¿Hay poderes ocultos que encubren la actividad ovni?

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Tradicionalmente los gobiernos de distintos países han intentado ocultar los temas relacionados con ovnis y posibles seres extraterrestres. Para ello no han dudado en desacreditar a todo aquél que intentase sacar a relucir temas relacionados con los ovnis. Pero durante los años 2001 y 2002, Gary McKinnon, un experimentado hacker ubicado en el norte de Londres, y apodado Solo, comenzó su búsqueda de imagen-12evidencias sobre poderes ocultos que frenaban cualquier avance en la utilización de energías libres y que encubrían la verdadera actividad ovni. McKinnon logró entrar en 16 ordenadores de NASA y en otras decenas de ordenadores de la Marina de Guerra, la Fuerza Aérea y del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. McKinnon obtuvo acceso a secretos de estado, desde incidentes ovni hasta la aplicación de ingeniería inversa para tratar de reproducir la tecnología de ovnis capturados. McKinnon fue acusado de cometer el mayor ataque hacker a equipos militares de todos los tiempos. En el caso de ser declarado culpable en Estados Unidos, podía enfrentarse a una condena de 70 años de prisión y el pago de hasta 2 millones de dólares en multas. McKinnon había tenido conocimiento de que mucha de la información sobre visitas extraterrestres era ocultada al público, y de como la NASA alteraba las imágenes que se tomaban del espacio o de planetas, y que mostraban ovnis. Pero, ¿qué descubrió McKinnon? Cuando McKinnon hackeó los sistemas del Centro Espacial Johnson, encontró una imagen de alta definición de un objeto grande, en forma de cigarro, sobre el hemisferio norte. Cuando hackeó otros sistemas encontró un registro que detallaba una lista de oficiales no-terrestres, que él creía que era la evidencia de que el ejército estadounidense tiene una flota secreta en el espacio. McKinnon dijo lo siguiente: “Encontré una lista de nombres de oficiales bajo el título de ‘Oficiales no-terrestres’, lo que no significa que sean hombrecitos verdes. Lo que creo que significa es que no se encuentran en la Tierra. Encontré una lista de transferencias entre flotas y una lista de nombres de las naves: el USSS LeMay y el USSS Hillenkoetter. Yo los vi. No eran barcos de la Marina estadounidense. Lo que vi me hizo creer que tienen algún tipo de nave espacial, fuera del planeta”.

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Y ahora, para ver que el tema ovni y extraterrestres tiene una gran antigüedad, vamos a entrar en un terreno prehistórico y enigmático, basado en algunas investigaciones del escritor Erich von Däniken. Nos basamos en un caso concreto, aunque son numerosas las evidencias en todos los continentes, incluidos los relatos del Antiguo Testamento y del Libro de Enoc. En 1938, Chi Pu Tei, un profesor de arqueología en la Universidad de Pekín, y sus estudiantes estaban en una expedición para explorar una serie de cuevas en las inaccesibles montañas de Bayan Kara Ula, cerca del Tíbet. Según ellos, las cuevas parecían haber sido talladas artificialmente formando un misterioso sistema de túneles subterráneos. Los exploradores habrían encontrado muchas tumbas con esqueletos de pequeños seres de 1,38 metros de largo enterrados dentro de ellas. Los esqueletos habrían tenido cabezas anormalmente grandes y cuerpos pequeños, delgados y frágiles. Esto nos recuerda alguna de las imágenes típicas de algunos extraterrestres. Un miembro del equipo sugirió que estos pudieran ser los restos de una especie desconocida de gorila de montaña. También se dice que el catedrático Chi Pu Tei, respondió: “¿Quién alguna vez se enteró de monos enterrándose el uno al otro?“. No había ningún epitafio en las tumbas, pero en cambio, habrían encontrado unos cientos de discos de piedra de 30 cm de ancho, a los que se llamó “Piedras de Dropa“, con agujeros de 20 mm de ancho en sus centros. Sobre las paredes habrían sido descubierto dibujos tallados, que representaban el Sol naciente, la Luna, estrellas, la Tierra, montañas, y misteriosas líneas de puntos que unían la tierra con el cielo. Los discos, y las pinturas rupestres se dice que datarían de aproximadamente hace unos 12.000 años. Estos discos de granito, de dos centímetros de espesor, presentan en el centro un agujero desde el cual parte en espiral una enigmática escritura a doble surco hasta el borde del plato. Realmente los platillos de Baian Kara Ula recuerdan a nuestros discos musicales microsurco. Durante años trabajaron los especialistas tratando de descifrar el misterio de los platos de granito, hasta que en 1962, el Profesor Tsum Um Nui, de la Academia de Prehistoria de Pekín, logró descifrar una parte importante de la escritura acanalada.

Los análisis revelaron importantes cantidades de cobalto. Además, los físicos constataron que las piezas tenían un elevado ritmo vibratorio, lo que hace suponer que en algún momento estuvieron expuestos a altas tensiones eléctricas. Cada disco de piedra, según se informa, habría sido inscrito con dos surcos finos, que se mueven en espiral del borde a un agujero en el centro del disco, a diferencia del famoso Disco de Festos. El disco de Festos (o disco de Phaistos) es un curioso hallazgo arqueológico de finales de la edad de Bronce. Fue descubierto en 1908 por el arqueólogo italiano Luigi Pernier en la excavación de un palacio minoico en Festos (Phaistos), cerca de Hagia Triada, en el sur de Creta. El propósito de uso y el lugar en el que se construyó aún no han sido determinados, lo que ha convertido a este objeto en uno de los más famosos misterios de la arqueología. Actualmente se encuentra en el museo de Heraklion en Creta, Grecia. La inscripción ha sido realizada mediante la presión de sellos jeroglíficos preformados sobre la arcilla blanda, en una secuencia en espiral hacia el centro del disco. Luego fue cocido a alta temperatura. Algunos arqueólogos suponen que la escritura del disco de Festos es minoica, pero no se trata ni del lineal A ni del lineal B. Aproximadamente 10 signos del disco son similares a signos de la escritura lineal. Por esa razón, otros especialistas le atribuyen un origen no cretense. Por ejemplo, se especula que el disco sería la obra de un pueblo cicládico. La civilización cicládica (también conocida como cultura cicládica o periodo cicládico) es una cultura arqueológica de la Edad del Cobre y del Bronce, ubicada en las Cícladas, en el mar Egeo, abarcando aproximadamente el periodo del 3000 al 2000 a. C. En mitad del Egeo, entre las Espóradas y Creta, entre la península helénica y Anatolia, se halla el archipiélago de las Cícladas. Estas islas deben el nombre a su disposición aproximadamente circular (kyklos, en griego, significa círculo) en torno a Delos, la isla sagrada que vio nacer a Apolo. Son Mikonos, Paros, Milo o Milos, Sifnos, Amorgos, Tinos, Serifos y Santorini. En estos islotes del Egeo floreció una civilización anterior en casi 2.000 años a la griega, que dejó tras de sí cientos de figurillas de mármol, la mayoría figuras femeninas.

Se dice que pusieron las “Piedras de Dropa“, junto con otros hallazgos de la expedición, y los guardaron en la Universidad de Pekín durante 20 años. Todos los intentos de descifrar los discos fueron inútiles. Los discos fueron examinados por el doctor Tsum Um Nui, en Pekín, alrededor de 1958. A diferencia de los demás investigadores, habría logrado concluir que cada surco en realidad consistía en una serie de diminutos jeroglíficos de origen y diseño desconocidos. Las filas de jeroglíficos eran tan pequeñas que habría sido necesaria una lupa para verlos claramente. Muchos de los jeroglíficos habían sido desgastados por la erosión. Cuando el doctor Tsum habría descifrado supuestamente los símbolos, se habría revelado la historia de un aterrizaje forzoso de una nave espacial Dropa y la matanza de la mayor parte de los sobrevivientes por habitantes del lugar. Según Tsum Um Nui, en una de las líneas de jeroglíficos se leería: “Los Dropa vinieron de las nubes en su nave. Nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cuevas diez veces antes del amanecer hasta que al fin entendieron las señas de los Dropa y se dieron cuenta que venían con intenciones de paz…” Otra sección expresa el pesar de los habitantes de la montaña (tribu de los Ham) debido a que los alienígenas habían estrellado su nave y no podían construir otra para regresar a su planeta. Los Dropa, también conocidos como Dropas, Drok-pa o Dzopa, serían, según ciertos escritores, una supuesta raza de extraterrestres humanoides de baja estatura que habrían aterrizado cerca del Tíbet hace aproximadamente 12.000 años. El Dr. Tsum informó de su descubrimiento en 1962. Sin embargo, no habría sido tomado en serio, hasta tal punto que él mismo se habría exiliado a Japón, donde moriría. Se dice que la Academia de Prehistoria de Pekín nunca le habría permitido publicar o hablar de este hallazgo. En línea con estos enigmáticos discos, existe en China una antigua leyenda que habla de la llegada de unos pequeños hombres amarillos de diminutos y débiles cuerpos pero de largas y anchas cabezas, procedentes de las nubes, a los que evitaba la gente por su extraña apariencia, y que fueron perseguidos hasta ser masacrados por los “hombres de caballos rápidos“, los mongoles. Tal como antes hemos indicado, en año 1938 una expedición china a la región montañosa de Bain-Kara-Ula, en los confines de China y Tibet, localizó, en unas cuevas, sepulturas y restos de esqueletos de seres de pequeño tamaño y poseedores de un gran cráneo. Era el pueblo de kham o pueblo de los dropa, y se escondieron en las cuevas por “diez tiempos“, hasta el creciente del Sol.

En 1947 el aventurero Karyl Robins-Evans, después de haber visto uno de estos discos de piedra que había logrado conseguir un amigo, Sergei Lolladoff, cuando era oficial del Ejército británico en la India, afirmaba haber vivido entre los dropa, acumulando numerosa información sobre sus costumbres, su sistema social y su historia. Una historia que, según él, comenzó con la llegada a la Tierra hace 12.000 años de estos seres a bordo de una nave que se estrelló entre la frontera de China y el Tibet. Todo su

trabajo está recopilado en un libro titulado Los dioses del Sol en el exilio. En 1.994 el investigador Peter Krassa localizó parte de los discos en el Museo de Xi’an después de que Ernst Wegerer y su esposa, un matrimonio de vacaciones por China y de visita en el museo de esta ciudad durante 1.974, lograsen fotografiarlos y describirlos con todo tipo de detalles. Peter Krassa, coautor del libro Satélites de los dioses: Zonas prohibidas en China, intentó acceder a los discos y a toda la información en el Museo de Xi’an, pero 20 años después de la visita de Ernst Wegerer y su mujer se había perdido toda referencia a la presencia de los discos. Sencillamente habían desaparecido. En 1.995, la agencia de noticias Associated Press, en China, comunicaba el descubrimiento de una pequeña tribu, aislada hasta entonces del resto del mundo, en la provincia de Szechuan, junto a las montañas de Bain-Kara-Ula. Esta comunidad estaba compuesta por unas 120 personas no catalogables en ningún grupo etnológico de la región. La característica que más llamaba la atención era su baja estatura, ya que el individuo más alto no sobrepasaba el metro y quince centímetros. Pero por parte de las autoridades chinas se estableció un completo silencio al respecto y nada más se supo desde entonces de esta tribu y de su paradero. Durante el 2007, una de las descendientes del Doctor Tsum Um Nui, revelo a la prensa que este había dejado en su casa, aparentemente con la intención de estudiarlos, algunas muestras de uno de los esqueletos hallados. Si bien los primeros análisis no arrojaron resultados concluyentes, estos habrían quedado entre las pertenencias del doctor, esperando a revelar sus secretos en algún momento. Durante Octubre del 2007 se reveló a la prensa la existencia de estas muestras, con lo cual se enviaron para un análisis de ADN. Estos estudios trajeron a la luz más información de la que se esperaba, ya que se descubrió que no solo había descendientes híbridos en un remoto pueblo en China.

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Los registros —unos 716 discos acanalados más tarde descubiertos en las mismas cuevas— se dice que contarían una asombrosa historia de una sonda espacial enviada por los habitantes de otro planeta. Después del aterrizaje en las montañas Bayan Kara Ula, según dicen los textos, las pacíficas intenciones de los extraterrestres confundieron a los miembros de la tribu de los Ham, los habitantes de las cuevas vecinas, que persiguieron y mataron a los extraterrestres. Las fotos muestran que los discos Dropa eran, de hecho, discos Bi, de los cuales miles han sido encontrados por todas partes de China, sobre todo en las provincias del sudeste del país. Los discos Bi pueden medir desde unas pulgadas a varios pies, y comúnmente son hechos de jade o nefrita, con un pequeño agujero redondo o cuadrado en el centro. La mayor parte de los discos Bi datan del período Neolítico (siglo XXX a. C.), pero han sido encontrados hasta durante el período de la dinastía Shang. Los discos Bi que datan de más allá del período Shang son por lo general más adornados, tallados con dragones, serpientes y a veces peces, y usados en ceremonias rituales. La mayor parte de los discos Bi del Neolítico fueron encontrados en tumbas, enterrados bajo la cabeza o los pies del difunto. Ningún disco Bi contiene escrituras o surcos en espiral como se han descrito en la historia Dropa por autores como Hartwig Hausdorf. Los discos Dropa, como se dice, tienen sólo de 30 cm de diámetro. Sin embargo, una fotografía en blanco y negro, que según Hausdorf y otros pertenece a un disco Dropa, muestra claramente un disco que descansa sobre un asiento, con varios pies de diámetro, desprovisto de toda marca. En 1974, Ernst Wegerer, un ingeniero austríaco, fotografió dos discos que coincidían con las descripciones de las Piedras de Dropa. Estaba en un viaje guiado en el Museo de Bampo en Xian, cuando vio los discos de piedra expuestos. Dijo que vio un agujero en el centro de cada disco y jeroglíficos en surcos, en parte desmenuzados, parecidos a una espiral. Wegerer preguntó a los encargados del museo si le podían dar más información sobre las piezas en exhibición. La encargada no sabía nada sobre las piedras; sólo pudo contarle la historia completa de otros artefactos de arcilla. Lo único que sabía era que las piedras fueron “objetos de culto” sin importancia. A Wegerer le habrían permitido tener uno de los discos en su mano. El ingeniero estimó que el disco pesaba 1 kg y medía 30 cm de diámetro.

Los jeroglíficos no se apreciaban en sus fotografías porque el flash de la cámara no dejaba ver los detalles finos, como los surcos en espiral. Unos pocos días después de la visita de Wegerer, se dice que la encargada fue despedida de su trabajo, sin que se le explicaran las razones. Así, ella y los dos discos habrían desaparecido, según el profesor Wang Zhijun, director del Museo de Bampo, en marzo de 1994. Desde que se descubrió el primer disco, muchos arqueólogos y antropólogos aprendieron más acerca de la solitaria área de Bayan Kara Ula. Mucha de la información que se encontró allí confirmaba la historia descrita en los discos. Las leyendas, que aún se conservan en el lugar, hablan de pequeños y delgados hombres de tez amarilla que “vinieron de las nubes hace mucho, mucho tiempo“. Estos hombres tenían enormes y protuberantes cabezas, y débiles cuerpos, y eran tan feos y repugnantes que fueron rechazados por todos. “Hombres con rápidos caballos” persiguieron y cazaron a los enanos. Curiosamente, la descripción de los “invasores” concuerda con los esqueletos encontrados en las cuevas por el profesor Chi Pu Tei. Pero los críticos rechazaron en gran parte la historia de los Dropa. Por ejemplo, el escritor David Richie menciona que estas historias intrigaron a Gordon Chreighton, de la Real Sociedad de Antropología y la Real Sociedad de Geografía. En la investigación, Chreighton consideró que las alegaciones sobre los Dropa “carecían de fundamento”, y detalló sus conclusiones en un artículo para el Flying Saucer Review. Pero los descubrimientos de Baian Kara Ula causaron sensación cuando el filólogo soviético, doctor Viacheslav Saizev publicó textos descifrados de los platos de granito: “hace unos doce mil años, un grupo de seres de procedencia desconocida llegó a parar al tercer planeta, pero su vehículo espacial no tenía energía suficiente para abandonar este mundo extraño”. Según la noticia publicada en Moscú, el informe de los científicos sobre los discos de granito había sido depositado tanto en la Academia de Pekin como en el Archivo Histórico de Taipeh. Desde 1947, cuando el comunismo triunfó en China,  los tesoros artísticos están guardados en Taipeh.

El 27 de septiembre de 1961, el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy habló, en un enigmático discurso, sobre las sociedades secretas y la libertad de prensa. Es interesante leer lo que dijo, ya que tiene mucho que ver con lo que se indica en este artículo: “Señoras y señores: La propia palabra ‘Secreto’ es repugnante en una sociedad libre y abierta. Somos un pueblo que nos hemos opuesto, expresa e históricamente, a las sociedades secretas. a juramentos secretos y a actos secretos. Decidimos hace ya tiempo que los peligros de ocultar excesivos hechos de importancia eran injustificados puesto que tenían mucho más peso los peligros que se utilizan para justificar ese secreto. Hoy en día, no existe mucha oposición a la amenaza de sociedades ocultas y de sus restricciones arbitrarias. Aún hoy, hay poca seguridad de que sobreviva nuestra nación, si nuestros tradicionales valores no sobreviven consigo. Existe un peligro muy grave de que se proclame necesario aumentar la seguridad, lo que será aprovechado por aquellos interesados en exagerar su importancia y con ella, los límites de la censura oficial y el encubrimiento. Yo no lo permitiré mientras esté en mi mano que esto ocurra. Y ningún funcionario de mi administración, tanto si es de alto como de bajo rango, civil o militar. Que nadie interprete mis palabras aquí esta noche como una excusa para censurar las noticias, para suprimir la disensión, para encubrir nuestros errores o para coartar a la prensa o al público de los hechos que merecen saber. Nos oponemos alrededor del mundo a una conspiración monolítica y despiadada que confía sobre todo en los medios secretos para expandir su esfera de influencia, en la infiltración en vez de la invasión, en la subversión en vez de las elecciones, en la intimidación en vez de en la elección libre, en las guerrillas de noche en vez de los ejércitos de día. Es un sistema que ha reclutado a la Humanidad entera y los recursos materiales dentro de un aparato sumamente eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos se ocultan, no son publicados. Sus errores se esconden; no aparecen en las portadas. Sus disidentes son silenciados, no son alabados. Ningún gasto se cuestiona, ningún rumor se imprime, ningún secreto se revela. Ningún presidente debería temer a la inspección pública de su programa de gobierno porque de esa inspección llega la comprensión; y de la comprensión, llega el apoyo o la oposición. Y ambos son necesarios. Yo no pido que sus periódicos apoyen a la Administración pero sí su ayuda en la enorme tarea de informar y poner sobre aviso al pueblo americano. Tengo la completa confianza en la respuesta y dedicación de nuestros ciudadanos, siempre y cuando ellos sean bien informados. Yo no podría suprimir la controversia entre sus lectores: al contrario, la doy la bienvenida. Esta Administración piensa ser sincera en sus errores. Como un hombre sabio dijo una vez: ‘Un error no llega a ser error hasta que usted se niegue a corregirlo’. Pensamos aceptar la completa responsabilidad por nuestros errores y esperamos que ustedes nos indiquen cuando no lo notemos. Sin el debate, sin la crítica, ninguna Administración y ningún país pueden triunfar y ninguna república puede sobrevivir. Es por ello que el legislador ateniense Solón decretó que es un crimen para la ciudadanía no enterarse de las controversias políticas. Y por eso, también, nuestra libertad de prensa fue protegida expresamente por la Primera Enmienda. Es el único tipo de empresa expresamente protegida por la Constitución de los Estados Unidos, no para divertir y entretener, no para acentuar lo trivial y lo sentimental, no simplemente para dar al público ‘lo que quiere’ sino para informar, despertar, reflejar, recalcar nuestros peligros y nuestras oportunidades, para indicar nuestras crisis y nuestras elecciones, para dirigir, moldear, educar y a veces enojar a la Opinión Pública. Esto significa una amplitud en el análisis de las noticias internacionales. De esta manera, el extranjero no estará más lejos, sino que se encontrará a mano y local. Significa una atención más amplia y la mejor comprensión de las noticias, así como una mejoría en las trasmisiones. Y significa, finalmente, que el gobierno, a todos los niveles, debe tener la obligación de proporcionar la información más completa posible por encima de los límites más estrechos de la seguridad nacional. Y lo mismo para la prensa escrita: los archivadores de los acontecimientos de la Humanidad, el guardián de la conciencia, el mensajero de sus noticias. Buscamos su ayuda y asistencia, confiamos en que, con su ayuda, el hombre será lo que nació para ser: Libre e independiente. Curiosamente, unos dos años más tarde, el 22 de noviembre de 1963, el presidente Kennedy era asesinado.

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En el mes de julio de 1947 un supuesto platillo volante se estrelló en un bosque de Nuevo Méjico, Estados Unidos, cerca de la localidad de Roswell. Los informes del FBI, luego calificados como falsos, hablaban de un objeto con forma triangular que iluminó con luz blanca el bosque entero colindante a esta localidad. Una luz roja parpadeaba por encima del objeto y una batería de luces azules emitía luces desde la parte inferior del objeto. Los informes oficiales hablaban de que dejó huellas en el suelo donde se posó, así como anomalías radiactivas. Al tratarse de un asunto tan inusual, apareció en primera plana en los periódicos regionales, mientras que la emisora de radio local realizó un programa especial. que hoy aún podemos escuchar por Internet. La noticia publicada el día después del accidente en el diario regional fue que un platillo volante había sido capturado por oficiales de las Fuerzas Armadas. En el cuerpo de la noticia se explicaba que un granjero había descubierto los restos de un material extraño, pues no podía ser cortado, quemado, ni dañado, y cuando se doblaba volvía inmediatamente a su posición original. Al poco, aparecieron unos oficiales del ejército, que se llevaron los restos de la supuesta nave a la base militar en Dayton, Ohio, donde inspeccionarían el material, para luego enviarlos a la base aérea de Wright Patterson, también en Ohio. Todo ello fue anunciado en rueda de prensa por el brigadier general Roger Ramey, jefe de la octava división de las fuerzas aéreas de Fort Worth, en Tejas. Una hora después de la sorprendente rueda de prensa, la versión oficial cambió radicalmente. Posteriormente, tras las primeras informaciones sobre la recuperación de un posible ovni, las autoridades ofrecieron la explicación de que un globo meteorológico había caído sobre esa zona, dando por concluida la investigación. No sería hasta 1978 cuando el asunto volvería a la luz pública, gracias a la locutora de radio Alburquerque Linda Sleppy, quien por aquella época trabajaba muy cerca de Roswell. Sleppy denunciaba que el FBI había censurado la información, a la que ella había podido acceder, y que aseguraba el origen extraterrestre de los restos encontrados. En paralelo, el general al mando de las fuerzas aéreas norteamericanas en ese momento y lugar, Jesse A. Marcel, confirmaba que los restos encontrados llegaron hasta el general de brigada Roger Ramey, jefe de la 8º Fuerza Aérea del Ejército, encargado de la base de Wright Patterson. Según Jesse A. Marcel, el general de brigada Roger Ramey fue quien inventó la explicación sobre el globo meteorológico para desviar la atención sobre el tema.

De acuerdo con los testimonios de las personas vecinas al pueblo de Roswell, desde el 25 de junio hasta el 2 de julio de 1947, noche en que sucedió el incidente de Roswell, extrañas luces y objetos se vieron a plena luz del día y también de noche, en el cielo oscuro del desierto, sobre el pueblo y en los alrededores de Roswell. Algunas veces parecían confundirse con los relámpagos de las tormentas de verano sobre el desierto de Nuevo México y otras simplemente aparecían a intervalos, moviéndose a fantásticas velocidades entre 1000 y 3000 millas/hora, lo cual era volar muy rápido para aquella época. Los mejores testimonios visuales de aquellas luces provienen de un dentista, un médico, un electricista, un granjero, un ferroviario, una secretaria, un ejecutivo de la Cámara de Comercio de Albuquerque, un comandante del ejército norteamericano, un piloto militar, otros militares, dos granjeros con sus esposas y el farmacéutico del pueblo. Pero no existe una clara precisión en cuanto a la fecha del accidente. Unos testimonios hablan de una fecha tan temprana como el 2 de julio y otros del 3 e, inclusive, el 4 de julio. Esta última fecha fue aprovechada para la famosa película Independence Day, de Steven Spielberg, por coincidir ese día con el de la independencia americana. Sin embargo, la fecha más probable en que tuvo lugar el incidente fue hacia la medianoche del 2 de julio de 1947. Dicha fecha fue confirmada por el radar del campo de aterrizaje localizado en las afueras de Roswell. La noche del accidente es recordada por todos los testigos como una noche extremadamente oscura y solamente iluminada por los rayos de una violenta tormenta eléctrica de verano, típica de esa época en el desierto de Nuevo México. Los rayos iluminaban las siluetas de los techos del pueblo de Roswell. En Roswell no había televisión en aquella época y las diversiones eran muy escasas. Por ello uno de los habitantes del pueblo se hallaba sentado en el porche de su casa, observando el espectáculo que le ofrecían las descargas eléctricas, cuando sintió el zumbido de uno de los objetos al que vio pasar gracias a uno de los rayos que iluminaron el escenario en ese momento. Al noroeste de Roswell, en dirección a Corona, en medio de la oscuridad de la noche, una explosión de luz fue presenciada por varias personas, entre ellos unos campistas que se hallaban cerca del lugar y que enseguida se movilizaron para prestar ayuda a lo que ellos supusieron era el accidente de un avión militar. Por otra parte, el radar del pequeño aeropuerto de Roswell había detectado dos naves y sus impactos sobre el suelo, distantes 240 km la una de la otra. Las naves se movían a velocidades fantásticas para aquella época, ya que alcanzaban las 3000 millas/hora.

Cuando llegó el ejército al lugar del accidente, una de las versiones afirma que la nave había sido movida unos pocos metros del lugar de donde había caído por el granjero que la encontró, con la ayuda de un tractor, y en aquel momento se hallaba bajo el techo de su granero. Tenía unos diez metros de diámetro exterior y su diámetro interior era de unos siete metros. El elemento recuperado más importante de la nave de Roswell fue la misma nave. Sin embargo, fragmentos de varias clases y tamaños se encontraron diseminados en un área bastante extensa. Los restos fueron cuidadosamente empacados en cajas de madera por el personal militar y llevados a la base del Área 51, que es un destacamento remoto de la Base de la Fuerza Aérea de Nellis. De acuerdo a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) las designaciones correctas para las instalaciones de Área 51 son el de Campo de Pruebas y de Entrenamiento de Nevada y Groom Lake, aunque el nombre de Área 51 también ha sido utilizado en documentación oficial de la CIA. Las instalaciones se encuentran ubicadas en una región sureña de Nevada, y a unos 133 km al noroeste de la ciudad de Las Vegas. Situada en el centro, a lo largo de las tierras baldías de Groom Lake, es un vasto aeródromo militar. El objetivo principal de la base es indeterminado. No obstante, en base a las evidencias históricas, es probable que estén llevando a cabo investigaciones de sistemas de armamento avanzados y pruebas en aviones experimentales, que no son reconocidos oficialmente por el Gobierno de Estados Unidos. El intenso secretismo que rodea a la base ha llegado a convertirse en objeto de interés y en tema principal para las teorías de conspiración y el fenómeno ovni. Aunque Groom Lake no ha estado declarada como base secreta, todas las investigaciones acaecidas en torno al Área 51 son Información clasificada como de Alto Secreto. Algunos civiles lograron eludir la vigilancia militar en el lugar del accidente, consiguiendo de esta manera sustraer algunos fragmentos de la nave. Un bombero de Roswell fue una de estas personas, logrando camuflar una pieza parecida a una tela de color rosado y apariencia brillante. Al arrugarla podía hacer una pequeña bola que cabía en su puño y, al soltarla, recuperaba su apariencia inicial sin mostrar ninguna doblez. Su hija, 45 años después, dio testimonio de ello en la televisión. Este material parece tener memoria molecular. Cientos de pequeños fragmentos fueron recuperados y sometidos a un análisis de ingeniería inversa.

