la vigésima Tara

La práctica de Tara está especialmente indicada para eliminar obstáculos internos y externos en estos tiempos degenerados que vivimos. Ella es la manifestación de la compasión y de la actividad iluminada de todos los Budas. Tara es la deidad femenina más adorada y venerada del budismo tibetano. Conocida como Tara La Liberadora, es rápida y veloz en socorrer a los seres que llaman en busca de su guía y protección, al igual que una madre con sus hijos.

OM TARE TUTTARE TURE SOHA

Hace muchos eones, en un mundo diferente al nuestro, la princesa Yeshe Dawa generó la mente altruista de la bodhicitta en presencia del Buda Dumbubishvara. La princesa llevó a cabo muchos actos de generosidad, muchos ofrecimientos, y realizó todas las prácticas del camino espiritual. Entonces declaró: “Quiero dedicar los méritos que acumuló a través de la generosidad para que pueda renacer siempre con un cuerpo de mujer y servir tanto a las enseñanzas de Buda como al beneficio de los seres. Desde ahora hasta la iluminación, quiero siempre tomar un cuerpo de mujer ”. Desde aquel momento, Tara se beneficia sin descanso a los seres liberándolos de sus diferentes miedos y obstáculos.

Debido a su gran compasión, Tara se manifiesta con veintiún aspectos diferentes para ayudar a todos los seres de acuerdo con sus necesidades, predisposiciones y características específicas. Tara Verde, en el centro, es la principal y la base para todas sus otras emanaciones. Por la cualidad de “acción” característica de Tara, se dice que la recitación de las Alabanzas a Tara trae beneficios, bendiciones y protección de forma inmediata.

De entre todas ellas, la vigésima Tara, conocida como Parnashavari o Ritrö Loma Gyönma en tibetano, es la más apropiada para ayudarnos a hacer frente al coronavirus y detener la expansión de la epidemia. Ella nos ayuda a purificar y eliminar las enfermedades.

Esta manifestación de Tara es naranja, de aspecto airado. Sus ojos están muy abiertos y son muy brillantes. El ojo derecho, símbolo de su aspecto feroz, se asemeja al sol. Su ojo izquierdo, símbolo de su aspecto pacífico, es como la luna llena. Su mano derecha se encuentra a la altura de su corazón, con el mudra de tomar refugio, y sostiene el tallo de una preciosa flor de utpala sobre la reposa una vasija redonda que contiene néctar para sanar a todos los seres.

En palabras de nuestro maestro Geshe Tsering Palden: “La actividad virtuosa de Tara o de los Budas es algo así como una planta generadora de luz eléctrica, una base principal desde el cual se envía energía a la red para ser distribuida por todas las partes. A partir de ahí, puede tener la luz en casas, fábricas, oficinas, en cualquier sitio donde haga falta. De igual manera, desde la actividad virtuosa de Tara, las líneas de actividad virtuosa de los seres que, de esta forma, recibimos felicidad y bienestar.

Cuando invocamos a Tara en nuestra práctica, tenemos que sentir que ella está realmente feliz de acudir en nuestra ayuda. Además, es bueno que recitemos las Alabanzas y el mantra desde el corazón, a la par que recordamos el compromiso de Tara y de todos los demás Budas de trabajo para el beneficio de los seres sintientes, ayudando a aliviar nuestro sufrimiento y enseñándonos el camino para liberarnos de él definitivamente.

Dentro de las Alabanzas a Tara, su verso específico reza:

Homenaje a ti, tus ojos  brillan cual sol y la luna, dos veces HARA y TUTTARE disipan enfermedades.

“Dos veces HARA y TUTTARE” indica que tenemos que recitar primero el mantra airado, OM NAMA TARE NAMO HARA HUM HARA SOHA , y después el pacífico, OM TARE TUTTARE TURE SOHA . Si recitamos sus mantras con devoción, especialmente el aire, aumentaremos nuestra capacidad para superar las enfermedades contagiosas y contribuiremos a disipar la epidemia del COVID-19.

Al tiempo que meditamos sobre esta manifestación de Tara y recitamos sus mantras, podemos visualizar rayos de luz del sol, que emanan desde su ojo derecho y eliminar todos los virus a su paso, y rayos de luz de luna y néctar, que brotan desde su ojo izquierdo y sanan y protegen a todos los seres de todas las enfermedades y sus causas.

parnashavari, la vigésima Tara

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