¿Por qué los Estados bailan a la música que toca el “Mercado”? (2)

“Hasta hace poco pensaba que esta barbarie era una tragedia. Ahora creo que es una crisis de evolución de un sistema a otro. El cosmos no para de cambiar. Y lo mismo que ha inventado la vida y la cultura humana, inventará lo nuevo, el sistema que sustituirá al capitalismo”. Estas palabras no son mías, son de José Luis Sampedro pronunciadas en una entrevista en El País semanal. Comparto plenamente este vaticinio. No se trata de una predicción sacada de la manga, para empezar, los que ostentan el poder, ni lo mencionan. Tanto es así que tan sólo es “crisis”, crisis a secas y para nada va ligada a su causa: crisis del capitalismo. La enfermedad, contagiosa, la padece medio mundo, no un medio mundo cualquiera sino aquel que ostentaba su posición en la primera línea de fuego de la emisión de dinero bajo el concepto de deuda. Una vez endeudados hasta las cejas se acabó lo que se daba. La crisis es sistémica. ¿Dónde puede ir el capitalismo? Sin duda, al otro medio mundo en estado virgen de deudas. Durará el tiempo que se tarde en endeudar a todo ser viviente que pueda responder de la devolución del nominal  más intereses. El capitalismo tenía cuerda para rato pero en manos de unos esquizofrénicos lo han enviado al carajo en unos pocos años. Ahora, la única medicina que se receta es el urgente y brutal desendeudamiento por encima de quien se le ponga por delante. Al poder económico no le importa lo más mínimo la población tan solo su dinero y los sabrosos intereses de los que acaba asignando su coste. El “Mercado” manda y el Estado obedece. ¿Cómo hemos llegado a esta situación de indefensión y sumisión? ¿Los Estados siempre se han financiado así? En definitiva, convendría saber que poderosa razón se le ha transferido al dichoso Mercado para imponer sus decisiones a los Estados

La entrada de España en el la Unión Europea trajo cosas buenas y malas. Al poder económico le interesó que la periferia de Europa se incorporara a la moneda del euro para expandir su negocio. Se pasaron por alto condiciones impuestas y llegaron los fondos estructurales para cebar el cerdo. Una lluvia de millones de euros impulsaron la economía patria en un bienvenido Mister Marshall y rápidamente nos dispusiéramos a cumplir la hoja de ruta del consumo a crédito. Donde no llegaba el sueldo mensual llegaba la tarjeta de crédito, los préstamos con garantía hipotecaria hicieron furor, se empezó a construir a lo loco. Poníamos más tochos que Francia, Italia y Alemania juntas. Nadie se preguntaba de donde salía tanto dinero. Cuando a los bancos se le acabó el dinero depositado por los clientes fueron a por más endeudándose hasta la estratosfera. Las grandes corporaciones del país, sobretodo las que tienen cautivo a sus clientes, se lanzaron en inversiones en Sudamérica impulsadas por el crédito y aprovechando las deducciones fiscales que les permitía una financiación a coste cero. La soberanía perdida en materia monetaria no importaba lo más mínimo. Parecía que el crecimiento infinito era posible. Los ayuntamientos se endeudaron, ningún alcalde quería ser menos que el del pueblo vecino, el gobierno, a pesar de los fabulosos ingresos del IVA y del IRPF se endeudaba por encima de lo presupuestado. El Viva la Virgen no había quien lo parara.

Aquí quisiera hacer un alto. Apostaría lo que fuera que en el raciocinio de la ciudadanía estaba que los bancos daban crédito providente de los depósitos de sus clientes, que las corporaciones locales se ajustaban al presupuesto y que el gobierno, después de peleas e insultos entre la oposición ajustaban un presupuesto, que consideran el mayor y más importante debate de cada año, para acto seguido y silenciosamente endeudarse. Es así o no. Del nivel de endeudamiento nadie tenía noticias, fue en 2007 cuando el tinglado se vino abajo cuando apareció el monstruo que saca fuego por la nariz y que viene dispuesto a achicharrarnos por las buenas o por las malas. ¿Cómo nos vamos a hacer responsables de una deuda que ni tan siquiera sabíamos que existía? No son excusas de mal pagador de lo que se trata es que no somos imbéciles. ¿Cómo nos vamos a hacer cargo de una deuda que se nos exige en unas condiciones draconianas? Una deuda odiosa –más adelante hablaré de este vocablo- que mete en el mismo saco de la deuda privada de la banca, y las grandes compañías del país endeudadas, por su falta de capital social, y que se las dan de solventes. En este blog ya he hablado de las compañías eléctricas que a la chita callando nos han colado una deuda titularizada y avalada por el Estado por la friolera de 26.000 millones de euros y cada año se añaden otros 5.000 millones de euros en un mentiroso desfase tarifario. A lo que hay que añadir los 110.000 millones que se les entrega a los bancos para que continúen a lo suyo como si nada hubiera ocurrido. Más todavía, la deuda del Ministerio de Defensa que en juegos de guerra se han gastado la friolera de 24.000 millones de euros.

