LIBRE ALBEDRÍO, PREDESTINACIÓN, EL PROPÓSITO DE LA VIDA

nodualidad.info

por Joan Tollifson

¿Existe el libre albedrío o todo está predestinado? ¿Cuál es la verdad, somos responsables o impotentes? ¿Cuál es el propósito y significado de la vida?
La primera cosa que hay que observar es que la confusión sobre estas preguntas surge sólo cuando hay pensamiento. Son problemas conceptuales. Tenemos diferentes mapas conceptuales de cómo funciona la vida y cada mapa nos muestra una versión diferente de la realidad, por lo que estamos confundidos. Nos preguntamos cuál es el correcto. Pero ningún mapa es nunca el territorio que describe. Incluso el mejor mapa y el más preciso es sólo una representación abstracta. Los mapas son útiles, pero nos equivocamos cuando los confundimos con el propio territorio.
Abrir y cerrar la mano no es confuso hasta que empiezas a pensar si se trata de una acción que ocurre por medio del libre albedrío o si estaba predestinado a suceder o qué propósito tiene. Entonces te enredas en el problema imaginario, el dilema imaginario que el pensamiento acaba de crear. Pero abrir y cerrar la mano es simple y no confuso. Sucede sin esfuerzo.

Conceptualmente, como mapa, podríamos decir que el impulso de abrir la mano en cualquier momento dado ― el impulso de hacerlo, la capacidad de hacerlo y la ejecución de esta acción depende y es el resultado de infinitas causas y condiciones. No podría suceder sin tu cerebro, tus músculos, tus nervios, ninguno de los cuales estaría aquí sin tu sistema digestivo y tus pulmones, y sin la luz del sol, el agua, el aire, tus padres, tus abuelos, la comida que mantuvo a tus abuelos vivos, el suelo que hizo posible la comida, y así sucesivamente ― en definitiva, abrir la mano no podría suceder en este momento sin que todo el universo fuera exactamente como es.
Y si buscamos consciente y atentamente el «tú» que se atribuye el mérito de ser el iniciador y el autor de esta acción, ¿puede encontrarse algo substancial, persistente o separado de la acción? El «tú» resulta ser una especie de imagen mental, un personaje de una historia ― un conglomerado de ideas, historias y creencias que cambian constantemente y que han sido aprendidas y practicadas: «Soy fulano, una persona separada con libre albedrío. Soy hombre, mujer, de tantos años de edad, de esta clase social, etnia, y así sucesivamente. Yo soy el pensador de mis pensamientos, el hacedor de mis acciones, el creador de mis decisiones, el director al frente de este cuerpo-mente, el que manda y dirige la nave». Pero ¿puede encontrarse realmente a este director? De hecho, la fuente de cada acción, cuando miramos de cerca, no parece ser nada en absoluto, ¡o absolutamente todo!
Sin embargo, sería ridículo negar la capacidad de abrir la mano aparentemente a voluntad, porque, obviamente, esa capacidad está presente (a menos que no lo esté). Pero, ¿dónde y cómo comienza esta acción? ¿Puede localizarse o encontrarse el «tú» que supuestamente inicia esta acción? ¿De dónde viene el impulso y la decisión y la capacidad de llevarla a cabo? ¿Puedes encontrar una fuente? ¿Sabes cuál será tu próximo pensamiento o tu próximo impulso? ¿Decidiste tener el gusto por la música o la comida que tienes, o las preferencias sexuales que tienes, o los intereses que te trajeron a este sitio web? ¿Puedes elegir qué cosas te importan profundamente, o qué fuentes de noticias y de información te parecen dignas de confianza y cuáles no?
Si lo examinamos más detenidamente, descubrimos que «el yo» es más un proceso que cambia constantemente que un objeto duradero, y que este proceso es inseparable del universo entero. Encontramos que no existe un límite real entre lo interior y lo exterior, entre el yo y el otro. Podemos describir nuestras acciones como elecciones que hemos hecho o como acontecimientos espontáneos en el flujo de la vida, pero ambas son descripciones de una realidad viva y cambiante que nunca puede ser capturada o fijada mediante palabras o conceptos.