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Había un fragmento que era una especie de varilla metálica de un material muy liviano, en la cual aparecían algunos misteriosos signos y caracteres. Se han obtenido dibujos de la nave de Roswell basados en los informes de personas que la vieron. El barón alemán Nicola von Poppen tomó para el Gobierno americano más de 5000 fotografías y posteriormente dio una descripción detallada de la nave, la cual concuerda con el testimonio de otros testigos. La Associated Press y el New York Times recogieron y publicaron el suceso antes de que se efectuara el encubrimiento por parte del Gobierno de los Estados Unidos. Pero contrariamente a lo que afirmó a los medios de comunicación, en el mensaje enviado por el general de brigada Roger Ramey a su superior, el jefe del estado mayor General Hoyt Vanderberg, reconoció que las “víctimas del accidente han sido recuperadas y enviadas a la base de Fort Worth, Texas”. El general de las fuerzas aéreas de la Base de Wright Patterson entre los años 1961 y 1964, Arthur Exon, confirmó a los ufólogos Kevin Randle y Donald Smith que, efectivamente, el material recuperado era ligero pero no podía ser doblado, abollado o quemado. Es significativo que, después de ese acontecimiento de Roswell, hubiese un creciente aumento de los avistamientos de naves supuestamente extraterrestres, siempre desmentidos por las autoridades. Ese mismo año 1947, el piloto Kenneth Arnold revelaría públicamente que había sido seguido por un objeto no identificado, lo que daría pie a la denominación de “Undefined Flyng Object” (UFO), que podemos traducir como “Objeto Volante No Identificado” (OVNI). Una calificación, la de “no identificado” que dejaría en el ámbito del misterio muchos casos de objetos perfectamente identificados. Kenneth A. Arnold (1915 – 1984) fue un piloto privado de Boise, Idaho que contempló el que está considerado como el primer avistamiento de un ovni en los Estados Unidos, a pesar de haber sido precedido por otros incidentes similares aunque menos divulgados. El 24 de junio de 1947 Arnold aseguró haber visto 9 objetos inusuales volando en cadena cerca de Mount Rainier, Washington, mientras se encontraba buscando una aeronave militar extraviada a bordo de un CallAir A-2. Describió los objetos como sumamente brillantes por el reflejo de la luz solar, con un vuelo errático, “como la cola de una cometa china“, y con una “tremenda velocidad“. La historia de Arnold fue ampliamente divulgada por Associated Press y por otras agencias de noticias. Después de su avistamiento, Arnold aterrizó en Yakima, Washington, donde hizo un informe al representante de la Administración de Aeronáutica Civil. En su camino de regreso a Boise se detuvo en Pendleton, Oregon, donde repitió su historia a un grupo de personas, entre las que se encontraba un reportero. Varios años después, Arnold afirmó haber dicho al reportero que los objetos “volaban erráticamente, como un plato lanzado al agua“, y así fue como nació el término “platillo volador“. Otro término común para describir lo que Arnold vio es “discos voladores“. Arnold se sintió malinterpretado ya que su descripción se refería más al movimiento de los objetos que a su forma.

Sin embargo, la verdadera descripción de Arnold acerca de la forma de los objetos es más complicada. Después de su experiencia, Arnold describió a los objetos como delgados y planos, redondeados en el frente pero cortados por atrás, más o menos como un plato o un disco. En una entrevista de radio que tuvo lugar dos días después del avistamiento, los describió como “parecidos a un pastel que es cortado a la mitad con una especie de triángulo en la parte trasera“. Ese mismo día Arnold fue citado en la prensa estadounidense indicando que los objetos “tenían forma de platillos y eran tan delgados que difícilmente podía verlos“. El siguiente día el diario de Portland Oregon escribía la cita de Arnold: “tenían forma de medias lunas, ovalados en la parte frontal y convexos en la trasera. Se veían como grandes discos planos“. Es curioso que fueran en formación. Según algunos investigadores tal vez se trataba de aviones Horten Ho 229. cogidos a los alemanes una vez finalizada la guerra. El Horten Ho 229 fue un prototipo de cazabombardero que llegó tarde a la Segunda Guerra Mundial. Fue diseñado por los hermanos Horten, pioneros en aviones de ala total sin cola y oficiales de la Luftwaffe, y construido por Gothaer Waggonfabrik AG. Se trata del desarrollo favorito personal del jefe de la Luftwaffe alemana, Hermann Göring, y fue la única aeronave en acercarse más a la satisfacción de su requisito de prestaciones. A principios de los años 1930 los hermanos Reimar y Walter Horten, maestros en el diseño de aviones sin unidad de cola se interesaron en el diseño del ala volante como método para mejorar el rendimiento de los planeadores. Realizaron inicialmente, hacia 1931, una serie de prototipos. El gobierno alemán estaba financiando clubes de planeadores en ese momento debido a que la producción de aviones militares estaba prohibida por el Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial. El diseño de ala volante eliminaba cualquier «resistencia innecesaria», y las superficies, al menos en teoría, tenían poca resistencia al avance. Un ala volante permite una configuración con desempeño similar a un planeador con alas que son más cortas, y por tanto resistentes, y sin la necesidad de sufrir la resistencia al avance que impone el fuselaje.

En 1943 Göring publicó una solicitud de propuestas de diseño para producir un bombardero que fuese capaz de transportar 1.000 kg de carga a más de 1.000 km de distancia y a 1000 km/h. Se trataba del Proyecto 1000×3. Bombarderos convencionales alemanes podrían alcanzar centros de mando aliados en Gran Bretaña, sin que se sufrieran pérdidas devastadoras a manos de los cazas aliados. En ese momento no había forma de cumplir estos objetivos. Los Horten consideraban que la baja resistencia de vuelo del diseño del ala podía cumplir todos los objetivos: mediante la reducción de la resistencia aerodinámica, la potencia de crucero puede ser reducida hasta el punto de cumplir otros requisitos. Presentaron su proyecto privado y celosamente vigilado, el Ho IX, como base del bombardero. El Ministerio del Aire del III Reich aprobó la propuesta Horten, pero ordenó la adición de dos cañones de 30 mm, ya que consideraban que los aparatos también podrían ser útiles como cazas, debido a que su velocidad máxima estimada seguía siendo significativamente más alta que la de cualquier aeronave aliada. Durante las etapas finales de la guerra, militares de los EE. UU. iniciaron la Operación Paperclip, un esfuerzo de diversos organismos de inteligencia para apropiarse de armas avanzadas de investigación alemanas, y para evitar que dicha tecnología cayera en manos de las tropas soviéticas. Un planeador y el Horten Ho 229 V3, que estaba en el montaje final, fueron recuperados y enviados a Northrop Corporation en los Estados Unidos para su evaluación. Lo que vio Arnold tal vez fue una flotilla de naves aéreas construidas en secreto con los planos robados a los alemanes tras su rendición. En aquella época también se estaban probando los Vougth V-173, aviones con forma circular. El 24 de junio de 1947, mientras volaba cerca del Monte Rainier en el estado de Washington D. C., Arnold afirmó haber visto nueve objetos inusuales que volaban. Arnold también afirmó haber visto ovnis en varias ocasiones posteriores. La Fuerza Aérea de Estados Unidos consideró el caso de Arnold como un espejismo. Los investigadores Jerome Clark, autor del libro UFO (1998) y Ronald Story, editor de la Enciclopedia de OVNIS (1980) argumentan que nunca ha habido una explicación del todo persuasiva del avistamiento de Arnold.

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Un año después, el 23 de marzo de 1948, un segundo platillo volante se estrelló, cerca de la localidad de Aztec, población ubicada en el condado de San Juan, en el estado estadounidense de Nuevo México, con el resultado de 5 seres muertos, todos ellos, según los biólogos que los investigaron, del sexo masculino. La base de Durango, en el estado de Colorado, se hizo cargo del caso. Los mecanismos de censura que envolverían este tipo de casos a lo largo del siglo XX se habían ido incrementado, llegando a obligar a los habitantes de la zona a permanecer en sus casas mientras los militares recogían todo el material, según afirmó el ex coronel de la Fuerza Aérea, Wendell Stevens. Milton William Cooper, ex agente de la National Security Agency (NSA), afirma que la razón por la que los avistamientos se multiplicaron durante esos años hay que atribuirlo a las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, lanzadas por el gobierno norteamericano en 1945. Según Milton William Cooper: “Hasta ese momento, los seres de otras galaxias habían contemplado a los seres humanos con curiosidad, pero los ‘niños’ se habían hecho mayores y habían demostrado lo que podían hacer”. Científicos de origen alemán, como Albert Einstein y Julius Robert Oppenheimer, hicieron posible la bomba atómica dentro del Proyecto Manhattan, tras varios años de investigación secreta. Probablemente el secreto y la procedencia alemana de los científicos son importantes para entender la censura sobre temas extraterrestres. Curiosamente, uno de los lugares donde se realizaron pruebas nucleares fue la base de White Sands, muy cerca de Roswell. Julius Robert Oppenheimer (1904 – 1967) fue un físico teórico estadounidense de origen judío y profesor de física en la Universidad de California, en Berkeley. Es una de las personas a menudo nombradas como «padre de la bomba atómica» debido a su destacada participación en el Proyecto Manhattan, el proyecto que consiguió desarrollar las primeras armas nucleares de la historia, durante la Segunda Guerra Mundial. La primera bomba nuclear fue detonada el 16 de julio de 1945, en Nuevo México, Estados Unidos.

Oppenheimer declararía más tarde que le vinieron a su mente las palabras de Bhagavad Gita: «Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos». Oppenheimer siempre expresó su pesar por el fallecimiento de víctimas inocentes cuando las bombas nucleares fueron lanzadas contra las ciudades japoneses de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto de investigación llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos, con la ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie R. Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación, siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos, en Nuevo México. El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas. Tras los experimentos en Alemania, previos a la guerra, se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear. Por ello no costó demasiado reunir a todas aquellas mentes brillantes. Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa, como era conseguir la bomba antes que los alemanes. El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México. El artefacto se llamó Trinity y se trataba de una bomba-A de plutonio, del mismo tipo que la que sería lanzada sobre Nagasaki días después. En la actualidad este lugar está marcado por un monolito cónico negro de silicio, resultado de la fusión de la arena bajo el efecto del calor provocado por la explosión.

Por otro lado, tenemos el testimonio de Philip Corso, que fue un oficial de los servicios secretos militares y que trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional del presidente Eisenhower. Después de sus 21 años de carrera militar, sirvió como analista militar. Una vez retirado, se decidió a contar lo que sabía sobre los temas sobre extraterrestres, publicando un libro titulado “El día después de Roswell”. Estas son algunas cosas que contó sobre aquel incidente: “En 1947 yo acababa de venir de Italia, donde había sido Jefe de Seguridad de Inteligencia en Roma; en asuntos de seguridad yo había sido entrenado por los británicos. Era un agente del MI-19. Cuando vine, fui a Fort Riley, Kansas. Estuve destinado allí. Era instructor en la escuela de inteligencia y teníamos una fuerza de intervención. Una noche yo era el primer oficial de guardia. Ser el primer oficial de guardia significa que tenía el control aquella noche, y tenía que comprobar a todos los guardias, todas las zonas de seguridad. De modo que fui a la sección de veterinaria y un sargento al que conocía muy bien era el que estaba de guardia aquella noche. Le contesté: ‘Sargento, ¿cómo está todo por aquí?’ Me dijo: ‘bien, Señor’. Le dije, ‘me han dicho que tengamos cuidado, que observemos esta zona porque tenemos algo importante aquí’. Me dijo, ‘¿Quiere verlo, Señor?’ Le dije: ‘Si, vayamos a ver’. Fuimos allí y había 5 cajones, 5 o 6, pero creo que eran 5. Levanté uno y allí estaba aquel cuerpo flotando en fluido. Lo miré por unos 10-15 segundos, no mucho más que eso; cerré el cajón y dije: ‘Sargento, vete de aquí ahora mismo, no quiero que te metas en problemas. Yo soy el oficial de guardia y puedo andar por aquí, pero tú puedes meterte en problemas si vienes por aquí. Sal fuera conmigo’. Salimos fuera y le pregunté: “¿de dónde han venido, Sargento?” Me respondió: ‘han estado viniendo 5 camiones desde Nuevo México y se están dirigiendo a la Base de la Fuerza Aérea de Wright Patterson’. En aquellos días, la Ruta 40 era posiblemente la única que atravesaba el condado, y fue la que ellos tomaron para ir desde Fort Riley, Kansas hasta la Base de Wright Patterson. Así que le dije: ‘mantente alejado de esto, Sargento. No quiero que te metas en líos’. Después, me fui a verlo con detenimiento y empecé a preguntarme qué era aquello. Primero pensé que era un niño porque era pequeño, después miré su cabeza y el resto, fueron tan sólo unos pocos segundos, después lo cerré. La cabeza era diferente, los brazos eran delgados, el cuerpo era gris, de modo que, justo en aquel momento, no supe qué era aquella cosa. Estando en temas de inteligencia, era mejor dejarlo guardado en un rincón de la cabeza y esperar a que en el futuro pudiese ver una corroboración de modo que pudiese evaluar aquello. Puntualmente me olvidé de aquello”.

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El Dr. Michael Wolf fue un antiguo asesor de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los Estados Unidos. Este hombre habló de la ocultación por parte de los gobiernos de la realidad ovni. El Dr. Wolf hizo impactantes declaraciones a lo largo de su carrera. En una entrevista dijo lo siguiente: “Espero con ansias el día en que el secreto que rodea el contacto extraterrestre con nuestra raza pueda avanzar a la siguiente fase de su historia. Ahora en escala cósmica”. Posteriormente los archivos del Dr. Wolf fueron eliminados. Se sabe también que el Dr. Wolf murió el 18 de septiembre del 2000, después de un período de mala salud. Wolf dijo haber trabajado en  laboratorios del Área 51, en la Fuerza Aérea y en la base Wright-Patterson durante unos 5 años. Entre sus declaraciones mas impactantes podemos leer: “Me reuní con seres extraterrestres todos los días en mi trabajo y compartí vivienda con ellos”. Wolf afirmaba que la primera recuperación de una nave extraterrestre por parte de los Estados Unidos había ocurrido en el año 1941 en el océano pacífico. En la nave se encontraron unos cuerpos que corresponderían al tipo de extraterrestres denominados grises. Según Wolf parecían proceder de Zeta Reticuli, una estrella binaria en la constelación de Reticulum, situada a 39,5 años luz de la Tierra. Aquellos cuerpos habían sido llevados a la base aérea de Wright-Patterson, en donde posteriormente habían sido analizados, al igual que las piezas de la misteriosa nave. El Dr. Wolf también habló del incidente de Roswell, en el que se estrellaron no una, sino dos naves extraterrestres de diferentes especies, a causa en una tormenta eléctrica que provocó que las dos naves colisionaran ocasionando el incidente. Una de las naves pertenecía a los conocidos como grises, y otra, de una extraña raza extraterrestre denominada Orange, a causa del color de piel, y que provenían de ζ Reticuli, sistema binario formado por dos enanas amarillas y situado en la constelación de Reticulum situada a 39,5 años luz de la Tierra. En secreto se filmo la autopsia de algunos de estos seres, que revelaba su fisiología y anatomía. El Dr. Wolf alegó que esta película era genuina. La autopsia de los Orange habría revelado que tenían una cabeza muy grande, así como ojos negros sin iris y seis dedos en las manos y los pies. El cerebro tenía cuatro lóbulos. Según el Dr. Wolf se recuperó a un ser todavía con vida.

En ufología, grises, también llamados los extraterrestres de Roswell y Zetas Reticulianos, son unas de las supuestas formas de vida extraterrestre más famosas y actualmente conocidas, que aparecen en las modernas teorías de conspiración del ocultamiento extraterrestre y otros fenómenos relacionados con la ufología y lo paranormal. En la cultura popular estadounidense los grises han sustituido a los clásicos “Little green men” (“Hombrecillos verdes“), como la típica forma de vida extraterrestre. Regularmente, los grises son descritos como seres que tendrían aproximadamente de 120 cm de altura, con cuatro miembros, o por encima de 150 cm. La piel a veces es azul-gris/verde-gris. Sus cuerpos serían generalmente alargados y con distinta articulación; de manera diferente de la que se esperaría de un ser humano, provocando en ellos un movimiento corporal muy poco equilibrado a la hora de caminar, y sus brazos a menudo llegarían hasta las rodillas. Poseerían una cabeza muy abultada y calva de gran tamaño, apoyada por un cuello bastante delgado y largo. Los ojos por lo general serían grandes y almendrados, con una especie de película obscura que cubriría sus ojos, y tendrían diminutos oídos que carecerían de pabellón auricular. Además se les describe como seres que normalmente no poseían trajes o ropas, aunque en ocasiones han sido descritos con unas vestiduras en forma de traje de buzo que suelen llevar los buceadores, y que extrañamente a estos seres tampoco se les distinguía aparato reproductor, por lo que popularmente se asocia que tendrían algún otro método de reproducción en su especie, como clonaciones genéticas u otros métodos desconocidos. El escritor británico de ciencia ficción, H.G. Wells, en su libro El hombre del año un millón, de finales del siglo XIX, describe a la humanidad transformada en una raza de seres de piel grisácea, raquíticos y cabezones. En su libro Los primeros hombres en la Luna, de 1901, los selenitas, o nativos de la luna, son descritos como seres de piel gris, cabezones y con ojos negros y grandes de avispa, como una hipótesis de la futura evolución humana.

Si bien seres con aspecto de grises existían en la cultura popular, incluyendo cómics y películas, es en la serie de ciencia ficción Más allá de la realidad (The Outer Limits) en que se presenta a un grupo de seres de aspecto grisáceo secuestrando a unas personas, justo el 10 de febrero de 1964, doce días antes de que se diera el primer reporte oficial de un encuentro con grises. Los supuestos abducidos, Betty y Barney Hill aseguraron haber sido secuestrados por grises y llevados a una nave espacial con forma de platillo en 1965, siendo así el primer registro oficial de los grises. Para 1968, la astrónoma Marjorie Fish dedujo que el planeta de origen de los grises estaba localizado en el sistema Zeta Reticuli, de allí que se les conozca como reticulianos. Fish se basó en un mapa estelar dibujado por Betty Hill que comparó con cartas astronómicas. Si bien es durante los años 1980 que se comienzan a difundir la teoría conspirativa del accidente de Roswell, Nuevo México, en que supuestamente una nave extraterrestre chocó en el desierto y fue recogida por el Gobierno de Estados Unidos. Según esta teoría, se habría analizado la nave extraterrestre para obtener su tecnología. Pero no fue hasta que el cineasta Ray Santilli, en 1995, hiciera público un supuesto video que registraba la autopsia de un gris, que el Caso Roswell tuvo una abrumadora publicidad. Para defender la existencia de los grises, se ha propuesto la idea de que no son viajeros de otro mundo, sino de otro tiempo. Serían humanos de un futuro distante que vendrían a nuestra época para recuperar información o artefactos que les pueden resultar útiles en el futuro. Esta última idea, además de defender que el viaje espacio-temporal llegará a ser posible algún día, concuerda con las leyes de la evolución biológica. Se supone que los humanos en un futuro lejano tendrán menos vello, puesto que cada vez es menos necesario, talla más baja, debido a que quizás tengamos que afrontar problemas ocasionados supuestamente por la falta de todos los alimentos que ahora están disponibles, y menor fuerza física, si es que las máquinas acaban haciendo todo el trabajo y, posiblemente, una mayor inteligencia. A diferencia de lo que cree la mayoría de la gente, si la inteligencia humana aumentara en el futuro, su cráneo seguiría siendo del mismo tamaño; ya que la inteligencia es relativa a la sofisticación del cerebro, no a su tamaño. No obstante, la disminución de la estatura provocaría que la cabeza si fuera más grande en relación al resto de su cuerpo.

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Una de las declaraciones que hizo el Dr. Wolf fue la del gran fraude por parte de la NASA en el año de 1969, cuando presuntamente habría lanzado al primer hombre a la Luna, Antes del supuesto alunizaje los Estados Unidos ya sabían de la existencia de presuntas civilizaciones extraterrestres en otros planetas. Esto se evidencia en las grabaciones mantenidas por los astronautas del Apollo XI con su base en la Tierra, en que decían observar extrañas entidades en el espacio que los estaban vigilando, a lo desde la base les respondían que mantuvieran la calma y que se concentraran en la misión. El Dr. Wolf también afirmaba que debajo de la enigmática Área 51 había una gran ciudad subterránea que empleaba a cientos de civiles y militares. Según el Dr. Wolf: “En una cámara de Giza, situada entre las patas de los Esfinge, se encontraron 7 esqueletos de gran altura, con grandes ojos y con sus manos y piernas encadenadas con argollas de plata“. También nos dice el Dr. Wolf que entre la tecnología obtenida de los extraterrestres figuran los chips de computadoras, la fibra óptica, los láseres, los equipos de visión nocturna, etc… Por otro lado, el Dr. Wolf afirma que nos han visitado varias confederaciones extraterrestres. Son numerosas las obras de arte de diferentes antiguas culturas en las que se ven reflejadas supuestas naves aéreas e individuos vestidos como astronautas. Durante la época nazi, Alemania era la cabeza tecnológica del mundo y Estados Unidos y la URSS buscaron a los científicos de todos los campos del saber que habían llegado tan lejos en campos tan dispares como la genética, la radiactividad, la energía atómica, la aeronáutica, la psicología de masas, la biofísica o la psiquiatría. Tras modificar las sentencias del Juicio de Nuremberg y apelando a la seguridad nacional, los Estados Unidos contrataron a más de 9.000 de esos científicos dentro de la Operación Paperclip, poniéndolos a su servicio. El resto de los científicos alemanes pasarían a trabajar para la URSS. Entre los científicos alemanes uno de los más relevantes era Werner Von Braun, que pasaría a capitanear los proyectos aeroespaciales norteamericanos y participaría en la ocultación del fenómeno ovni. La experiencia de los nazis en este asunto ha quedado reflejada en la historia oficial a través de los Foo fighters, que era como se conocían en Alemania a estos desconocidos objetos a lo largo de la II Guerra Mundial. Pero los nazis albergaban muchos más secretos.

El nombre de foo fighter significa caza de fuego. Este término fue utilizado por aviadores de la Segunda Guerra Mundial para referirse a ciertos fenómenos aéreos que avistaban regularmente durante sus misiones de combate. Estos eran descritos como esferas de apariencia metálica, o bolas luminosas, que aparecían individualmente o en grupos. Aunque muchas veces perseguían o acompañaban a los aviones militares, no existe constancia de que algún foo fighter hubiese intentado algún tipo de ataque. Se caracterizaban por su alta velocidad y maniobrabilidad, más allá de las posibilidades de la época. Los relatos indican que podían acelerar o decelerar instantáneamente, o flotar estacionarios. Los foo fighters fueron observados por pilotos militares británicos, estadounidense, alemanes y japoneses. Los pilotos aliados inicialmente pensaron que podía tratarse de algún arma secreta de los nazis. Sin embargo, los dirigentes nazis pensaban que era un arma secreta de los aliados. Se dice que ambos bandos investigaron el fenómeno, y abandonaron las investigaciones al comprobar que, aparentemente, no eran una amenaza. Los primeros informes surgieron en 1941, por parte de pilotos británicos. Los pilotos estadounidenses, luego de varios avistamientos ocasionales, empezaron a reportarlos regularmente a partir de la entrada en servicio de los cazas nocturnos Northrop P-61 Black Widow. Se cree que los pilotos de estos aviones fueron quienes les dieron el apodo definitivo de foo fighters. Durante la segunda guerra mundial, tanto los pilotos aliados como los de Eje observaron unos extraños fenómenos luminosos que describieron como “bolas de fuego” y que, al parecer, se dedicaban a perseguir y acompañar a los aviones. Estos misteriosos objetos no rebasaban nunca los cincuenta centímetros de diámetro y parecían ser de naturaleza inmaterial. Se mostraban animadas de movimientos y hasta cierto punto inteligentes, ya que perseguían a los aviones, los esquivaban, descendían en picado, etc. De forma que, al principio, los aviadores de las potencias beligerantes creyeron que se trataba de un arma secreta del enemigo. Fue debido a esta creencia que la prensa norteamericana no se ocupó de los foo-fighters hasta el 1 de enero de 1945. En la prensa británica, sometida a la rígida censura militar, no aparecieron noticias hasta finales de aquel mismo año. Cuando los aliados ocuparon los laboratorios nazis de Peenemünde no encontraron planos ni diseños en sus archivos que pudieran referirse a nada de esa naturaleza. Lo que si encontraron fue la evidencia de que los pilotos germanos también vieron a los foo-fighters, a los que tomaron por armas secretas aliadas.

Según Charles Berlitz, en su libro Un mundo de fenómenos extraños, el encuentro mejor documentado con foo fighters tuvo lugar el 14 de octubre de 1943, en que las Fortalezas Volantes B-17 de la 8ª Fuerza Aérea norteamericana sufrieron espantosas bajas durante un bombardeo diurno de las fábricas de cojinetes de bolas de Schweinfurt. El historiador Martin Caidin lo llamó “uno de los incidentes más desconcertantes de la Segunda Guerra Mundial, y un enigma que hasta hoy no tiene explicación”. Al terminar su incursión sobre el objetivo, numerosos pilotos y artilleros de torreta de la formación informaron sobre un enjambre de discos de plata situado exactamente debajo de ellos. El avión número 026, en un esfuerzo por evitar una colisión de frente, se desvió en el acto, pero fue demasiado tarde. Según lo manifestado en los interrogatorios, “el ala derecha (del bombardero) pasó directamente a través del enjambre sin que los motores ni la superficie del avión sufriesen el menor daño”. El piloto añadió que oyó que uno de los discos chocó con la cola de su aparato, pero no se produjo explosión ni desperfecto alguno. Acompañando a los discos, a una distancia de unos siete metros, habría varios grupos de pequeños objetos negros, de un metro por 1,30 metros,  que no parecieron tener efectos perniciosos sobre las Fortalezas Volantes. También se declaró que otros dos aviones habían volado entre los discos sin sufrir daños visibles. También se vieron foo fighters como luces nocturnas de tonos rojo, anaranjado o blanco. Por ejemplo, en la noche del 23 de noviembre de 1944, una tripulación de tres hombres de la Escuadrilla Nocturna 415ª avistaron ocho o diez globos misteriosos sobre el Rhin, al norte de Estrasburgo. Al principio parecían lejanas estrellas titilantes, dijo el oficial de información teniente Fred Ringwald, pero al cabo de unos minutos aparecieron como bolas anaranjadas “que se movían en el aire a tremenda velocidad”. Otro piloto de un B-17, Charles Odom, de Houston, recordó su experiencia con los foo fighters. Los objetos “parecían como bolas de cristal, aproximadamente del tamaño de pelotas de baloncesto” dijo. Era como si estuviesen “magnetizadas por nuestra formación y volaron a nuestro lado. Al cabo de un rato se alejaron como si fuesen aviones”.

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Los archivos secretos de los nazis han revelado que el Tercer Reich poseía una tecnología muy avanzada para la época, en que incluso llegaron a hacer volar sus propios platillos volantes entre 1938 y 1945. Al mando de ese proyecto secreto, denominado Haunebu, estuvo la misteriosa Sociedad Vril, un grupo ocultista relacionado con la Sociedad Thule, muy cercana a la cúpula de los nazis, especialmente a las SS de Heinrich Himler. Al terminar la guerra, Víctor Schauberger, líder de este proyecto, se fue a vivir a Estados Unidos, donde seguiría trabajando en proyectos secretos relacionados con tecnología supuestamente extraterrestre, armamentística y espacial. Se especula con que los nazis habrían entrado en contacto con cierta raza de extraterrestres. Reinhard Gehlen fue un militar alemán. Llegó al cargo de mayor general en la Wehrmacht alemana durante la Segunda Guerra Mundial, con el puesto de jefe de contra-inteligencia en el Frente Oriental. Fue reclutado por Estados Unidos mediante la Operación Paperclip para usar su red de espías contra la Unión Soviética. Manejó el aparato de inteligencia germano-occidental hasta 1968, y es considerado uno de los espías más importantes de la Guerra Fría. Organizó la Organisation Gehlen, eje de la operación secreta Gladio de la OTAN, una red clandestina secreta anticomunista que operó en Europa bajo la dirección de la OTAN y la CIA estadounidense durante la Guerra Fría. También fue el primer presidente del Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio secreto creado por la Alemania Occidental. Se supone que fue fundamental en la organización de ODESSA, una red de colaboración secreta desarrollada por grupos nazis para ayudar a escapar a miembros de la SS desde Alemania a otros países donde estuviesen a salvo, particularmente a Latinoamérica. Reinhard Gehlen traspasó todos sus conocimientos sobre espionaje en la fase de creación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que curiosamente nace el mismo año en que se produce el incidente de Roswell (1947). Su directo antecedente son las OSS (Organización de Servicios Estratégicos), un grupo de contrainteligencia que funcionó durante la II Guerra Mundial infiltrándose en las filas fascistas y nazis. Henry Kissinger, alemán de origen judío y nacionalizado norteamericano, es uno de los hombres que participó en esta creación de la CIA. Kissinger participó en todos los grandes secretos del siglo XX, incluidas las operaciones de guerra psicológica y experimentación con humanos de MK-Ultra.

