Archivo de la categoría: Nefilim
CONSPIRACIÓN EDEN…..William Bramley
Cementerio de criaturas gigantes encontrados en África Central
Symbolic picture |
LOS ANNUNAKI: LA RECONQUISTA DE LA TIERRA (PARTE 5)
Los Nephelim – Gigantes en la Tierra
De esto y mucho mas en los siguientes link´s, un interesante documental denominado Los Nephelim – Gigantes en la Tierra.
David icke Bohemian grove y el lenguaje secreto illuminatti
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INVESTIGACION: SOBRE LOS LLAMADOS REPTILIANOS Y LAS PRUEBAS ALREDEDOR DEL MUNDO
Para los Sumerios, Nibiru era un creador de vida que ellos llamaron NAM.TIL.LA.KU, “el dios que mantiene la vida.” Nam.Tilla.Ku literalmente significa Nombre o Destino (NAM) de Dios o El Resplandeciente (KU) es Tula (TILLA). En mi artículo “LA EPOPEYA DE LA CREACIÓN DE LA TIERRA” se identifica a Nibiru con el dios Marduk.
La idea raíz del grupo de palabras nibiru y sus formas casi siempre significa algo como “cruzando” o “la puerta”.
LOS ANNUNAKI por David Parcerisa.
DAVID ICKE Y LA CONSPIRACIÓN REPTILIANA…..
ÁNGELES CAÍDOS…..GIGANTES…..?
Ollantaytambo, Cuzco, Machu Picchu, las islas Marquesas, la isla volcánica de Pohnpei en la Polinesia, y una larga lista, que representa las muchas construcciones de estas características, que existen en nuestro planeta, las cuales son atribuidas por los habitantes locales a los gigantes.No es extraño que la figura del gigante se presente en casi todas las culturas y sus leyendas, se les puede encontrar en múltiples relatos mitológicos griegos, nórdicos, germánicos, hindúes, indoeuropeos, y también en el nuevo mundo como en las tradiciones de los mayas, de los aztecas y de los incas; así como en la mayoría de libros sagrados de la antigüedad.
Atón, Dios, Elohim…
Elohim, Adonai… El Dios Único ancestral de los judíos antes de la revelación de Yahvéh ante Moisés.
En el Pentateuco se mencionan a los nombres de Yahvéh, Elohim y Adonai para referirse a Dios. Según Gressmann: «Los nombres distintos son el índice evidente de dioses primitivamente distintos. Pudiera ser que en un principio, todos aquellos nombres fueran índices del choque de fuerzas entre las primitivas tribus hebreas, y que al final prevaleciera la más poderosa y cruel de ellas. Moisés se acoplaría a esta tradición semántica de su pueblo elegido y utilizaría sagazmente sus costumbres religiosas ancestrales para conducirles por donde sólo él sabía».
Históricamente, Yahvéh era un dios primitivo, volcánico, cruel, patriarcal, celoso y vengativo, adorado por las tribus medianitas de Qadesh, un oasis situado al sur de Palestina, entre la península del Sinaí y Arabia, a quien las enseñanzas egipcias de Moisés y después los profetas intentarían dulcificar y darle un sentido universal. Y para ello Moisés no dudó en emplear una alta magia que es signo inequívoco de que había bebido en los Misterios Egipcios, por lo que sabía preservar los secretos, como el referido al hecho ya citado de guardar los libros sagrados en un arca (como Moisés hizo con las Tablas depositadas en el Arca de la Alianza) llevado a cabo por los cultos iniciáticos egipcios, Tradición ésta que no salió nunca del Templo.
Son diversas, además, las coincidencias entre Atón y el Dios de los judíos, un «pueblo elegido» que terminó asesinando a su libertador Moisés… Y fue gracias a su inmolación, al igual que después ocurriría con Jesús, que su religión se implantó en el inconsciente del pueblo judío, terminando por transformarse con el tiempo. Por eso tiene sentido como expiación del tremendo pecado cometido, el epitafio final de la obra de Moisés a modo de terrible maldición sobre su propio pueblo, que en castigo a su rebeldía lo condena a dispersarse por el mundo y a sufrir sin consuelo los males más terribles. Y todo esto ocurre antes de la conquista de Canaán.
