Secretario de Energía de EEUU: «Tenemos derecho a castigar a los países no civilizados»

Estados Unidos tiene derecho a utilizar la industria energética como herramienta para presionar y castigar a los países que no se comporten de manera civilizada. Es lo que ha asegurado el secretario de Energía del país, Rick Perry, durante la reunión que mantuvo el 13 de septiembre en Moscú con su homólogo ruso, Alexandr Nóvak.

Rick Perry

«EEUU está ahora mismo en posición de enviar un mensaje a aquellos países que no se comporten civilizadamente: que habrá represalias. Hay muchas formas de hacerlo y [utilizar] la industria energética es una de ellas», ha explicado a la prensa el secretario de Energía estadounidense tras la reunión.

Perry respondía así a la pregunta de la prensa de por qué Washington había acusado en varias ocasiones a Rusia de usar sus recursos energéticos con objetivos políticos y, al mismo tiempo, intentar reducir los beneficios que Irán obtiene de la venta de petróleo para forzar un cambio político en el país persa.

El secretario de Energía ha definido el comportamiento de Irán de «inaceptable» y al propio Irán de país incivilizado, y ha advertido que el mensaje de Washington para Teherán está claro.

Comentario: Parece que muchos altos cargos estadounidenses viven en una fantasía donde ven a EEUU en la cima de la actual civilización, y que por alguna especie de «mandato divino» deben imponer su visión patológica de la realidad a naciones menos desarrolladas.Pero otras veces, estas palabras de altos mandos tan solo marcan el comienzo del viejo plan de demonización de regimenes no alineados o no útiles, para justificar desestabilizacion e injerencias ilegales. Ya veremos a donde llega esta nueva saga.

Y una última cosa, el excepcionalismo tomado en altas dosis provoca alucinaciones y daño cerebral (como podrá ver en este claro ejemplo).

«Si no puedes y si no te comportas de manera razonable, habrá sanciones y tendrá costes».

En mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que el país abandonaba el acuerdo nuclear iraní -Plan de Acción Conjunto y Completo o PAIC- por considerarlo «injusto» y «poco equilibrado», según palabras del propio Trump. Poco después anunciaba que volvería a aplicar sanciones sobre el país persa y a aquellos que mantuviesen actividades comerciales con él.

El decreto que activaba las sanciones contra Irán fue firmado el 6 de agosto. Prohíben a Teherán utilizar el dólar, el oro y otros metales preciosos en sus actividades comerciales; vender o transferir grafito, aluminio, acero y carbón tanto dentro como fuera de Irán; determinadas transacciones con el rial iraní y aquellas vinculadas a las emisiones de deuda pública y al sector automovilístico.

«Estas son las sanciones más lacerantes que se hayan impuesto nunca y, en noviembre, se intensificarán llegando a otro nivel. Cualquiera que haga negocios con Irán no hará negocio con Estados Unidos. ¡Estoy pidiendo paz mundial, nada menos!», justificaba entonces el presidente de EEUU

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