A partir de este selecto grupo de científicos y espías alemanes existe una continuidad estratégica entre el gobierno norteamericano, de después de la Segunda Guerra Mundial, y la Alemania nazi. Algo que no es extraño si pensamos que Prescott Bush, abuelo de George Bush Jr. y padre de George Bush Sr., financió, al igual que otros banqueros norteamericanos, al partido nazi a través de la familia Thyssen. Además, Prescott Bush fue investigado por tratar de organizar un golpe de estado en Estados Unidos en los mismos años en los que triunfó Hitler en Alemania. La influencia nazi, tanto en la antigua Unión Soviética como en Estados Unidos, se caracteriza por la existencia de un aparato de Estado secreto, en el que participan servicios secretos, financieros, científicos e intelectuales, mediante el uso de los medios de comunicación. Ello es importante para entender el fenómeno de la ocultación de las visitas extraterrestres. En base a una supuesta amenaza comunista es cómo en 1947 se crea la CIA. Pero, según Milton William Cooper, escritor y locutor de onda corta estadounidense, su real propósito es ocultar la información ovni: ”Una directiva del secretario de Estado daría poder a la CIA para ocuparse de ese asunto, al margen del presidente. Lo cual quiere decir, por una parte, que no tenían que responder ante nadie de sus actividades y, por otra, que ello ocurriría al margen del Presidente de los Estados Unidos. De esta manera, en caso de que se destapara la información, le daría la facultad de decir que no conocía las actividades que se estaban sucediendo, previniendo así, el colapso del Gobierno”. En el mismo año 1947, un selecto grupo de 12 científicos son llamados a formar el Project Science, cuyo objetivo sería debatir cómo manejar la existencia de seres de otras galaxias. Un grupo de élite, llamado Alpha Teams, se ocuparía a partir de ese momento de disuadir a los testigos que hubieran tenido algún encuentro ovni de que lo hicieran público. La película Hombres de negro”, producida por Steven Spielberg y que narra las peripecias de unos agentes secretos encargados de lidiar con extraterrestres, estaría basada en la existencia de estos grupos.

El 26 de febrero de 1942, el periódico californiano Los Angeles Times se hizo eco de una batalla en el cielo que enfrentó a aviones militares con una misteriosa nave ovalada. El ataque duró como media hora y algunas personas contaron que los aviones llegaron a impactar en el objeto, pero que no se observó que le produjeran ningún daño. En el editorial del Los Angeles Times se decía: “a la vista de la considerable polémica y confusión causada por la supuesta batalla aérea de ayer por la mañana en este área y el espectacular despliegue oficial, The Times sostiene que deberá conocerse más información específica de fuentes gubernamentales sobre el objeto, aunque sólo sea para clarificar las contradictorias informaciones sobre el tema”. En aquel lejano año de 1942, todavía los medios de comunicación no estaban sujetas a las estrategias de desacreditación y manipulación que caracterizaría el asunto extraterrestre en los años siguientes. El ex sargento Clifford Stone, directamente implicado en este asunto, dijo lo siguiente: “El 26 de Febrero de 1942, en la conocida como ‘Batalla de Los Ángeles’, descubrimos que había entre 15 y 20 naves no identificadas sobre Los Ángeles. Nosotros respondimos inmediatamente tratando de derribar esos objetos. El Grupo de Artillería Costera 37 efectuó 1.430 disparos. Inmediatamente, salimos para tratar de encontrar si había algún tipo de base perteneciente al Eje (Alemania y Japón) desde donde esos aparatos hubiesen podido venir; algún aeropuerto comercial donde los hubiesen podido tener almacenados. No encontramos nada de eso. Todos los esfuerzos de búsqueda fueron inútiles“. Por la misma época se estaba experimentando el fenómeno de los llamados foo-fighters. El General MacArthur ordenó a su personal de inteligencia que descubriese qué estaba pasando. Parece que, en 1943, MacArthur descubrió que, de hecho, nos enfrentábamos a objetos que no eran de la Tierra y sí a visitantes de algún otro planeta, que observaban aquel evento mundial que llamamos Segunda Guerra Mundial. Uno de los problemas era que, de probarse que eran hostiles, se sabía muy poco sobre ellos y se tenían muy pocas formas para defenderse. MacArthur organizó lo que se llamó ‘Unidad de Investigación de Fenómenos Interplanetarios’, cuya dirección recaería tiempo después sobre el General Marshall, y que han continuado hasta el día de hoy.

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Uno de los generales de la Fuerza Aérea de MacArthur, un general del Ejército del Aire en esa época, se acercó a él y le dijo: ‘lo que afrontamos es algo que no es de la Tierra’. Incluso los alemanes habían descubierto evidencias de que estábamos siendo visitados y supuestamente tenían algún tipo de evidencia física. MacArthur, sin duda, las tenía. Se cree que los nazis pudieron haber tratado de hacer ingeniería inversa con uno de esos objetos capturados. Por esto se produjo a importación de científicos alemanes dentro del Proyecto Paperclip. Aquella ‘Unidad de Investigación de Fenómenos Interplanetarios’ del Ejército del Aire norteamericano, organizada por MacArthur, sería la base para la mayor ocultación sufrida por los seres humanos. En el año 1948 se encarga a un grupo de científicos poner en marcha el “Proyecto Grudje”, cuyo objetivo es estudiar el fenómeno y, al mismo tiempo, elaborar una estrategia desinformativa sobre el tema. Todo ello cristalizaría en el famoso “Libro Azul”, donde se recopilaban las historias ovni y las versiones creadas por estos grupos secretos para confundir a la población. Cuando Milton William Cooper trabajaba en la NSA, aprovechó sus credenciales de acceso para ver y estudiar ese famoso “Libro Azul” en compañía de su compañero Bill English. Según él, en aquella época se conformaron los Blue Teams, encargados de ocultar los ingenios voladores y, en su caso, los extraterrestres muertos. Ellos son los verdaderos “Hombres de negro”. En un primer momento, la cuestión ovni estaba únicamente adscrita a los servicios secretos de la aviación y de la CIA, constituida en 1947 expresamente para ocuparse de esos asuntos. Pero después pasó a manos de un equipo de científicos. Antes hemos visto un grupo de antiguos nazis habían comenzado a colaborar con el gobierno norteamericano en aquellos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Entonces se creó el Consejo de Seguridad Nacional, un comité especial cuya labor era asegurar la seguridad en un hipotético estado de emergencia. El Consejo de Seguridad Nacional estaría integrado por los Jefes del Pentágono, de Interior, de los Servicios Secretos, así como el Presidente y el Vicepresidente.

Cooper afirmaba que en Estados Unidos había 75 bases subterráneas, que comenzaron a construirse en 1954, conectadas por trenes, donde se resguardaría el gobierno secreto en caso de ataque. Como curiosidad, vale la pena recordar que durante los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, el vicepresidente, Dick Cheney desapareció durante días en un bunker bajo tierra. Las informaciones hablan de que se había puesto al mando de ese dispositivo especial ante un supuesto ataque terrorista islámico. El Consejo de Seguridad Nacional se convirtió, en la práctica, en un Gobierno en la sombra. Encargado, entre otras cosas, de ocuparse de los asuntos extraterrestres, que se habrían convertido en una “amenaza para la seguridad nacional”. Los mandatos NSC 1 y NSC 2, que crearon este Consejo de Seguridad Nacional, establecieron unas zonas oscuras entre los cuerpos de espionaje y la oficina de la Casa Blanca, que impedirían al presidente saber lo que realmente ocurría. Como consecuencia de distintos mandatos se crea el Proyecto Snowbird, cuyo objetivo era deslegitimar a los ufólogos y testigos de estos sucesos, para que a los ojos de la sociedad fuesen vistos como unos locos. El año 1933 es el mismo año en que Hitler llega al poder y que el presidente Franklin Delano Roosevelt decide entregar la emisión del dólar a una entidad privada llamada Reserva Federal. Además se decide poner los símbolos de la orden IIluminati en el billete de dólar. Este mismo año Orson Welles, director, guionista y productor de cine estadounidense, cambiaría el rumbo de la información sobre los extraterrestres. A través de un programa de radio consigue hacer creer a la población norteamericana que están sufriendo un ataque alienígena, teatralizando la obra del escritor inglés H.G. Wells La guerra de los mundos”. En la década de 1930, el investigador de los medios de comunicación, Hadley Cantril, publicó un libro sobre los efectos en las masas de la broma radiofónica de Orson Welles y la invasión de extraterrestres. Se titulaba The Invasion from Mars: A Study in the Psychology of Panic. Según el investigador Mack White, Cantril trabajaba por entonces en el proyecto de radio de la universidad de Princeton, financiado por la Fundación Rockefeller, la CBS y el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). Dos años después, y siempre con dinero de la familia Rockefeller, Cantril fundaría la Oficina de la investigación de la Opinión Pública, también en la Universidad en Princeton, cuyo cometido era investigar las operaciones de psicología política por cuenta de la CIA. Durante la Segunda Guerra Mundial, los psicólogos y expertos en comunicación de ese instituto analizaron los métodos radiofónicos de los nazis para hacer su propia propaganda política.

El que fue presidente de la CBS, Richard Salant, dijo en una ocasión: “nuestra misión no es dar a la gente lo que quiere sino lo que nosotros pensamos que es lo que deben ver”. Su papel en la ocultación de la verdad extraterrestre sería vital con la ayuda de expertos y muchos de los psicólogos, sociólogos y psiquiatras que participaron en el proyecto de investigación en el campo de la manipulación mental, que recibió el nombre en clave de MK Ultra. La CIA, siguiendo la estela de los soviéticos, crearía su división de Remote Viewing (Visión Remota), en la que emplearía a mediums y psíquicos en el ámbito del espionaje. Poco después de su fundación original, una serie de directivas del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) fueron ampliando las competencias de la CIA hasta que se “legalizaron prácticas ilegales y autorizaron procedimientos prohibidos por el simple hecho de haber sido recomendados por los dirigentes de la Seguridad Nacional”, en palabras de Milton William Cooper, que aclara cómo esas directivas crearon un Gobierno en la sombra: “Mediante esos mismos decretos, se creó un departamento encargado de la supervisión de proyectos secretos, al que se adjudicó el tema extraterrestre. Toda esta burocracia terminó alejando a los servicios secretos de la esfera presidencial, lo que le permitiría, en caso de denuncia, argumentar que nada sabía del asunto”. Se trataba de un gobierno secreto compuesto por científicos y financieros, que no tenía que informar al Presidente de los Estados Unidos de sus asuntos. Cuatro años después del caso Roswell, y bajo recomendación del presidente Dwight Eisenhower, se creó Majestic 12, conocido en términos de inteligencia como “MJ-12”. Según Cooper el MJ 12 se funda con el objetivo de “investigar y, al mismo tiempo, ocultar la verdad sobre los extraterrestres. La directiva NSC54-12 se estableció teóricamente para lidiar con la cuestión nuclear pero, en realidad, su objetivo era decidir sobre la cuestión extraterrestre. La directiva NSC54-2 se concibió como una pantalla para encubrir la realidad cuando los periodistas empezaran a preguntar, mostrándoles investigaciones secretas en el campo nuclear”. Eisenhower, en cuanto tomó posesión de su cargo de presidente, pidió ayuda a su amigo del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y financiador de su campaña electoral, Nelson Rockefeller. Este dio forma al MJ 12 y eligió a sus primeros 12 miembros, la mitad de los cuales serían militares y la otra científicos.

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Eisenhower nombró a Nelson Rockefeller Subsecretario de Estado, un cargo que le permitía tener control sobre lo que sucedía, al tiempo que le alejaba de los medios de comunicación. En el documento de constitución puede leerse: “Majestic 12 es una operación de alto secreto en la investigación y desarrollo de inteligencia, que sólo reporta al Presidente de los Estados Unidos. Las Operaciones del Proyecto son llevadas a cabo por Majestic 12, grupo que fue creado bajo Orden Especial Secreta del Presidente Truman en 24 de septiembre de 1947 y bajo recomendación del doctor Vannebar Bush y del secretario James Forrestal“. James Forrestal, Ministro de Defensa de aquella época, fue el único que se enfrentó a la gran conspiración. Unos meses después fue ingresado en un hospital de la Marina, víctima de “una crisis nerviosa”. La realidad, según Cooper, es que el 22 de mayo de 1949 agentes de la CIA liaron una sábana en la cabeza de Forrestal, descolgándola por la ventana de la habitación del hospital donde se alojaba. La sábana se rasgó y Forrestal se estrelló contra el suelo, falleciendo a continuación. Según Cooper, se recuperaron por lo menos dos ovnis en perfecto estado, de los que se desconocía tanto el material del que estaban hechos como el sistema de pilotaje o energía que los movía. Entre los restos, se encontró un pequeño reactor del tamaño de un balón de baloncesto y se comprobó que utilizaba agua en el motor. En dos ocasiones, se encontraron otros seres vivos dentro de ellos. La manera en la que se conocerían dentro del ámbito secreto sería EBE (Entidad Biológica Extraterrestre). Según relató el sargento Clifford Stone: “En los años 50, la Fuerza Aérea de EE. UU. Tenía una unidad de élite investigando ovnis al margen del Libro Azul. Aunque los de dentro del Libro Azul creían que esa unidad trabajaba con ellos, no era así. Esa unidad fue organizada inicialmente como el Escuadrón 4602 de Servicio de Inteligencia Aérea. Junto a sus operaciones en tiempo de paz estaba la operación Blue Fly (Vuelo Azul ). La operación Blue Fly estaba encargada de recoger los objetos de origen desconocido que caían a la Tierra. Es muy importante recordar que eran específicamente objetos que caían a la Tierra porque en aquella época no teníamos ninguna nave espacial. Como resultado, tenían monitores en Wright Patterson en los que, cuando llegaban informes de ovnis, podían ver desde muy cerca si había la posible necesidad de enviar algún equipo para recuperar alguno de los restos. La Fuerza Aérea afirma que nunca los utilizó. Yo os cuento que sé que lo hicieron. Pero la intención de la operación Blue Fly en tiempo de paz era llegar y recuperar objetos de origen desconocido que impactaban con la Tierra. Posteriormente sería expandido en 1957 para cubrir todo tipo de objetos de origen desconocido, incluyendo naves espaciales. Y se convertiría en parte de lo que ellos llamarían en Octubre de 1957 el Proyecto Moon Dust (Polvo Lunar)”.

El primer extraterrestre recuperado fue conocido como EBE1.  Se alimentaba de clorofila, es decir directamente de la luz solar, por lo que se encargó a un biólogo que lo cuidara. Según Cooper, cuyo testimonio fue refrendado por el coronel Phil Corso y otras personas, EBE1 permaneció vivo y atendido durante el primer año. En el segundo, empezó a ofrecer revelaciones a las personas que le cuidaban, lo que daría lugar al “Libro amarillo”. Según Cooper, “EBE1 era mantenido en un ambiente libre de ondas electromagnéticas, porque tenía tendencia a ‘desaparecer’ entre las paredes”. En 1951 cayó enfermo. El doctor Mendoza fue encargado de intentar salvarle, hasta que en el año 1952 falleció. Ese mismo año, el Gobierno Secreto de los Estados Unidos, sintiéndose amenazado por el superior poder de esta raza alienígena, crea el Proyecto Sigma, con el que comenzaría a enviar mensajes en petición de ayuda al espacio en 1953. Ese proyecto fue el origen de la no menos secreta NSA, la agencia especializada en telecomunicaciones y que es, en contra de lo que mucha gente piensa, la verdadera agencia central de espionaje y la que dirige, en realidad, a la CIA. En todo momento la información relativa al tema extraterrestre era compartida con la Unión Soviética para asegurarse de que en caso de que hubiera un ataque extraterrestre, contarían con su ayuda. Por eso, en 1952, David Rockefeller y el Príncipe Bernardo de Holanda deciden crear el Club Bilderberg, que debía reunir a las élites de los países occidentales, a fin de gestionar con ésta y otras cuestiones de capital importancia, conformándose cómo un Gobierno Secreto Mundial. Los Rockefeller ya tenían experiencia en estas cuestiones, pues participaron en la creación de la Sociedad de Naciones, que no triunfó por la negativa del zar de Rusia a incorporarse. Esta negativa, para algunos, fue el origen de la Revolución Rusa, financiada, por los banqueros del Nuevo Orden Mundial. La creación del Club Bilderberg, una idea del Príncipe Bernardo de Holanda y de David Rockefeller, fue puesta en marcha por la CIA y Henry Kisinger en 1954 en un exclusivo hotel de Holanda llamado Bilderberg.

La creación de un supergobierno mundial gobernado por una élite surgió en 1776 en Ingolstad, Baviera, de manos de un ex jesuita de origen judío llamado Adam Weishaupt, que contaba con financiación de una familia de banqueros originaria de Francfurt, Alemania: los Rothschild. El nombre de este grupo fue la orden de los IIluminati. En ese primer grupo del Majestic 12 había séis miembros del Council of Foreign Relations(CFR), un organismo que fue creado en 1921 como una extensión del inglés Royal Institute of Internacional Affaires, gracias a la financiación de las familias Morgan y Rockefeller, entre otras. A comienzos de los años 50, el Proyecto Sigma no consiguió entablar comunicación con los extraterrestres, pero continuó con el propósito de entablar contacto con los extraterrestres. La agencia de espionaje NSA se encargaría desde entonces de inspeccionar todas las posibles comunicaciones con extraterrestres, así como las bases lunares y otras bases secretas en el espacio. Según Cooper, es tal el secreto en el que opera que está exenta de obedecer ninguna ley. Si las informaciones de Cooper son correctas, y él fue el primero que empezó a hablar del Club Bilderberg y la Comisión Trilateral, el Proyecto Sigma logró finalmente establecer  contacto con una raza de extraterrestres, llamados grises, que orbitaban la Tierra. Después de unas negociaciones, finalmente acordaron un aterrizaje. En 1954, aparece el primer comité del Majestic 12, un consejo permanente que debía controlar las actividades relacionadas con los extraterrestres. Estaba integrado por Nelson Rockfeller; el Director de la CIA, Allen Dulles, el Secretario de Estado, John Foster Dulles, el Secretario de Defensa, Charles E. Wilson, el jefe de estado mayor, almirante Arthur W. Radford; el director del FBI, J. Edgar Hoover, y seis hombres del Directorio del CFR, conocidos como los Sabios. Todas sus comunicaciones serían secretas y su objetivo declarado sería el Nuevo Orden Mundial, que es como se llamaba entonces lo que hoy se conoce como globalización. Si las informaciones de Cooper son correctas, al tiempo que se producía el contacto con estos seres extraterrestres grises, otra raza de extraterrestres con características totalmente humanas se entrevistó con el Gobierno norteamericano en un lugar que Cooper no puede precisar. Lo que sabe es que “estos extraterrestres procedentes, presuntamente, de las Pléyades, avisaron a los gobernantes estadounidenses que tuvieran cuidado con esa raza de extraterrestres grises, ofreciéndose para ayudarnos en nuestro desarrollo espiritual. Para ello, solicitaron a los gobernantes que abandonaran las armas atómicas y que lucharan por la justicia y por la regeneración ambiental de la Tierra. Esta raza se negaba a donar tecnología a una raza tan demostradamente belicosa como la humana”.

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Confirmando este hecho, en el año 1952 se publicó en varios periódicos norteamericanos que una cierta cantidad de ovnis habían sido vistos sobrevolando la ciudad de Washington, en las áreas de la Casa Blanca, el Pentágono y el Capitolio. Muchos de los testigos eran personal de las Fuerzas Aéreas que se hicieron eco de las informaciones aparecidas en el radar, lo que hizo que la base de Saint Andrews se pusiera en alerta. Un experto, Edward J. Ruppelt, oficial de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, hizo las siguientes declaraciones: “No tenemos evidencias de que fueran platillos volantes, pero tampoco tenemos evidencias de que no lo fueran. Simplemente, no sabemos lo que eran”. Los objetos se movían a una altura de 500 metros y describían las típicas aceleraciones propias de los ovnis. Otro experto del departamento de Inteligencia aeroespacial de la Base de las Fuerzas Aéreas de Wrigtht-Patteron, en Ohio, fue enviado a investigar el tema. Pero poco tiempo después parece que aconteció un encuentro del presidente de los Estados Unidos de América con una raza de seres extraterrestres con malévolas intenciones. La veracidad de estas trascendentales informaciones ha sido investigada a través de los archivos de prensa de la época y la propia agenda de actos del Presidente Eisenhower. De acuerdo a los datos que se hicieron públicos en la época, el Presidente se tomó unas inesperadas vacaciones entre el 17 y el 21 de febrero de 1954, en Palm Springs, California. Sorprendentemente, el 20 de enero el presidente desapareció, lo que dio lugar a diversas especulaciones. Su secretario de prensa dio una rueda de prensa bastante inusual el mismo día 20 de febrero, explicando que había tenido que ir al odontólogo. Sin embargo, el investigador William Moore, que se pudo hacer con los documentos oficiales de este incidente, comprobó que la historia del dentista era una tapadera para ocultar dónde había estado realmente el presidente. La teoría es que aprovechó ese receso para ir a la base aérea de Muroc Airfield, más tarde renombrada como base Edwards.

El documento que señala directamente a que Eisenhower participó en esa reunión con seres extraterrestres procede del parasicólogo californiano Gerald Light, quien en 1954 escribió una carta al director de la Fundación para el estudio de fenómenos paranormales, Meade Layne. En ella, Light le informaba de que había acudido a esa reunión acompañando al presidente, junto con el doctor Edwin Nourse, el primer jefe del consejo de asesores económico de la presidencia entre los años 1944-1953 y que fue consultor del presidente Truman. También asistieron el cardenal James Francis MacIntyre, cabeza de la Iglesia en Los Angeles, y Franklin Winthrop Allen, un reportero de 80 años que había trabajado para el grupo de periódicos Hearst. La carta de Light decía lo siguiente: “Mis queridos amigos: acabo de volver de Muroc. La noticia es verdadera; ¡devastadoramente verdadera! Hice el viaje junto con el periodista Franklin Allen, el asesor de economía Edwin Nurse y el obispo de Los Ángeles, MacIntyre. Pero no divulguéis sus nombres por el momento, por favor. Cuando nos permitieron entrar en el área restringida -después de aproximadamente seis horas en las que fuimos interrogados en cada aspecto, incidente, evento de nuestras vidas, tanto públicas como privadas, tuve el presentimiento de que el mundo había llegado a un final de realismo fantástico. Jamás había visto tantos seres humanos en un estado de completo colapso y confusión al darse cuenta de que el mundo tal y como lo conocían había terminado. (…) La realidad del otro plano de la realidad ha sido modificada de una vez y para siempre de los planos de la especulación y se ha convertido en un estado de consciencia de cada responsable científico y grupos políticos. Durante los dos días de visita, vi cinco diferentes tipos de naves que estaban siendo estudiadas y manejadas por nuestros oficiales de la fuerza Aérea, con la asistencia y el permiso de los ‘Etéricos’. No tengo palabras para expresar mis reacciones. Ha ocurrido finalmente. Ahora ya es cuestión de historia. El Presidente Eisenhower, como probablemente sepáis, fue conducido a Muroc una noche durante su reciente visita a Palms Springs. Y es mi convicción que ignorará los grandísimos conflictos entre las diferentes autoridades y se irá directamente a la radio y la televisión para anunciarlo si la espera continúa por mucho tiempo. Por lo que yo me he podido enterar, se está preparando un discurso oficial al país para mitades de mayo”.

El impacto de aquel evento fue tal que, según el investigador italiano Cristoforo Barbato, en aquellas fechas el Vaticano decidió poner en marcha sus propios servicios secretos, bajo el acrónimo de SIV (Servicio Información Vaticano). La encomienda fue para la poderosa Compañía de Jesús, entidad a la que algunos investigadores asignan un papel preponderante en la Iglesia. El propio cardenal MacIntyre y el cardenal de Detroit, Edward Mooney serían los principales informantes del Papa Pío XII. De acuerdo a Cristoforo Barbato, el contactado Geoges Adamski se habría llegado a entrevistar con el Papa, previo a un supuesto contacto efectuado con seres de las Pléyades. Con el fin de conocer la evolución del famoso Planeta X que se estaría acercando a la Tierra y daría cumplimiento a las profecías, el Vaticano se dotó de un gran radiotelescopio, colocado en Alaska, al mando siempre de la Compañía de Jesús. Aparte de Cooper, tan sólo unas pocas personas han podido confirmar este trascendental evento entre Eisenhower y los extraterrestres. El padre del sargento de la Marina, Charles L. Suggs, del mismo nombre, era comandante cuando estuvo en el famoso encuentro de la base Edwards (Muroc) con Eisenhower. El sargento Suggs contó la experiencia de su padre en una entrevista con un investigador ufológico en 1991. Según él, su padre acompañó al presidente el 20 de febrero, al igual que otros oficiales. Se encontraron y hablaron con ‘dos blancos y rubios nórdicos’ de ojos azules y labios incoloros. El portavoz se encontraba a unos pasos de Eisenhower y no le dejaban acercarse más. Un segundo ‘nórdico’ permanecía en la rampa de un platillo, que se sostenía sobre un trípode. De acuerdo a lo relatado por Charles Suggs, había cazas B-58 en la explanada donde sucedió el encuentro. Los visitantes decían venir de otro sistema solar e hicieron numerosas preguntas sobre las pruebas nucleares que se estaban efectuando. Según las investigaciones de John Lear, antiguo capitán de pruebas de aviones en la compañía Lockheed, que tuvo buena relación con el que fue director de la CIA, Bill Colby, hubo dos encuentros. Uno primero, con unos extraterrestres de aspecto humano, al que se puede referir este último testimonio, y otro, en 1954, con los extraterrestres grises.

Al igual que afirma Cooper, John Lear relata que el encuentro con los grises se produjo en la base aérea de Holloman, en Nuevo Méjico, que supuestamente sería la sede de otras reuniones con extraterrestres, y que culminarían con un tratado de 1954. Cooper refrenda que en 1954 los grises aterrizaron, efectivamente, en la base de Hollloman. Un extraterrestre, llamado Krill, fue presentado como “Majestad Plenipotenciaria”, y recibió un documento que debía firmar para dar por sellado el acuerdo. La crónica de Cooper es que dijo venir de Orión, concretamente de Betelgeuse, un astro que se estaba muriendo. Según la revista Astronomy & Astrophysics, Betelgeuse, la super gigante roja más cercana a la Tierra, se dirige a toda velocidad hacia un intrigante “muro” de gas y polvo contra el que, según un grupo de astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA), chocará dentro de unos 5.000 años. Eso, por supuesto, si antes la estrella no se convierte en supernova, en un estallido de tal potencia que sería visible a simple vista desde nuestro planeta, incluso a pleno día. Eso sí, según Cooper, estos extraterrestres mentían mucho, así que él mismo pone en entredicho este mismo dato. Después de este primer encuentro, llegó otro aterrizaje en la base Edwards en el que finalmente, se firmó un acuerdo entre los extraterrestres y el gobierno secreto estadounidense. El símbolo de los extraterrestres es descrito por Cooper como de forma “trilateral”. Siempre según Cooper, el acuerdo sería que nadie interferiría en el futuro del otro, y se mantendría en secreto. Los extraterrestres proporcionarían tecnología a los norteamericanos, comprometiéndose a no proporcionársela a ninguna otra nación. Al parecer, mentirían una vez más y harían el mismo pacto con la antigua URSS. El coronel Phil Corso confirma que el Proyecto Sigma, finalmente, logró establecer comunicación con los extraterrestres, pues vio esos documentos cuando trabajaba en la Casa Blanca: “Estuve cuatro años en la Casa Blanca y empecé a recibir informes, pero eran sólo informes. Tenía todos los permisos de seguridad, así que podía obtener los informes, incluso los que estaban en código secreto. Una vez conseguí uno que decía que la NSA estaba recogiendo señales del espacio, que no eran simplemente ruido espacial, o cifrados, o algo que no pudiésemos leer; eran señales muy perfectas y parecía que ‘alguien’ estaba dirigiendo un mensaje real. Pero no fuimos capaces de descifrarlo. Era un mensaje bien coordinado. No era ruido espacial ni nada de eso, ni ruido que estuviese llegando. Era un patrón de comunicación. La evaluación concluyó que debía provenir de seres del espacio exterior. Yo conseguí ese documento en la Casa Blanca porque tenía todas las autorizaciones de la NSA. Después volví y el General Trudeau me metió en ello. Él había organizado un proyecto de Investigación y Desarrollo. Al principio, yo era un asistente especial. Una semana después, se creó la División de Tecnología Extranjera, y me colocaron al mando. Allí empecé a obtener los informes de la autopsia de extraterrestres, así como de otros accidentes y de los artefactos recuperados. Llegué a visitar el lugar [cerca de Roswell, Nuevo México] un par de veces. Cuando entré en ‘Investigación y Desarrollo’, heredé todos esos artefactos y los informes de las autopsias del Hospital Walter Reed. En Walter Reed hay un laboratorio, que era financiado por nosotros. Fueron quienes hicieron las autopsias para nosotros. Pero no dejamos allí ni una copia de los informes. Todas las copias las cogimos porque era nuestro laboratorio, financiado por nosotros. Así que allí empezamos a obtener pruebas de que había ocurrido un accidente realmente en Roswell”.