Pero debemos tener en cuenta, antes de crearnos una imagen ya demasiado definida sobre lo que representa Yahvéh en el Antiguo Testamento, las palabras de Félix Gracia en su artículo Yahvéh, el Señor de las fromas. «Algunos comentaristas bíblicos y escritores -dice Gracia- han contribuido con sus opiniones a difundir una imagen de Yahvéh como Dios severo, sanguinario y cruel»; Y se pregunta: «¿es ésta, en realidad, su esencia profunda?». A este respecto, el escritor español añade: «el hombre no puede juzgar la acción divina como algo que está fuera de él mismo, ya que Hombre y Dios pertenecen a una unidad irrompible. Cuando esta unidad se quiebra, el mundo cae, y toda la Craeción lo refleja». Y continúa: «el estado normal de las cosas contempla al binomio Dios-Hombre como una realidad inseparable, no disociada. El problema del mundo nace cuando esa entidad se rompe». «La Creación es un proceso en marcha, donde el Hombre, fiel a su dignidad de origen divino, llega a ser el instrumento de la potencialidad creadora».
Luis A. Lázaro finaliza su disertación sobre Moisés con estas palabras: «No queremos complicar más las cosas, añadiendo nuevas piezas y especulaciones a este trabajo. Muchas cosas más podrían ser dichas, pero… Lo cierto es que Moisés fue sin duda el fundador del monoteísmo, de la idea de un Dios Único y de una religión universal, que a través de la maldición del pueblo judío, dispersado entre las naciones por siglos, se ha mantenido y ampliando, alcanzando todos los rincones de la Tierra.
Una de las cosas que cabría añadirse, y que tal vez Lázaro no haga por pudor o por mera cuestión de espacio editorial, si la detalla sin el menor escrúpulo, y hasta con desenfado e ironía (irreverencia seguro que para algunos), Joaquín Grau, creador de la técnica regresiva Anatheóresis, en su artículo Moisés, ¿realidad o mito?, redactado para un monográfico sobre los Grandes enigmas del Antiguo Testamento publicado por la revista Más Allá de la Ciencia.
En él, tras una jocosa exposición de los pormenores del éxodo, así como de las figuras y hechos de Moisés y Yahvéh, pone el dedo en la llaga al referirse al pasaje del Mar Rojo, en que va conduciendo a los judíos una nube desde la que Yahvéh habla a unos cuantos elegidos. Y, al parecer, lo hace a través del Arca de la Alianza. De esta forma la narración bíblica encaja perfectamente en la versión ufológica del éxodo, en la que Yahvéh no sería otra cosa que una especie de comandante de una «escuadrilla de OVNIs».
También a los defensores de un Arca de la Alianza, cuya naturaleza es la de un artilugio tecnológico radiotransmisor para comunicarse con «Dios», se les abren nuevas perspectivas para razonar sus posturas.
Dice Grau: «A estas alturas nadie puede creer ya que Dios sea algo tan patológicamente humano como Yahvéh. Por el contrario, si podemos entender que unos simples extraterrestres con alta tecnología puedan encerrarse en un gas-nube, comunicarse a través del Arca, facilitar el paso por el Mar Rojo u originar las terribles plagas que asolaron Egipto… Y también está la existencia de otro artilugio que acompañó y alimentó a los judíos durante los cuarenta años que duró su éxodo (¿por qué tantos?); nos estamos refiriendo a la «máquina del Maná» de la que hablan diversas tradiciones cabalísticas y zoháricas, y que según esas mismas tradiciones custodiaron y se hicieron cargo de su mantenimiento los sacerdotes de Leví. Pero esa es ya otra historia…
Si las teorías de los ingenieros Sassoon y Dale se corroboran mediante el descubrimiento arqueológico del «Anciano de los Días», también conocido como «máquina del Maná», se confirmaría que un «Dios» tecnológico proveyó al «pueblo elegido» de herramientas de diseño.
Y otro tanto de lo mismo sucedería si se encontrase el Arca de la Alianza, o si los que dicen guardarla decidiesen mostrarla al mundo.
Se nos acerca Nibiru – Ocultamiento de la Verdad-FAKE- LO QUE APARECE ES LA LUNA
Gracias a la colaboración de Azael, podemos calificar la noticia de FAKE
Si se utiliza un programa como el Stellarium y se pone orientación este, con la fecha señalada en el video se puede ver que lo que aparece es la luna.
Vampiros
El vampiro eslavo, sin embargo, emparentado desde el punto de vista mitológico con otros seres de origen clásico y asiático, es tan sólo uno de los muchos seres legendarios que podemos englobar en la categoría, más amplia, de «parásitos» míticos. Viajemos por tanto a lo largo y ancho del planeta para buscar a algunos de estos «parásitos del alma», para detenernos en la estrella más preciada de la literatura y de la ficción de terror: el upiro eslavo.ASIA: TERROR EXÓTICO
Nos dirigimos hacia China. Allí, las historias de fantasmas y de espíritus animales abundan en la literatura y en los relatos populares sujetos a la influencia del taoísmo, que con el tiempo deriva en un impresionante y complejo marco de creencias mágicas. Hacia el siglo III a. de C., Chi-Wu-Lhi deja constancia de la creencia en entidades vampíricas o Ch’ing-Shih. Este espíritu, de uñas inusitadamente largas y con blancas cabelleras que cubren sus torsos, actúa tomando posesión del alma o Po de un difunto. Durante la noche, surge de la tumba para sorber la sangre de los vivos.
