo

Un estudio publicado en Journal of Information Science en 2010 analizaba el comportamiento de los trolls de la Wikipedia. Según este trabajo de investigación, la motivación del trolleo en este sitio web se basaba en diversos factores, tales como el aburrimiento, el deseo de venganza o simplemente, la necesidad de llamar la atención.

En cierta manera, podría parecer que el comportamiento de los trolls de Internet se parece bastante a los trolls de la vida real. Para saber más acerca del perfil personal de este tipo de personajes, científicos de la University of British Columbia han llevado a cabo dos estudios de investigación para conocer más sobre el comportamiento de los conocidos trolls.

Su trabajo permitió entrevistar a 1.215 personas, para determinar cuál era su actitud en la red, y qué razones o motivos les llevaban a trollear en ocasiones. Los análisis de estos trolls sirvieron para asociar su comportamiento con tres rasgos de personalidad, frecuentemente agrupados bajo la denominación dark triad.

Este conjunto de personalidades se caracteriza por un comportamiento narcisista (con rasgos como el egoísmo o la falta de empatía), una fuerte actitud maquiavélica (es decir, siendo cínicos y manipuladores), además ser auténticos “psicópatas”. Aunque esta descripción puede parecer exagerada, lo cierto es que los trolls suelen seguir comportamientos antisociales e impulsivos.

No contentos con eso, los científicos analizaron en sus trabajos los rasgos sádicos que manifestaban algunas de las personas que decían comportarse a veces como trolls en la red. En ese sentido, estimaron si realmente se caracterizaban por manifestar sadismo a través de dos exámenes, la Short Sadistic Impulse Scale y la Varieties of Sadistic Tendencies scale.

En todos los casos, los trolls explicaron que se “divertían haciendo daño” a través de sus mensajes en la red. Además, su comportamiento no era esporádico, sino que la media de tiempo que invertían en Internet comentando y trolleando era de 1,07 horas por día. En ese sentido, los hombres gastaban más minutos actuado como trolls en los comentarios que las mujeres (0,88 horas frente a 0,49 horas).

En el segundo estudio, los científicos emplearon también la Global Assessment of Internet Trolling para determinar el comportamiento troll de las personas entrevistadas. En este caso, también se observó una fuerte asociación entre los trolls y los comportamientos sádicos: estas personas disfrutan haciendo lo que hacen, aunque no persigan una finalidad clara.

Este es el primer estudio que relaciona los rasgos de la personalidad con el clásico comportamiento de trolleo en la red. Aunque sus conclusiones pueden parecer exageradas, lo cierto es que es raro (cuanto menos) tratar de entender la existencia de trolls en Internet y en las redes sociales.

¿Por qué necesitamos comportarnos así? ¿Existe un extraño placer que se activa cuando comentamos de forma anónima en la red, sin ningún tipo de objetivo más que “incendiar” alguna discusión o provocar a alguien? Siguiendo las conclusiones de este estudio, no hay duda: don’t feed the troll.

Fuente: Alt1040

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