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La información del doctor Michael Wolf, director durante cierto tiempo de los equipos que se encargaban de los asuntos extraterrestres para el MJ-12, coincide a grandes rasgos con la proporcionada por Cooper, y especifica que el nombre dado a la asociación con los extraterrestres grises fue Proyecto Centinela. Los extraterrestres tenían un conocimiento enorme sobre genética que era esencial para el éxito de un proyecto secreto en el que el Dr. Wolf estaba implicado y que consistía en la clonación de seres humanos. En el acuerdo firmado con los extraterrestres se especificaba que podrían secuestrar a un número limitado de humanos para sus experimentos, con el compromiso de que no serían dañados y serían devueltos a su lugar de secuestro, así como que no se acordarían de nada. También podrían secuestrar a un número indeterminado de cabezas de ganado. El término usado para referirse a esos secuestros sería el de “abducción” y la literatura sobre este tipo de fenómenos es muy abundante, aunque ha sido catalogado como un desorden mental por los psicólogos. “La genética del ganado es muy parecida a la de los seres humanos”, afirmaba el Dr. Wolf. Toda la investigación y desarrollo en nanotecnología y creación de tejidos artificiales sería heredera de estos proyectos secretos. Según Cooper, un grupo de humanos fueron a Orión representando a la Tierra pero se desconoce qué les ocurrió allí. Otra parte de ese acuerdo secreto, desvelado por Cooper y confirmado, entre otros, por Wolf, fue la construcción de una base subterránea exclusiva para los extraterrestres grises y otra de uso conjunto. La primera está situada en un área conocida como Dulce y se encuentra entre los estados de Utah, Arizona, Nuevo Méjico y Colorado, en reservas indias. La segunda, en la reserva india de Dreamland, es mejor conocida como Area 51 y se encuentra en Nevada, muy cerca de las Vegas. Tanto Wolf como Cooper coinciden en que todo el personal que trabaja allí es de los servicios secretos de la Marina. Gordon Novell, que fue asesor del fiscal Garrison sobre el asesinato del presidente Kennedy y que trabajó para el gobierno norteamericano, investigando las masacres de Waco y los davidianos, entre otros asuntos, es una de las personas que han confirmado la existencia de Majestic 12. Según explica: “MJ-12 difiere de los IIluminati en que no están a favor de la creación de virus para matar a una gran parte de la población. Hace 20 años que la CIA se enteró de que el MJ-12 tenía armas procedentes de los extraterrestres y no les gustó nada saberlo: por eso se llevan mal con la CIA”. El ex portavoz de la NASA, Richard Hoagland, uno de los grandes divulgadores de estos secretos coincide en que no hay uno, sino varios gobiernos secretos que, incluso, disputan entre sí.

En 1992, la CNN afirmaba que “El 64% de los norteamericanos creen que los extraterrestres han contactado ya a los seres humanos“. Entre el año 1998 y el 2000, se comprobó que el Ministerio de Defensa norteamericano había extraviado 1,7 billones de dólares. La existencia de un Gobierno Secreto, con actividades y presupuestos paralelos, quedaba al descubierto con esas cifras, abriendo las puertas a las teorías que apoyaban la existencia de proyectos militares ocultos y que habían ido saliendo a la luz pública a finales del siglo XX. En el año 1989 un ingeniero, llamado Bob Lazard, apareció en una televisión local de Las Vegas, para explicar que un año antes había sido contratado para un proyecto militar secreto. Lazard viajó a Las Vegas donde le recibió un hombre que dijo ser militar, llamado Denis Mariani, quien le lleva a una base situada a 160 kilómetros de allí. Una vez en aquel desolado lugar, las personas que le atienden le proponen firmar un contrato para trabajar en esa base secreta. En una ocasión le condujeron a unos hangares, ocultos en el terreno, llamados S-4, que tenían una textura de arena, de manera que “a sólo 150 metros de allí, no se distinguían”. Las personas que vigilaban ese área eran “como robots, sin emociones. El ambiente militar que allí había era opresivo”, algo que cuadra bastante con la descripción de los famosos Hombres de Negro . Según Lazard, esos hombres estaban ligados al Departamento de Inteligencia de la Marina, lo que confirmaría las informaciones de Cooper de que es el cuerpo encargado de mantener este secreto. Denis Mariani le entregaría unos documentos con la portada de color azul en los que se hacía referencia a un platillo volador de procedencia extraterrestre, pidiéndole que los estudiara. Pasado un rato, llevaría a Lazard a un hangar donde se encontraba un platillo volante: “Estaban intentando hacer algo parecido a un platillo volante. El objeto estaba hecho de una sustancia que no existía en la Tierra, lo que confirma su procedencia alienígena. Su habitáculo estaba pensado para una persona la mitad de alta que un ser humano. Su sistema de propulsión le permitía viajar en el tiempo. Mi trabajo consistía en averiguar el mecanismo de su propulsión para copiarlo. Dentro de las instalaciones había al menos nueve aparatos iguales”. Durante el análisis del objeto con el que trabajó, Lazard llegó a la conclusión de que “con un aparato que pueda crear gravedad, se pueden conseguir cosas de ciencia ficción, como viajar en el tiempo. Se pueden crear campos de fuerza con los que se pueden manipular el tiempo y el espacio”.

En 1989, Lazard pudo ver unas pruebas de vuelo a baja altura del prototipo generado a partir de la nave extraterrestre. Un día, a Lazard se le ocurre acercarse a las instalaciones con cuatro amigos para demostrarles la veracidad del asunto en el que estaba metido. El primer día nadie les ve, consiguiendo certificar que extrañas luces sobrevuelan la zona. Al día siguiente deciden volver para tomar fotografías de las luces. En esta segunda ocasión, una patrulla les detiene y les piden la documentación. A la mañana siguiente, Mariani visitó a Lazard y le dijo que no volviese a hablar del tema o acabaría mal. Una nueva amenaza por parte de Mariani hizo que Lazard se decidiese a hablar ante las cámaras de una televisión local de Nevada, aunque ocultando su rostro. El asunto del Área 51 había estallado. Este asunto se convertiría en un tema central dentro de la comunidad ufológica norteamericana, debido a la posible existencia de naves recuperadas de procedencia extraterrestre y porque el gobierno secreto de los Estados Unidos pudiera albergar alguna tecnología secreta. El Dr. Wolf es otra de las personas que admitió haber trabajado en el Área 51: “La base subterránea del Área 51 es una ciudad extendida, del tamaño de la Isla Rodhe, que continúa creciendo y tiene una base hermana llamada S4, a unas doce millas de distancia, y otra llamada Indian Springs. Emplea a cientos de civiles y militares y tiene por lo menos ocho programas negros en marcha, junto con un presupuesto anual de dos millones de dólares. Hay una seguridad intensa de cara al exterior, y en el interior impera la ley marcial, siendo patrullada por guardianes de élite. Algunos científicos viven en la base durante seis meses seguidos. Aunque sus dormitorios son sencillos, los extraterrestres viven en sus propios apartamentos de lujo, magníficamente diseñados. También hay áreas comerciales, tiendas de estilo militar y áreas de ocio que incluyen gimnasios, piscinas y patios de baloncesto. La comida es excelente”. El experto en ingeniería de las Fuerzas Aéreas norteamericanas Edgar Fouché también ha admitido haber estado en esta base secreta “realizando algunas modificaciones en la propia base” y trabajando en el avión TR3B, que es parte del proyecto Aurora. Aurora, también llamado SR-91 Aurora, es el nombre popular que se le ha dado a un hipotético avión de reconocimiento norteamericano, que algunos creen que sería capaz de volar a velocidades hipersónicas, superiores a Mach 5. Parece que el Aurora fue desarrollado en la década de 1980 ó 1990 como un reemplazo del SR-71 Blackbird. Algunos piensan que el proyecto Aurora fue cancelado debido al cambio de los aviones espías por vehículos aéreos no tripulados y satélites espías, los cuales pueden hacer el mismo trabajo que un avión espía, pero con menor riesgo de accidentes.

Bill Uhouse, ingeniero y experto en simulación de sistemas y en bases subterráneas, también ha admitido haber estado en esa base: “Son proyectos específicos, de tres semanas o un mes, y muy irregulares. Mi labor ha consistido en comprobar las instalaciones en test nucleares y crear simulaciones para los vehículos que se desarrollaban, como el F117”. Durante su estancia en el Area 51, Uhouse pudo comprobar la existencia de vías del tren subterráneas y túneles que entraban bajo tierra, a una profundidad de unas 16 millas. Sobre la cuestión estrictamente extraterrestre, Uhouse confesó: “No sé si en el Area 51 hay extraterrestres pero sí sé que los hay en otras dependencias”. La respuesta a la pregunta del periodista que le entrevistó fue contundente: “Me formaron, no sé si se puede decir así, me educaron para entenderme con los ‘grises’. Después de muchos años trabajando en esas dependencias, llegué a ganarme la confianza de los servicios de inteligencia y conseguí la autorización ‘Q’ que es la que te permite interactuar con los extraterrestres”. Al igual que las otras personas que han llegado a conocer estos grandes secretos, Uhouse tiene su propia estimación sobre el número de razas extraterrestres contactadas: “Puedo decir que esa civilización tiene unas creencias espirituales, y que hay seis razas extraterrestres que han entablado contacto con los seres humanos y una de ellas es de reptilianos. En realidad, cada una de las razas que pueblan actualmente la Tierra tiene un origen diferente”. Finalmente, en 1995, el Gobierno norteamericano admitió la existencia del Area 51. El 28 de enero de 1996 el ex secretario de Defensa, William Perry, reconocía la existencia del Area 51, en unas declaraciones televisadas por el canal 13 de Las Vegas. Esto fue lo que confesó: “Sí, tenemos una operación militar en desarrollo en Groom Lake, altamente secreta y altamente importante para nuestra seguridad”. A partir de ese momento, la estrategia del Gobierno norteamericano ha sido admitir la existencia de este área secreta, como un programa militar secreto, pero desligado del tema extraterrestre. El proyecto Aurora, uno de los grandes proyectos secretos aeronáuticos, ha sido hecho público pero no se han especificado algunas características de los diferentes aviones que forman parte de ese proyecto. El TR3BVm, descrito por Fouché, funcionaría con un motor de plasma y sería capaz de llegar al espacio y, al igual que el F117 descrito por Uhouse, serían parte de la transferencia de conocimientos extraterrestres, por medio de la ingeniería inversa. Varios de estos prototipos son la continuación de proyectos desarrollados por los nazis, como el “ala voladora” Horten.

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Frank Murray, piloto de pruebas de aviones de las fuerzas armadas norteamericanas, afirma que en el año 1952 estuvo en esa base para probar el avión espía U-2, cuyo sucesor sería el A-12. El controlador aéreo Burns trabajaba con él: “sí, recuerdo que había accesos restringidos, cubierto por paneles oscuros”. Ambos, Murray y Burns están de acuerdo en que en esas instalaciones se trabajaba en proyectos secretos. Según Burns “En una ocasión estábamos sin hacer nada, como suele ocurrir en el ejército, y uno de los agentes que nos vigilaban, nos comentó que estaban construyendo sistemas para replicar una nave extraterrestre“. Mark McCandlish, que trabajó para la compañía aeronáutica Lockheed Martin, una de las grandes beneficiadas de estos proyectos secretos, afirma que oyó hablar de que “Los sistemas con los que estamos trabajando, están 50 años por delante de lo que se conoce y que se parece más a lo que hayas visto en Star Trek o en La Guerra de las Galaxias”. De acuerdo al supuesto tratado firmado con la civilización extraterrestre representada por “Krill”, según Cooper, comenzaron a construirse dos bases secretas. Ambas tomaron como modelo la base subterránea nazi de Mauthausen, donde se llevaron a cabo sus proyectos aeronáuticos. Ya hemos dicho que científicos de la Alemania nazi, que habían trabajado en proyectos secretos, fueron trasladados a Estados Unidos. Parece que uno de los proyectos más secretos eran los que tenían que ver con naves aéreas que habrían desarrollado los nazis a partir de modelos extraterrestres. El proyecto Red light fue destinado a la creación de naves aéreas a partir de naves extraterrestres, mediante ingeniería inversa. Según Cooper, en 1955 el MJ 12, verdadero gobierno secreto americano, se dio cuenta de que los extraterrestres conocidos como grises violaban sistemáticamente el tratado firmado, realizando mutilaciones de animales  y humanos en diferentes lugares del planeta. Se sospechaba que no sólo no informaban al gobierno secreto, contraviniendo el tratado firmado, sino que ni siquiera los devolvían. La explicación de los extraterrestres, según Cooper, es que esos experimentos eran necesarios para su supervivencia como especie. Decían que su estructura genética se había deteriorado y que no iban a poder reproducirse si no realizaban algunos implantes genéticos a partir de seres humanos. Asimismo, el MJ 12 sospechaba que los soviéticos estaban interactuando con los grises, y consiguiendo la misma tecnología que habían obtenido ellos previamente, lo cual parece que era cierto.

Cooper afirma que se produjeron varias batallas con los extraterrestres, en las que los la fuerzas Delta del ministerio de Defensa sufrieron numerosas bajas, un dato que ha sido confirmado por el ingeniero y geólogo Phil Schneider, que trabajó en el desarrollo de armas biológicas en un laboratorio subterráneo en Los Alamos, así como en la creación de los túneles bajo tierra que lo harían posible. La maquinaria que utilizaban era tan eficaz, según relató, que hacían túneles de dos millas al día. Pero nadie le había avisado de que se iba a encontrar con “gente verde y gente gris” bajo tierra. Según Schneider, los grises altos llevaban allí 400 o 500 años en sus propias bases, que eran conocidas por el gobierno secreto. Phil Schneider declaró en 1995 que había sido uno de los elegidos para ayudar en la construcción de instalaciones secretas subterráneas para el gobierno de los EE.UU debido a que era un experto en explosivos. También comentó que su famoso encuentro con extraterrestres fue fatal y que fue uno de los únicos tres supervivientes que pudieron salir del incidente ocurrido en Agosto de 1979 en la mencionada base. Schneider aseguró que disponía de una autorización de seguridad de las más altas del gobierno, lo que le permitía estar en los principales proyectos secretos de construcciones subterráneas de los EE.UU. También comentó que lo matarían pronto. Aparentemente se suicidó dejando una extraña nota de suicidio. Su mujer siempre aseguró que Phil jamás se habría suicidado. Los detalles de la historia de Schneider son impactantes. Schneider expuso sus vivencias sabiendo que se jugaba su prestigio para siempre. Comentó que cuando comenzaron los trabajos de prospección del terreno de la base, se dio cuenta de la presencia de fuerzas especiales de los Estados Unidos en los exteriores del área de excavación, que consistía en cuatro inmensos hoyos en el terreno. Schneider y su equipo comenzaron a perforar y, según su testimonio, comenzaron a ver una corriente de aire de color negro saliendo de los hoyos que estaban escavando. Siempre según su testimonio, Schneider tuvo que bajar a la excavación para comprobar el área y se encontró un ser humanoide del tipo gris a pocos metros de él.

Según Schneider, el ser gris realizó un movimiento circular de su mano justo enfrente del pecho de Schneider y lo siguiente que vio fue un rayo azul golpearle. Mostró sus manos, sin algunos dedos, y una terrible cicatriz en el torso, asegurando que había sido ese rayo el que había producido tales heridas. También reveló que los dedos de sus pies estaban de la misma forma y que fueron quemados. Schneider reveló que vio también otros extraterrestres con las mismas características físicas que el ser que le había atacado y aseguró haber disparado a dos de estas entidades. Durante el transcurso de este hecho, un boina verde resultó muerto cuando intentaba protegerle del ataque de estos seres. Tras el incidente, otro de los boinas verdes le les ayudo a alcanzar de nuevo la superficie. No se sabe más de este incidente, salvo que Schneider cifra las victimas en unos 60 muertos por parte de las fuerzas especiales. Sobrevivieron otros dos testigos, que en 1995 seguían recuperándose de sus heridas, custodiados por el gobierno canadiense. Schneider siempre aseguró que existía una guerra secreta en las profundidades del planeta y que de hecho seguía produciéndose en aquel momento. Hizo mención a un total de 1477 bases subterráneas alrededor del mundo, de las cuales 129 fueron construidas en los Estados Unidos con un coste de 17.000 millones de dólares cada una. Ese dinero, según Schneider estaría financiado por el 25% del producto interior bruto de todo el país, y el dispendio, estaría totalmente oculto a la opinión pública por parte del gobierno y el ejército de los Estados Unidos. Robert Salter, de la Corporación Rand, ha confirmado la existencia de un plan para construir un tren que levitara magnéticamente y que podría ir desde Nueva York a Los Ángeles a la velocidad del sonido. El catedrático Richard Sauder ha confirmado la existencia de patentes a cargo de científicos trabajando en el laboratorio subterráneo de Los Alamos, Nuevo Méjico, para fundir la roca de granito mediante un reactor nuclear a base de litio. La primera patente estaría registrada en 1972 por la Comisión de la Energía Atómica. El reactor nuclear transmitiría calor al litio que se transformaría en líquido para fundir la roca y, al mismo tiempo, ese calor generado volvería al generador atómico. Pero lo más sorprendente es que la tuneladora reaprovecharía el material fundido para hacer la pared del propio túnel, de manera que no dejase escombros, creando un agujero como si fuera de diamante. Una posterior patente de 1975 especifica que esta máquina es capaz de realizar túneles de más de 12 metros de diámetro.

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Según relató Schneider en una conferencia poco antes de morir supuestamente asesinado, el 17 de enero de 1996, los túneles que estaban construyendo hacían que cayera arena sobre las propias bases extraterrestres pues, para realizarlos, en ocasiones necesitaban utilizar explosivos que rompieran las rocas que eventualmente encontraban. Este encuentro con los extraterrestres, que fecha en 1979, fue hostil debido a “lo horribles que eran esos extraterrestres”. En esta conferencia de 1995, unos días antes de ser asesinado, Philip Schneider se refiere a estos sucesos como “una guerra subterránea con los extraterrestres en la que estamos embarcados desde 1979”. Schneider diferencia 11 razas diferentes de extraterrestres, incluyendo los grises pequeños, grises grandes, y los reptilianos. Además de otras dos, que califica como “buenos” y de aspecto completamente humano. Según Phil Schneider, las bases subterráneas en Estados Unidos están comunicadas mediante trenes geomagnéticos. Las batallas acaecidas dejaron claro que las armas terrestres no podían con las armas extraterrestres y por eso, según Cooper, el Gobierno Secreto decidió seguir trabajando con los extraterrestres mientras, en secreto, intentaban avanzar tecnológicamente hasta el momento en el que pudieran hacerles frente. Para financiar las 75 instalaciones subterráneas que, según Cooper, existían en los años 90 en Estados Unidos, se decidió, allá por los años 50, que el tráfico de drogas sería la mejor opción. La serie The X-Files (Expediente X), ponía de relieve algunos de estos casos. Según el Dr. Michael Wolf, en mayo de 1975 hubo otro incidente con los grises en el Area 51, ocasionado por un malentendido entre grises y seres humanos. Parece ser que durante una demostración de un pequeño reactor antimateria, el jefe de los extraterrestres pidió a los guardias norteamericanos que sacaran sus balas y fusiles de la sala como precaución, ya que existía el riesgo de que estas armas se dispararan accidentalmente durante las emisiones de energía. Los guardias se negaron y en la conmoción resultante un guardia abrió fuego y mató a un extraterrestre. Coo consecuencia de la réplica extraterrestre, dos científicos y varias decenas de militares resultaron muertos. Según Wolf, un guardia testificó que los grises utilizaron contra ellos una forma de energía mental como autodefensa.

El Dr. Wolf afirma que: “En el tratado firmado por la Corporación, la entidad galáctica a la que pertenecen los grises, hay una decisión muy secreta de las Naciones Unidas que establece que no se permite a ningún extraterrestre pasear entre el público y ser visto por ellos“. Pero Kolta, un amigo gris del Dr. Wolf, fue tiroteado por un soldado en una zona prohibida. El Dr. Wolf encontró al extraterrestre gris, herido, y lo escondió en su apartamento: “Yo oculté a Kolta en mi dormitorio minutos antes de que aparecieran en mi puerta miembros de la CIA. Me las arreglé para actuar inocentemente y los envié fuera”. Si nos atenemos a las declaraciones de las pocas personas implicadas en estos proyectos secretos que se han atrevido a hablar, las relaciones intergalácticas no han sido siempre pacíficas, pero el secreto ha continuado en las manos de un reducido núcleo de personas, que se han beneficiado de las tecnologías adquiridas a partir de estos encuentros. Durante la década de los años 50, el MJ 12 pasaría a llamarse, sucesivamente, “Comité 54”, “Grupo Especial” y “Country Club”, en referencia a los terrenos de Rockefeller donde se solía reunir. Bajo cualquiera de estas denominaciones, el grupo permaneció al mando de Nelson Rockefeller y los Secretarios de Defensa y del Ejército, así como bajo la supervisión de un “Grupo de Sabios”, es decir, científicos escogidos de entre las élites que asesorarían a los políticos. Así se seguiría llamando cuando Kennedy llegó al poder. El Grupo de estudios extraterrestres, cuyas cabezas visibles dentro del área científica fueron, en la década de 1950, los científicos alemanes Werner Von Braun y Edwar Teller, llegó a la conclusión de que nadie, excepto el selecto grupo, debería acceder a ese secreto. Por ello, decidieron mantener en secreto su existencia y poner en marcha varios programas secretos, en principio sostenidos mediante fondos reservados y de la CIA, y más tarde con dinero obtenido del tráfico de drogas. Dado el poder de aquella raza extraterrestre, decidieron contactar con la Unión Soviética, China y Europa, para hacer frente a esa amenaza. Esa unión entre las élites de Europa y América fue el germen del Club Bilderberg y de la Comisión Trilateral. En paralelo, el gobierno secreto comenzó a desarrollar armas secretas, aprovechándose, una vez más, de los desarrollos tecnológicos de los nazis. El Proyecto Joshua fue la continuación de un arma capturada a los nazis, capaz de llegar a dos millas de distancia utilizando ondas de baja frecuencia. Otro de los grandes proyectos que financiaría el grupo secreto MJ 12 llevaría el nombre de Excalibur, que era un programa de misiles nucleares de gran precisión, capaces de destrozar a los extraterrestres en sus bases subterráneas. Una vez más, los expertos alemanes en cohetes serían de gran importancia para su desarrollo, comenzando por el propio Werner Von Braun.

El grupo de sabios llegó a la conclusión de que el ser humano había nacido de una manipulación genética llevada a cabo por seres de otras dimensiones y que esos mismos seres habían creado tanto las religiones como las sociedades secretas para manipular al ser humano. Siempre según Milton William Cooper, los extraterrestres confirmaron estas informaciones y afirmaron que eran capaces de llevar a cabo viajes en el tiempo, confirmando que algo iba a ocurrir a inicios del siglo XXI. En 1957 se realizó un simposio en Alabama, al que acudieron las más brillantes mentes de la época, en el que llegaron a la conclusión de que la sobreexplotación de los recursos y la superpoblación de la Tierra harían que las catástrofes climáticas se sucedieran, a menos que mediara una intervención de una tecnología superior procedente de una sociedad más avanzada. Tras conocer los resultados de ese simposio en Alabama, se elevaron tres recomendaciones al MJ-12. La primera era que se bombardeara la alta atmósfera con armas nucleares para abrir un hueco en la polución existente sobre la atmósfera. La segunda, crear grandes ciudades y túneles subterráneos donde una selección s de cada una de las razas y de cada rama del saber, una especie de arca de Noé, pudieran sobrevivir a la catástrofe. Al resto de la Humanidad se la abandonaría a su suerte en la superficie. La tercera recomendación sería estudiar la tecnología extraterrestre para explorar otros planetas y montar bases en esos lugares para una nueva humanidad. La Luna y Marte serían los primeros lugares donde explorar. Tanto los soviéticos como los americanos, desecharon la primera alternativa y decidieron actuar en la segunda y tercera. [A comienzos del siglo XXI, el multimillonario Bill Gates donó millones de dólares para la creación de un Banco de semillas, que la Fundación Rockefeller, el gobierno de Noruega y la multinacional Monsanto calificaron de “Arca de Noé” o “Banco semillero del día del Juicio Final”. Su propósito era disponer de unas muestras de cada especie en previsión de un cataclismo mundial. Se desconoce si se incluyeron genes de seres humanos. El banco de semillas está construido dentro de una montaña en la isla Spitsbergen, cerca de la pequeña aldea Longyearbyen. Está casi listo para entrar en acción, según sus comunicados de prensa. El banco tendrá puertas dobles a prueba de explosiones, con sensores de movimiento, dos esclusas de aire, y paredes de hormigón reforzado con acero, de un metro de grosor. Contendrá hasta tres millones de variedades diferentes de semillas de todo el mundo, ‘para que la diversidad de cultivos pueda ser conservada para el futuro,’ según el gobierno noruego. Las semillas estarán especialmente envueltas para excluir la humedad. No habrá personal a tiempo completo, ya que la relativa inaccesibilidad de la bóveda facilitará el control de toda posible actividad humana. Nos podríamos preguntar ¿qué futuro amenazaría la disponibilidad global de las actuales semillas, casi todas las cuales ya están bien protegidas por bancos de semillas en todo el mundo?

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Desde la década de 1950, los mejores científicos y pensadores fueron reclutados para llevar a cabo todos estos programas secretos, que incluían los del control de la población. También se dedicaron a los mejores científicos a realizar ingeniería inversa . El extraordinario avance de la tecnología humana a lo largo del siglo XX no puede explicarse según la teoría de la evolución. Durante esta década, y gracias a los presupuestos con cargo a fondos reservados, se comenzaron a realizar pruebas para llegar a la Luna y a Marte, como paso previo a la instalación de bases en ambos lugares. En el año 1957, el oficial de la marina Harley Andrew Byrd, sobrino del mítico Almirante Byrd, trabajó en el Proyecto Libro Azul. Su labor era comprobar la validez de fotografías e informes sobre el tema extraterrestre, hasta que, según Byrd, “en marzo de 1957 recibimos un mensaje urgente del departamento de la policía de Alexandria. El mensaje indicaba que dos de sus oficiales habían capturado a un extraterrestre que había aterrizado a 14 millas al sur del Bulevar Pentágono. El ocupante había sido transportado al Pentágono para que se reuniera con el vicesecretario de Defensa y después llevado bajo tierra a que se reuniera con el Presidente Eisenhower y el vicepresidente Richard Nixon”. El encuentro duró casi una hora, terminado el cual, el extraterrestre pasó la noche en la primera planta de las oficinas de la Armada. Su nombre era Valiant Thor, según Byrd. Me imagino que muchos de los lectores considerarán esta historia sobre este extraterrestre como poco creíble. Tal vez sea así, pero vale la pena saber algo más sobre este extraño tema. Valiant Thor se dio a conocer en nuestro planeta el 16 de marzo de 1957 y regresó al espacio el 16 de marzo de 1960. Valiant Thor dijo que era el comandante de una nave espacial con una tripulación de cerca de 200 tripulantes. Fue llevado ante el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower y su vicepresidente Richard Nixon. En esta reunión parece que se ofreció a dar información sobre como la humanidad podría vivir sin enfermedades, pobreza y muerte. Según parece le respondieron: “Lo sentimos, no podemos aceptar la información que nos das porque arruinaría la economía de la nación“. El investigador Frank E. Stranges dio a conocer este encuentro con Valiant Thor en su libro Extraño en el Pentágono, publicado en 1967. Según Frank E. Stranges, Valiant Thor medía aproximadamente 1,82 metros de altura y pesaba unos 84 kilos, tenía pelo marrón, ondulado, y ojos color café, unas características que no lo diferenciaban de un ser humano. Su esperanza de vida era de 490 años. El Dr. Stranges afirmó que tanto el presidente Dwight Eisenhower como Richard Nixon se reunieron con el extraterrestre. Timothy Good, ex asesor del gobierno de Estados Unidos, también afirmó que el presidente Dwight Eisenhower se reunió con extraterrestres.

