Trump, despreciado por la intelectualidad progresista, ya ha hecho Historia

La elección de Brett Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, superando la más brutal campaña hostil que se recuerda (aún más dura que la realizada contra el juez Clarence Thomas) constituye un hito político que, me parece, marca un antes y un después en la consideración de Donald Trump por la intelectualidad progresista. Trump, ese individuo del que gustaban burlarse con sus aires de superioridad, ha conseguido varias victorias, en política interior y exterior, y un gran éxito en su gestión económica a través de un discurso políticamente más articulado de lo que pretenden sus contradictores. Son muchas las razones por las que Trump puede ser considerado ya, en el ámbito del pensamiento conservador, como un presidente aún más importante que Ronald Reagan.@Desdelatlantico.

I. CUANDO SÓLO ALGUNOS PENSÁBAMOS, Y LO ESCRIBÍAMOS, QUE TRUMP PODRÍA CONQUISTAR EL PODER
Antes de realizar otras consideraciones, creo conveniente recordar aquí que cuando «sesudos» «analistas» y «expertos» no daban un duro por la candidatura de Trump algunos considerábamos que sus posibilidades de alcanzar el poder eran grandes.
Un año antes de que ganara la designación como candidato del Partido Republicano, insisto, UN AÑO ANTES, el 8 de agosto de 2015, me atreví a compararlo con Silvio Berlusconi, empresario que conquistó el triunfo en las elecciones de Italia. Y si bien considero hoy que esa comparación no fue correcta, pues Berlusconi está animado de un proyecto político con mucha más sustancia que Berlusconi, la idea era que no se podía descartar en absoluto que Trump triunfara en las elecciones.
Más adelante, cuando ya había sido designado candidato del Partido Republicano, y todos los «sesudos analistas» decían que los republicanos se habían suicidado políticamente y que Clinton arrasaría a Trump, el día 19 de mayo de 2016, afirmé que Hillary Rodham Clinton suscitaba un enorme rechazo y podría perder frente a Trump En los meses siguientes escribí varias veces en el sentido de que Trump cada día que pasaba tenía más posibilidades de ganar. Y ganó.

II. EL TRIUNFO DE TRUMP, UN HITO EN LA HISTORIA DE LAS CAMPAÑAS ELECTORALES


Aunque ahora haya muchos que lo olvidan, o que quieren que se olvide, son muchos los que daban por derrotado a Trump porque la prensa de forma masiva estaba en su contra. Es notorio que la campaña de Trump se hizo, fundamentalmente, en twitter, de forma que el candidato consiguió comunicar sus mensajes DIRECTAMENTE a los electores, sin intermediarios. Trump, así, asestó el mayor golpe que han sufrido las campañas electorales clásicas en los últimos cien años, quizá. Sólo por esa campaña electoral, Trump estará en los libros de Comunicación Política.

III. LOS TRIUNFOS DE OBAMA Y DE TRUMP ROMPIERON LA HIPOTECA PLUTOCRÁTICA DE LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS
No es ningún secreto que las campañas electorales en los Estados Unidos tienen un coste astronómico. Esos costes no pueden ser sufragados simplemente con los fondos del partido que apoya al candidato. De ahí que para triunfar en las elecciones muchos candidatos se «hipotequen» ante los «donantes». Por ello es habitual ver que personajes que hicieron sustanciosas donaciones a la campaña electoral de un candidato, reciban nombramientos de embajadores y otros apetecibles puestos, si su candidato resulta triunfante.
Esto se ha convertido en uno de los problemas más graves de la democracia estadounidense. El primer candidato que consiguió romper este esquema fue Barack Hussein Obama, que gracias a la multitud de pequeñas donaciones de sus entusiastas seguidores obtuvo los fondos para oponerse, y derrotar, dentro del Partido Demócrata, a Hillary Clinton, la candidata de la plutocracia.
También evitó esa hipoteca Trump, pero por otra vía. Y es que Trump es multimillonario y no ha dudado en gastarse su propio dinero en la promoción de su candidatura. El ser multimillonario le ha permitido una libertad que no habría tenido si hubiera tenido que recurrir al apoyo de «donantes» multimillonarios.

