El Dr. Thierry Vrain es biólogo del suelo y científico genético. Trabajó en el Ministerio de Agricultura de Canadá durante 30 años y fue designado portavoz para la seguridad de los cultivos transgénicos.
Se retiró hace 10 años al descubrir algunas pruebas científicas que antes ignoraba. Ahora es un agricultor ecológico. Se dio cuenta de que la forma de alimentar al mundo es la de crear y apoyar los cultivos sostenibles, trabajando en unión con la naturaleza.
Dr. Thierry Vrain cuestiona el dogma de que las plantas transgénicas producen proteínas iguales a las naturales y además un punto clave: el mito triunfalista y falso de que se ha descifrado todo el código genético.
El Dr. Vrain ha cambiado su posición y ahora advierte de los peligros de los transgénicos.
¿Se produjo algún acontecimiento crucial para que cambiase su posición sobre los transgénicos?
Como científico que trabajaba para el Gobierno, yo no cuestionaba el status quo ni los dogmas. Hacía mi trabajo y fui la persona designada por el Instituto para tranquilizar al público. Cuando me jubilé, mi esposa y yo comenzamos a cultivar una granja ecológica, y fue cuando empecé a descubrir nuevas cosas sobre la biología del suelo, algo que nunca me habían enseñado en la escuela de posgrado. Al no estar en nómina, pude leer diferentes fuentes y mirar la ingeniería genética desde otro punto de vista. Así fue como me di cuenta de que los transgénicos no eran ni perfectos ni pintaban un mundo de color rosa.
¿Qué piensa de las afirmaciones de la Industria Biotecnológica al decir que tiene respuesta a la alimentación en el mundo, con el aumento del rendimiento de los cultivos y la disminución en el uso de pesticidas y herbicidas, y la disminución en los costes?
Doug Gurian-Sherman quien elaboró las estadísticas para comprobar el aumento de los rendimientos, descubrió que no hay aumento en el rendimiento; de hecho, hay una disminución del mismo, ya que algunos cultivos transgénicos no son tan buenos como los cultivos convencionales. El uso de herbicidas está aumentando. Los agricultores también están preocupados por la aparición de malezas resistentes a esta tecnología. Los herbicidas usados en los cultivos transgénicos resultan inútiles cuando las malas hierbas se vuelven resistentes. Esto ya fue predicho hace 25 años.
Lo mismo ocurrió con la resistencia de los insectos. Ahora se anima a los agricultores a rociar insecticidas en los cultivos para que los insectos no se hagan resistentes a la tecnología de la ingeniería genética… ¡Es una locura!
Como biólogo del suelo, ¿cuáles son los efectos de los cultivos transgénicos en el suelo?
Roundup (el herbicida de Monsanto) es un quelante, de modo que retiene el manganeso, el magnesio y algunos otras minerales, así que la planta, básicamente, se muere de hambre. Es posible que también se las prive de otras sustancias necesarias, pero no creo que esté documentado.
¿Ha leído la investigación del Prof. Huber sobre el glifosato, el principal ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto?
Don Huber estudió el efecto de Roundup en la disminución de los nutrientes en la planta. Pasé un tiempo con él hace dos años, así que estoy bastante familiarizado con lo que ha escrito. La planta modificada genéticamente es una planta con un nuevo gen que se ha insertado en algún lugar y por lo general con un gen que la dota de un nuevo rasgo, por ejemplo, un gen bacteriano que produce una proteína que mata a las orugas. Y ese gen de resistencia a los antibióticos se encuentra en el genoma, por tanto en las raíces, de modo que puede ir al suelo y ser recogido por la bacterias del suelo. Hay una publicación en China, en la que los investigadores demuestran que todos los ríos de donde se cogió agua contenían genes de resistencia a los antibióticos, que con toda probabilidad provenían de las plantas transgénicas cercanas.
¿Qué descubrió el Proyecto del Genoma Humano?
En todas las células de todos los organismos vivos se encuentran los tres principales tipos de moléculas: hidratos de carbono, que se producen por fotosíntesis en las plantas gracias a la radiación solar, los lípidos y las proteínas. Los hidratos de carbono y los lípidos no se mueven, sino que se asientan en un lugar. Las proteínas hacen el trabajo porque se desplazan.
Cada molécula de proteína se puede mover, y de ese movimiento se puede obtener algo. Eso es lo que hacen las proteínas. Las proteínas son las que dan vida, porque la vida es movimiento. Así que cuando se quiere diseñar una planta, lo que realmente se está haciendo es ingeniería de una proteína, para que esa proteína haga algo nuevo en la planta, tales como la resistencia a herbicidas o a los insectos.
El Proyecto Genoma Humano finalizó en 2002. Se tardaron 10 años en obtener la secuencia de todo el genoma de una persona. Todo el genoma está descifrado. Fue algo muy importante, ya que las funciones del cuerpo humano son mantenidas por cerca de 100.000 proteínas. Así que si tenemos 100.000 proteínas en nuestro cuerpo, deberíamos tener 100.000 genes o más. Pero cuando se completó el Proyecto del Genoma Humano, nos dimos cuenta de que sólo teníamos 20.000 genes en nuestro cuerpo. ¿Y 20.000 genes pueden producir 100.000 proteínas? Las matemáticas no cuadran y eso es a lo que me refiero.
