Cada momento es auto-realización

por Nirmala Extracto de: eso es eso: ensayos sobre la verdadera naturaleza

Nirmala

Recientemente, una profesora y amiga hizo un simple comentario de que el alma es la suma total de todas nuestras experiencias. Me chocó, ya que esto significa que cada experiencia suma a nuestra alma, y no hay experiencia que le pueda restar. Al compartir experiencias con tantas otras almas, eso significaría que nuestras almas se entrelazan. Y como coincidimos con tantas almas, en definitiva todos estamos conectados.

Cada vivencia es en realidad una experiencia de auto-realización. En cada experiencia, desarrollamos una capacidad o aspecto de nuestra alma, y por extensión, un aspecto de nuestra verdadera naturaleza como Ser. Como todo lo que hay es Ser, todo es una experiencia de Ser. Cada vivencia suma a la totalidad de nuestro entendimiento y a la realización de nuestra verdadera naturaleza. No existe otra posibilidad.

Esto presenta un dilema si creemos que existe o es posible alcanzar un aspecto mejor, más real y espiritual de nuestro Ser. ¿Qué tal si la ira es parte de mi naturaleza real? ¿Y si la codicia, lujuria, miedo, tristeza, confusión y dolor todos son parte de mi verdadera naturaleza, junto al amor, paz y alegría que también forman parte del Ser? Al desear y esperar una mejor experiencia, podríamos pasar por alto la importancia de la experiencia presente, tal cual es. No es que la tristeza y la lujuria sean equivalentes a paz y amor, pero cada experiencia es significativa por ser parte de nuestra naturaleza real.

Las experiencias que podríamos rechazar por pensar que no son correctas, podrían en realidad estar compuestas de la misma paz, alegría y amor que deseamos tener. Vemos el mundo como un mundo de opuestos, o dualidades. Si miramos más de cerca, nos damos cuenta de que los opuestos, solo son distintas cantidades de una misma cosa. La luz y la oscuridad son un ejemplo: No existe la oscuridad, solamente la luz en forma de fotones. No existen los “oscurones.” No puede comprar una “linterna oscurecedora” para señalar las cosas que desea desaparecer. Sin embargo, cuando hay poca o ninguna luz, le llamamos oscuridad, aunque no existe tal cosa. De modo similar, lo único que existe es nuestra naturaleza real, llena de alegría y amor. Si sentimos escasez de alegría o amor, podríamos llamarle tristeza o miedo, aunque en realidad significa la relativa ausencia de alegría y amor. Por supuesto, con frecuencia hay algo de alegría en la tristeza y algo de amor en el miedo.

¿Qué tal si toda experiencia es una joya única de nuestro Ser polifacético? ¿Qué tal si toda vivencia suma a la abundancia del alma y nos mueve hacia la grandeza de nuestra verdadera naturaleza? ¿Qué tal si lo que experimenta ahora mismo es el desarrollo de la auto-realización en su más asombrosa y singular manera? Quizá no haya una experiencia específica y especial de auto-realización que conduzca a la verdadera naturaleza. Quizá la naturaleza real de cada alma se desarrolla de modo único para que la vivencia de cada alma pueda sumar a la experiencia del Ser Único del cual todas las almas forman parte, así como cada experiencia suma a la riqueza de su alma.

Nos resistimos a esta perspectiva cuando queremos que la auto-realización tenga cierta apariencia. Queremos que sea dramática como las vivencias contenidas en las autobiografías de los grandes maestros. Utilizamos el hecho de que existen grandes experiencias de auto-realización para descartar o rechazar las más pequeñas. Sin embargo, las experiencias pequeñas son parte de nuestro Ser. Todo desde el pensamiento o la emoción más humana, hasta la dimensión más cósmica de la existencia es un aspecto de Ser.

Aunque tenemos la libertad de experimentar la infinita dimensión de realización profunda de nuestra verdadera naturaleza, esa libertad solo se puede sumar a una experiencia muy humana o de dimensión limitada de esa misma naturaleza real. Cada vivencia suma a su alma, y ninguna experiencia le resta a su Ser. Esto no quiere decir que usted no discrimine entre una experiencia pequeña y una grande. Así como fácilmente distingue entre una taza y una piscina, es de esperar que una pequeña experiencia se sienta pequeña y una infinita se sienta infinita.

Aunque la experiencia al leer estas palabras sea o no la mayor realización de su vida hasta el momento, es la realización que vive ahora mismo. Naturalmente se sentirá grande, pequeña, o algún punto entre ambos. Además, tendrá las cualidades específicas de este momento único y no las cualidades de ninguna otra experiencia. Sin embargo, como está sucediendo, es la más importante y única realización que puede tener ahora. Es demasiado tarde o temprano para vivir una experiencia distinta, y esta experiencia está logrando que su alma sea más rica y esté más realizada que hace un momento atrás.

¿Aceptará usted el precioso regalo que le entrega el misterio en este momento?

Por qué temer este momento
en que no surgen pensamientos,
por fin, estoy desnudo
en manos de la experiencia

Por qué temer este momento
en que no surgen las palabras
Y al fin, encuentro descanso
En el regazo del silencio

Por qué temer este momento
En que el amor se encuentra solo
Y por fin, siento el abrazo
de la infinidad misma

Por qué temer este momento
En que el juicio se desvanece
Por fin mis defensas fracasan
en su intento de alejar la intimidad

Por qué temer este momento
En que la esperanza está perdida
Por fin mis sueños tontos
Se entregan a la perfección

Poema de Gifts with No Giver: A Love Affair with Truth: Una colección de poesía espiritual no dual escrita desde el Corazón por Nirmala. Estos poemas tratan de captar la esencia de la auto-realización.

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