«Hay que buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas… que después queremos violar todos»

 

Los cinco procesados por presunta violación.Los cinco procesados por presunta violación.

Los primeros whatsapps revelados de los cinco jóvenes detenidos por la violación de una joven en San Fermín destaparon la crueldad y la frialdad con la que los procesados abusaban de sus víctimas. Ahora, nuevos mensajes intercambiados entre los acusados y sus amigos les ponen aún más contra las cuerdas. Enviados previamente a la madrugada del 7 de julio, cuando sucedieron los hechos, evidencian que el ataque a la joven de 18 años no fue algo puntual; más bien, parece una práctica habitual sus juergas nocturnas.

En tres grupos diferentes de Whatsapp, los acusados y sus amigos conversaron durante el verano sobre su deseo de cometer abusos: «Estas vacaciones son la prueba de fuego para ser un lobo», comenta uno de ellos, en relación con el grupo al que pertenecían los cinco procesados, ‘La Manada’. No escatiman en detalles, y hasta llegan a charlar sobre el material que precisan para llevar a cabo los ataques: «Hay que empezar a buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas… para no cogernos los dedos porque después queremos violar todos», comentaba uno de los amigos también procesado mientras planificaban la visita a un popular festival de música en Cádiz.

No fue la única vez que propusieron servise de fármacos sedantes o con efectos hipnotizantes para mantener relaciones sexuales con jóvenes en contra de su voluntad: «¿Llevamos burundanga? Tengo reinoles tiraditas de precio. Para las violaciones», comenta otro amigo sin tapujos.

Ninguno de estos mensajes despertaron la sorpresa del resto de los miembros del grupo, por lo que se sospecha que la presunta violación del 7 de julio en San Fermín no fue algo puntual, sino su modus operandi. Uno de los acusados, de hecho, ya expresa con naturalidad su deseo de cometer los abusos: «Violaría a una rusa que vea despistada». También sobre cometer otros delitos -«¿Robado y follado mucho?»- o, incluso, de servise de armas -«Yo llevo la pistola, no quiero mamoneos, cuando estemos borrachos se saca la pistola»-.

La misma naturalidad, dice el diario ‘La Razón’, que cuando entraron a prisión: llegaron cantando. ‘La Manada’ creía que en cuestión de días volverían a estar en la calle. Su encarcelamiento dura ya tres meses.

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