Valiant Thor estuvo viviendo en el Pentágono durante tres años, con plena libertad para moverse. Finalmente Valiant Thor se fue la mañana del 16 de marzo de 1960, en Alexandría, en Virginia Occidental, donde su nave espacial descendió para recogerlo y desapareció de la vista. el Dr. Stranges se entrevistó con Valiant Thor en diciembre de 1959 y contó que cuando le preguntó de dónde era, respondió: “Yo soy del interior del planeta que llamáis Venus“. Le pregunté cuántos visitantes de Venus estaban actualmente en la tierra y dijo: “Actualmente hay setenta y siete de nosotros caminando en medio de vosotros en los Estados Unidos. Estamos constantemente yendo y viniendo”. Frank E. Stranges, años después del encuentro con este supuesto ser del espacio exterior, fundó en julio de 1967, en California, el National Investigations Committee on Unidentified Flying Objects (NICUFO). El siguiente relato es un resumen de su libro Extraño en el Pentágono, publicado en 1967: “16 de marzo 1957, en Alexandria, Virginia, uno de los líderes del planeta Venus, que operaba bajo la dirección de la Central de Control y que había sido elegido para hacer el contacto, así como dirigir el proyecto, aterrizó con su nave y se reunió con dos agentes de policía. Una transferencia de pensamiento los convenció rápidamente de que él no pretendía hacerles daño y lo introdujeron en el asiento trasero de su coche patrulla. Después de cruzar Washington, D.C., fueron recibidos por el secretario de Defensa, John Foster Dulles, junto con seis de los miembros de su personal. A través de su poder de pensamiento positivo fue capaz de  pasar a través de los puestos de seguridad seguido por un capitán de la Fuerza Aérea. De repente la puerta se abrió y seis guardias armados condujeron a Valiant Thor a lo que parecía ser un ascensor. Después de entrar en un tren subterráneo, se dirigieron hacia la Casa Blanca. Seis funcionarios, seis guardias armados y tres hombres del servicio secreto le acompañaron a la oficina del presidente Eisenhower. El Presidente se levantó mientras que los miembros del servicio secreto se mantenían inquietos. Al tiempo que extendía su mano para estrechar la del Presidente, los hombres del servicio secreto sacaron sus armas y apuntaron a Valiant Thor. Tras una señal del Presidente, bajaron sus armas.

El Presidente dijo: “Por supuesto, usted sabrá que se han suspendido todas las reglas de protocolo. Tengo una buena sensación hacia usted. Por favor, señor, ¿cuál es su nombre?” “¿Y de dónde viene?”. Valiant Thor respondió: “Yo vengo del planeta al que la Biblia llama estrella de la mañana y del atardecer”. Eisenhower preguntó: “¿ De Venus?”, a lo que Valiant Thor respondió afirmativamente. El Presidente preguntó si podía probarlo, a lo que Valiant Thor respondió proponiéndole visitar su nave. A ello Eisenhower respondió: “Amigo, no puedo entrar y salir cuando yo quiera. Hay otros asuntos que deben considerarse. Hay comités que consultar y las medidas de seguridad deben ser respetadas. Por favor, pase algún tiempo con nosotros. Vamos a conocernos mejor y aprender más uno acerca del otro. Y tal vez pronto ya veremos”. En ese momento, el vicepresidente Richard Nixon entró en la habitación y dijo: “Por supuesto, no estamos totalmente convencidos de nada todavía. Pero basta decir que se está revisando con doble control todo lo que dice y hace. Cuando el sargento Young de Alejandría nos avisó por radio y afirmó que acababa de aterrizar en un platillo volador, lo que pensamos fue que el sargento Young estaba delirando. Diga, ¿estaba usted adentro de un ovni sobre Washington, durante la oleada de 1952?. Sin duda alguna nos tenía a todos temblando, si fue usted”. Valiant Thor aseguró a Eisenhower y Nixon que este planeta había sido objeto de un riguroso análisis desde cientos de años antes de la primera explosión atómica de 1945. Entonces se pidió a Valiant Thor que siguiera a miembros del Servicio Secreto rumbo al Pentágono, que ya le había preparado un apartamento donde pasaría los próximos tres años. Poco después de su llegada, junto con otros tres miembros de su tripulación, se unió a una reunión en el patio trasero de la casa del señor Howard Menger, en High Bridge, Nueva Jersey. Según el libro Los Visitantes, de J.J. Benitez,  Howard Menger fue un famoso contactado de la década de 1950. Menger apareció para el mundo de la ufología en 1956. cuando contó sus experiencias en un programa nocturno de radio, donde aseguró que mantenía contacto con los extraterrestres desde los diez años, aunque no fue consciente de ello hasta que prestó el servicio militar. Su contacto original fue una mujer rubia, acompañada por dos hombres, que vestía de color pastel y a la que conoció en persona en un bosque muy cerca de donde vivía en High Bridge, New Jersey, y con la que se comunicaba mediante telepatía. Howard Menger, siempre según su propio testimonio, afirmaba que además de dicha mujer, mantuvo contacto con otros seres humanoides procedentes en su mayoría de Venus.

En 1946, la supuesta alienígena desembarcó de su nave espacial y anunció que habría una ola de contactos por todo el mundo, hecho que modificaría sustancialmente el futuro inmediato de la humanidad, asegurando que muchos extraterrestres llegarían a la Tierra para resolver los problemas de los humanos. También explicó a Menger que ella tenía 500 años de edad y además le ordenó que aprendiera a utilizar sus facultades mentales, pues debía de estar preparado para “inminentes acontecimientos de importancia”. Dicha supuesta alienígena prohibió a Menger hacer mención de todo ello hasta que no llegara 1957, en que se registró una importante oleada ovni sobre High Bridge, Nueva Jersey. En 1956, a raíz de la publicidad dada a otro supuesto contactado, George Adamsky, Menger tomó algunas fotos de platillos volantes y afirmó que viajó en uno de ellos hasta Venus y también a la Luna, en donde pudo ver bases, instalaciones y los propios pobladores del satélite terrestre. En su libro From outer space to you (Mensajes del espacio exterior), Howard Menger deja las descripciones de Adamski como un puro “juego de niños” y además menciona sus numerosos contactos con habitantes de Venus, Saturno y otros planetas del Sistema Solar, muchos de ellos supuestamente camuflados entre los hombres de nuestra sociedad. Conociendo hoy en día las condiciones climáticas extremas de Venus, se hace difícil pensar en la existencia de vida en dicho planeta y más aún de la forma en la que Menger la describía. A pesar de todo ello, la historia de Howard Menger se enmarca en la época dorada de los contactados y la ufología de Estados Unidos. El presidente Eisenhower declaró que el ofrecimiento de Valiant Thor para ayudar a la familia humana podría alterar la economía de los Estados Unidos y podría hundirla en el caos. En resumen, cortésmente le dijo a Val que la gente de este planeta no estaba preparada para hacer frente a condiciones tales como la llegada y existencia de visitantes extraterrestres, además de que sus recomendaciones fueran puestas en acción. Sin embargo, fue invitado a colaborar con unos científicos que estaban trabajando en proyectos médicos directamente relacionados con las ciencias del espacio. Durante este tiempo, Valiant Thor se negó a dar información respecto a una cierta mortífera arma que ahora conocemos como el sistema de “Guerra de las Galaxias”. Frank E. Stranges afirmó hasta el día de su muerte que Valiant Thor no era de la Tierra.

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Con tecnología alemana de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos estaban experimentaban con naves aéreas en forma de platillo. Pero no deben confundirse con las naves espaciales extraterrestres o las que vienen del interior de nuestro planeta. Estas naves que diseñaron lo0s nazis todavía se ven de vez en cuando en las zonas de América del Sur, donde algunos de los involucrados en los planes originales todavía residen. Pero no deben confundirse con las naves espaciales procedentes de otros mundos, o los que vienen desde el interior de este planeta. Ni a los ocupantes de las embarcaciones procedentes de otros mundos debemos confundirlos con los “mensajeros del mal” que no son originarios de la Tierra, pero que fueron arrojados a ella después de una primera guerra en el cielo. Frank Stranges es uno de los pocos investigadores de ovnis que pudo hablar con un viajero interplanetario. El 31 de enero de 1958 los Estados Unidos lanzaron al espacio exterior su primer satélite artificial, el Explorer 1, aunque ya que se les había adelantado el programa espacial soviético. El 29 de julio de 1958 se aprobó la creación de la NASA. La medida fue consecuencia de que Eisenhower y su equipo de colaboradores creyesen que la carrera espacial con la Unión Soviética era esencial para la seguridad de los Estados Unidos. El sargento Byrd, que fue el que primero contactó con Valiant Thor vivía a sólo unos pasos de un joven senador, cuyo nombre se haría famoso sólo unos años después. Su nombre era John Fitzgerald Kennedy. En 1961 llega un viento de aire fresco a la presidencia de los Estados Unidos. Su nombre era John Fizgerald Kennedy, hijo de un prominente hombre de negocios de origen irlandés y católico, que se había hecho rico jugando en la bolsa, a principios de siglo. John Kennedy anticipó los nuevos aires que estaban llegando a la Tierra. Kennedy llegó con fuerza y honestidad para transformar el país, cuya Hacienda Pública había perdido en 1933  la emisión del dólar en beneficio de un Banco privado, como era la Reserva Federal, controlada por el Gobierno Secreto, que se apoyaba en diferentes servicios secretos y que había comenzado a traficar con la droga. Por eso su misterioso asesinato, a día de hoy, sigue siendo la gran espina clavada en el corazón de muchos norteamericanos. Desde su discurso sobre las sociedades secretas y la libertad de prensa, que hemos referenciado al inicio del artículo, Kennedy se propuso hacer frente al gobierno en la sombra que se había formado después de la II Guerra Mundial, aunque sus orígenes se pierden en tiempos remotos.

Diversos documentos secretos, hechos públicos a lo largo de los últimos años, han demostrado que John Kennedy  preparaba el retorno de las tropas americanas de la guerra en Indochina. Asimismo, según Michael Ruppert, ex agente de la policía de Los Ángeles y de los servicios secretos especializados en narcóticos (DEA), Kennedy amenazó con detener la creciente implicación de la CIA en el tráfico de drogas e, incluso, disolver esta agencia. Otros investigadores, como Miton William Cooper, corroboraron esta información, que se complementa con las declaraciones de personas que supieron del complot de su asesinato. Madeleine Duncan Brown, amante del vicepresidente, el tejano Lyndon B. Johnson, meses antes de morir dijo que, el mismo día que Johnson fue elegido por Kennedy para ser su vicepresidente, le confesó su deseo de acabar con la vida de John Kennedy. Pero todavía hay más datos concluyentes de la conspiración para asesinar al Presidente. La noche anterior al magnicidio, el rancho de magnate del petróleo tejano Colin Murchinson, conectado con la mafia de los Genovese, organizó una cena en la que participaron, entre otros, el entonces jefe del FBI Edgar Hoover, el futuro presidente Richard Nixon y el mafioso Jack Ruby, posterior ejecutor del supuesto asesino, Harvey Oswald. En un momento dado, apareció Lyndon B. Johnson, reuniéndose seguidamente todos los conspiradores en una habitación reservada. Al salir, el vicepresidente Johnson dijo a su amante Madeleine Duncan Brown, según lo que ella misma confesó: “después de mañana, estos cerdos no me fastidiarán más: esto no es una amenaza, es una promesa”. La existencia de esta cena fue confirmada por el operativo de la CIA Frank Sturgis, en 1992, que moriría asesinado al poco de hacer esta revelación. Las declaraciones en el lecho de muerte de Howard Hunt, también agente de la CIA envuelto en la fallida invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba, y publicadas por la revista Rolling Stone en el mes de abril del 2007, señalan al vicepresidente Lyndon B. Jonson a la cabeza de la conspiración, ayudado por los agentes de la CIA, Cord Meyer, Frank Sturgis, David Atlee Philips, Wiliam Harvey y Antonio Veciana. Todos ellos, conectados con la mafia cubana de Miami. Hunt y el vicepresidente Johnson comenzaron a planificar el asesinato de Kennedy nada más ganar las elecciones primarias en el partido demócrata de 1960, según Duncan Brown. Al día siguiente del magnicidio, según la amante del vicepresidente, la cena se repitió en el rancho de Colin Murchinson, celebrando la noticia del magnicidio entre alborozos. Kennedy se convertía así en el cuarto presidente de los Estados Unidos que moría asesinado.

Otro conocido personaje aparece en la trama. Una fotografía del día del magnicidio muestra a George Herbert Bush, futuro presidente, en la puerta del colegio desde donde, supuestamente, se disparó al presidente. Las sospechas de que George Bush senior estuvo implicado en el asesinato de John Fizgerald Kennedy le llevaron a desmentir que hubiera tenido ninguna relación con la CIA antes de convertirse en su Director, cosa que ocurrió durante el posterior mandato de Gerald Ford. Sin embargo, el general retirado Owen, miembro fundador de la OSS, germen de la CIA, reveló en su libro El engaño inmaculado: Los crímenes de la familia Bush al descubierto (1991), un documento de Edgar Hoover en el que se cita un operativo llamado “George H. W. Bush” en las fechas anteriores a la tragedia, avisando de que “un joven del partido republicano amenazaba con asesinar al presidente durante su visita a Houston”. Al igual que ocurriera el 11 de Septiembre del 2001, varios servicios secretos de diferentes países esperaban que ese día ocurriera “algo”. Las propias investigaciones del FBI después del asesinato revelaron que el día que dispararon a Kennedy había en Dallas agentes secretos de la Unión Soviética, Francia y Gran Bretaña. Pero, al margen de su oposición a la guerra de Vietnam, de querer acabar con la Guerra Fría, con la CIA y, sobre todo, con la Reserva Federal, el asesinato de Kennedy tiene una motivación adicional. Según testimonios como el de Gordon Novell, asesor del fiscal Garrison que investigó el asesinato del Presidente: “Kennedy estaba a favor de la revelación de las relaciones con extraterrestres y su tecnología. Creo que se dieron cuenta de que sabía muchas cosas y por eso le mataron”. Un nuevo documento secreto, publicado en torno a la muerte de la famosa actriz Marilyn Monroe, amante de John Kennedy, ocurrida en agosto de 1962, un año y tres meses antes de la de Kennedy, revela que la CIA había llevado a cabo un meticuloso seguimiento de la actriz en los meses anteriores a su muerte. En el informe que podéis ver, se revela que Marilyn podría haber estado al tanto de algunos secretos “de los Gobiernos de los Estados Unidos y del Reino Unido” que el presidente Kennedy le habría revelado en los últimos meses. Uno de ellos, su estancia en una base militar secreta, en la que habría visto una “nave del espacio exterior y la recuperación de tripulantes, lo cual sería embarazoso para la NASA y sus planes de poner un hombre en la luna”. Ello dejaría al descubierto que la tecnología había sido transferida por extraterrestres. El informante de la CIA revela que la actriz había sido ignorada en los últimos meses tanto por el presidente como por su hermano, el fiscal general Robert Kennedy, del cual también era amante, por lo que podría conceder una rueda de prensa para contar estos hechos y los planes del presidente acerca de las bases en Cuba y su idea de asesinar a Fidel Castro. Asimismo, el informe menciona su “Diario de secretos” y lo que podrían hacer los periódicos en caso de que salieran a la luz.

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Estas revelaciones, según la revista Nexus, procedían de una conversación grabada por la CIA entre la actriz y su amigo, el marchante de arte Howard Rothberg, el 3 de Agosto de 1962. En la misma, se hacían referencias a proyectos secretos, que vulneraban la censura ovni y sobre el MJ-12. El jefe de contrainteligencia de la CIA, Jim Angleton, determina que la actriz pretendía presionar al presidente por despecho amoroso. En el documento que presento en exclusiva , se revela que la actriz había hablado con la periodista de Nueva York Dorothy Killgalen, sobre el asunto de Roswell, y que esta reportera ya había oído hablar de este asunto desde 1955. La actriz fue hallada muerta en su apartamento un día después de esta conversación, acaecida el 5 de agosto. La sentencia de muerte de John Fitzgerald Kennedy fue, según publicó la revista Nexus, el Memorandun de Seguridad Nacional número 271, con fecha 12 de noviembre de 1963, enviada al Administrador de la Administración Espacial y de Aeronáuticas, James Webb, en el que, bajo el titular “Cooperación con la Unión Soviética en Materia del Espacio Exterior”, se leen las intenciones de Kennedy de cooperar con los soviéticos en el programa espacial. En el documento se insta al directivo de la NASA a “asumir personalmente la iniciativa y responsabilidad dentro del Gobierno para desarrollar un programa de cooperación con la Unión Soviética en materia del espacio exterior, incluido el desarrollo de propuestas tecnológicas específicas. Yo asumo que debería trabajar cercanamente con el Departamento de Estado y otras agencias”. James Webb había servido como asesor del Presidente Truman en el gabinete de Guerra Psicológica. También estuvo involucrado en el desarrollo del programa nuclear. El ultimo memorandum que Kennedy escribió al servicio de contra-inteligencia, a fecha de 12 de noviembre de 1963, tenía por objeto la “reclasificación de los documentos de espionaje sobre el tema extraterrestre desde la cuestión de ‘seguridad nacional’ a ‘fuera de esa seguridad’”. Al tiempo, recomendaba a Webb, con respecto a la Unión Soviética, la valoración de los casos de seguridad que pudieran afectar realmente a la seguridad del Estado de los que no. En otras palabras, Kennedy se quería cargar la Guerra Fría. Dos días después de escribir este documento ejecutivo, sería asesinado. Jim Angleton, jefe de contrainteligencia y creador de las OSS, el grupo que se infiltró en las filas fascistas y nazis, era amigo personal del jefe de la CIA, Allen Foster Dules. Jim Angleton pensaba que no se podía confiar en nadie, particularmente en un país extranjero. Él fue la persona que comenzó la Guerra Fría y el receptor del documento que sería la sentencia de muerte de Kennedy. Seguramente Angleton pertenecía al MJ-12.

Para aumentar la sospecha de que el asunto extraterrestre fue una de las principales causas del asesinato de Kennedy, parece que hay un discurso que Kennedy estaría preparando antes de ser asesinado y que revelaría la existencia de seres de otras galaxias y su disposición a entablar contactos amistosos con ellos. Este supuesto discurso diría lo siguiente: “Mis compañeros americanos, gente del mundo, hoy nosotros salimos en camino en una jornada dentro de una Nueva Era. Una época, la niñez de la humanidad, está terminando y otra época está a punto de iniciar. La jornada de la cual yo hablo está llena de desafíos desconocidos, pero yo creo que toda nuestra historia pasada, todas nuestras batallas del pasado, han preparado excepcionalmente a nuestra generación para que se imponga. Ciudadanos de esta Tierra, nosotros no estamos solos. Dios, en su infinita sabiduría, ha creído propio poblar su Universo con otros seres, criaturas inteligentes tales como nosotros mismos. ¿Cómo puedo yo declarar esto con esta autoridad? En el año 1947 nuestras fuerzas militares recuperaron desde el seco desierto de Nuevo México los restos de una nave de origen desconocido. La ciencia pronto determinó que ese vehículo venía de las fronteras lejanas del espacio exterior. Desde ese tiempo nuestro gobierno ha tenido contacto con los creadores de esa nave del espacio. A pesar de que esta noticia pueda sonar fantástica, y ciertamente aterradora, yo les pido que no la saluden con miedo o pesimismo inmerecido. Yo les aseguro, como su Presidente, que estos seres no tienen intenciones de dañarnos. Al contrario, ellos prometen ayudar a que nuestra nación se sobreponga a los enemigos de toda la humanidad –la tiranía, la pobreza, las enfermedades, la guerra. Nosotros hemos determinado que ellos no son adversarios, sino amigos. Junto con ellos nosotros podemos crear un mundo mejor. No puedo decirles que no habrá tropezones o traspiés en el camino que se aproxima. Yo creo que ellos han encontrado el verdadero destino de la gente en esta gran tierra: Conducir al mundo dentro de un futuro glorioso. En los próximos días, semanas y meses, ustedes conocerán más respecto de estos visitantes, el por qué de que ellos están aquí y por qué nuestros líderes nos han ocultado su presencia como un secreto durante mucho tiempo. Yo les pido que vean el futuro, no con timidez, sino con coraje, debido a que nosotros podemos lograr en nuestro tiempo la visión de paz en la Tierra y prosperidad para toda la humanidad. Dios los Bendiga“. Obviamente, es imposible poder confirmar la autenticidad de este discurso, pero sí que encaja bastante con las intenciones de Kennedy.

Según H.G. Wells: “El Nuevo Orden Mundial será un gobierno de científicos y será odiado por todos los seres del Planeta”. Como demostró el investigador Antony Sutton, en su obra Wall Street y el ascenso de Hitler, los banqueros norteamericanos, con Prescott Bush a la cabeza, financiaron al partido nazi de Hitler, como contrapeso al anterior triunfo de la Revolución Soviética. Tenían que enfrentar a ambas dualidades para así crear la II Guerra Mundial, que daría lugar a la creación del estado de Israel en Oriente Medio. John D. Rockefeller tuvo un emisario en Rusia a principios de siglo XX, llamado George Kennan, que estuvo financiando la revolución soviética. En 1915 se fundó la American International Corporation con el expreso objetivo de dotar de asistencia financiera a los bolcheviques, bajo el mando de los banqueros JP Morgan, John D Rockefeller y Frank A. Vanderlip, según relata Daniel Estulin en su libro El Club Bilderberg. Hay una enigmática raíz esotérica en el nazismo, en el que jugó un papel primordial la Orden de Thule, una logia que creía en el destino privilegiado del pueblo ario, supuestamente descendiente de la raza hiperbórea, que habría venido de las Pléyades. Aún hoy, la gente asocia la esvástica con el nazismo, desconociendo que es un símbolo solar ancestral. La búsqueda de la mítica ciudad de Shamballah, en el interior de la Tierra, y de la misma Arca de la Alianza por parte de los nazis, demostraría esta raíz esotérica. Heinrich Himler, líder de las SS, uno de los que más sabía sobre ocultismo dentro del nazismo, dirigió varias expediciones al Himalaya para encontrar el origen de la raza aria, así como a Francia, en la región de los cátaros, para encontrar el Santo Grial. La familia de banqueros Rothschild pasa por ser la gran impulsora del plan para el establecimiento del estado de Israel, que tiene mucho que ver con el origen de nuestra civilización desde el punto de vista religioso. De hecho, la Estrella de David era también el emblema de la familia Rothschild, que pasaría a convertirse en el símbolo del movimiento sionista. No son pocos los que sostienen que la estrella de seis puntas es un arquetipo tan antiguo como la propia esvástica, cuyo origen se remontaría al Rey Salomón, constructor del mítico templo de Jerusalén. Los fondos de los banqueros alemanes y estadounidenses, muchos de ellos judíos, ayudarían a llevar a Hitler al poder, para desencadenar la II Guerra Mundial y el posterior establecimiento del estado de Israel. Muchos de esos judíos habían llegado desde Rusia.

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Robert Dean es un ufólogo norteamericano de Tucson, Arizona, que está retirado del Ejército de Estados Unidos como Sargento Mayor. En el año 1963, Robert Dean llegó a París para trabajar en la OTAN, en donde alcanzaría el grado de Comandante con una autorización para acceder a documentación secreta.  Su gran curiosidad hizo que, un año después, comenzara a tener acceso a documentos secretos de la OTAN recopilados entre los años 1961 y 1964. Como él mismo confesó: “En aquel año 1961, tenía un despacho en el Operation Center de la OTAN. Dado mi cargo, daba órdenes a capitanes y coroneles. En mitad de la peor época de la Guerra Fría, a un paso de la guerra con el Pacto de Varsovia, la OTAN se comunicaba con los rusos por cuestiones de ovnis. En febrero de 1961, apareció una flotilla de platillos volantes que venía desde el este, de Rusia, hacia la Europa occidental, Alemania, Francia, Inglaterra. Volaban muy altos, muy rápidos, en formación. Todo ello, me consta que se filmó. Al principio, el gobierno no sabía si eran soviéticos. Yo dije ‘ha empezado la tercera guerra mundial’ . No teníamos la capacidad técnica para acertar en el blanco”. Gordon Cooper fue uno de los astronautas originales del programa Mercury Seven y el último estadounidense en volar solo al espacio. En entrevista con James Fox, Cooper desveló que ya en el año 1951 los mandos norteamericanos detectaron este tipo de objetos: “Esos objetos [ovnis] se mantuvieron volando en el mismo tipo de formación que mantenían nuestros cazas mientras estábamos sobrevolando Alemania. Estábamos pilotando F-86: venían y hacían las mismas maniobras que hacíamos nosotros, excepto que, de vez en cuando, uno de ellos salía disparado y hacía maniobras que no podías hacer con un caza convencional. El avistamiento comenzó porque el meteorólogo estaba siguiendo un globo meteorológico y vio a estos objetos con los prismáticos. Esto hizo que la gente empezase a salir fuera a verlos, y decidimos enviar algunos aeroplanos para ver qué eran. Pero no pudimos alcanzarlos. Estaban más arriba y eran más rápidos. De modo que no pudimos saber si eran muy grandes y estaban lejos, o si eran más pequeños y estaban más cerca. Era difícil calcular exactamente cuál era su tamaño. En aquella época, sin duda, los rusos carecían de esa tecnología. Eran formaciones en vuelo de combate, bajo control humano. Tenían la típica forma de plato, dos platos invertidos, y de aspecto metálico. Creo que eran, con seguridad, vehículos pilotados. Cada uno de ellos tenía un piloto dentro. Estoy en condiciones de afirmar que estaban en comunicación unos con los otros porque hacían giros de tal modo que tenían que estar coordinados. Uno podía salir disparado de la formación hacia un lado, hacer una maniobra lateral hacia un lado”.

Pero aquella no fue la primera vez que Cooper tuvo contacto con naves alienígenas durante la llamada Guerra Fría: “Posteriormente, en la Base Aérea de Edwards, estábamos grabando películas de aterrizajes de precisión y nos encontrábamos justo en el borde de un lago seco. Un platillo voló justo por encima de nuestros aparatos, desplegó tres ruedas de aterrizaje y aterrizó sobre el lecho del lago. Un equipo salió con las cámaras…en dirección al ovni. Entonces éste despegó, replegó las ruedas, partió a una inmensa velocidad y desapareció. Mientras revisaba los libros de registro buscando el número al que llamar a Washington para informar del suceso, el cámara fue a revelar la película. Para cuando volvió con la película revelada, yo estaba hablando con oficiales de rango cada vez más alto; uno detrás de otro. Finalmente, un Coronel me dijo que cuando llegase la película a mi mesa, la pusiese en un paquete para enviarla. Llegaría un mensajero a mi oficina y ellos se encargarían de enviarlo a Washington con la película, en un avión nuestro. El Coronel nos dijo que no hiciésemos copias. De modo que lo embalamos con los paquetes del correo. Únicamente, tuve oportunidad de ver la película al trasluz; era una buena película, con buenos primeros planos, en los que se veía un objeto muy parecido a lo que había visto en Alemania. Bien, por las fechas en que sucedió esto, estuve implicado en el departamento de ‘ Investigación y Desarrollo’ y haciendo proyectos muy secretos en el centro de tareas. Sabía que no teníamos ningún vehículo como ése por entonces. Estoy seguro al 99.9% de que los rusos tampoco tenían ese tipo de vehículos. En ese momento, no tenía ninguna duda de que estaba hecho en un lugar distinto a la Tierra. Pero me limité a enviar la evidencia del mismo modo que me habían dicho y a hacer lo que te decían que hicieses. En aquel entonces estaba trabajando en un pequeño programa del que nadie sabía nada y no nos permitían hablarlo con la familia ni con nadie. Era el programa del U-2 [avión espía]. Este suceso estaba realmente en la misma categoría de secretismo. No sé por qué se mantuvo tan en secreto. En mi opinión, creo que estaban preocupados de que cundiese el pánico entre el público si se sabía que alguien tenía vehículos que tenían esas prestaciones justo después de la II Guerra Mundial. De modo que empezaron a contar mentiras al respecto. Creo que tenían que cubrirlo con otra mentira, contar otra mentira para tapar la primera mentira y ahora no saben cómo salir de ahí. Ahora sería muy embarazoso admitir que todos los dirigentes han contado un montón de mentiras, sería muy difícil salir de ahí”.