En Japón temen al jikininki, espíritu errante que expía sus culpas en los lugares donde vivió. Su castigo consiste en devorar a los muertos recientes.
Por último, entre los hindúes encontramos a ciertos rakshasas, ogros-demonios que se dedican, entre otras lindezas, a frecuentar cementerios, animar cadáveres y devorar seres humanos. Aún más temibles son los piçaka o pisarch, semejantes a los rakshasas en muchos rasgos, pero todavía más violentos.
OCEANÍA: LA MUERTE QUE SOBREVUELA LAS ISLAS
En la isla filipina de Cagayan Jolo temen especialmente a los berbalangs, seres de apariencia humana con ojos hendidos como los felinos. Los berbalangs, mencionados por Dion Fortune en su Autodefensa Psíquica, tienen la zona blanca del ojo teñida de un rojo brillante, ven en la oscuridad y pueden volar. Entre sus actividades gastronómicas están las de violar tumbas para beberse la sangre de los cadáveres o devorarlos y la de asaltar silenciosamente a los vivos en sus propias casas. El único ruido que les delata es el batir de sus alas.
Los langsuir malayos son mujeres que han perdido a sus hijos. Llevadas por el dolor salen de su cuerpo o se transforman en terroríficas aves con un agujero en la nuca, a través del cual sorben la sangre de los niños. Siguiendo idéntico modelo, un ser, nacido quizá de la visión de la placenta y de las cabezas de los niños emergiendo de las mujeres que dan a luz, es el penanggalan, una cabeza volante de mujer con los intestinos colgando de su cuello, que se alimenta de la sangre de las parturientas y de los recién nacidos.
En las islas Fidji hallamos a Rati-Mbatindua, divinidad infernal cuyo nombre alude al único diente que posee. Este ser tiene la desagradable costumbre de presentarse en forma humana, con alas en lugar de brazos, con las que se desplaza en forma de centella incandescente para devorar los cadáveres con su único diente.
AMÉRICA: EL PODER DE LA SANGRE
Entre los indios araucanos encontramos la creencia en al menos tres tipos de «parásitos mitológicos»: el chonchonyi, una especie de cabeza humana cuyas grandes orejas le sirven de alas con las que desplazarse para penetrar en las habitaciones de los enfermos; si estos se encontraban solos, luchaban con ellos hasta matarlos con el objeto de alimentarse de su sangre. El segundo, el coco-colo, no es un vampiro que ataque en forma de refresco, sino una especie de basilisco horrible, nacido del huevo de un gallo. Extraía su saliva a las víctimas, provocándoles fiebres y, posteriormente, la muerte. El pihuechenyi, por último, en forma de serpiente alada, actúa en los bosques. Busca a los incautos que se han quedado dormidos accidentalmente para chuparles la sangre.
Viajamos ahora hasta América Central para visitar el panteón nahuatl. Allí encontramos a las cihuapipiltin -«mujeres nobles»-, o cihuateteo -«mujeres diosas»-. Son las almas de aquellas que murieron dando a luz un guerrero, que se convierten al morir en una feroz mazihuaquezque o «mujer guerrera». Una vez muerta, la partera se dirigía a la difunta de forma ritual como a una heroína autosacrificada. Después, el marido se la llevaba, seguido de un cortejo formado por la partera, ancianas y un grupo de actores caracterizados de guerreros. Al llegar el ocaso era enterrada en un templo, donde el esposo y algunos amigos montaban guardia durante cuatro días para evitar que el cadáver fuera robado por los telpopotchin, los jóvenes que a veces asaltaban a la comitiva y cortaban el dedo medio de la mano izquierda de la difunta por su valor como talismán guerrero, o burlaban la vigilancia para llevarse los cabellos de la muerta.
Peligrosos eran también los hechiceros que intentaban robar el brazo izquierdo por su poder para realizar hechizos. Cada 52 años, las cihuapipiltin bajaban a la tierra añorando a sus niños. Aparecían con su horrible aspecto (descarnadas, pálidas, con garras en lugar de pies y manos) ante los hijos de otras mujeres, provocando enfermedades y muertes entre infantes y jóvenes. Y no mejor aspecto presentaban las lugaru de Nueva Granada, procedentes quizá del Congo o de Guinea, quienes aparecían en forma de ancianas decrépitas en busca de su ración de sangre para entregársela al espíritu del mal.
La verdadera Historia: Los Anunnaki y los illuminatti
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