Convendría que te dieras una vuelta por You Tube: Daniel Cohn-Bendit sobre la crisis griega. www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY El eurodiputado verde y ex líder de las manifestaciones de Mayo del 68 expuso en el Parlamento Europeo la hipocresía de Francia y Alemania que se erigen en la punta de lanza de mortificar al pueblo griego respecto al pago de su deuda. Francia le acaba de vender, en plena crisis de solvencia, a Grecia 6 fragatas por 2.500 millones de euros, 16 helicópteros por 400 millones, no se sabe cuantos aviones de combate Rafale – sus “espías” no le han podido concretar si son 10, 20 o 30- con un importe de 100 millones cada uno. Alemania le ha colocado 6 submarinos por 1.000 millones de euros. En España no se conocen los datos individualizados pero sí se conoce la deuda en Defensa por la adquisición de los tanques Leopard, los blindados Pizarro, los cazas Eurofighter, el avión de transporte A-400M, las fragatas F-100 y en chorradas varias que provocan una lluvia de comisiones para que en un par de años todo este sensible material sea obsoleto y vuelta a lo mismo. Todo este despelote, y mucho más se añade a la deuda soberana para que los españolitos la paguen sin rechistar.

Hecho este preámbulo vamos al núcleo de la cuestión. El euro es la única moneda en el mundo que no tiene un Tesoro que pueda cuidar de los avatares que se presentan. Lo que ha interesado a la Unión Europea es el mercado, que los alemanes pudieran vender los Mercedes, y Audi sin barreras arancelarias, y como este caso miles de más. Tiempo ha habido para dotar a la moneda europea de un Tesoro que emitiera deuda para financiarse a través de Eurobonos. Ni hablar, que cada miembro de la Unión se las apañe a su manera y como pueda. Es tanto como decir que cada uno apechugue con sus miserias al albur de las circunstancias y sufra las dentelladas de una manada de especuladores. La prima de riesgo, es el diferencial del tipo de interés que paga Alemania para financiarse. Para simplificar; cuando se dice que la prima de riesgo española es del 4% hay que sumarle la prima alemana, que supongamos que es un 2%, para que resulte que se paga un 6% por emisión. ¿Cómo se puede salir del pozo y competir cuando se paga este tipo de interés?. De ninguna manera. No siempre ha sido así, los Estados soberanos se financiaban con el tap system. El Tesoro fijaba el tipo de interés que estaba dispuesto a pagar por una emisión de deuda a la que se vendían los bonos. Los inversores se atenían a estas condiciones. Si no se cubría toda la oferta, el Tesoro procedía a la autocompra de los bonos. Para los inversores la emisión estaba tasada por lo que el Tesoro ajustaba los tipos y toda la emisión se cubría. El poder lo tenía el Tesoro, no el “Mercado”. El Tesoro fijaba los tipos y el “Mercado” los tenía que aceptar.

Este sistema no proporcionaba poder a las entidades financieras. Me pregunto, en cuantas ocasiones habré dejado escrito en este blog el vergonzante trasvase de poder del Estado a la cofradía de maleantes de las instituciones bancarias, esta es una de ellas donde no solo hemos perdido la soberanía monetaria sino también le hemos dado al zorro el privilegio de guardar las gallinas.  Estos angelitos no tardaron en substituirlo  por el de subasta. Como resultado, ahora, cada euro que el Estado precisa tiene que venir de préstamos del “Mercado”. El Estado ya no es soberano y le toca bailar al son de la música que le tocan. Ahora, cuando una emisión no se coloca queda desierta el Gobierno sabe que la próxima emisión, sino se aparece la Virgen, tendrá que pagar mayores tipos de interés. ¿Quién tiene el poder ahora? Es evidente que el dichoso “Mercado” que camufla a los bancos que toman prestado al 1% del Banco Central Europeo y en tan solo un apunte lo colocan en deuda española al 6%. Se necesita ser imbéciles para aceptar un sistema así. Volvemos a lo de siempre: ¡Lo han conseguido! el poder para financiarse que estaba en manos del Estado pasó por arte de Birlibirloque al “Mercado”. ¿Qué les interesa a estos bucaneros del “Mercado”? Pues sencilla y llanamente agitar las malas noticias y cuanto peor vayan las cosas, para un país en dificultades, más deuda tendrá que emitir y en contrapartida más beneficios tendrán las entidades financieras, y algo todavía peor: más poder tendrán sobre los gobiernos.

