«Luna Llena y Eclipse Lunar en Piscis :: Júpiter en Libra :: Ley de Amor» Paloma Todd.

lunadeabril.com

Estamos a horas de un nuevo eclipse. Este eclipse lunar en Piscis cierra el ciclo abierto con el eclipse solar en Virgo el primero de Septiembre. Es probable que en los pasados días la revelaciones que este eclipse nos ofrece se han ido expresando en nuestros escenarios personales. Viejas heridas emergen de nuevo para encontrar su curso hacia una resolución definitiva. Resolución necesaria para acoger las nueva energías astrales que no acompañan hasta finales del 2017.

La Luna en conjunción con Chirón en Piscis nos recuerda que la raíz de la herida es antigua y que nuestra presencia y consciencia en el proceso de liberación del dolor que nos atraviesa es un servicio personal y colectivo. Hay un momento del camino en el que nos toca aceptar que no tenemos todas las respuestas. Un punto en el que el llamado es a aceptar y rendirnos. El día del eclipse el Sol, Marte, Urano y Chirón combinan sus fuerzas y nos recuerdan que la sanación -profunda y redentora – de nuestra alma está en manos del Misterio Sagrado, Dios, Diosa, la Creación. Este eclipse puede ser demoledor para nuestro ego que necesita controlar la narrativa y dirigir el proceso.

El pasado 9 de Septiembre -entre los eclipses- Júpiter hizo su entrada en Libra, signo por el cual transitará hasta Octubre del 2017.
El 10 de Septiembre Neptuno en Piscis y Saturno en Sagitario hicieron la tercera y última cuadratura entre sí. La salida de Júpiter de Virgo y la cuadraturas entre Neptuno y Saturno culminan un ciclo que comenzó en Septiembre del año pasado.

A medida que Júpiter se adentre en el signo de Libra hará tres oposiciones con Urano en Aries y tres cuadraturas con Pluto en Capricornio, configuraciones que nos devuelven a los desafíos y lecciones vividos entre el 2012 y mediados del 2015.

Las fechas de estos tránsitos son :: Júpiter en cuadratura con Pluto :: 25 de noviembre 2016 ; 30 de marzo y 4 de agosto 2017. Júpiter en oposición a Urano :: 26 de diciembre 2016; 3 de marzo y 28 de septiembre 2017

Tal vez es útil recordar que en el 2013 vivimos una Gran Cruz Cardinal entre Urano en Aries, Pluto en Capricornio, Júpiter en Cáncer y Marte retrógrado en Libra. Desde entonces Júpiter ha recorrido los signos de Leo y Virgo. Cuando un planeta cruza de Virgo a Libra, pasa de lo personal a lo social. Pasa del yo al nosotros, de lo invisible a lo visible. Muchos vamos a sentir la entrada de Júpiter en Libra como un llamado a “volver a los escenarios”: a ocupar un lugar o a recuperar o redefinir un rol, una actividad, un propósito. Un llamado a desarrollar o renovar nuestra relación con el ámbito social, con la visibilidad, con la participación y la cooperación.

Es probable que la energía Mutable nos hizo entrar en una burbuja íntima y personal en la que hemos tenido la oportunidad de recalibrar nuestra energía, revisar nuestras motivaciones, interrogar nuestros valores y creencias. Un tiempo de búsqueda y encuentro con la verdad interna y las máscaras, engaños y mentiras que la encubría. Un tiempo de refinamiento de la escucha interna y de fortalecimiento de nuestra capacidad de abrirnos paso de adentro hacia fuera a favor de esta escucha.

Para muchos este proceso ha sido un llamado al retiro, a la entrada a una cueva, refugio, remanso regenerativo en el que las preguntas, la dudas, las crisis espirituales han abierto puertas pequeñas y ocultas, guardianas de secretos y revelaciones, lágrimas de oro, tesoros de sanación, creaciones latentes detrás de los núcleos dolorosos del miedo, la vergüenza, la culpa y la desvalorización. Muchos han conocido un inframundo nuevo y desconocido, un lugar interno abandonado y necesitado de nuestra mirada, de nuestra aceptación y de nuestro amor. Para muchos éste ha sido un rescate, una sensación de salvación o redención, un encuentro íntimo con la Casa de Dios que nos habita, ese Templo de la Vida que somos y que custodiamos. Un Sentimiento Sagrado.

