Me llamo Fátima y vivo en Reus”: El separatismo catalán recupera el “antes moros que españoles”

Desde hace ya algunos años se viene observando en Cataluña (en determinados círculos e instancias) una sorprendente e inquietante deriva filoislámica que ha tomado una fuerza inusitada en los últimos tiempos, y que sin duda irá a más, a tenor de los episodios que se producen a diario en esa dirección.

A contramano del sentir mayoritario de una sociedad que experimenta un creciente rechazo al fenómeno de la invasión musulmana y la islamización rampante que conlleva, los partidos separatistas, haciendo gala de una extraña inclinación y benevolencia hacia esa ejército de intrusos, se desviven por ellos y multiplican los gestos amistosos en esa dirección. En esa política se ven secundados, en el ámbito mediático, por una prensa y una televisión de andar por casa, no ya acríticas, sino francamente exhaltadoras del mundo religioso-cultural árabe-musulmán, a las que se añade un elenco variopinto de “intelectuales”, artistas y saltimbanquis de difícil clasificación, algunos de ellos sin oficio conocido pero con la lengua bien larga, todos ellos rendidos por igual a esa fascinación por el islam que es la marca de identidad de esta caterva de “bellas almas” entregadas a la demolición de su propia cultura.

Se verifica el movimiento siguiente: cuanto más antiespañol es el partido o el medio de comunicación, más proislámico se muestra este en sus manifestaciones y valoraciones. Cuanto más agresivamente expresan su desapego de España y todo lo que le atañe, en contrapartida más se prosternan ante el islam. Cuantas más ofensas y agravios profieren contra todo lo que de una manera u otra, significa o personifica “lo español” (que no excluye, claro está, “lo catalán”, aunque ellos piensen lo contrario), más amables, respetuosos y complacientes se manifiestan con el rebaño de Mahoma. Y mientras el idioma de Cervantes es ya considerado como un idioma extranjero para la enseñanza, no obstante ser hablado en Cataluña desde hace 1000 años, y marginado cuanto más posible para la vida institucional y oficial, reducido a una mínima expresión indigna de su categoría e irrespetuosa con la historia, en “casa nostra” ya se está introduciendo el árabe (¡y el beréber -o tamazig!) en el sistema educativo primario (de momento en horario extraescolar, pero en escuelas públicas y con profesores pagados por la Generalitat).

Desde hace varios años ya, en la fecha de la fiesta musulmana del cordero,TV3 de Cataluña retransmite en directo, integramente y con subtítulos en catalán, ante la presencia babeante de ternura de altos funcionarios autonómicos, el rezo multitudinario en algún polideportivo del barcelonés barrio del Ravalistán (antes Raval), amena y pintoresca barriada donde las distintas Policías del Estado desmantelan un grupo terrorista cada 15 días como promedio.

La TV catalana, correa de transmisión mediática del separatismo, se dedica sin empacho a exhaltar el islam y presentarlo ante los ciudadanos como un hecho normal y positivo, desprovisto de toda conflictividad y perfectamente integrado, y demuestra tener la voluntad, los medios y el santo cuajo de dedicarse a halagar el sentimiento islámico de esta marabunta que se nos ha metido en casa sin permiso y que está convirtiendo a Cataluña (el resto de España no es diferente) en una sucursal del Magreb, de Oriente Próximo y de Paquistán bajo la atenta mirada y la cretina complacencia de los tarados que nos gobiernan.

“Llevo a Cataluña en el corazón”

Los Comités de Defensa de la República han pedido a la comunidad musulmana que vote por los partidos independentistas este 21 de diciembre. Los CDR han elaborado unos carteles donde una mujer vestida con el hiyab asegura que “llevo a Cataluña en el corazón”.

“Me llamo Fátima, tengo 28 años y vivo en Reus. No tengo sangre catalana en mis venas, pero llevo a Cataluña en el corazón. El 21 de diciembre es una oportunidad para la República. Vota Junts per Catalunya, Esquerra o la CUP”, afirm el cartel de la fotografía. La imagen pertenece a Reus, pero los Comités de Defensa de la República han colgado en otros municipios catalanes.

En Cataluña hay 515.000 ciudadanos de origen musulmán, según los datos de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE). De estos, entre 140.000 y 150.000 tienen derecho a voto por haber adquirido la nacionalidad española y ser mayores de edad.

“Me llamo Fátima y vivo en Reus”: El separatismo catalán recupera el “antes moros que españoles” y se lanza a por el voto musulmán en lengua árabe

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