La información relativa a encuentros con ovnis en la antigua Unión Soviética siguió unas pautas similares a las de Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XX. Mientras el Gobierno soviético estudiaba los casos en secreto durante cuarenta años, los ufólogos tenían que comunicar su información de manera clandestina. El Coronel Boris Sokolov fue el coordinador de la investigación oficial sobre la existencia de extraterrestres, que llevó a cabo en secreto el gobierno soviético. Una vez concluida la era comunista, la documentación empezó a salir a la luz y, finalmente, se hizo pública en el año 2000. Sokolov reconoció que sólo el 10% de los casos planteaban interrogantes acerca del objeto en cuestión. Al parecer, el tema ya había atraído la atención de Stalin desde el caso Roswell. Si nos atenemos a las declaraciones del coronel ruso acusando a Víctor Rothschild, las fugas de información tenían que estar al máximo nivel. El investigador Korolov afirma que los casos de avistamientos de ovnis durante esa época ascendieron a 15.000, aunque algunos tal vez fueran aviones espía norteamericanos. Entre los más famosos, tenemos una caso sucedido en 1958. Un camarógrafo que grababa un vuelo de prueba de un caza soviético filmó un objeto triangular en el cielo de Riga, Letonia, que efectuaba unas maniobras imposibles para las naves terrestres. Se calculó que el ovni volaba a 11.000 metros de altura y la película se llevó al Kremlin que la mantuvo en secreto durante varios años. En un documento titulado “Dossier ovni KGB” pueden verse unos soldados soviéticos inspeccionando un platillo volador que, según el escritor Benjamín Vereschagin, fue encontrado en la primavera de 1969 en un bosque cercano a la localidad de Redksi. En 1982 el personal militar de una base de misiles balísticos intercontinentales, cerca de Vielocrovidze, en Ucrania, vio varias esferas brillantes. Segundos después, una luz de alarma indicaba que un misil estaba en posición de lanzamiento sin que ningún operario hubiera tocado ningún botón. De pronto, y sin ninguna explicación, la secuencia de lanzamiento se abortó. El Mayor-General Alexeyev, del Centro de Comunicaciones Espaciales de Rusia, fue considerado uno de los generales rusos de mayor conocimiento sobre el tema extraterrestre y fue el testigo más importante del área soviética. Durante su etapa en ejercicio Alexeyev vio muchos informes de testigos de naves documentadas con todo lujo de detalles.

En esos documentos se relataban encuentros con ovnis vistos sobre instalaciones donde se desarrollaban los más avanzados proyectos soviéticos, como las instalaciones nucleares. Según Alexeyev: “La información proveniente de esas bases era de interés porque no solamente se trataba de comentarios y rumores; había testigos de los fenómenos y así se reflejó en documentos específicos y en los informes de los oficiales. En ocasiones, esa información era de una naturaleza tan fascinante que era imposible creerla. Posteriormente la cuestión dejó de parecer algo fantástico y comenzó a ser examinada al nivel no sólo del Ministerio de Defensa, sino también por otros departamentos del Gobierno. Este interés se demostraba específicamente porque se enviaron a ciertos expertos a investigarlo, especialmente a aquellos lugares donde los ovnis, llamémoslos así, aparecían frecuentemente. Sé de un buen número de bases militares que están en esta categoría. Como norma, son lugares de significado estratégico, complejos de cohetes, instalaciones de pruebas científicas; en otras palabras, donde hay una gran concentración de ciencia avanzada y, hasta cierto punto, peligro. Porque cada cohete nuclear, cada nueva instalación de la Fuerza Aérea, representa un salto adelante tanto en términos científicos como militares; son la cumbre de los logros humanos. Y allí es donde aparecían más a menudo los ovnis. Más aún, oficiales y comandantes, a título personal, en el terreno, que sabían acerca del fenómeno y no tenían instrucciones oficiales en la materia, actuaron siguiendo su propia iniciativa para investigar los ovnis, registrar datos, y cosas así. Sé que en algunos lugares aprendieron a crear una situación en la que podían provocar deliberadamente la llegada de un ovni. Por ejemplo, podría aparecer un ovni donde había un aumento de la actividad militar conectada, digamos, con el transporte de cargas ‘ especiales ’. Era suficiente con estimular artificialmente o programar dicho movimiento para que apareciese un ovni. En otras palabras, emergía algún tipo de relación condicional. Y ellos lo detectaban. Somos una nación inteligente; nada se nos escapa. Sé que en ciertos lugares de pruebas -no voy a nombrarlos, aunque ya no son un secreto- incluso aprendimos a hacer algún tipo de contacto. ¿En qué consistía? Primero aparecía el ovni; en la mayoría de los casos era una esfera, pero había otras clases. El contacto se producía con la ayuda de indicaciones físicas de comportamiento; apuntando con las armas en varias direcciones, digamos, y la esfera se hacía plana en esa misma dirección. Si elevabas las armas tres veces, el ovni se aplanaba de forma vertical también tres veces“.

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A inicios de la década de 1980, siguiendo las instrucciones del gobierno soviético, se llevaron a cabo experimentos utilizando dispositivos técnicos como teodolitos y estaciones de radar, de los cuales se obtuvieron grabaciones de los objetos no identificados. El testimonio de Alexeyev y, en general, de los testigos del bloque soviético, ratifica completamente la afirmación del ufólogo americano Steven Greer en el sentido de que las naves procedentes de otras civilizaciones han vigilado las instalaciones nucleares de ambas potencias y, por tanto, se convirtieron en el enemigo de ambos bloques. Cuando hablamos de ovnis y extraterrestres es difícil no mencionar la figura del Dr. Steven Greer, el controvertido médico de urgencias y ex-presidente de medicina de emergencia en el Caldwell Memorial Hospital. El Dr. Greer es ampliamente considerado como la mayor autoridad mundial en el tema de la inteligencia extraterrestre, además de ser el fundador y director del Disclousure Proyect, cuyo objetivo es divulgar la existencia en nuestro planeta de ovnis, inteligencia extraterrestre y avanzados sistemas clasificados de energía y propulsión. El Dr. Greer sorprendió al afirmar que dispone de la evidencia definitiva sobre la existencia de inteligencia extraterrestre. Según explicaron los productores del documental Sirius, del Dr. Greer, nunca antes se había juntado esta información y material de archivo públicamente: “Esto realmente es la mayor historia jamás contada. Una vez que la gente entienda que los proyectos clasificados han descubierto cómo funciona la tecnología ovni, se darán cuenta de que ya no necesitamos el petróleo, el carbón y la energía nuclear. Esta es la verdad que ha impulsado el secreto”. Carl Sagan, autor de varios libros de gran éxito, dijo una vez que Sirius ha sido producido precisamente para proporcionar la evidencia que nunca antes tuvo la credibilidad científica. Si realmente nos encontramos ante una evidencia real extraterrestre, sin duda responderá a la gran pregunta de si los humanos estamos solos en el universo. Amardeep Kaleka, director del documental y ganador de un premio Emmy declaró: “Teniendo en cuenta la posibilidad de que hubiera algo profundo que explorar aquí, algo que podría abrir la mente a nuevos ámbitos y nuevas posibilidades, aprovechamos la oportunidad de participar en este proyecto. Por cada historia que se cuenta, encontramos cientos de otras. Nuestro objetivo es poner en marcha nuestra propia audiencia en el mismo viaje, para abrir sus mentes y que les ayude a buscar. Y que libremente consideren que si hay algo más en este mundo de lo que jamás se podría conocer”.

El ingeniero eléctrico Hatland Bentley, experto en ingeniería nuclear, trabajó en varios proyectos secretos con distintas agencias gubernamentales, incluyendo a la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) y el Departamento de Energía. Él es una de las personas que pueden dar fe del avistamiento de ovnis alrededor de instalaciones de misiles. Concretamente, en el periodo de 1957-1959, cuando él era controlador de radar en una de estas instalaciones: “En Mayo de 1958, alrededor de las 6:00 de la mañana, primero escuché un sonido como de un transformador a pulsos. Miré por la ventana y oteé el horizonte, y vi ese objeto con forma de disco dirigiéndose hacia el suelo, hasta que se estrelló. Se dividió y entonces volvió a tomar vuelo. El pedazo más grande que vi era de un blanco que brillaba intensamente y era probablemente del tamaño de una lavadora. Cuando la nave volvió a tomar vuelo después de haberse estrellado, pasó a través de una arboleda y de hecho sesgó tres, cuatro o cinco pulgadas las ramas, en una sola pasada, como una cuchilla o un machete. La parte realmente excitante ocurrió la noche siguiente, mientras estaba de servicio. Eran aproximadamente las 10:00 o las 11:00 de la noche cuando recibí una llamada de la instalación de Gaithersburg diciendo que tenían entre 12 y 15 ovnis, a 50 – 100 pies del suelo. Le dije al tipo con el que hablaba por radio: ‘¿Qué sonido hacen?’ Cogió su micrófono, lo puso por la ventana y otra vez apareció el sonido pulsante, aunque ahora había más de ellos. Los describía como de formas distintas. Yo tenía el radar conectado, un radar de barrido M-33, y justo al lado del montículo donde se asienta Gaithersburg, encontramos el ‘blip’ donde estaban esos vehículos. Entonces, de repente, todos ellos despegaron a la vez. Desde mi radar, que va a 33,3 rpm, se fueron en un barrido. Para recorrer la distancia desde el centro hasta donde apareció el siguiente blip en el primer barrido, a una velocidad constante, se habría marchado a 17.000 millas por hora, una cifra que calculamos con nuestra computadora analógica”. En un bosque inglés sito en Rendelsham, cercano a la base de la OTAN de Benwaters, donde se custodiaban armas secretas, se vivió algo parecido. La noche del 25 de diciembre de 1980, el soldado John Bourrughs estaba encargado de realizar la patrulla por los alrededores de la base cuando, de repente, vio una luz entre los árboles, lejos de la carretera. Llamó al oficial de guardia, el sargento Jim Penniston y, juntos, se encaminaron al lugar de donde procedían las luces, de color amarillo y rojo.

Al principio lo achacaron a un accidente de aviación. Pero cuando se acercaron más, comenzaron a experimentar interferencias en sus radios y, más tarde, sintieron una descarga eléctrica en el aire. Cuando ya estaban encima del fenómeno, comprobaron que se veía una luz brillante que iluminaba toda la zona y que emanaba de un objeto de forma triangular, de tres metros por dos, del cual no podían identificar una zona delantera y otra trasera. Al tocarlo, lo notaron liso como el metal, y cálido, pero no encontraron las luces en la superficie. En la parte frontal identificaron unos extraños símbolos sin parecido a ninguna escritura conocida. De repente, el objeto emitió una luz cegadora, se elevó y salió por encima de los árboles. Inmediatamente después de su huida, las radios volvieron a funcionar. Tras tomar las tradicionales notas acerca de las marcas dejadas por el objeto, se lo comunicaron al Coronel al mando, Charles Halt, que inició una investigación. A los dos días, el objeto reapareció sobre el hangar donde se guardaban los misiles nucleares. La particularidad de este caso radica en que, tras años de censura, Nick Pope, un oficial del gobierno británico que se ha significado en los últimos años por su apertura de información, ha admitido su existencia. Pope es un oficial del Ministerio de Defensa Británico actualmente en ejercicio y que dirigió la oficina del Ministerio para el Estudio e Investigación del Fenómeno Ovni durante los años 90. También hay incidentes donde se afirma que los ovnis han mostrado un extremo interés en plantas nucleares civiles, en instalaciones militares con arsenales nucleares, etc. Segú la agencia Gallup, el 72% de los norteamericanos creen en que hay vida en el espacio exterior. El 21 de septiembre de 1987, ante la 47 asamblea general de las Naciones Unidas, el por entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, pronunció estas enigmáticas palabras: “Quizás necesitamos de una amenaza a nuestro mundo por parte de una raza proveniente de otro planeta. Entonces, las disputas entre las naciones desaparecerían. Algunas veces me da por pensar qué rápidamente nos uniríamos si estuviéramos encarando una amenaza alienígena del espacio exterior”. El 28 de septiembre de 1981, el presidente Reagan recibió una carta del Mayor retirado Colman Vonkeviczky, que era director de la Investigación Internacional de Naves Galácticas. Este grupo sostenía que los ovnis “representaban una fuerza intergaláctica que destruiría la tierra a menos que nuestros líderes se unieran para emprender acciones hostiles contra ellos”.

En 1966 Vonkeviczky había escrito un memorando al entonces Secretario de las Naciones, U Thant, recomendándole la creación de un departamento específico sobre el tema extraterrestre. El Secretario General de la Naciones Unidas mostró interés por el tema y encargó a Vonkevicky “trabajar en un documento preliminar para conocer en qué medida el asunto ovni podría ser incluido en la agenda de las Naciones Unidas”. Desde entonces, y hasta su muerte, en 1998, Vonkevicky envió numerosos documentos al Secretario General de las Naciones Unidas para llamar la atención sobre el tema extraterrestre, al igual que había hecho, al parecer sin éxito, con todos los presidentes de los Estados Unidos, desde Johnson hasta Reagan. La diferencia es que Reagan sí daría un paso en un tema por el que se sentía tremendamente implicado. Curiosamente, en marzo de 1981, Ronald Reagan sufrió un intento de asesinato. La primera mención pública al tema extraterrestre hecha por Reagan, de la que se tiene constancia, fue en noviembre de 1985, durante una conversación con Gorbachov en Ginebra en la que se hablaba de desarme. La segunda, en un colegio de Harford County, Maryland. Esto fue lo que les contó el Presidente Reagan. “No puedo parar de pensar en que somos como los dioses de los niños, donde quiera que vivamos en el mundo, no puedo menos que decirle a él (Gorbachov) qué fácil sería para él y para mí, si de repente apareciera una amenaza para nuestro mundo personificada en otras especies venidas de un planeta más allá del universo. Olvidaríamos las diferencias locales entre nuestros países y nos daríamos cuenta, de una vez y para siempre, que sólo somos seres humanos viviendo en la Tierra, unidos. Bueno, supongo que debemos esperar que alguna raza alienígena venga y nos amenace, pero entre nosotros, podemos llegar a un entendimiento”. Los archivos desclasificados de los discursos de Reagan prueban que ninguno de los miembros de su equipo escribió esos comentarios para él, sino que fueron obra de él mismo. Lo sorprendente es que Gorbachov recogió la pelota lanzada por Reagan en un importante discurso sobre la “supervivencia de la Humanidad”, en Moscú: “En nuestro encuentro en Ginebra, el Presidente de los Estados Unidos afirmó que si la Tierra estuviera encarando una invasión de extraterrestres, los Estados Unidos y la Unión Soviética podrían unir sus fuerzas para repeler tal invasión. No me gustaría discutir dicha hipótesis, porque me parece que es pronto todavía para afrontar tal invasión. Es más importante pensar en los problemas que tenemos que solucionar actualmente en común”.

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Reagan llegó a visitar Roswell con ocasión de las elecciones en el estado de Nuevo Méjico,  y se volvió a interesar sobre el asunto, aunque todos los indicios apuntan a que no tuvo acceso a la información fundamental. Para vigilar a Reagan de cerca, tenía a su lado, como vicepresidente, a George Bush senior, antiguo director de la CIA. Se dice que su nombre en clave dentro de la sociedad secreta Skull&Bones era Magog, un nombre bíblico que se refiere al jefe de los ejércitos de Satán. El científico Michael Wolf opina que tanto Ronald Reagan como George Bush padre estaban muy informados de la realidad extraterrestre, especialmente Bush, cuando fue jefe de la CIA. el Dr. Wolf agregó que Bill Clinton estaba parcialmente enterado del asunto extraterrestre. El caso del antecesor de Reagan, Jimmy Carter, es muy particular. Durante la precampaña electoral previa a su elección como presidente, Carter había admitido que había visto un ovni. El que fue gobernador del estado de Georgia colocó el tema ovni en la agenda de la campaña electoral, anunciando que desclasificaría los archivos ovnis cuando llegara al poder. Según Michael Wolf, “Carter estaba deseando acabar con la ocultación de los ovnis pero se echó para atrás cuando le contaron las implicaciones religiosas del anuncio. Él tenía fuertes creencias religiosas, pero rompió a llorar cuando se enteró a través de los extraterrestres de que la religión está fabricada por el hombre y que probablemente no existe en ninguna otra civilización galáctica”. En 2007, Jimmy Carter, convertido en un ex presidente que ha dedicado su vida a intentar llevar la paz en conflictos como Palestina o en Venezuela, ha vuelto a reconocer públicamente que vio un ovni y que contempla seriamente la existencia de extraterrestres. La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida popularmente como Guerra de las Galaxias, tenía como base los estudios de Nicola Tesla y, más concretamente, el proyecto HAARP (High Frequency Auroral Research Program). Oficialmente “es capaz de bloquear objetos mediante sus ondas, miles de veces de menor intensidad que las electromagnéticas que emite el Sol y cientos de veces menor que las variaciones de rayos ultravioleta que se producen en la ionosfera”. La clave está en que puede inutilizar las telecomunicaciones de los países enemigos. Según algunos científicos que han estado implicados, como Bernard Eastlund y Rosalie Bertell, se puede manipular el clima y, muy posiblemente, sea la base del escudo antimisiles SDI mediante sus capacidades para crear plasmas a altas altitudes. Otra de sus muchas aplicaciones sería generar comunicaciones submarinas y crear destellos luminosos similares, según algunos, a los que efectúan las naves extraterrestres.

Conociendo las inquietudes de Ronald Reagan, la información proporcionada por Cooper sobre las armas de rayos que usaban los extraterrestres allá por 1950, se sospecha que está tras el nombre de Guerra de las Galaxias. Nacía así, por medio de un presidente que sentía la amenaza de seres venidos de otros planetas, la militarización del espacio. Una militarización contra la que el propio Werner Von Braun había avisado. Los expertos apuntan a que los Estados Unidos han estado desarrollando armas espaciales desde hace tiempo, concretamente desde la época de la Guerra de las Galaxias. Otros analistas, sin embargo, sostienen que China y Rusia, al igual que los Estados Unidos, han desarrollado un escudo de plasma, aunque, por supuesto, no hay manera de demostrar este hecho, como tampoco el papel del famoso y polémico HAARP. Lo que sí se sabe es que el objetivo norteamericano violaba el tratado internacional de las Naciones Unidas de 1967 que prohibía expresamente la militarización del espacio. El 1 de junio del 2006, el entonces presidente Bush pronunció un discurso ante la academia militar de West Point en el que oficialmente implicaba a los Estados Unidos en la doctrina de la guerra preventiva contra cualquier estado, justificándolo como “un conflicto entre Dios y el Mal” y puntualizando que “la guerra contra el terror no se podrá ganar a la defensiva”. Todo ello, nos retrotrae a Alternativa 3. En 1976, un programa de una televisión independiente inglesa emitió un reportaje de investigación, recreado con actores. En dicho reportaje se relataba una conspiración a cargo de un Gobierno Oculto que hacía desaparecer a científicos para llevarlos a una base secreta en Marte. Según el Dr. Michael Wolf: “Los científicos del gobierno secreto han creado con éxito energía de punto cero y fusión fría, pero los de arriba piensan que se debe hacer una transición suave a estas nuevas ciencias, porque en caso contrario la economía mundial -su economía egoísta- se arruinaría“.Aunque en las diferentes tradiciones espirituales siempre se ha creído en la existencia de energía ilimitada, Nicola Tesla fue el primer científico moderno que formuló una teoría sobre ella, y a finales del siglo XIX la llamó “energía cósmica”, llevándola incluso a la práctica. En 1931, el convertidor de energía de Nicola Tesla puso en funcionamiento un lujoso coche, marca Arrow, llevándolo a alcanzar los 128 km/hora. El investigador Ken Thomas, autor de varios libros sobre temas conspirativos, documenta cómo el general Eisenhower, tras haber estado en Roswell y en aquella mítica reunión con seres extraterrestres, decidió visitar a Wilhelm Reich para conocer si sus inventos podrían tener algún uso en contra de las naves estelares.

Los estudios de Wilhelm Reich se centraron en el orgón, palabra que combina «organismo» y «orgasmo». Para Reich, el orgón es la energía vital de todo organismo, es la fuerza motora del reflejo del orgasmo. Además, es de color azul, medible y omnipresente. Toda materia viva es creada y produce esta energía. Con el fin de hacerlo visible, construye en 1940 el primer Acumulador de Energía Orgónica, una caja de madera u otro material orgánico con revestimiento interno de metal, pues la primera absorbería la energía orgónica mientras que la segunda la atraería. El objetivo de Reich era hacer fluir la energía en el cuerpo de sus pacientes. Enfermedades como el cáncer, para él no eran más que acumulaciones de orgones negativos, por lo que experimentó con enfermos terminales de cáncer creyendo que podía ayudarlos. Creó el Instituto del Orgón y Orgonon, hogar del acumulador de orgones y un centro de investigación. Cabe señalar que los resultados de sus investigaciones sólo han podido ser replicados por sus seguidores, en ningún caso por escépticos. Desarrolló la terapia llamada «Vegetoterapia Caracteroanalítica», concebida para liberar las tensiones de la coraza caracterológica, producto de los impulsos sexuales y emociones reprimidas. Cada individuo se crea una coraza mediante hábitos corporales y actitudes, con el fin de protegerse tanto del mundo externo como de sus propios deseos e instintos. Los documentos de Thomas prueban que Eisenhower consiguió que Reich traspasara la tecnología del “orgon mortal” para el combate con los ovnis. Y en uno de los libros malditos de Reich, titulado Contacto con el espacio, se recogen unas frases que ilustran su preocupación por el tema: “Aunque hacía mucho calor mientras nos acercábamos a Roswell, Nuevo Méjico, no se notaban flujos de orgón, que suele vibrar en ondas de calor. En lugar de eso, el orgón mortal estaba bien marcado hacia el oeste, contra las negras y yermas montañas, en el cielo, como una ceguera grisácea, y sobre el horizonte, como una capa parduzca”. Hoy, no son pocos los investigadores que opinan que los metales pesados que dejan los aviones, conocidos como “chemtrails” podrían estar siendo utilizados para crear campos magnéticos que puedan bloquear la aparición de naves extraterrestres o influir en sus cuadros de mando. Ya Cooper advirtió que eran utilizados para impedir que los EBEs (extraterrestres) se desmaterializaran. Wilhelm Reich sería uno de esos científicos englobados en el Grupo de Sabios que debían asesorar al gobierno sobre la cuestión extraterrestre. Por ello estudiaron utilizar la tecnología de Reich en la lucha contra estas civilizaciones.

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Entre todas las historias ligadas a esta censura, la de Nicola Tesla es, sin duda, la más flagrante. El considerado mayor genio del siglo XX nació en una tierra que en 1856 era Serbia y ahora es Croacia, hijo de un clérigo ortodoxo que llegó a ser arzobispo, lo que posibilitó que el joven talento tuviera acceso a la misteriosa biblioteca vaticana. Cuánta influencia tuvo esta autorización en sus posteriores desarrollos tecnológicos es algo que, hasta que esa biblioteca no sea abierta, como lo que está sucediendo con la información sobre extraterrestres en la actualidad, no podemos saberlo. Sólo podemos medir adecuadamente la aportación de Tesla si tenemos en cuenta que murió habiendo registrado 7.000 patentes que incluyen las bases para los sistemas de radio y de televisión, la corriente eléctrica alterna, el microondas y lo que casi un siglo más tarde se llamaría el proyecto Guerra de las Galaxias y HAARP, la misteriosa red de antenas que pueden manipular el clima y crear escudos electromagnéticos. Fue él, y no Marconi, el verdadero inventor de la radio. Sin duda, Tesla y los proyectos alternativos para obtener energía son una de esas informaciones censuradas. Todavía hoy, sus innumerables trabajos son desconocidos para la mayoría de los ingenieros y sólo los científicos disidentes, han seguido sus líneas de investigación. En fechas tan lejanas como 1890, Tesla ya trabajaba con la energía electromagnética y la electricidad sin hilos, sobre unas bases parecidas a lo que hoy conocemos como transmisión inalámbrica y sistemas a control remoto. En 1899, Tesla trabajó en su laboratorio de Colorado, en una torre de transmisión de energía de 60 metros de alto a la que llamó “Bobina de Tesla”, transmitiendo una onda de frecuencia a través de la tierra para hacer llegar la energía a lámparas situadas a 40 kilómetros de la torre. Con ella, pretendió demostrar que podía proveer de electricidad a una gran cantidad de aparatos sin necesidad de cables transmisores. Su primer experimento fue un éxito, ya que doscientas lámparas de luz se encendieron a cierta distancia de la torre. En 1906 presentó este último proyecto, ya desarrollado, al banquero J.P. Morgan, que accedió a financiarle unos años, hasta que se le escapó decir: “Con ese sistema se podría dar electricidad gratuita a toda la población”. A partir de ahí, no sólo se acabó la financiación de Tesla, sino que su laboratorio empezó a tener una serie de extraños accidentes. Las patentes de Tesla fueron a parar a un cajón.

El descrédito de Tesla se incrementó cuando confesó a un grupo de periodistas que había logrado captar señales de radio provenientes de un lugar del espacio que atribuyó al planeta Marte. Los reporteros empezaron a tildarlo de excéntrico y loco, al tiempo que se extendía el rumor de que Tesla era un extraterrestre. Mientras continuaban sus problemas de financiación, Tesla desarrolló un sistema generador de ondas de frecuencia capaces de “partir a la Tierra en dos como si se tratase de una manzana”, lo que le dio la idea de buscar patrocinador en la industria militar. Ya a comienzos del siglo XX intentó vender un rayo electromagnético capaz de derribar aviones a 400 kilómetros de distancia. Tras su muerte, el FBI inició una investigación sobre los “archivos perdidos de Tesla” a través de su agente en Nueva York, P.E. Foxworth, que acabarían en la base de las fuerzas aéreas de Dayton, Ohio. A partir de ellos, se desarrollaría una operación secreta denominada Proyecto Nick, que trataría de llevar a la práctica los diseños de Tesla bajo el mando del Brigadier General L. C. Craigie. Al día de hoy, los papeles de Tesla se encuentran oficialmente desaparecidos, pero parece claro que los proyectos HAARP y la Guerra de las Galaxias son directos herederos de sus inventos. Pero la lista de sus inventos suprimidos no termina ahí. Tesla también ha sido el más conocido  de quiénes han investigado la energía libre, la energía que se encuentra en el mítico “Punto cero” donde no hay carga positiva ni negativa. Los defensores de la Teoría de la Conspiración afirman que desde hace cien años se han realizado experimentos con estas energías, pero los éxitos de Tesla o Eugene Malowe, descubridor de la energía de fusión fría, habrían sido silenciados por la industria energética. Algunos de los mejores científicos han sido captados para desarrollos basados en ingeniería inversa de artefactos de origen extraterrestre recuperados y que, según numerosos investigadores, habrían estado en posesión de los científicos de la Alemania nazi. Herman Oberth, un científico alemán, nacionalizado estadounidense en base al programa Paperclip, además de mentor del famoso Werner Von Braun, fue jefe de un departamento de la NASA. En 1972, Herman Oberth, hizo la siguiente declaración: “Hoy en día no podemos copiar la manera en la que viajan los ovnis. Sabemos que vuelan gracias al uso de campos de gravedad, lo que explicaría los súbitos cambios de dirección, y porqué las naves de reconocimiento se meten en la nodriza, una vez han abandonado la Tierra. De esa manera, un solo campo de gravedad sería requerido para todas las naves. No podemos creer que hayamos avanzado en todos los campos del saber, solos. Hemos sido ayudados, y hemos recibido esa ayuda de seres de otros planetas”.

