La indeterminación cuántica y el origen del universo conocido

El colapso de función de onda visto desde la realidad no dual

por Álvaro Chaves 
Soledad absoluta
La creación del universo físico y psíquico se debe a esta maya universal.
Por eso el mundo fenoménico a pesar de no ser real,
es un hecho que está dado, para la posición habitual de conciencia del jiva.
Todos los objetos múltiples se deben al juego cósmico en el que maya
recubre la realidad de lo Absoluto mediante nombres (nama) y formas (rüpa).
― Consuelo Martín (1)
Si me veo soy uno, si no me veo soy muchos
 

En las experiencias de no dualidad se ve con certeza que todo es Uno, una Unidad Absoluta, el Uno sin dos. Con la percepción y compresión de la Unidad hay un colapso de onda de todo el universo (que es superposición de estados) y éste se convierte en una sola cosa, en una Unidad. Entonces, la Unidad al observarse a sí misma (y lo hace siempre) mantiene su Unidad, su Ser una sola cosa por siempre. Es decir, el colapso de onda es la condición permanente y necesaria del universo: el universo es una onda colapsada y llevada a un permanente estado estático, inmutable de «partícula» cósmica omniabarcadora.

Como individuos no estamos viendo en realidad, en verdad vemos superposiciones de estados, es decir ― vivimos en un mundo cuántico. Por eso el mundo es «raro», «incontrolable», «estocástico» o «aleatorio», porque no está en un estado en particular. Además, esto explica la aparente multiplicidad del cosmos. Cuando alguien «despierta» colapsa ese universo indeterminado (probabilístico) y aparece (en verdad: se percibe) la Unidad no variable, la Unidad estática, inmutable.

El percibir desde la individualidad es el no percibir (de aquí nace la indeterminación cuántica del universo). Cuando se percibe de verdad, colapsan los estados superpuestos (que vienen a crear la ilusión de multiplicidad) y se hace manifiesta la Unidad, única e inmutable.

Lo que vemos como individuos son probabilidades que interpretamos como diversidad o multiplicidad, pero en verdad es una superposición de estados probables. Por ejemplo, una montaña en verdad «es» un lago y el lago es una casa y la casa es un árbol, todo eso es una unidad, pero como no la vemos en verdad nos parece una montaña y un lago y una casa y un árbol separados, es decir, vemos una misma cosa estando en varias partes al mismo tiempo y siendo al tiempo cosas diversas (vemos una variedad de cosas, es decir ― vemos una superposición de lo que es una sola cosa en verdad).

El gato de Schoringer no estaría nunca en estados superpuestos para lo Absoluto, ya que lo Absoluto tendría conciencia inmediata del estado de tal gato haciendo que se colapse inevitablemente la función de onda. Al postular lo absoluto se postula el total colapso de onda, se postula la desaparición de la indeterminación cuántica, se postula la desaparición de la incertidumbre de Heisenberg, y propiamente, la desaparición de cualquier incertidumbre de cualquier índole.

El universo que vemos nace de la incertidumbre cuántica, porque no lo vemos en verdad. Como la Unidad Absoluta (lo Absoluto) es autoconsciente por siempre en ella no existe incertidumbre cuántica, es decir, no existe superposición de estados y por ende no existe indeterminación alguna, solo Certeza Absoluta. Se podría decir que lo Absoluto está «atrapado» en un solo estado, pero ese solo estado es todo cuanto pueda existir y contiene todos los estados posibles y probables (un equivalente de los universos paralelos de Everett, aunque éstos serían virtuales o ilusorios).

La distorsión de la percepción radica o nace en la atención. Si la atención está focalizada en «algo» en particular, no se puede dar una verdadera percepción libre y profunda. Si la atención es enfocada a todo cuanto existe (el continuo espacio-temporal) en consecuencia podemos hablar de percepción libre y real, una percepción no focalizada: un continuo. En este tipo de percepción no queda nada escondido u oculto porque abarca Todo, por eso toda indeterminación queda excluida, es el Gran Colapso de Onda Absoluto.

Notas:

  1. Martín, Consuelo. Conciencia y realidad. Estudio sobre la metafísica advaita con la Mandukya Upanisad, las Karika de Guadapada y comentarios de Sankara. Editorial Trotta S.A., 1998., p. 64.

https://www.nodualidad.info/colaboraciones/la-indeterminacion-cuantica.html

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