Estamos integrando un proceso personal que probablemente se gestó oculto durante el 2013 -cuando Júpiter estaba en Cáncer- y que ahora está listo para ver la luz con Júpiter en Libra. Un deseo que tal vez habíamos olvidado se presenta ahora lleno de potencialidades. Una transición más o menos lenta que nos irá abriendo a una dimensión menos íntima o personal y más orientada hacia la participación externa. Podemos sentir que las puertas creativas que parecían cerradas y bloqueadas se abren ahora con mayor facilidad. La energía que libera el eclipse en Piscis tiene el propósito de abrir el espacio para que este crecimiento se manifieste.

Este proceso implica que podemos estar en momentos de decisiones importantes, de compromisos, acuerdos, pactos, de matrimonios internos y externos. Y si bien la energía de Júpiter en Libra nos ofrece muchas oportunidades expansivas vinculadas a las dimensiones de Venus -regente de Libra – (amor, vínculos, creatividad, armonía, belleza, dinero)- con la influencia de Urano y Pluto estas decisiones no son tan fáciles de tomar. Júpiter en Libra en oposición a Urano y cuadratura con Pluto es como un péndulo, un columpio, en el que pasamos de un lado al otro, de un extremo al otro, a menudo sin control.

Entonces este llamado que estamos sintiendo traspasar nuestra burbuja de sanación y aprendizaje para reintegrarnos en una esfera colectiva y creativa, vincular y participativa, se presenta con altos y bajos.
Las cosas nos son tan claras como parecen y merecen que nos tomemos el tiempo para recalibrar la Balanza y encontremos el camino del medio, el puente que reúne las voces polarizadas dentro de nosotros. El movimiento en la Balanza desafía nuestro centro y nos convoca a la moderación y al equilibrio.

Júpiter en Libra en fricción con Urano y Pluto nos puede sorprender con cambios en nuestros principios éticos y valores. Podemos cambiar de bandos, cambiar de ideas, cambiar de propósito. Podemos irnos al lado opuesto de lo que han sido hasta ahora nuestras creencias y prédicas. Podemos cambiar de motivaciones y cambiar de roles. La balanza del cambio nos invita a revisar estos principios con los cuales hemos construido nuestra vida e interrogar su raíz, su origen.

Libra es el único signo representado por una herramienta, la balanza. Ésta representa una creación humana. Es un modelo, una ley, unas coordenadas que guían la conducta humana para garantizar orden y civismo. Es probable que parte del despertar de Urano y Júpiter tenga que ver con revisar las programaciones mentales, ideas e ideales, que influencian nuestro rol social y cuán actualizadas están. Cuando hablamos de leyes, más allá de las leyes del sistema, hablamos de nuestras leyes internas, las que guían nuestra propia ética personal.

¿A quién sirven? ¿qué leyes obedecemos? ¿son las leyes de nuestro corazón?¿son las leyes del amor? ¿son leyes sagradas? ¿son leyes justas? ¿son leyes que sustentan nuestra libertad creativa?

Uno de los peligros de este ciclo de Júpiter en Libra es modelar este centro, esta imagen interna de lo que somos, de acuerdo a lo que los demás esperan o quieren de nosotros. Éste es el desafío cuando salimos de nuestra burbuja personal a la esfera social: la presión externa a seguir honrando el rol que hemos adoptado hasta ahora, a obedecer las leyes sociales del grupo, a construir nuestro eje de equilibrio a partir de valores y creencias ajenos.

Libra es sensible a la adulación, se deja seducir por las buenas maneras y puede ser superficial en la medida que necesita gustar. Ésta es su manera de estar en paz. Una paz costosa en la medida que sacrifique el proceso de individuación, propio y ajeno, que Urano en Aries impulsa.

Si estamos en desequilibrio interno, si nuestras motivaciones no son claras, el péndulo puede tener movimientos extremos que nos empujaran fuera de nuestro falso centro, cómodo y complaciente. Momentos en que tomaremos consciencia de que no podemos seguir en algún tipo de relación : relación con el trabajo, dinero, creatividad, familia, círculo, comunidad. Algo necesita equilibrarse aunque la relación sea buena. Este tiempo nos habla de un nuevo equilibrio en la relaciones cuándo éstas ya no son lo que esperábamos; cuando no somos lo que esperábamos ser.