Con el sistema de subasta estamos a los pies de los caballos, el ministerio de Economía y Finanzas determina el tipo de deuda que se emite, el vencimiento, el cupón y el volumen…pero son los bucaneros del “Mercado” los que determinan el precio de los bonos y si la emisión tendrá éxito o no. Esta es otra, el miedo a la falta de colocación es tal que los Estados hacen cualquier cosa para evitarlo. Hasta no hace mucho el riesgo soberano para España era nulo, ahora al no poder emitir su propia moneda y tampoco puede controlar el tipo de interés, dependerá, exclusivamente,  de los impuestos y del “Mercado”. El verdadero beneficio para las entidades financieras no es la concesión de hipotecas ni préstamos a particulares sino los préstamos a los Estados. Lo ocurrido en las últimas décadas explica por si solo las exenciones fiscales hacia la banca con tendencia al escaqueo total. A los españoles nos ha salido caro el compadreo. De cajón, si prestas al Estado controlas su poder político, consigues que aprueben ayudas, tolerancia de todo tipo, menos regulación del mercado, y menos supervisión por el Banco de España.

La Santa Inquisición

La Santa Inquisición fue implacable con aquellos que se desviaban de sus designios. Durante siglos mortifico a los que ponían en duda sus postulados que eran de sagrado cumplimiento. La verdad única lo justificaba todo, cualquiera que podía caer en sus garras estaba perdido. No había piedad, la fortaleza de la iglesia se construía bajo el miedo de sus feligreses. Ahora el mal que nos acecha proviene de otro dios y de otros sacerdotes que manejan la vida de las personas instalados en lugares parecidos a Wall Street, santuarios del dinero que imponen sus postulados de obligado cumplimiento y sin miramientos. Se toman decisiones desconectadas de la realidad hasta tal extremo que Dimitris Christoulas, un anciano que se suicidó en la cuna de la democracia frente al Parlamento Griego porque no podía resistir la pobreza en la que sin esperanza le tocaba vivir. Dimitris se pegó un tiro en la cabeza y dejo una nota. El la barra de este blog he dejado una entrada a su nombre en recuerdo de hasta donde pueden llegar las cosas. En la lejanía, en despachos de caoba, se legisla a espaldas del pueblo. No hará falta mucho tiempo para que otro Dimitris saturado de desesperación la emprenda a tiros contra quien considere actor de su desgracia. Tiempo al tiempo. Nos han llevado a un callejón sin salida, la caída de ingresos del Estado ronda entre un 30 a un 50% según que impuestos. De los 27.000 millones de euros que volaron de los presupuestos no ha dado tiempo a que se cumpla el ritual de llevarlos al Congreso de los Diputados que se han quedado cortos y por el camino se han añadido otros 10.000 millones que afectaran a salud y educación. Mientras tanto se pone en bandeja de plata una amnistía fiscal. Todo para los más ricos. Así y todo hay una solución que está en nuestra mano. Con un poco más de paciencia en la lectura del post ya te lo acabas.

¿Me he dado un golpe en la cabeza con el canto de una puerta?