Lo que hemos descubierto es que el genoma de cualquier organismo vivo es un ecosistema mucho más complejo, en el que el 5% codifica las proteínas. El otro 95% del ADN no tenemos ni idea de cómo funciona.
Hay un buen número de estudios que muestran que las plantas transgénicas producen unas proteínas que son muy diferentes de las proteínas que se esperaban, llamadas proteínas anormales. Son proteínas diferentes, y esas diferencias no se han estudiado. Tanto es así, que las agencias de regulación, cuando quieren poner a prueba la seguridad de los cultivos transgénicos, todo lo que necesitan es mostrar que la proteína que se insertó en la planta es segura, pero no prueban la nueva proteína.
Entonces, estas secuencias no deseadas ni siquiera se observan; se ignoran por completo.
Totalmente.
¿Se han ignorado los resultados del Proyecto Genoma Humano?
Creo que las consecuencias del Proyecto Genoma Humano son convenientemente ignoradas. Desde 1996, han renunciado por completo a esta responsabilidad, diciendo que son sustancialmente equivalentes, alegando que no hay diferencias, de modo que las empresas ni siquiera tienen que hacer prueba alguna de seguridad.
En el documental ‘El mundo según Monsanto’ se expusieron las puertas giratorias entre la industria biotecnológica y los Gobiernos.
He leído que al Dr. Shiv Chopra le ofrecieron un millón de dólares a cambio de que cerrase los ojos en el asunto de la hormona de crecimiento bovino, pero se negó y fue despedido por no callarse.
¿Cómo pueden los científicos actuar de forma independiente cuando su sueldo depende de apoyar o no un determinado punto de vista?
En aquella época decíamos: publicar o perecer. Pero hace 25 años, la cosa cambió. Cuando empecé no se permitía el patrocinio de las corporaciones. No se podía acudir a Monsanto y decir: “¿Está usted interesado en que haga un trabajo para usted en mi laboratorio a cambio de una pequeña subvención?” Pero hace 25 años, eso se permitió y alentó la financiación por parte de las empresas. Cuanto más interesada estuviese la industria en el proyecto, más dinero entraba. Así que de publicar o perecer pasamos a patentar y hacerse rico.
Ahora muchos científicos reciben subvenciones de las empresas de biotecnología. Cuando se consigue una subvención de un millón de dólares, se tienen cinco estudiantes de posgrado, tres doctores y un gran laboratorio, ahora es usted un gran profesor porque tiene un laboratorio enorme y mucho dinero que fluye. Pero si publicase resultados que no fuesen aceptables para empresas como Monsanto, las ayudas de las corporaciones se acaban.
¿Se siguen saliendo con la suya?
Se siguen saliendo con la suya. Usted puede cuestionar lo que hacen, usted puede intentar evitar los transgénicos, y quizás estemos desgastando un poco a estos gigantes. Pero en realidad, con toda franqueza, no tienen vergüenza; compran tribunales, gobiernos y parlamentarios.
Pero no lo dominan absolutamente todo; por ejemplo en Europa, donde hay una fuerte resistencia.
No, no dominan toda Europa, pero seguro que lo intentarán. Los países que acaparan la totalidad de los cultivos transgénicos son India, Argentina, Canadá, Estados Unidos, y quizá un par más, y son 20 los países que no exigen el etiquetado por la presencia de transgénicos en los alimentos y no imponen ningún tipo de restricciones. Si se etiquetase no habría más transgénicos, porque la gente no los quiere.
¿Es posible transmitir los genes de la infertilidad de una planta a otra por contagio?
Sí, lo es. Este es el motivo por el que muchas personas están preocupadas. Imagínese si usted tiene un campo de maíz con el gen de la infertilidad y se extiende por toda la superficie agrícola y se transmite a otros cultivos. Se acabarían las cosechas.
En otras palabras, el polen de una planta Terminator puede convertir a otra planta también en Terminator… ¿Eso podría ser el fin de la vida en la Tierra tal y como la conocemos?
Ese fue el motivo por el que se detuvo a Monsanto, que quería probarlas y comercializarlas. Los cultivos transgénicos están patentados, de modo que las empresas no quieren que la gente tenga sus propias semillas. Los agricultores las suelen guardar, y el titular de la patente perdería dinero. Usted tiene que comprar las semillas año tras año. Al ser las semillas estériles, nadie conserva estas semillas. Estamos hablando de hambre…; otra locura. Pero Monsanto ha adquirido la tecnología Terminator y puede volver a intentarlo.
La gente interesada en alimentos de calidad y en su cultivo ¿tiene esperanzas?
Mi esposa tiene un herbolario… porque creemos que una dieta saludable es muy importante. Existe una conexión entre lo que comemos y lo que somos. Si vas a la tienda y compras la comida más barata llena de calorías pero con pocos nutrientes, entonces vas a enfermar.
Tsiporah Grignon.
Traducción: Noticias de Abajo.
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