Es un tiempo en que es importante no confundir nuestro anhelo de paz con la represión de nuestra verdad para evitar el conflicto. El conflicto no es opuesto a la paz; al contrario, la paz se construye gracias a la capacidad de acoger la diferencia y la diferencia puede pasar por el conflicto para encontrar resolución, armonía, equilibrio. Para esto necesitamos una escucha abierta y una palabra sincera. Sin escucha nos resistimos a lo que la otra parte -lo diferente a nosotros- se revele y se exprese. La sanación implica traspasar el miedo a expresarnos en la frontera del vínculo con lo externo y a acoger las diferencias que emergen.

Este cambio de posición nos puede hablar de un despertar, una toma de conciencia de que el camino hasta ahora transitado está obsoleto, se ha cerrado y que necesita de una renovación creativa para poder participar del escenario colectivo de una manera íntegra y actualizada, coherente. Aquí los aspectos de Júpiter con Urano y Pluto nos habla de estructuras que han de morir, duelos y pérdidas que liberan energía estancada y que promueven un renacimiento espiritual y creativo. También nos habla del miedo que se despierta cuando transitamos un territorio desconocido y los fantasmas que aparecen cuando focalizamos nuestro deseo en expresar nuestra Soberanía Creativa.

Éste es el marco de cambio que acoge a la Luna llena en Piscis y el eclipse lunar. Júpiter es regente de Piscis por lo tanto este eclipse informa la presencia de este planeta en Libra. La Luna hace una conjunción con Chirón en Piscis, y Marte en Sagitario y Urano en Aries hacen ángulos entre sí, lo cual nos habla de un proceso doloroso de toma de conciencia y de liberación de energía antigua. Liberación necesaria para entrar en este nuevo ciclo que nos acompaña hasta finales del 2017.

Este eclipse nos habla del dolor como un camino necesario para el despertar. Rasgar los velos de la ilusión, ver cómo nuestro ego y nuestras creencias nos han dominado, darnos cuenta de nuestra torpeza e inconciencia, de nuestra ignorancia, puede ser desgarrador.

Este eclipse nos habla del dolor como el umbral de una toma consciencia. Nos habla del dolor como la iniciación que nos libera del olvido. Recordar puede doler en la medida que las memorias emergen y nos confrontan a nuestras limitaciones humanas. Entonces este eclipse nos ofrenda el reconocer esta humanidad en cada uno de nosotros y experimentar la infinita compasión hacia nosotros mismos y hacia nuestra ignorancia como la voz del dolor. Nos convoca a sentir y abrazar lo que sentimos con aceptación radical, sin miedo a ser, abriendo nuestro corazón y dejándonos penetrar, traspasar, por este dolor liberador.

Este eclipse lunar en Piscis sobre Chirón y con Neptuno en conjunción con el Nodo sur de la Luna nos habla de una nueva capa de condicionamientos que se libera. Tal vez encontremos lugares en nosotros secos, duros, rígidos de ira, orgullo y miedo, donde el Agua del Amor quiere y necesita entrar. Lugares en que el miedo al rechazo y al abandono, a la humillación, nos paraliza, nos congela. Entonces, esta lunación en Piscis nos invita a encontrar las maneras, los apoyos, las ayudas necesarias para abrir la puerta al agua y llorar. Llorar de amor, llorar de rendición, llorar porque nos ablandamos, llorar porque recordamos, llorar porque sentimos, llorar porque Somos. Nos invita a honrar el llanto consciente y sagrado, ése que no nos habla de ser víctimas y mártires, sino de guerreros y guerreras del Amor, que tienen el corazón y coraje para sentir plenamente; que se sanan recordando y que al hacerlo lo hace con y por todos.

Este eclipse en Piscis es una invitación a tomarnos el tiempo para ablandarnos. Un tiempo para escuchar nuestro latir interno y no pelearnos con lo que revela. Es tiempo de rendirnos a la realidad, a los hechos, a la verdad. Es tiempo de aceptarnos y aceptar el otro, aceptar la relación, aceptar el cambio.

Durante este próximo año Júpiter también hará tres sextiles con Saturno en Sagitario.
Encuentros auspiciosos que nos recuerdan que en medio de los altos y bajos del cambio el amor se construye. El amor se hace. Construir un amor sólido, nutrir uniones duraderas, honrar las amistades reales, invertirnos en proyectos creativos fructíferos toma tiempo… y el tiempo juega a favor del amor.

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