IV. TRUMP, TRIUNFA EN SU POLÍTICA ECONÓMICA
Algunas personas se sorprenden del éxito que está teniendo la gestión económica del presidente Trump. Pero si hay un aspecto en el que era previsible ese éxito era precisamente el económico porque si algo demostró Trump antes de ser presidente es que tuvo éxito en sus negocios. Y precisamente porque Trump es un «práctico» de la Economía, ha visto cual era el riesgo que corría la economía norteamericana, a saber, la globalización «asimétrica». El actual presidente norteamericano ha demostrado entender que el discurso abstracto e ideológico del «librecambismo» es precisamente, eso, una construcción ideológica que tiene como primeros perjudicados a los obreros de los Estados Unidos. Un «librecambismo» allí donde los elementos de la producción y la comercialización no operan bajo reglas y circunstancias equivalentes termina siendo un suicidio. De ahí la política «proteccionista» de Trump que no es otra cosa sino la defensa frente a acuerdos de «libre cambio» de tipo «asimétrico».
El nuevo presidente norteamericano es quien por primera vez ha llevado a cabo con éxito una política contra la desmoralización. Y esa política le ha llevado a un enfrentamiento de titanes contra China. De momento, Trump está consiguiendo unos resultados espectaculares en materia de empleo y de crecimiento económico.

V. TRUMP Y LA POLÍTICA EXTERIOR: TRIUNFOS, TITUBEOS Y RETOS PENDIENTES
La política exterior del nuevo presidente es el ámbito en el que su gestión aún no puede considerarse que haya obtenido triunfos definitivos e indiscutibles.
Sin duda, su mayor éxito, aunque pendiente de concreción, fue conseguir destensar la relación con Corea del Norte abriendo la posibilidad de su desnuclearización.
No tan afortunada me parece su política en Siria o en Iraq, que hasta el momento no deja de ser continuista respecto a los anteriores presidentes Obama y Bush jr. Igualmente parece algo imprudente su política respecto a Israel.
Pero sin duda el reto pendiente es la política en Oriente Medio respecto a Irán y Arabia Saudí. El nuevo presidente ha adoptado una política muy agresiva contra Irán. De momento, en su haber cabe incluir que el régimen saudí ha moderado ligeramente su radicalismo islámico para obtener el apoyo norteamericano. La ofensiva contra Irán es muy fuerte y muy arriesgada. El tiempo dirá cómo evoluciona la cuestión.

VI. TRUMP LLEVA A CABO UNA VERDADERA «REVOLUCIÓN CONSERVADORA» EN LA POLÍTICA INTERIOR
Junto a la Economía es aquí donde se puede decir que Trump ya ha conseguido hacer Historia. La batalla por el nombramiento de Kavanaugh puede ser comparada a la batalla que entabló, y perdió, Reagan para conseguir el nombramiento del gran jurista Robert Bork. En apenas dos años, el nuevo Presidente ha conseguido no sólo nombrar dos jueces (Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh), sino, parece, cambiar decisivamente la orientación del Tribunal Supremo. De los 9 jueces que componen hoy en día el Tribunal Supremo de los EE.UU., hay 2 nombrados por Bush sr., 2 nombrados por Clinton, 1 nombrado por Bush jr., 2 nombrados por Obama, y 2 nombrados por Trump.
A este respecto conviene recordar que Reagan, en 1987, fracasó en su intento de que se nombrara a Bork, espléndido jurista, como juez del Supremo, un fracaso que garantizó que el Tribunal Supremo siguiera en lo sustancial dominado por el «progresismo judicial» o «activismo». Y allí donde Reagan fracasó… Trump ha triunfado. Kavanaugh es un jurista de la misma línea que Bork (a mi entender no tan brillante como Bork). Por primera vez en muchas décadas, el Tribunal Supremo tiene una clara mayoría de jueces (Roberts, Thomas, Alito, Gorsuch, Kavanaugh) de orientación «originalista», esto es, partidarios de ceñirse al texto de la Constitución evitando construcciones «progresistas» para, supuestamente, «actualizarla» a las nuevas situaciones al margen del propio texto constitucional. Si esta orientación se consolida, es probable que haya cambios de calado histórico. Entre ellos podría llegar a anularse la sentencia de 1973 que se inventó un «derecho constitucional» al aborto a pesar de que el aborto no aparece por ningún lado en el texto de la Constitución.

VII. TRUMP, UN PRESIDENTE QUE YA HA HECHO HISTORIA
Todo este balance se ha producido cuando el actual presidente no lleva ni siquiera dos años en el cargo. La definitiva consolidación de su política puede quedar sellada si el Partido Republicano gana las elecciones parlamentarias de este mes de noviembre en la que se renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Aunque es casi imposible que el Partido Demócrata ganara una mayoría de 2/3 en el Senado, necesaria para destituir al Presidente, el reto para este partido es conseguir la mayoría en la Cámara de Representantes para presentar una acusación contra él que, aunque no pueda prosperar, consiga desestabilizarle. Toda la esperanza de la intelectualidad progresista está en conseguir esa mayoría. Pronto veremos si la brutal campaña desencadenada contra Kavanaugh por el Partido Demócrata para evitar su nombramiento será premiada o pasará factura.

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