El científico Michael Wolf afirmó que: “Albert Einstein trabajó mucho tiempo con los extraterrestres, que le enseñaron ciencia”. Wolf, experto en biogenética, informática, derecho internacional y física, afirma que si su colega Carl Sagan negó públicamente la realidad extraterrestre fue “porque le amenazaron con retirarle los fondos para sus investigaciones en la Universidad de Cornell”. Al igual que otros muchos conocedores de la Realidad, Wolf escribió Atrapadores del cielo, en que explicaba todo lo que sabía envuelto en un argumento de ciencia ficción. Relacionar los extraterrestres con las tecnologías avanzadas ayudaría a resolver el enigma sobre el acelerado desarrollo de la tecnología humana a lo largo del Siglo XX. Según Michael Wolf, los científicos del gobierno secreto han creado con éxito energía de punto cero y la fusión fría. Pero las élites piensan que se debe hacer una transición suave a estas nuevas ciencias, porque en caso contrario la economía mundial se arruinaría. La tecnología obtenida en secreto de los extraterrestres incluye, según Wolf: “leds, superconductores, microcircuitos de ordenador, fibra óptica, láser, terapia génica, clonación, equipos de visión nocturna, tecnología de sigilo para aviones invisibles, rayos de partículas, cerámica aeroespacial, y control de gravedad en vuelo”. Según Mark McCandlish, científico aeroespacial, el origen de la fibra óptica nos retrotrae, una vez más, a Roswell. Todavía hoy no hay ninguna persona a la que se pueda atribuir el invento de la fibra óptica, el dispositivo por el que navegan una buena parte de las telecomunicaciones del planeta. Oficialmente, el presidente John Fitzgerald Kennedy efectuó el primer llamamiento para conquistar la Luna a sus institutos tecnológicos, nada más acceder al poder, en 1961, en un intento por ser la vanguardia del mundo. Acceder a nuestro satélite era un largo sueño de la Humanidad, alentado por la ciencia ficción. Un siglo antes, el escritor Julio Verne había escrito una obra titulada Viaje a la luna, en la que anticipaba lo que sería realidad un siglo más tarde. Hoy sabemos que el visionario Julio Verne, quien también anticipó la invención del submarino, era un hombre con algo más que conexiones en las sociedades secretas. Concretamente, fue maestre del Priorato de Sión, una entidad con conexiones en la alta aristocracia europea.

Kennedy desconocía las alternativas que las élites habían diseñado casi diez años antes para el futuro de la Humanidad y tampoco era consciente de la existencia de un programa espacial secreto. Es decir, el Gobierno Secreto había avanzado mucho más en la conquista del espacio. El testimonio de Cooper queda reflejado en su legendario discurso sobre la ocultación ovni, en el que afirma: “No sólo hay agua, sino flores en Marte y se puede caminar por la Luna sin trajes, después de un periodo de descompresión bajo el agua”. Siendo como era un especialista de la NSA en ese tipo de temas, Cooper afirma que “es más fácil caminar sobre la Luna que descomprimir a un hombre que ha bajado 600 pies bajo el agua”. Según él, la llamada Alternativa 3 hace mucho tiempo ya que se hizo realidad, habiéndose construido bases en la Luna y Marte. Ken Johnson es el antiguo jefe del departamento del laboratorio encargado de manejar las fotografías y datos de la NASA durante el aterrizaje de la nave Apolo. Realizó una serie de sorprendentes afirmaciones con motivo de la publicación de su libro El secreto oscuro: la historia secreta de la NASA, que fue coescrito con el que fue asesor de la NASA, Richard Hoagland, y el ingeniero aeroespacial, Mike Bara. Johnson afirmó que los astronautas encontraron ruinas de origen artificial, así como desconocidos objetos para controlar la gravedad, cuando aterrizaron en la Luna. Según él, los astronautas tomaron fotografías de los objetos que encontraron, pero la NASA ordenó a Johnson destruirlas, algo que éste no hizo. A consecuencia de ese libro, Johnson recibió una llamada del director del programa en el que trabajaba, departamento de astrofísica de la NASA, quien le exigió que dimitiera, algo a lo que se negó. Para Hoagland, el repentino interés de los Estados Unidos por la Luna se debe a que han encontrado restos que pueden ser interesantes. Hoagland dijo que fue la primera persona en leer un memorando de la propia NASA alentando la teoría de la conspiración, al indicar que el aterrizaje en la Luna de 1969 había sido trucado. La razón, según él, era desviar la atención de los investigadores de la existencia de restos de civilizaciones en la Luna. El sargento Karl Wolfe ha sido una de las personas que ha podido ver esas fotografías, pues estuvo en la Fuerza Aérea durante 31 años, entre 1964 y 1995. Mientras trabajaba en una instalación de la NSA, le mostraron fotografías de la Luna tomadas por el Lunar Orbiter, que mostraban en detalle estructuras artificiales. Lo sorprendente es que esas fotografías fueron tomadas antes del supuesto alunizaje del Apolo en 1969. Algunas de las estructuras eran del tamaño de media milla. Es decir, eran estructuras gigantescas. Y eran estructuras diferentes, en distintas fotografías. Algunos de los edificios eran muy altos y estrechos. No sé cuánto de alto, pero debían ser muy altas. Eran fotografías en ángulo, con sombras. Había edificaciones esféricas y muy grandes.

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El científico Michael Wolf confirma que se llegó a la Luna antes de lo que nos informaron: “EE.UU. aterrizó en secreto en la Luna antes de 1.969, de una forma no oficial. Se observó a los astronautas comunicándose con extraterrestres mientras estaban en la Luna y se les avisó que se fueran del satélite. Esa es la razón por la cual se canceló la última misión Apolo en el último segundo. Algunos astronautas han muerto por contar la verdad, ya que el Gobierno Secreto lo interpreta como una traición”. Los diversos testimonios de astronautas con problemas mentales a la vuelta de sus viajes espaciales tal vez estarían relacionados con programas de borrado de memoria del Gobierno Secreto acerca de lo que habían visto. Hatland Bentley, que trabajó en varios proyectos secretos para el Ministerio de Energía y la NSA, es otra de las personas que han confesado haber visto construcciones en la Luna: “Viví otro suceso, del que no puedo hablar mucho. No puedo decir dónde fue exactamente, tan sólo que estaba en unas instalaciones en California. Eso es todo lo que puedo decir, y que estaba haciendo un trabajo particular secreto. Lo único que puedo decir es que ocurrió al mismo tiempo que nuestros astronautas hacían una vuelta alrededor de la Luna y volvían. En su viaje hacia la Luna oí que tenían un bogey (término empleado para referirse a un ovni) viniendo a las 11:00. Bien, familiarizado con ese término en particular, afiné los oídos y empecé a prestar atención y descubrí que Houston y los astronautas estaban hablando sobre una colisión. Los astronautas pedían permiso para evitar una colisión y Houston finalmente les dio el permiso para hacerlo. Después, los astronautas dijeron: ‘no es necesario. Ahora están paralelos a nuestro rumbo’. Y acto seguido hubo una discusión sobre qué iba paralelo a ese rumbo. Era otro tipo de nave. Había ventanas a través de las cuales se podían ver seres en el interior. No describieron a esos seres. Simplemente tomaron fotografías. Y después de un rato, unos cuantos miles de millas, el bogey se separó de la cápsula junto a la que volaban y se fue. Sólo dijeron que era una nave con forma de disco. Iba en paralelo con nuestra nave. Vieron movimiento. Vieron algo o alguien moviéndose dentro de esa nave. Esto ocurrió antes de los alunizajes. Entonces dijeron: ‘Allá van’. Y el bogey desapareció de su vista casi inmediatamente, por lo que pude escuchar de sus conversaciones. Este suceso no fue filtrado debido a donde yo estaba, un puesto de escucha secreto. Era un canal extremadamente restringido y había sólo un caballero allí conmigo cuando esto ocurrió. Me dijo algo como: ‘No has oído nada’. Le contesté, ‘¿oír qué?” Y ese fue el final de todo. De hecho, el caballero estaba muy alterado porque yo estaba allí y lo había oído. Los astronautas estaban aproximadamente a mitad de camino de la Luna cuando ocurrió esto”.

Es evidente que las imágenes que vemos del espacio han sido filtradas previamente. Recientemente, el astrónomo aficionado John Lenard Walson ha sorprendido al mundo entero con las imágenes tomadas con su telescopio modificado de naves en el espacio. La tecnología está haciendo que se pueda superar la censura, una censura que han tenido que soportar, como nadie, los astronautas que viajaron al espacio. Nada menos que quince astronautas que han viajado al espacio han confesado haber visto naves extraterrestres. Algunos incluso, en imágenes que fueron retransmitidas por la NASA. Jim Novell, de la nave Gemini 5, alertó a la base de Houston del avistamiento de un objeto. La NASA le preguntó si quería decir un ovni y Novell respondió “He visto muchos y, de hecho, ahora estoy viendo uno”. El 4 de julio de 1965, el astronauta James McDivitt comunicó a la NASA el avistamiento de una nave cilíndrica, con la clásica forma de cigarro puro. En el 2002, el astronauta Scott Carpenter admitió a una publicación ufológica de Inglaterra, que tanto él como John Glenn vieron extrañas criaturas en el espacio durante los vuelos de las naves Pioneer. El astronauta Story Musgrave, que participó en los vuelos del Transbordador Columbia, confesó durante una entrevista con Clark McCelland, que tuvo varios cargos de responsabilidad en Cabo Cañaveral y otros centros de la NASA entre 1954 y 1992, haber visto naves alienígenas y que intentó comunicarse con extraterrestres en los seis vuelos que hizo con el Columbia. Al término de una presentación pública, en la que se proyectó una imagen de un extraterrestre gris, Musgrave comentó: “Sí, estos seres existen, lo garantizo”. El astronauta Gordon Cooper, quien admitió que su interés por los platillos volantes fue una de las causas que le hicieron convertirse en viajero del espacio, reconoció ante el comité especial de la Asamblea de las Naciones Unidas en 1978 encargado del asunto extraterrestre, que había experimentado avistamientos. En la carta que envió, reconoció que había visto ovnis en el espacio: “Creo que los extraterrestres procedentes de otros mundos nos han estado visitando desde hace tiempo”. En una entrevista concedida en 1973, Gordon Cooper confesó: “Durante muchos años, he jurado guardar un secreto, que nos impide a los astronautas y los especialistas de la NASA revelar que cada día en el radar de los Estados Unidos se captan objetos de formas y composiciones desconocidas para nosotros”.

En realidad, la NASA fue un secreto desde su propia creación, que comenzó siendo en 1958 un programa secreto del Departamento de Defensa. Finalmente la NASA ha terminado admitiendo que existe vida en Marte y algunos astrónomos han llegado a sugerir que podría haber vegetación en la zona del Ecuador. Más intrigantes todavía son la famosa cara y pirámides encontradas en la zona marciana de Cydonia por la nave Viking, en 1976. Estas construcciones  fueron estudiadas por el científico Richard Hoagland quien trabajó como portavoz de la famosa Agencia Aeroespacial hasta que hizo públicos sus polémicos estudios sobre las anomalías en las imágenes transmitidas sobre Marte. Hoagland no sólo determinó el gran parecido de la famosa cara con la de la esfinge de Gizeh, en Egipto, sino que halló varias pirámides a su alrededor, con lo que trazó un puente entre las pirámides egipcias y las construcciones marcianas. En su libro Monumentos en Marte, Hoagland explicó que trató la imagen de Cydonia con un programa informático. A Hoagland se le ocurrió replicar la mitad de la cara en el otro lado, obteniendo un león, la misma figura animal de la Esfinge egipcia y que las nuevas dataciones han llevado mucho más atrás su origen de lo que se creía. Concretamente, a hace unos 10.000 a 20.000 años. Los avistamientos en el espacio de naves extraterrestres han sido continuos, y ello ha implicado, también, a la MIR soviética, que ha colaborado en el espacio con sus homólogos norteamericanos. El ruso Valery Vodrov admite que han tenido varios centenares de avistamientos en el espacio, la mayor parte, cerca de la nave, pero también en las proximidades de la Tierra. Otros compañeros rusos en el espacio han admitido que han visto otros objetos, pero sin filmarlos, porque si intentaban acercarse a él, perdían el dominio de la nave. En todos los casos “no hubo la menor hostilidad”, según Vodrov. Según desveló Christopher Everard, director de The Enigma Channel, en el templo del Rito Escocés de la masonería de Washington, se muestra una foto de Neil Armstrong, con los símbolos masónicos en la Luna. Al parecer, el padre del mítico astronauta era grado 33 de la masonería por la Gran Logia de Ohio. Existe una foto que Christopher Everard muestra en su documental The secret space, en la que se observa al astronauta Buzz Aldrin presentando una bandera, cuando volvió de la Luna, al Gran Maestre de la masonería mundial. Esta bandera habría sido colocada en la Luna por Aldrin en su misión del Apolo.

Se afirma que los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin realizaron un ritual masónico 33 minutos después de llegar a la Luna y temporalmente colocaron sobre nuestro satélite la bandera del Rito Escocés de la masonería, cuyo símbolo es un águila de dos cabezas. Según Christopher Everard, en su documental Secret space, dice: “Este supuesto ritual masónico en la Luna sería la prueba de que nuestro satélite se había convertido en propiedad del supremo arquitecto de los masones”. Son numerosas las extrañas referencias bíblicas a artefactos de luz o venidos de los cielos. Entre todas ellas destaca el relato de Ezequiel, que vio un ser de aspecto humano envuelto en brillos y resplandor, sentado en un trono, y que descansaba sobre un firmamento de metal dentro del carro. Este enigmático párrafo de la Biblia dice así: “Y vi un torbellino que venía desde el norte, como una nube grande con destellos de fuego, y resplandores en torno. Y dentro de él, en medio de un fuego, había un resplandor como el fulgor de un halo”. Josef F. Blumrich, miembro de la Administración Nacional y del Espacio de la NASA, afirma que ese relato se corresponde con la descripción de un tipo de helicóptero, compuesto de una cabina sobre cuatro ejes, que producen un torbellino. También en el Génesis se nos habla de que Jacob estaba un día cerca de Jarán, donde vio una escalera apoyada en tierra y cuya cima tocaba los cielos. Jacob describe que los ángeles del señor estaban muy ocupados subiendo y bajando por la escalera: “Así pues, un Dios está presente en este lugar y yo no lo sabía. ¡Qué temible es este lugar! Ciertamente, esto no es otra cosa sino la Morada del Señor y ésta es la puerta del cielo”. En el segundo capítulo del Libro de los Reyes se detalla que “el profeta Elías fue llevado ‘en un carro de fuego’, y caballos de fuego. Y Elías subió al cielo en un torbellino”. En el Génesis se narra la aparición de unos ángeles ante Lot, el único hombre que había permanecido puro ante la depravación de Sodoma y Gomorra, y a quien salvan avisándole de una catástrofe que acabaría con esas ciudades. La descripción que se hace de esa destrucción “llovía azufre y fuego”, hizo que investigadores como Erich Von Dániken propusieran que lo que había sucedido fue la explosión de una bomba nuclear. Vestigios hallados en los restos de estas ciudades, Tell Dhraa y Numeira, han hecho a los investigadores recuperar la teoría de Erich Von Dániken, apoyada por Zecharia Sitchin, quien apunta a una guerra de una civilización extraterrestre.

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La agencia espacial afirmó que las irregularidades persistentes en las órbitas de Urano y Neptuno ‘sugieren que algún tipo de misterioso objeto realmente está allí’. Algo allá afuera, más allá de los más lejanos alcances del sistema solar conocido, está ejerciendo atracción sobre Urano y Neptuno. Una fuerza gravitatoria sigue perturbando a los dos planetas gigantes, causando irregularidades en sus órbitas. La fuerza sugiere la presencia de un objeto grande, como el largamente buscado Planeta X. El 30 de diciembre de 1983 el periódico norteamericano The Washington Post publicaba esta otra sorprendente noticia: “Un cuerpo celeste, posiblemente tan grande como el gigante planeta Júpiter y tan cerca de la Tierra que sería parte de este sistema solar, se ha encontrado en dirección de la constelación de Orión. La explicación más fascinante de este misterioso cuerpo, que es tan frío que no arroja ninguna luz y nunca ha sido visto por telescopios ópticos en la Tierra o en el espacio, es que es un planeta gaseoso gigante, tan grande como Júpiter y a una distancia de la Tierra de como 50.000 millones millas. Mientras esto puede parecer una gran distancia en condiciones terrestres, está tan cerca que sería el cuerpo celeste más cercano a la Tierra, más allá de Plutón. “Realmente está tan cerca que sería una parte de nuestro sistema solar“, señaló el Dr. James Houck, del Centro para las Físicas de Radio e Investigación Espacial de la Universidad de Cornell y miembro del equipo científico de IRAS. La existencia de este Planeta X está siendo seguida por todos los observatorios astronómicos más potentes del Mundo. Estos datos ya eran conocidos por los sacerdotes sumerios hace 6.000 años, quienes propusieron que el planeta Nibiru trajo la “semilla de la vida”. De Nibiru habrían venido los Annunaki, unos astronautas extraterrestres que habrían tenido un papel decisivo en la historia de la humanidad. En uno de los primeros capítulos del Génesis se relata lo siguiente: “Los hijos de los dioses vieron que las hijas de los hombres estaban bien; y tomaron por esposas a las que preferían de entre todas ellas”. Más adelante, añade: “Los nefilim estaban sobre la Tierra, en aquellos días y también después, cuando los hijos de los dioses cohabitaban con las hijas de los Adán, y ellas les daban hijos. Ellos fueron los poderosos de la Eternidad. El pueblo de Shem“. Este relato está directamente relacionado con otro libro apócrifo del siglo I a.C., el Libro de Enoch, en el que se puede leer: “Así pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado, y les nacieron hijas hermosas y bonitas, y los ángeles, hijos de los cielos, las vieron, y las desearon, se dijeron entre ellos: ‘Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos”.

En 1997, el entonces Presidente de los Estados Unidos de América, Bill Clinton, pidió perdón en rueda de prensa por “los experimentos realizados en universidades, hospitales y fundaciones. Por la falta de ética de esos experimentos, no sólo para nuestros estándares actuales sino para los del tiempo en los que fueron llevados a cabo, de acuerdo a los valores de los Estados Unidos y los de la Humanidad. Este país ofrece sus sinceras disculpas a los que fueron utilizados en estos experimentos, a sus familias y a sus comunidades”. Sin citarlo expresamente, Clinton se estaba refiriendo a los experimentos conocidos como MK Ultra, uno de los programas secretos. Oficialmente, ese discurso presidencial puso final a un programa de control mental que comenzó en 1952. Según revelaron los documentos MK Ultra, la autorización vino directamente de la Junta de Jefes del Estado Mayor y la justificación fue que no podían quedarse atrás en una tecnología en la que el bloque comunista, particularmente Corea y la Unión Soviética, estaba progresando enormemente. El proyecto Paperclip acabó contratando a 9.000 científicos y técnicos nazis para “ayudar a destruir a la Unión Soviética”. Bajo el liderazgo del doctor Strughold, 34 científicos alemanes fueron llevados a la Base Aérea de San Antonio, Texas. Allí empezarían a trabajar en el estudio de radiaciones sobre humanos, tecnología de microondas y en los experimentos de control mental de MK Ultra. En Alemania, donde habían desarrollado sus técnicas en los campos de concentración, eran conocidos como “programadores”, personas cuya cualidad era apoderarse o destruir a las mentes humanas. Los experimentos más tempranos se llevaron a cabo en el campo de la psiquiatría. Las lobotomías y electroshocks que se han recogido en libros como Alguien voló sobre el nido del cuco, de Ken Kesey, y que se realizaron en manicomios de todo el mundo occidental durante el Siglo XX, fueron parte de las investigaciones para conseguir doblegar la voluntad de un individuo y entregarla a terceros. Entre todos los experimentadores, destacaron los trabajos del psiquiatra canadiense Ewan Cameron, Presidente durante largos años de las Asociaciones de psiquiatría americana y canadiense, y director del Allen Memorial Psychiatric Institute, en Montreal. Fue fundado en 1943 con dinero de la Fundación Rockefeller y con aportaciones de la CIA a través de la Fundación Cornell para el estudio de la ecología humana.

Durante la década de 1950, Cameron logró la anulación sistemática de la mente de un ser humano, o su memoria, mediante sobredosis de LSD o terapia de electroschock. Posteriormente, con el condicionamiento psíquico conseguía programar la mente previamente vaciada. Ninguna institución o personas han sido castigadas, a día de hoy, por estas barbaridades en nombre de la ciencia. Tras los invasivos métodos psiquiátricos que dejaban amplias huellas, el siguiente paso en la experimentación en el control de la mente humana fue el uso de las drogas, particularmente las de diseño. A finales de los años 50, la Universidad de Harvard fomentaría las investigaciones de los psicólogos Timothy Leary y Richard Alpert sobre las propiedades del LSD para acceder a lo más profundo de la psique, y así liberar los conflictos internos que impiden al ser humano evolucionar. Estas investigaciones emparentadas con el psicoanálisis freudiano serian el comienzo de una nueva vertiente de la psicología humanista que en los años 80 desembocaría en la psicología holística, de la mano de Stanislav Groff y Ken Wilber, el llamado “Einstein de la conciencia”. Detrás de estos movimientos había personalidades del nivel de Aldous Huxley, quien ya había experimentado con drogas para encontrar la inspiración en alguna de sus mejores obras, como las Puertas de la percepción o Un mundo feliz, un mundo deshumanizado, en el que los individuos son creados en probetas, divididos en categorías con las que sólo se pueden relacionar entre sí y mantenidos en un estado de aparente felicidad, gracias a la droga que les proporciona el Gobierno. Mientras el Gobierno Secreto norteamericano oficialmente decía perseguir el tráfico de drogas, las redes puestas en marcha por el MJ-12, a cuyo mando estaba George Bush senior, inundaron el mercado, primero con LSD, después con heroína, más tarde con cocaína y, posteriormente, con un nuevo aluvión de drogas de diseño. El investigador Daniel Estulín sostiene que los propios Beatles fueron parte de ese programa de control mental para enajenar a las masas de jóvenes con el fin de hacerlas más maleables. Al margen de la correspondencia aludida, varios elementos apoyan esta tesis. Por un lado, la aparición en la cubierta del mítico álbum Sargeant Peppers Lonely Hearts Club Band de la figura del satanista Aleister Crowley. Por otro lado, las numerosas claves subliminales que se encuentran en ese mismo álbum, que dio inicio a la corriente psicodélica, entre ellas las iniciales de la canción Lucy in the Sky with Diamonds (LSD). Son muchos los que piensan que John Lennon, que había abrazado la vida espiritual en sus viajes a la India, se dio cuenta de ese juego en el que estaban siendo utilizados y por eso decidió terminar con el grupo. Una poco conocida canción de John Lennon: Bring on the lucie: Freeda people, demuestra el conocimiento que el asesinado artista tenía sobre la Gran Conspiración mundial. Es significativa especialmente la mención al número de los satánicos 666 y las referencias sexuales.

En agosto del año 1974, Lennon afirmó haber visto una nave estelar desde su apartamento de Nueva York. Seis años después, un loco que oía voces, seguramente víctima del MK Ultra, asesinó al penúltimo profeta anti-sistema del siglo XX. El último, Robert Nesta Marley, moriría tan sólo cinco meses después, de un repentino y sospechoso cáncer. Ambos, Marley y Lennon, según han revelado los documentos desclasificados, eran vigilados por las agencias de espionaje debido a su relevancia política. Después de ellos, ya no se permitió la aparición de ninguna otra estrella del rock con un mensaje radical. Los archivos sobre un programa secreto desclasificados en 1975 indican que en los años 50 comenzaron los ensayos con drogas, como el LSD, para tomar el control de la mente de un ser humano y poder crear así el guerrero que no teme a la muerte y que actúa prácticamente como un robot. Las descripciones de los soldados que guardan las instalaciones secretas donde se experimenta con tecnología extraterrestre encajan con este prototipo. Hay muchos investigadores que suponen que asesinos programados han sido utilizados para eliminar a personas incómodas para el Poder en la Sombra, como Robert Kennedy o John Lennon, sin dejar rastro de complicidad alguna con el gobierno. La CIA no fue el único organismo norteamericano que utilizó la droga como arma de control mental. El ejército norteamericano hizo lo propio y sometió a varios espías a pruebas de la verdad, tras haber ingerido LSD. El experimento trataba de comprobar si determinadas drogas podían hacer que los detenidos confesaran. La mayor parte de los documentos que prueban la existencia de este programa fueron destruidos por Richard Helms, ex jefe de la CIA, cuando abandonó el cargo, en 1973. Aún así, algunos pudieron ser rescatados. En algunos de esos documentos se demuestra que la CIA realizó experimentos en humanos con radiación. Tras la experimentación con drogas, los esfuerzos de estos grupos de investigadores al servicio del Gobierno Secreto norteamericano se volcaron en las aplicaciones del electromagnetismo sobre el cerebro humano. Nuevamente, estos experimentos seguían la estela de las patentes perdidas de Nicola Tesla, quien ya a principios del siglo XX había comenzado a investigar con la influencia de las ondas electromagnéticas en el cerebro. Los progresivos descubrimientos en el campo de la neurología, a menudo estudiando el cerebro de expertos en la ampliación de la consciencia como lamas, yoguis y meditadores, permitieron constatar los diferentes estados cerebrales desde la vigilia al sueño, así como las ondas que se emiten en cada uno de ellos. El puente entre las tecnologías creadoras de esas ondas, como la radio, televisión, o microondas, y el pensamiento estaba ya trazado.

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Posiblemente el más polémico documento es el conocido como Armas silenciosas para guerras tranquilas. Publicado originariamente en el libro del ex agente de la NSA Milton William Cooper, Behold a pale horse, y supuestamente encontrado en 1979 en una fotocopiadora perteneciente a los servicios secretos de la marina, describía los métodos que las élites habían programado para el fin de la democracia y de la libertad del ser humano. Su último eslabón sería la implantación de un chip. En el año 2005, el investigador canadiense de origen ruso Daniel Estulín publica El Club Bilderberg, en el que alerta de que la excusa para la implantación del chip a la población sería la desaparición de niños, pues ellos serían los primeros en sufrir este mecanismo de control mental. El chip lleva incluido un dispositivo GPS, con el que se puede rastrear a la persona desaparecida. Sin embargo, la inserción de un chip en nuestro cuerpo no sería ni mucho menos novedosa, como recogieron Miguel Pedrero y Javier G. Blanco en su libro Los auténticos Expedientes X. En el año 1993, el estadounidense Dave Bader comenzó a escuchar voces en su cerebro. !Les suena esto de asesinos que dicen haber escuchado voces! Al cabo de unos meses, se hizo unas radiografías en su cráneo, hallándose un pequeño objeto de apariencia metálica alojado en la parte interna de su mandíbula, justo donde le habían colocado un implante dental meses antes. Son algunos los investigadores que opinan que estos implantes habrían sido realizados por el Gobierno Secreto. Pero hay otros que opinan que bien podrían ser parte de ese acuerdo entre Extraterrestres y Eisenhower por el cual se permitía una serie de abducciones para la experimentación con humanos. En 1882 se funda en Londres una asociación para el estudio de fenómenos misteriosos de la psiquis humana, la Society for Psychical Research. Fue en ese año cuando, por primera vez, se utilizó la palabra telepatía, concretamente, en un artículo del fundador de esa sociedad, Frederick William Henry Myers. Cuatro años después, se detallan los primeros casos de meras experiencias personales de algunos individuos. Mientras, en paralelo, se llevan a cabo los primeros experimentos con individuos que afirmaban tener habilidades telepáticas. En una más de las muchas pugnas establecidas por los dos bloques, la Unión Soviética se colocó a la cabeza de esas investigaciones. Corría el año 1921 cuando los comunistas comienzan sus investigaciones sobre la comunicación mental. Un año después, el psiquiatra ruso Bekhterev crea una comisión especial para investigar los pensamientos sugestivos en el Instituto de la Mente de San Petesburgo. Allí se reunirían muchos renombrados psicólogos y sanadores hipnóticos, incluyendo al fisiólogo Vasilyev. Más tarde, esta investigación fue cancelada por el Gobierno y no se reanudaría hasta decenas de años después, cuando se creó un laboratorio especial sobre el estudio del biocontacto, el término utilizado por los rusos para la telepatía. A su mando estaría un miembro de la academia científica de la URSS, que no era otro sino el propio profesor de neurofisiología por la Universidad de Leningrado, Vasilyev. Todo hace indicar que estos mismos científicos fueron los encargados de valorar el asunto extraterrestre.