El propósito de la vida es una idea añadida a la realidad de la vida. La realidad pura y energética de este momento simplemente ES. El pensamiento puede evocar cualquier propósito para este acontecimiento ― pero realmente, no sabemos lo que es o por qué está ocurriendo o lo que va a venir a continuación. Tenemos ideas acerca de ello, imágenes mentales, historias y mapas, algunos de los cuales son útiles, pero en realidad, no lo sabemos. Eso parece aterrador si pensamos que necesitamos saberlo. Podemos necesitar saber cosas prácticas tales como qué autobús tomar para alcanzar un destino, pero realmente no necesitamos saber por qué este universo está apareciendo o por qué todo es como es. Simplemente ES como es. Buscamos un significado o propósito y nos asustamos con las historias que no tienen sentido ni propósito, pero todo se encuentra en el ámbito del pensamiento. Cualquier noción sobre «el propósito de mi vida» es un pensamiento creado sobre la realidad viva que mi vida es. Tales ideas pueden proporcionar inspiración o consuelo o buenos sentimientos, pero estas ideas están construidas sobre arena, y así lo siguiente que sabemos es que hemos vuelto al miedo de no tener ningún propósito o que nada tiene sentido. ¡Pero repito, todo es imaginación! No necesitamos un propósito o un significado para ser simplemente como somos.
Diferentes mapas son útiles en diferentes situaciones. Así que si te estás entrenando para ser un atleta y competir en los Juegos Olímpicos, probablemente usarás un mapa que enfatiza la elección y la capacidad de respuesta y el empoderamiento. Si estás hablando con alguien acerca de la naturaleza de la realidad, como lo hago en mis escritos, tal vez utilice un mapa que enfatiza la ausencia de un yo separado y la falta de elección de todo lo que sucede. Si te estás recuperando de una adicción, encontrarás algunos métodos de recuperación que enfatizan la impotencia y otros que enfatizan tu poder de tomar decisiones. Ambos pueden ser útiles. No hay Un Verdadero Mapa de la realidad. Por su propia naturaleza, los mapas (palabras, conceptos) son representaciones abstractas, dualistas, congeladas, de lo que en realidad es un flujo indiviso, sin costuras del que nada puede separarse. El sujeto y el objeto son un único evento. Parecen estar divididos sólo en el pensamiento, por las palabras y por una frontera conceptual que no tiene verdadera realidad. ¡En la realidad viva misma, no hay nada (ninguna-cosa) aparte del todo que sea predestinada o tenga libre albedrío! Ninguna idea tiene sentido o se sostiene bajo un estrecho escrutinio.
Toda nuestra confusión está en el mapa. La felicidad, la paz, el amor, la libertad, la iluminación que buscamos no se pueden encontrar «ahí afuera» en el futuro o en un mapa. Sólo se encuentran aquí mismo, en el propio territorio, este-aquí-ahora que es inevitable e inasible, siempre cambiante y siempre presente. Incluso los mapas (en tanto que mapas) son un aspecto del territorio. La cartografía y el contar historias es algo que el universo está haciendo. Nada está excluido. Pero si te das cuenta de que estás paralizado o enredado en la confusión o la desesperación por problemas imaginarios como el libre albedrío o el propósito o el significado de la vida, simplemente vuelve a los sonidos y sensaciones de este momento, a la simplicidad de lo que es y al vasto silencio que escucha contemplándolo todo. Es realmente así de simple.

Un comentario en “LIBRE ALBEDRÍO, PREDESTINACIÓN, EL PROPÓSITO DE LA VIDA

  1. ¿ De qué sirve plantear preguntas si no vas a aportar respuestas, o si esas respuestas que das son meras divagaciones ? No es más que narcisismo cognitivo u onanismo mental.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.