Me hago esta pregunta antes de pronunciarme sobre lo que voy a decir ya que no quisiera equivocarme al ser el asunto de vital importancia. Lo que nos explican sobre la situación va por la senda de la ortodoxia política ¿Cuál es esta ortodoxia? Pues ya la conocemos sobradamente: rendir pleitesía a los señores del dinero. Los que nos han metido en esta ciénaga, unos y otros, son incapaces de la menor autocrítica y no van a ser los que nos liberen de la hecatombe que se nos viene encima. Sería conveniente que le dieras un repaso al post Golpe de Estado programado a seis meses (1) que cumple con la entrada en vigor el próximo 1 de julio. Se trata del abominable Mecanismo Europeo de Estabilidad MEDE. Todo está preparado para una intervención de España, no será a la griega pero de facto lo será. Si España cae con estrépito el euro se va al carajo, el demasiado grande para caer se ajusta a la perentoria necesidad de cobrar la deuda en cantidades cercanas al 100 por 100. España no es Grecia, cierto, la economía griega tan sólo representa el 2% de la Unión Europea. El problema español arrastraría al problema italiano y la estabilidad europea, no obstante del MEDE tiene ya previstos 500.000 millones de euros para apalancar el desatino de las finanzas españolas. Las penas eternas del infierno serán un juego de niños en comparación con lo que nos espera a los españoles para que los señoritos del cortijo europeo, sobretodo la banca alemana y francesa cobren su dichosa deuda. Antes de continuar quisiera desterrar la dosis de pesimismo que algunos le pueden atribuir a lo referido en estas líneas. El 4 de enero en el post España al borde del abismo. Averigua lo que no te explican podía parecer el mensaje de un agorero. Hace unos días El Mundo insertada como titular “España al borde del abismo”. Las presunciones se tornan en evidencia.

Entro en el meollo del asunto, aunque de suma importancia lo simplificare. Parto del dicho o del medio chiste que dice que si debes una cantidad pequeña a un banco tienes un problema y si por el contrario la cantidad es muy grande o astronómica el problema lo tiene el banco. Pues bien, a nosotros nos han adjudicado el papel de deudores, de una deuda que ni tan siquiera sabíamos que existía, y resulta que es de una cuantía astronómica. ¿De quien es el problema, nuestro o de los acreedores? Más todavía, en párrafos anteriores manifestaba que hablaría de la deuda odiosa, ahora es el momento. La deuda odiosa, un término que los señores del dinero no quieren ni sentir hablar, califica aquella deuda que se exige a los ciudadanos sin que se hubieran beneficiado de los fondos que la provocan. Es decir, el Estado se endeuda para recapitalizar a los bancos por su mala cabeza en la gestión de su patrimonio y el de sus clientes: deuda odiosa. El asunto afectaba a los accionistas de los bancos. Se podrán explicar las milongas que se quieran, recuerdo las palabras del pobre Rodríguez Zapatero la semana que se entregó a los bancos la primera millonada. Casi literalmente dijo “En unos días verán como aparece el crédito por las oficinas bancarias” Yo creo sinceramente que al pobre Zapatero lo engañaron como a un tonto. Engañado o no, poco importa lo que si es cierto es que la deuda no ha caído en beneficio de la población, en estos términos es deuda odiosa. Hay que añadir, cantidades astronómicas en la compra de juegos de guerra y el engaño del desfase tarifario de las eléctricas que es una estafa a la población y como otros asuntos que provienen de la dichosa deuda que para nada corresponde a la ciudadanía. En concreto, la deuda odiosa no se paga.

Vamos ahora a lo que creo que hay que hacer: antes que nos crucifiquen les damos con la puerta en las narices. El asunto está en la determinación de “yo no pago una deuda que no me corresponde” y esto sólo es posible si la ciudadanía se empeña en no comulgar con ruedas de molino. No pagar la deuda quiere decir salir del euro. Hasta ahora sólo se han sentido instrucciones –he escrito instrucciones a sabiendas- del Apocalipsis que nos va representar salir del euro o que nos echen. Yo no veo este holocausto por ninguna parte, de ahí el principio de este argumento por si no me respondía adecuadamente la cabeza. Quisiera hacer un trailer de la siguiente película. El Gobierno –de eso hablare en el siguiente párrafo- decide salir del euro e instaura de nuevo la peseta. Cambia euros por pesetas al valor inicial: 166,38 pesetas por cada euro. Todo este dinero, que es mucho, lo lleva a caja. ¿Qué pasaría con la prima de riesgo? Que se viene abajo, no tan sólo la dichosa prima sino el valor del bono, al suspender pagos los tenedores de bonos trataran de venderlos con descuento. No tardaría mucho en que los bonos perdieran la mitad de su valor. ¿Qué pasaría con las importaciones de productos esenciales como el petróleo? Pues, con los euros en caja –recogidos por el cambio de moneda- se paga en euros que tienen contravalor con dólares. ¿Qué pasaría con las exportaciones? Pues, que nos podríamos permitir el lujo de una devaluación para ser más competitivos e impulsar con fuerza la producción de las empresas españolas y la recolocación de los millones de parados.

