Los misterios de la segunda Gioconda

 

En vista del interés por la Gioconda quiero compartir una segunda entrada.

¿Nos uniremos en una meditación multidimencional? Lo ignoro hermanit@s, no sé mucho, pero si sirve para unirnos mejor ¿qué más puedo pedir? si sois el motor hecho amor de este blog, nuestra casa compartida.

Cuando estaban restaurando una copia de la Mona Lisa en el museo de El Prado, Bailey supo que era la copia más antigua, sólo entre los siglos XVI y XVII se hicieron más de sesentas versiones de mucha peor calidad. Los periodistas y medios de comunicación de todo el mundo reprodujeron la copia, esta vez representaba una joven más lozana que la de el Louvre, con colores  mucho más vivos y con la dama como a punto de salir del cuadro.

La Gioconda de El Prado fue realizada al mismo tiempo que el original, se trata de una réplica pintada por uno de los pupilos favoritos de Leonardo, probablemente Andrea Salai (que se convertiría en el amante del maestro) o Francesco Melzi, si bien expertos italianos apuntan a un discípulo español, acaso  Fernándo Yáñez de la Almedina o Hernándo de los Llanos pintores activos en el ámbito valenciano que colaboraron con Leonardo de Vinci.

No estamos ante una mera copia del retrato de las muchas que se exponen por el mundo; se trata de un verdadero work in progress, un retrato paralelo, una especie de fotocopia ejecutada de forma simultánea por el alumno mientras el profesor pintaba su obra maestra. Hay que destacar además, que el tamaño del original y la réplica son prácticamente iguales : 77 X 53 centímetros para el primero, y 76 X 57 para la segunda. El discípulo de Leonardo habría ejecutado la réplica a medida que el maestro toscano iba pintando el original en su estudio de Florencia, lo que además arrojaría nuevas informaciones sobre la forma en que se trabajaba en los talleres de los grandes pintores. Con toda lógica la obra objeto del hallazgo goza, tras ser convenientemente restaurada, de un estado de conservación muy superior al de la Mona Lisa de el Louvre: el rostro del original de París permanece oscurecido por el barniz envejecido por el paso del tiempo, lo que hace que el aspecto de la muchacha del cuadro parezca él de una mujer de mediana edad, mientras que él de el Prado ofrece ahora la visión de una chica de unos 20 o 25 años. El mundo del arte está ante una Gioconda rejuvenecida. Ana González Mozo, una de las especialistas de la pinacoteca madrileña, presentó una ponencia en la que establecía la evidencia de que la copia salió del estudio de Leonardo. Las razones por las que el maestro deseó y permitió que un discípulo ejecutase una réplica de forma paralela a su trabajo son todo un misterio.(Uno más de su vida).

Como ya he dicho arriba, su estado de conservación es mucho mejor que él de la obra de el Louvre, influido por la naturaleza de la tabla de mejor calidad, siendo de nogal con un grosor de 18 mm, a diferencia de la obra del museo francés, de chopo y de 13 mm de grosor, lo cual permite obtener información sobre el paisaje de fondo y sobre detalles de elementos como el color pelirrojo del cabello, el vestido, el velo y la silla.(sic) Se emplearon materiales de muy buena calidad y la ejecución es muy esmerada, pero según Miguel Falomir Faus, la técnica es muy distinta, propia de un artista mucho más limitado, con un dibujo de inferior calidad y una pincelada mucho más simple, continua, más lineal y compacta, sin presencia del sfumato característico del Leonardo maduro. Hay que señalar además, que en la obra madrileña la retratada aparece representada con cejas, aunque muy finas, mientras que en la de París no, asimismo las dos columnas laterales son más visibles en la obra de el Prado, siendo la tabla cuatro centímetros más ancha que la obra de el Louvre. La revista The Art Newspaper ha anunciado que el museo de Paris cambiará la data oficial de la Gioconda de Leonardo Da Vinci, que hasta ahora era 1503-1509 y que, en adelante, será 1503-1519. De hecho, la pieza de Madrid es la clave en esta nueva data, ya que, según The Art Newspaper en esta réplica se reconoce más claramente el parentesco del paisaje de la Gioconda con un dibujo de Leonardo da Vinci perteneciente a la colección de la Casa Real británica y que está fechada en 1520. La nueva data quiere decir, también, que la Gioconda fue concluida después de la muerte de Leonardo en 1519.

Se supone que pudo traerla a España el escultor Pompeo Leoni, quien poseía valiosos dibujos de Leonardo; pero faltan pruebas documentales que apoyen esta hipótesis y consta en El Prado desde la apertura del museo en 1819.

Cuatro meses duró la restauración más célebre de los últimos tiempos en El Prado, su autora, la restauradora Almudena Sánchez, eliminó los barnices oxidados, acabó con el funesto repinte negro que tapaba el paisaje de fondo (puesto ahí en el siglo XVIII, según el estudio) y con el que cubría el velo y el cabello de la retratada en la parte izquierda del retrato, y por fin procedió a la reintegración cromática que permitió la resurrección de la copia en su estado original. En resumen, y en palabras de la propia restauradora: “Se abre una ventana que estuvo dos sigloscerrada”.

Misterioso y apasionante Leonardo da Vinci… Siempre que nos aproximamos a este genio nos asaltan preguntas y enigmas, de allí su encanto especial. ¿Algún día sabremos quién era en realidad? El maestro incansable trabajador, buscador del Conocimiento es y será siempre fuente de estudios, preguntas e hipótesis…

Los misterios de la segunda Gioconda

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