Los investigadores Montaque Ullman y Stanley Krippner, del centro médico Maimónides, de Brooklyn (Nueva York), comenzaron una serie de experimentos para comprobar la telepatía durante el sueño. El protocolo consistía en colocar a un participante receptor en un cuarto insonorizado y electrónicamente blindado, que sería monitorizado mientras dormía en busca de patrones encefalográficos y movimientos oculares rápidos que caracterizan el estado de sueño. Simultáneamente, un emisor, en otra habitación, intentaría enviar una imagen al receptor, aleatoriamente seleccionada de un conjunto, concentrándose en dicha imagen durante los estados de sueño detectados. Cerca del final de dichos estados, el receptor sería despertado y se le pediría que describiese su sueño durante tal periodo. Los datos recogidos en el experimento sugirieron que algunas veces la imagen era incorporada de alguna forma en el contenido de los sueños del receptor. Los psiquiatras de MK Ultra también utilizaron este conocimiento en sus experimentos de “reprogramación mental”. Seis personas con habilidades telepáticas de diferentes países recibirían un papel especial dividido en 200 cuadrículas, cada una con una imagen de un objeto, y 200 cartas. A bordo de una nave espacial había un bombo con 200 cartas especiales que contenían diferentes imágenes de objetos. En un tiempo determinado, el inductor en el espacio, quien enviaba los pensamientos, el cosmonauta Edgard Mitchell, pulsaba un botón especial para girar el bombo, que tras un tiempo se detenía aleatoriamente y soltaba una carta que el astronauta debía observar con la máxima concentración. Después de esto, escribía lo que veía y ponía esta carta de nuevo en el bombo para que la experiencia fuera más complicada. En ese mismo momento, cada participante en el estudio, los telépatas en la Tierra, debían percibir y escribir debajo de la correspondiente cuadrícula, la imagen que el cosmonauta les había enviado. Cuando el astronauta regresó a la Tierra y se efectuó la comparación entre lo que Mitchell había escrito y lo que los telépatas habían recibido, el resultado fue claro. Dos télepatas recibieron aproximadamente el 20% de la información, otros dos el 40%, el americano el 67% y el telépata ruso Avtandil Lomsadze, que se encontraba en Tbilisi durante el estudio, percibió el 84% de la transmisión mental del cosmonauta Mitchell. Los científicos estaban especialmente sorprendidos por el hecho de que Lomsadze fuera capaz de percibir una y otra vez una carta con la misma imagen, que había salido tres veces durante una misma sesión.

Mientras que oficialmente los gobiernos y los medios de comunicación han calificado a las disciplinas paranormales de cosa de locos, han estado investigando con ellas en secreto. La posibilidad de la comunicación a través de las mentes, y sin artefactos de por medio, es ya un hecho demostrado. Los estados alterados de la conciencia que vivieron los chamanes, yoguis y místicos, hoy estudiados por la psicología transpersonal, se han abierto a los nuevos exploradores de la conciencia que han accedido a milenarias tecnologías como el yoga, el taichi, las artes marciales, las plantas de poder, la cábala, el tantra, las raves parties o la meditación, por citar sólo algunas. Los mundos que los ermitaños, yoguis y místicos cultivaron en sus retiros en todas las civilizaciones, y que les permitieron entablar comunicación con entidades de otras dimensiones o lograr proezas relativas al control de sus constantes vitales, hoy son patrimonio de la Humanidad. Alimentarse del prana o energía universal, como hicieron los yoguis indios, o tumbar a una persona sin tocarla con el poder de la mente, comienzan a dejar de ser leyendas para convertirse en secretos accesibles. Son esos secretos, que un día fueron patrimonio de las logias secretas, y que se han mantenido alejados de la población durante milenios, los que han hecho que actualmente personas de toda condición, en diferentes países, afirmen estar teniendo contacto telepático con seres de otras civilizaciones. Algunos de ellos, tuvieron que soportar ser calificados de locos. En medio del descrédito propiciado por el pensamiento único, un grupo de seres de la Tierra dicen estar en contacto con entidades de otros mundos. Se los conoce como “contactados”, aunque bien se podría calificar con ese mismo adjetivo a los profetas de la Humanidad, pues todos han dicho haber recibido sus mensajes de otros mundos. El más famoso de la Antigüedad es el Profeta Enoch, quien dijo haber recibido su mensaje de los llamados “Vigilantes”. Modernamente, el norteamericano de origen polaco Georges Adamski pasa por ser el más importante contactado de los años 50, llegando incluso a entrevistarse con el Papa Juan XXIII, que le impuso una medalla honorífica. En el año 1952 dijo haber tenido un encuentro con seres de otro planeta, que relató en su libro Los platillos volantes han aterrizado. Adamski relató que los visitantes procedían de Venus y que habían llegado en una pequeña aeronave que procedía de otra nave nodriza, y aseguró que se comunicaba con ellos en una mezcla de telepatía y lenguaje de signos. Como no podía ser de otra forma, la maquinaria del MJ-12 se ocupó de desacreditar al astrónomo aficionado Adamski.

En el mundo latinoamericano, el contactado más famoso es el peruano Sixto Paz Wells, famoso por haber creado un grupo dedicado a contactar con extraterrestres llamado Rama. En la década de 1970 Sixto Paz dijo haber sido contactado por un ser procedente de un planeta similar a la Tierra, situado e Alfa Centauri, a 4,2 años luz de la Tierra. Curiosamente en la revista Nature recientemente apareció u artículo que decía: “El rumor era cierto. Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, alberga un planeta. Un mundo que además, se parece a la Tierra y está situado a una distancia de su estrella que en teoría, le permitiría tener agua líquida, un requisito necesario aunque no suficiente para que pudiera albergar algún tipo de vida. Próxima b, como ha sido bautizado, se convierte por tanto en el planeta más cercano a la Tierra encontrado fuera del Sistema Solar. En el catálogo de exoplanetas (como se denominan los planetas fuera de nuestro sistema) hay más de 2.000 mundos de características y tamaños muy diversos, pero hasta ahora no se había encontrado ninguno tan cercano“. Próxima Centauri es una estrella enana roja de 11ª magnitud aparente, situada a aproximadamente a 4,22 años luz de la Tierra, en la constelación de Centaurus y posiblemente perteneciente al sistema de Alfa Centauri. Según la CNN Time, en 1997 el 80% de los norteamericanos creían que su gobierno ocultaba información sobre los ovnis. Por otro lado, nada menos que 3,7 millones de norteamericanos afirman haber sido abducidos por extraterrestres. La mejor prueba de la existencia de una conspiración mundial para ocultar a la población la presencia de extraterrestres es comprobar que las mismas políticas han operado en todos los países. Al igual que en los Estados Unidos, España vivió una explosión del fenómeno ovni en los años 70 y principios de los 80, para después ir decayendo durante los años noventa, a medida que los medios de comunicación iban dejando de informar de los avistamientos. Steven Greer afirmaba con la voz llena de emoción: “Los extraterrestres de civilizaciones avanzadas nos han visitado desde hace décadas, pero esto ha quedado dentro del programa más compartimentado y secreto de los Estados Unidos y de otros países”. Greer sostiene que el mismísimo Vaticano está enterado de este asunto, lo cual nos lleva a aquel supuesto contacto de Eisenhower con los extraterrestres grises de los años 50 en el que habría participado un Cardenal.

La fuente vaticana era Monseñor Balducci, el experto de la Santa Sede en exorcismos. Esto fue lo que Greer contó sobre el encuentro con Balcucci: “Cuando estuve en su apartamento en el Vaticano, una de las cosas que dijo fue. ‘Es obvio que hay civilizaciones extraterrestres visitándonos. Está claro que no son hostiles. Está claro que no deberíamos tener un acercamiento militar a este problema ‘(…)’ Después, fuera de cámara, me cogió de un brazo y me llevó a un balcón, y me dijo: ‘No podría estar diciendo esto a menos que el Papa quisiera que lo dijese’. No creo que ningún teólogo importante vaya a tener ningún problema con el hecho de que no estamos solos en el Universo. Una de las cosas, casi divertida, que dijo Monseñor Balducci, fue que si estuviésemos solos, si la humanidad fuese la única vida inteligente del Universo, entonces Dios habría cometido un gran error. Y se puso en la perspectiva de que ciertamente el Universo está repleto de vida inteligente y uno de los problemas con el proyecto SETI (no CSETI, mi grupo), sino el proyecto SETI que está a la escucha de señales, es que piensen que las civilizaciones avanzadas estén utilizando tecnologías terrestres del Siglo XX o XXI ”. Greer afirma que la biblioteca del Vaticano y alguna de sus órdenes más secretas, como la de los Caballeros de la Orden de Malta, sucesores de los templarios, albergan muchos secretos sobre los extraterrestres. La batalla sobre la existencia de los extraterrestres atañe a la religión, de ahí que la sección MK Ultra dedicada a la creación de sectas, haya hecho ya sus incursiones en el campo de los creyentes en extraterrestres. En el Apocalipsis 13 se profetiza que la Bestia, ayudada por el Falso Profeta, obligará a todos en la tierra a aceptar una marca, sin la cual no podrán comprar ni vender. Esta marca se identifica con la anunciada implantación del chip en los seres humanos, que sustituiría a la tarjeta electrónica y a la identificación de los actuales documentos de identidad, y cuya campaña de propagación será la desaparición de niños, tal como ha profetizado el investigador Daniel Estulín. El Comandante y piloto retirado de las Fuerzas Aéreas peruanas, Oscar Alfonso Santa María recordó cómo la mañana del 11 de abril de 1980, 1800 soldados en formación en la Base Aérea de La Joya (Arequipa) vieron un objeto inmóvil en el aire similar a un globo: “Mi Comandante me dio la orden de despegar en mi jet Sukoi-22 para disparar al objeto esférico porque estaba en espacio prohibido sin permiso y temíamos espionaje. No tenía motores, ni tubos de escape, ni ventanas, ni alas o antenas, carecía de todos los sistemas típicos de un avión y no tenía ningún sistema visible de propulsión

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Bajo el patrocinio del cofundador de Microsoft, Paul Allen, y con los auspicios del propio Carl Sagan, se fundó el proyecto SETI (Búsqueda de inteligencia extraterrestre). Su finalidad era monitorizar el espacio, a la espera de una hipotética respuesta en forma de señal radioeléctrica a un mensaje enviado. Las comunicaciones que recibe el telescopio de Arecibo se envían a cada una de las computadoras que se hayan descargado ese programa. Aquellas señales consideradas extrañas o susceptibles de ser analizadas, pasarían a la NASA, quien estudiaría si podrían proceder de una inteligencia, o no. Oficialmente, en todos los años que lleva funcionando, el proyecto SETI no ha recibido ninguna comunicación que pueda ser atribuida a una inteligencia superior. Sin embargo, Steve Greer tiene informaciones que contradicen esa información y que expuso en una Conferencia sobre Exopolítica: “Tenemos confirmación -y no voy a dar el nombre todavía porque estamos intentando animar a este individuo para que lo haga público- pero uno de los empleados antiguos del Proyecto SETI, que es el proyecto de Carl Sagan para la búsqueda de extraterrestres, nos ha confirmado que han recibido múltiples señales extraterrestres”. Greer afirmaba que los propios investigadores de ese proyecto están recibiendo obstrucciones humanas para no hacer públicas esas señales, probablemente de las agencias encargadas de controlar los satélites y las telecomunicaciones. El 14 de agosto del 2001 apareció un enigmático “crop circle” (círculos de la cosecha) con toda la estructura de un código binario, al lado del radiotelescopio de Chilbolton, en Inglaterra. Los sorprendentes diseños no sólo han seguido apareciendo en los campos de Inglaterra, sino que se han continuado extendiendo por Alemania y Holanda, entre decenas de países. A lo largo de los años, la sospecha de que los dibujos tenían un significado se ha visto reforzada por decenas de diseños con resonancias para diferentes culturas del planeta. En noviembre del 2001, el gran investigador sobre ovnis y sociedades secretas, Milton William Cooper, moría tiroteado por unos agentes. Los muchísimos seguidores de Cooper aseguran que, en esos días, el ex agente de la NSA era la persona que más podía hacer por desenmascarar la mentira del 11-S, pues la había augurado meses atrás. Cooper sería el último de los grandes en morir por exponer las verdades que nos quieren esconder. El 28 de junio del 2001, Cooper había predicho que iba a haber un gran atentado en Estados Unidos y que la culpa se la echarían a un tal Osama Bin Laden, pero que la culpa, en realidad, estaría dentro del aparato gubernamental norteamericano.

De esta trágica manera, se ponía final a la figura del mejor divulgador sobre la ocultación extraterrestre El fue la persona que relató cómo el contacto con otras civilizaciones ya había sucedido. En Estados Unidos, el país más avanzado del planeta, la gente no sólo cree en los extraterrestres sino que opina que ya han contactado con los seres humanos. No en vano, los Estados Unidos es uno de los países donde más fenómenos no identificados se han podido ver a lo largo del siglo XX y algunos de ellos, masivos. La ciudad de Phoenix (Arizona), vivió dos fenómenos, el 13 de marzo de 1997 y el 5 de junio del 2005. Decenas de miles de personas pudieron ver la espectacular formación de ovnis y grabarla. Pero no sólo en Estados Unidos se está viviendo esta fiebre. El asunto extraterrestre, que ha estado muy relacionado con la seguridad en la energía atómica, ha recuperado su importancia cuando las campanas de guerra acechaban en Irán y en zonas conflictivas como Cachemira. El martes 22 de marzo del 2005, la cadena estatal iraní de televisión y las portadas de los principales periódicos informaron del avistamiento de ovnis sobre Irán. La cadena estadounidense Fox también mostró imágenes de las formas ya clásicas de discos que se movían sobre una zona de la ciudad de Teherán. La agencia de información Irna informó que en las ciudades septentrionales de Tabriz y Ardebil, y en el Mar Caspio, aparecieron discos de los que irradiaban rayos verdes, rojos, azules y púrpura sobre las ciudades. Los medios de comunicación relataron que las personas corrían por las calles de ocho ciudades diferentes para observar una luz extraterrestre que entraba y salía de entre las nubes. El interés por los ovnis se había disparado muy rápidamente en Irán desde el año 2004, cuando las agencias de noticias informaron de docenas de incidentes, en los que la gente podría ver objetos extraños volando sobre sus cabezas. En una ocasión, la televisión estatal de Irán difundió las imágenes de un disco blanco reluciente sobre Teherán. El miércoles 12 de enero del 2005, el diario Pravda, antiguo órgano del Partido Comunista soviético, publicaba la siguiente noticia. “Rusia e Irán unen sus esfuerzos para luchar contra una ‘invasión’ de ovnis”. El subtítulo decía así: “Los sistemas antiaéreos de Irán tratan de derribar los ovnis que aparecen sobre sus instalaciones nucleares”. En el cuerpo de la noticia, se podía leer: “Mientras tanto, los medios informativos iraníes distribuyen más y más información sobre las supuestas ‘amenazas’ a los objetivos nucleares de la nación. Los vuelos de objetos desconocidos sobre el espacio aéreo del país se han hecho mucho más frecuentes últimamente. Objetos luminosos infrecuentes se detectaron sobre Busher y Natanza, donde se localizan instalaciones nucleares. Según testigos oculares, uno de los objetos ‘estalló’ en el cielo. El Ministerio de Defensa iraní trató de calmar a la ansiosa población por boca de su general Qarim Gavani: ‘Hemos desarrollado planes para proteger los objetivos nucleares contra cualquier peligro; la Fuerza Aérea iraní está en alerta y lista para cumplir con su deber”.

El doctor Steve Greer tiene su propia explicación al fenómeno de luces cercanas a zonas sísmicas. “Diría que hay un gran número de evidencias que indican que el avistamiento de estos vehículos extraterrestres ha ocurrido cerca de áreas volcánicas y no creo que sea un efecto geofísico, como buscar cuarzo o minerales, porque ese efecto está muy bien descrito. Es por algo muy distinto y creo que puede ser porque ellos estén muy al tanto de la estabilidad de la Tierra, la estabilidad de la corteza terrestre. Puede haber otras razones que no entendamos. Quiero decir que es verdad que cuando el Monte Pinatubo explotó en las Filipinas, se vieron todo tipo de naves. Si buscas en alguno de los vídeos grabados en Japón, en el Monte Unzen, verás que ha sido un fenómeno repetido en todo el mundo, particularmente en el Anillo de Fuego del Pacífico. No creo de ningún modo que éste sea un fenómeno natural. Creo firmemente que estas cosas vuelen bajo un control inteligente, y quizás -sólo quizás, aquí estoy especulando- están al tanto de la estabilidad de la biosfera y de la Tierra según la vamos degradando. Creo que éste es uno de los temas y un momento en la historia donde el tipo de daño medioambiental que estamos causando debería ser modificado”. En el curso de un estudio sobre el tema recogido en el libro No por fuego sino por hielo, de Robert W. Félix, el científico francés Claude Poher encontró claras correlaciones entre las luces de ovnis y los terremotos: “Los avistamientos se incrementan notablemente durante tormentas magnéticas y cerca de las líneas donde se producen más fenómenos sísmicos”. Estas luces aparecieron instantes antes del terremoto acaecido en Perú en el año 2007, lo que avivó la sospecha en todo el mundo de que los extraterrestres estarían impidiendo que los numerosos terremotos que estamos viviendo fueran más dañinos. Steve Greer aventuraba una hipotética intervención extraterrestre en caso de un posible desastre climatológico. “Bien, si revisas la documentación que creamos en 1991, establecíamos muy claramente que, en el caso del peor escenario posible, habría una intervención para tratar de estabilizar las cosas, creo que es algo racional. Si hemos sido observados durante un número de años, o un número de siglos, si no milenios, por civilizaciones extraterrestres, tiene que haber, de algún modo, una intervención. Por ejemplo, una guerra termonuclear podría extinguir la vida tal y como la conocemos sobre la Tierra”. En otras palabras, que las mismas civilizaciones que se supone han estado protegiéndonos de las locuras de nuestros gobernantes con la tecnología nuclear, pueden haber estado haciendo lo propio con los desastres climatológicos.

El ex ministro de Defensa de Canadá, Paul Hellyer es, con seguridad, el político de mayor relevancia que ha salido a dar la cara en el asunto extraterrestre. Ha presentado en la ONU una propuesta para establecer contacto con otras civilizaciones. El 28 de febrero del 2007, la agencia AFP fechaba en Ottawa la siguiente noticia: “El ex Ministro de Defensa canadiense Paul Hellyer instó a los gobiernos de todo el mundo a desclasificar y usar tecnología alienígena secreta, obtenida en supuestos accidentes de ovnis, con el fin de detener el cambio climático, según aseguró este miércoles un diario canadiense”. Hellyer declaraba al diario Ottawa Citizen lo siguiente: ”Me gustaría conocer las posibilidades de la tecnología extraterrestre para eliminar la quema de combustibles fósiles dentro de una generación. Esa podría ser una forma de salvar nuestro planeta. Las naves extraterrestres deben haber viajado vastas distancias para llegar a la Tierra, por lo cual deben estar equipadas con avanzados sistemas de propulsión o utilizar combustibles excepcionales. Estas tecnologías alienígenas podrían ofrecer a la humanidad alternativas a los combustibles fósiles”. Hellyer se refería, implícitamente, al incidente Roswell como símbolo del primer contacto con otras naciones estelares. Acto seguido, hacía la siguiente declaración: “ Necesitamos persuadir a los gobiernos para que desclasifiquen lo que saben. Algunos sospechamos que saben bastante, y que ese conocimiento sería suficiente para salvar a nuestro planeta si se aplica lo suficientemente rápido”. En 1996, el ufólogo y psicólogo Richard Boylan, presente en la conferencia de la Fundación Potencial Humano, patrocinada por Rockefeller, escribía: “Hay una estrategia de cuatro pasos para revelar su presencia. Primero, al parecer están incrementando la frecuencia de sus apariciones así como la visibilidad de las mismas. No sólo aparecen más, sino en zonas cada vez más pobladas. Segundo: un número creciente de abducidos y contactados se avienen a comentar sus experiencias con psicoterapeutas, investigadores y público. Muchos investigadores y terapeutas han divulgado cifras que indican cómo se incrementan de forma significativa incluso los testimonios no solicitados. Tercero: muchos ‘contactados’ en particular y ufólogos en general se sienten obligados a traer el tema extraterrestre al debate público, y los informes provenientes de todo el país indican que es mucha la gente que está experimentando la urgencia de este propósito. Cuarto: el cambio de actitud de muchos gobiernos o líderes políticos, permitiendo filtrar información hasta entonces clasificada, o proponiendo abiertamente el debate”.

El doctor Greer opina que este primer contacto sería un salto de gigantes para la Humanidad . “El punto central es que la gente no sabe que llevamos 50 años de tiempo perdido. Mucha gente piensa que lo que estamos haciendo es muy visionario y futurista, y yo digo: ’No, al contrario! Todo esto es una información que tenía que haberse hecho pública antes de nacer yo (en 1955), y de hecho podría haber salido a la luz, incluyendo los sistemas de energía y propulsión’ Estamos viviendo en este planeta como una civilización que ha permanecido en su actual trayectoria durante medio siglo. Necesitamos un cambio de curso. Si no lo hacemos, se hará por nosotros, la Tierra no puede sostener a 6.000 millones de personas viviendo de la forma en que vivimos en el primer mundo, con nuestros coches y nuestra contaminación. Esta no es una opción, y no puede seguir así durante mucho tiempo”. El sargento Clifford Stone, implicado durante muchos años en la ocultación extraterrestre y que fue contactado hace muchos años, dice: “No creo que ningún gobierno tenga el derecho de hacer ver como un loco a cualquiera que vea un ovni. No creo que ningún gobierno tenga derecho sabiendo que la psicología de individuos específicos pueda conducirles finalmente a una gran depresión mental, llevando finalmente en muchos, muchos casos al suicidio o la autodestrucción. Cuando vemos salir este tipo de cosas, tenemos la obligación de reconsiderar nuestra forma de pensar y nuestras posturas. Yo sugeriría que tenemos que derribar los muros del secretismo, que tenemos que ser los responsables de sacar la verdad a la luz. Debemos ser responsables en cómo decir la verdad. Y debemos ser sinceros. Y ésta no es una historia de miedo. Aprendes que los extraterrestres tienen la noción de Dios. Descubres que tienen familias. Descubres que tienen culturas. Descubres que tienen cosas que les gustan y cosas que no. Buscas entre las cosas que son similares entre nosotros, no entre las diferencias. Y ésa es la forma de comenzar por el camino de la verdad. El problema que tenemos ahora mismo es que les vemos como algo de lo que hablar; algo de lo que maravillarnos y sorprendernos”. El sargento Clifford Stone sostiene que han sido catalogadas 57 razas diferentes de extraterrestres y, contrariamente a lo que muchos opinan, él opina que ni siquiera los grises, de los que existen tres razas diferentes, son belicosos. El ex comandante de la OTAN, Bob Dean, opina que: “ Éste es el mayor acontecimiento de nuestra Historia como especie: porque implica la gran pregunta, es decir, quiénes somos, de dónde venimos a dónde podemos ir. Es tan importante que haría que nuestra conciencia se expandiera tanto que dejaríamos de vernos como musulmanes, judíos o cristianos para vernos, únicamente, como seres humanos, de un pequeño planeta de una galaxia de clase media y esa es nuestra esperanza de supervivencia: pensar en nosotros como una sola raza unida“.

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Curiosamente, todas las religiones del mundo y las tradiciones espirituales están esperando, el regreso de sus grandes profetas. El budismo a Maitreya, el Islam a El Mahdi, el judaísmo al Mesías y el cristianismo, el retorno de Cristo. Pero, al mismo tiempo, algunas tradiciones esperan la llegada de un Armagedón o Apocalipsis, una visión muy enraizada en los grupos religiosos que actualmente detentan el poder en los Estados Unidos. El Dr. Michael Wolf, que dijo haber tenido contacto con seres de las Pléyades, conocidos como nórdicos, y de Altair, calificados como semíticos, cree que El Vaticano está especialmente preocupado por los anuncios sobre extraterrestres. El Doctor Wolf opina que el Papa Juan Pablo II había cambiado la visión católica sobre Dios para adaptarse a las nuevas revelaciones de vida extraterrestre. Wolf afirmó que las diferentes razas extraterrestres que nos visitaron durante el siglo XX estaban agrupados en organizaciones galácticas: La Alianza (humanos de las estrellas Altair y Pléyades), La Corporación (grises de Zeta Retículi), las Razas Unidas de Orión y la Federación de Mundos (extraterrestres de diferentes estrellas). La mayor parte de las razas se habrían unido a finales del siglo XX en una sola organización denominada “Federación Galáctica” a cuyo mando estaría el mítico “Comandante Ashtar Sheran”, una supuesta entidad interdimensional que dice ser comandante de una nave llamada Estrella. Unos pocos elegidos telépatas o contactados dicen que estarían recibiendo comunicaciones desde el espacio por parte de la “Federación Galáctica”, que están esperando el momento de entablar el primer contacto con los seres humanos. Las informaciones canalizadas por telépatas que dicen tener contacto con estos seres, anticipaban que se irían liberando las evidencia de la presencia extraterrestre y que los avistamientos se irían multiplicando. El científico norteamericano Sheldan Niddle es probablemente el más importante contactado del mundo. Desde hace años publica un comunicado semanal de la Federación Galáctica, de la cual se supone ejerce de portavoz. Dice que las intenciones de estos seres son ayudar a los seres humanos a liberarse de las sectas secretas que crean las guerras y los mantienen esclavizados. En sus numerosos y contradictorios mensajes, se ha descrito el proceso que llevaría a la Humanidad hasta el primer contacto, que vendría precedido de la exhibición pública de las naves de la Federación Galáctica, con un espectáculo de luces y la aparición de los Maestros de cada una de las religiones que calmarían a la población para aceptar tal evento como una gran celebración.

Pero como profetizó Werner Von Braun, el Gobierno Secreto todavía se guarda un as en la manga: la amenaza extraterrestre. En el año 2006 apareció el Proyecto Rayo azul, que trataría de simular un “rapto de seres humanos a partir de un rayo”, aderezado con proyecciones holográficas que proporcionen la imagen de que es Dios quien está detrás de este “falso primer contacto” y que anunciaría la llegada del Mesías del Nuevo Orden Mundial, es decir, el Anticristo. A nivel galáctico se trataría de echar la culpa a unos seres de otra dimensión: “Al principio se hará uso del cielo como una pantalla de proyección holográfica para los satélites generadores de láser instalados en el espacio (Guerra de las Galaxias). Estos proyectores emitirán imágenes simultáneas a las cuatro esquinas del planeta, en cada idioma por región. Se trata del aspecto religioso del Nuevo Orden Mundial. El sistema ya ha sido probado. Ya se han visto proyecciones holográficas de la “ Imagen de Cristo ” en algunas áreas remotas del desierto. Éstos sólo han sido reportados en periódicos de tabloides, para hacer la noticia automáticamente discutible. Ellos también pueden proyectar imágenes de naves extraterrestres, alienígenas, monstruos, ángeles. Las computadoras coordinarán los satélites y el software manejará el show. La holografía está basada en signos casi idénticos que se combinan para producir imágenes u hologramas, con percepción de profundidad. Esto es igualmente aplicable a las ondas acústicas (ELF, VLF, LF) y a los fenómenos ópticos. Específicamente, el “show” consistirá en proyecciones del láser de múltiples imágenes holográficas a diferentes partes del planeta, cada una recibiendo diferentes, de acuerdo a la fe religiosa predominante en la región. No será excluida ni una sola área. Con animación de computadora y efectos de sonido que parecerá venir de las profundidades del espacio, los sorprendidos seguidores de los diferentes credos darán testimonio de su propio Mesías, regresando en una espectacular y convincente realidad. Las varias imágenes de Cristo, Mahoma, Buda, Krishna, etc., se fusionará en UNO después de que la ‘correcta explicación’ de los misterios, y se descubrirán profecías y revelaciones. Este ‘ Dios Único’ funcionará, de hecho, como el ‘Anti-Cristo’ que ‘explicará’ que las varias escrituras ‘se han mal entendido’ – que las religiones viejas son responsables de volver a hermano contra hermano, nación contra nación – que deben abolirse las religiones del mundo para dejar paso a la Edad Dorada (la Nueva Era) Una Religión Mundial, representando al Único Dios que verán ante sí”.

Fuentes:

  • Rafael Palacios – Extraterrestres – El secreto mejor guardado
  • Javier Sierra – Roswell, secreto de Estado
  • Jacques Bergier – Los Extraterrestres en la Historia
  • Fabio Zerpa – Ellos los seres Extraterrestres
  • Fabio Ramírez – ¿Cómo son los Extraterrestres?
  • Jan van Helsig – Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX
  • Victorino del Pozo – Siragusa – Mensajero de los Extraterrestres
  • Carl Sagan – Comunicación con Inteligencias Extraterrestres
  • Evry Schatzmann – Los Niños de Urania – En busca de civilizaciones Extraterrestres
  • David Villalobos – Abducción – secuestro Extraterrestre
  • Antonio Pinto Renedo – La llegada de los Extraterrestres
  • Abira San – La visita de los Extraterrestres de Sirio
  • Antonio Ribera – Secuestrados por Extraterrestres
  • Sixto Paz Wells – Ovnis – nuestro pasado Extraterrestre
  • J.J. Benítez – ¿Era Extraterrestre el Dios Cristiano?
  • Salvador Freixedo – La amenaza Extraterrestre
  • Pedro Romaniuk – Los Extraterrestres y las armas atómicas y psicotrónicas
  • Isaac Asimov – Civilizaciones Extraterrestres
  • Daniel Estulin – La verdadera historia del Club Bilderberg
  • Zecharia Sitchin – Crónicas de la Tierra

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