Extractos de ‘Amrut Laya II’

por Sri Siddharameshwar Maharaj

Sólo hay un Sí mismo

Sri Siddharameshwar Maharaj

El cuerpo sutil consta de los órganos sensoriales, los cinco soplos vitales (pranas), la mente, el intelecto, la mente interna y el sentido «yo». El que en el sueño profundo realiza que no existe nada más que la consciencia, es el cuarto cuerpo, o el cuerpo supracausal (mahakarana deha). Esta consciencia misma es el Brahman.

Dios con atributos, que ve todo, es en la forma de la consciencia; y el Brahman sin atributos, es también en la forma de la consciencia. La vitalidad que anima todo, es la vida-energía, chaitanya, y es completamente aparte de los cuerpos grosero, sutil y causal. Cuando esta vida-energía se separa del cuerpo vital vivo, el que realiza «yo no soy el cuerpo» permanece como «omnipotente». Después de abandonar el cuerpo, la noción de consciencia individual (jiva) desaparece y uno se transforma así en Dios (Shiva).

El intelecto mismo es el creador, el Señor Brahma. El cuerpo es perecedero y, por consiguiente, todas las acciones cumplidas con la ayuda de este cuerpo son también perecederas. A pesar del hecho de que el Señor Brahma ha creado este universo y ha hecho muchas obras, él permanece enteramente aparte de los pecados y méritos resultantes. El conocimiento que revela este secreto, es el conocimiento más superior y antiguo, y tiene lugar con la ayuda del Señor Vishnu. Es llamado también «conocimiento eterno». La pregunta general, «¿quién eres tú?», se pregunta a menudo. Esta pregunta no puede ser respondida. Esto se debe a que las dos entidades mundanas, «yo», y «tú», son las dos no-verdaderas. Hay sólo una entidad, el Sí mismo (Atman). El Sí mismo existe en uno, Y en todo, En el Sí mismo no hay ninguna distinción. Es inútil preguntar «¿quién eres tú?» Si «tú» y «yo» no existen, ¿como puede existir nunca una respuesta a esta pregunta?

Los seres vivos pueden poseer nombres y apariencias diferentes, y pertenecer a la misma o a castas diferentes, pero todos tienen sólo una forma. Si hubieran sido diferentes, entonces las preguntas «¿quién eres tú?» o «¿quién soy yo?» no habrían sido relevantes. El Sí mismo, el factor básico presente en todo, es sólo uno, y no puede haber ninguna distinción. Los cuerpos de todos los seres, desde el Señor Brahma a un mosquito, están compuestos de los cinco elementos; por lo tanto, vosotros no podéis dirigir la pregunta «¿quién eres tú?» al cuerpo. En lo que concierne a la esencia, existe igualmente en todo y los cinco elementos están distribuidos igualmente en todos. No hay ninguna discriminación. Por lo tanto, preguntar a alguien «¿quién eres tú?» es como dirigirse la pregunta a uno mismo. En este universo, el Sí mismo es la única entidad. El único y solo Sí mismo penetra singularmente el universo entero.

19/06/1933

Enseñanza 27 – El Sí mismo es el único experimentador

En el mundo, no hay nada más que el Sí mismo. «Yo soy» la única entidad. El Sí mismo en todos es uno. Lo mismo que el agua que se tiene en un contenedor continúa siendo agua y no es nada más que agua independientemente de la forma del contenedor, así es con el Sí mismo. Independientemente de la forma del cuerpo en que reside, el Sí mismo continúa siendo el Sí mismo, y nada más que el Sí mismo.

Los cuerpos de todos los seres vivos están hechos de los cinco elementos, y después de la muerte, todos los cuerpos vuelven al polvo. Cuando el cuerpo muere, se mezcla con el polvo, hasta que la última partícula sutil es finalmente aventada por el viento mostrando así que incluso este polvo transitorio no es verdadero. Sin embargo, todos los objetos están llenos de vida-energía.

Por decir algo, la mente es el Sí mismo, pero la mente es sólo consciencia. La mente es similar a la «mente-interna» (antahkarana), y el Parabrahman no puede ser indicado por ninguna descripción. Los cuerpos, las mentes, y el Sí mismo de todos los seres vivos son uno. La mente es el Sí mismo, en la forma de la consciencia. Cuando el Sí mismo concibe algo, o dice algo, es llamado mente. Similarmente, si es llamado el cuerpo, entonces parece convertirse en el cuerpo. No obstante, aunque se llame «mente» al Sí mismo, el Sí mismo no se convierte realmente en la mente. Nadie puede pronunciar una sola palabra sin consciencia, ya que la consciencia es el «Brahman», el Sí mismo, y es el conocedor de los Vedas y su contenido. Él es auto-iluminado.

OM (AUM) es en la forma de la consciencia, y es llamado «pranava». Los diferentes órganos del cuerpo llevan a cabo funciones diferentes, tales como ver, oír, etc.; pero su función principal es ser consciente y esta consciencia es el Sí mismo. De hecho, esta consciencia es una y sólo una. Ver la consciencia es como ver «el ojo del ojo». El Sí mismo es el ojo del ojo. Es el que ve y también lo que se ve. Esta situación se explica mejor con la analogía de ofrecer azúcar a un ídolo de Dios que está hecho de azúcar.

El Sí mismo está lleno de conocimiento. Dondequiera que existe la consciencia, existe el Sí mismo. El Sí mismo es el que habla, el que escucha, y el que comprende el significado. El Sí mismo es el hacedor de todo. El sol debe su rango y su luz al Sí mismo. Si no fuera por el Sí mismo, el sol nunca sería llamado el «sol». El Sí mismo es el creador del universo, así como el que etiqueta todo como no-verdadero. El que realiza esto, puede alcanzar el estado de la «Verdadera Naturaleza» (Swarupa) de uno. El mundo transitorio, que está basado en conceptos buenos y malos, continúa desapareciendo. El «hombre de conocimiento» sabe que el Sí mismo (el SeñorHari, Vishnu, el sostenedor) es el hacedor de todo, y que sólo Él hace que se haga todo. El que experimenta todo es sólo Él, el Sí mismo, el único experimentador verdadero.

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