Boris Johnson ha anunciado planes para la autodenominada revolución industrial verde del gobierno, recibiendo elogios de los grupos ambientalistas. Pero este “plan verde” también preguntas sobre la escala de nuevos fondos y la expansión planificada de la energía nuclear y de hidrógeno.

En una medida destinada a retomar la iniciativa después de unas pocas semanas políticamente turbulentas, el primer ministro dijo que el plan verde de 10 puntos crearía hasta 250.000 puestos de trabajo, con gran parte del enfoque dirigido al norte de Inglaterra, Midlands, Escocia y Gales.

Pero el Partido Laborista calificó el plan de “profundamente decepcionante” en su ambición, y dijo que no abordaría adecuadamente la emergencia climática ni la crisis laboral causada por el coronavirus.

Uno de los puntos es el compromiso anterior de poner fin a la venta de automóviles y camionetas de gasolina y diésel para 2030, 10 años antes del calendario. Otra promesa existente es cuadriplicar la capacidad de energía eólica marina en una década.

Greenpeace dijo que las medidas marcaron un paso adelante notable para abordar la emergencia climática, y dijo: “Este anuncio histórico marca el final del camino para los automóviles y camionetas contaminantes y un punto de inflexión histórico en la acción climática”.

Sin embargo, el grupo advirtió que el esquema también tenía fallas. “Es una pena que el primer ministro siga obsesionado con otras soluciones especulativas, como la nuclear y el hidrógeno de combustibles fósiles, que no nos llevarán a cero emisiones en el corto plazo, si es que alguna vez lo harán”, dijo Rebecca Newsom, directora de política de Greenpeace Reino Unido.

El programa tiene un costo de £ 12 mil millones, y Downing Street dice que £ 8 mil millones de esto es nuevo. Sin embargo, Labor dijo que creía que solo £ 4 mil millones eran nuevos gastos.

El plan verde de 10 puntos comprende:

• Prohibición de la venta de motores de combustión para 2030, con subvenciones para coches eléctricos y financiación para puntos de recarga. La venta de algunos coches híbridos y furgonetas continuará hasta 2035.
• Un compromiso previamente anunciado de cuadriplicar la energía eólica marina para 2030, a 40 GW, suficiente para alimentar todos los hogares del Reino Unido.
• Se mueve para impulsar la producción de hidrógeno, con la promesa de una ciudad calentada completamente por hidrógeno para fines de la década.
• Inversión de 525 millones de libras esterlinas en nueva energía nuclear, basada en “la próxima generación de reactores pequeños y avanzados ”.
• 1000 millones de libras esterlinas el próximo año para fondos para aislar viviendas y edificios públicos, utilizando la subvención de viviendas ecológicas existente y el esquema de descarbonización del sector público.
• 200 millones de libras esterlinas adicionales invertidos en iniciativas de captura de carbono .
• Apoyo a energías más verdes en los sectores de la aviación y el marítimo, con 20 millones de libras esterlinas comprometidas para este último.
• 30.000 hectáreas de árboles plantados cada año, como parte de los esfuerzos de conservación de la naturaleza.
• Se mueve para promover el transporte público, la bicicleta y la caminata, aunque no se anunciaron nuevos esquemas.
• Un compromiso para hacer de Londres “el centro global de las finanzas verdes”.

Si bien Johnson dijo que el plan crearía cientos de miles de puestos de trabajo, al tiempo que “avanzaría hacia el cero neto para 2050”, los laboristas dijeron que era “una pálida imitación” del paquete de estímulo verde necesario.

Ed Miliband, el secretario de negocios en la sombra, cuyo plan para una recuperación de Covid verde implica £ 30 mil millones gastados durante 18 meses, dijo que las propuestas No 10 tenían poca ambición y contenían varias “promesas recalentadas”.

“La gente está perdiendo sus trabajos ahora”, dijo Miliband. “Esto no es fundamentalmente un estímulo verde, no se acerca a la escala de lo que se requiere.

“Este anuncio no alcanza ni remotamente la escala de la emergencia laboral o la emergencia climática. Francia y Alemania están invirtiendo decenas de miles de millones de euros. Esto proporciona, en el mejor de los casos, 4.000 millones de libras esterlinas de dinero nuevo durante varios años.

“Lo que necesitábamos era un estímulo económico verde realmente audaz, y lo que obtuvimos fue una pálida imitación de eso. Es profundamente decepcionante”.

Caroline Lucas, diputada del Partido Verde, condenó el plan por ser vago y carente de poder.

Ella dijo: “Esta es una lista de compras, no un plan para abordar la emergencia climática, y compromete solo una fracción de los recursos necesarios”.

Hilary McGrady, directora general del National Trust, dijo que el plan era “una plataforma fantástica” antes de la conferencia climática Cop26 en Glasgow el próximo año.

Ella dijo: “Pero la tecnología por sí sola no puede reducir las emisiones y restaurar la naturaleza. El gobierno deberá hacer un seguimiento de esto con un compromiso ambicioso de reducir las emisiones para 2030 de acuerdo con el acuerdo de París”.

El director general interino de la Confederación de la Industria Británica, Josh Hardie, dijo que el plan “representa una clara declaración de intenciones del gobierno”.

Dijo: “Da un trampolín a las enormes oportunidades para la inversión en todo el Reino Unido y los empleos verdes que puede brindar una verdadera economía baja en carbono”.

Nicola Shaw, directora ejecutiva de National Grid en el Reino Unido, dijo: “El primer ministro ha establecido una gran ambición para la transición neta cero, incluidos los compromisos sobre energía eólica marina, captura y almacenamiento de hidrógeno y carbono. También acogemos con satisfacción la prohibición anterior de la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel y el apoyo al lanzamiento de vehículos eléctricos que ayudarán a mejorar la calidad del aire del país.

“Ahora, la industria y el gobierno deben trabajar juntos para convertir esta ambición en realidad, con inversiones transformadoras para generar un cambio real, que creará empleos en todas las partes del país”, cerró.

Por Peter Walker y Jessica Elgot. Artículo en inglés

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