Sigo, aunque se parezca mucho al cuento de la lechera, ¿Qué el “Mercado” no nos iba a dejar dinero? Veríamos si nos hace falta con la caja llena de euros recuperados en el canje a pesetas. La deuda pública quedaría aparcada y la privada de los bancos y las grandes empresas que la refinancien con sus acreedores, es decir que cada palo aguante su vela. En poco tiempo, con una devaluación interna, forzada por el gobierno, y una fiscalidad equitativa, el incremento de las exportaciones y con políticas de fomento de la actividad productiva se podría salir del paso. He pasado algunos años en el mundo de las quiebras y suspensiones de pagos –para más detalle: en la barra Quien soy– y puedo asegurar que siempre, y digo siempre, han sido los acreedores los que han mordido el polvo. En este punto de la narración se podría decir que “va la lechera y tropieza y toda la leche se desparrama en el suelo”. Aquí es donde esta el problema: en las piedras del camino. ¿Seremos capaces de entender la situación y provocar una determinación absoluta en parar los pies a los señores del dinero forzando al Gobierno a seguir los designios de la población?. Los próximos meses serán decisivos, o se sale a la calle de forma masiva o nos aplicarán el fatídico MEDE en toda su extensión. Si hace falta parar el país se para.

Me queda todavía resolver la incógnita a una pregunta ¿Dónde está el movimiento 15M? Desconozco sus planes pero de lo que estoy seguro que el arroz se pasa. Tengo que decir, con respeto ya que no tengo intención de faltar a nadie, que para este viaje no hacían falta estas alforjas. O se prefiere: mucho ruido y pocas nueces. Flaco favor se le ha hecho a la población, a pesar de la asignación internacional de spanish revolution, al irrumpir con una fuerza atronadora para luego diluir sus postulados en interminables asambleas para saber que hacer, por donde tirar, quedarse, marcharse … El daño en la mente de miles de personas que esperaban algo más esta ahí, se le puede llamar frustración, o quizás algo peor relacionado con el “no hay nada que hacer”. En mi opinión, no hay nada peor que el desanimo. Las cosas no se hacen así, primero está la idea, el convencimiento de lo que se pretende cambiar, en definitiva saber lo que se quiere en concreto y no en abstracto, y luego se moviliza. Bien, a lo hecho pecho. ¿Se podría abanderar “yo no pago una deuda que no me corresponde”?. No hace falta asambleas sino conocimiento y determinación. Dicho de otra manera; gente que explique a otra gente el mal que nos acecha. Por cierto, tengo metido en la mollera que el líder, que tanto hace falta, será mujer. El siglo XXI será el siglo de las mujeres.

¿Por qué los Estados bailan a la música que toca el “Mercado”? (2)

2 comentarios en “¿Por qué los Estados bailan a la música que toca el “Mercado”? (2)

  1. Por la experiencia vivida en Argentina hace 11 años atrás les comento que una salida de una determinada moneda o sistema de cambio (convertibilidad en Argentina) es mucho más traumática para los acreedores que para los deudores. Pero que pasa, para seguir compitiendo debes devaluar tu moneda para equiparar precios. Nosotros en 2001 dijimos NO SE PAGA MAS LA DEUDA EXTERNA! Entramos en cesación de pago y salieron a decir pues bien pero eso tiene un precio: hay que desconectar a la Argentina, no mas credito internacional ni inversiones de capitales privados ni extranjeros. Tuvimos que cagarnos de hambre por un tiempo, padecer revueltas populares con muertes de por medio y un sin fin de complicaciones.
    En 2003 vino un hombre a decirnos que hay vida después del fondo (FMI), y mediante un aporte importante o mejor dicho invalorable del campo, en ese momento salimos a exportar granos y biodiesel por el mundo. Transformándose China, Brasil y España en nuestros mejores clientes, logramos no solo renegociar la deuda sino que tambien pagarla y con suculentos intereses. Pero no sin antes pagar la deuda interna con la sociedad, con los estractos mas vulnerables.
    Hoy todavía existe mucha pobreza en mi país, los salarios son carcomidos por la inflación, pero tenemos un Estado presente que mitiga esos efectos de la macroeconomía, pero lo verdaderamente auspicioso es saber que existe vida después del fondo y que desde ninguna oficina de Wall Stret dictamina ninguna desición de éste Gobierno soberano elegido por el pueblo.

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