Una molécula que se encuentra en los tiburones parece ser capaz de acabar con los virus humanos del hígado, como los que provocan la hepatitis, según una investigación reciente.
«Los tiburones son muy resistentes a los virus», afirmaba el investigador del estudio, Michael Zasloff, de la Georgetown University Medical Center. Zasloff ha descubierto una molécula en 1993, la escualamina, en los escuálidos, que son tiburones de pequeño a mediano tamaño del Atlántico, el Pacífico y el Índico.
«Según parece, no hay otro compuesto descrito antes en ningún animal o planta. Fue algo totalmente único», dijo Zasloff. Se trata de un potente compuesto anti-bacteriano que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de cánceres humanos, y de una enfermedad ocular conocida como degeneración macular que causa ceguera.
La nueva investigación de Zasloff muestra que, también puede matar a muchos de los virus del hígado humano; aunque algunos investigadores, que no participaron en el estudio, están preocupados por ver algún efecto negativo, como los niveles tóxicos de la molécula.
Actividad viral
Mediante el estudio de la estructura del compuesto y de cómo funciona en el cuerpo humano, Zasloff pensó que podría tener algunas propiedades antivirales. Vio que la molécula actúa adhiriéndose a las membranas celulares del hígado y de los vasos sanguíneos. Una vez allí, continúa con otras proteínas, algunas de las cuales son esenciales para el virus para entrar y sobrevivir en la célula.
Los investigadores decidieron probar un compuesto de varios virus vivos diferentes que infectan las células del hígado, entre ellos los de la hepatitis B, el virus del dengue y el de la fiebre amarilla. Comprobaron una alta eficacia en todos los ámbitos.
Los investigadores no pudieron probar el compuesto contra la hepatitis C, un virus que infecta el hígado de un 1,5 por ciento de la población de los EE.UU. y que puede causar cáncer de hígado, por las dificultades de su cultivo en los modelos de laboratorio, como son las ratas. El virus de la fiebre amarilla se utiliza a menudo como sustituto de laboratorio para mostrar la posible eficacia contra la hepatitis C, y los investigadores fueron capaces de curar con escualamina la fiebre amarilla en hamsters.
Zasloff espera iniciar ensayos humanos en los próximos años.
Futuros tratamientos
Los tiburones contienen una serie de moléculas similares a la escualamina, dirigidas a otros tejidos y órganos. Algunas interactuan con el sistema respiratorio y otras con los riñones.
«Yo creo que cada uno de estos compuestos hacen resistentes a los tejidos y llegará el día en que estemos en condiciones de administrar estos compuestos a los humanos, además de hacer resistentes, de manera selectiva, a ciertos órganos frente a determinados virus en particular», aseguró Zasloff, que ya posee varias patentes para el uso de compuestos de escualamina y relacionados con el tratamiento de enfermedades virales.
Jean Michel Brunel, un investigador de la Universidad del Mediterráneo en Marsella, Francia, está muy entusiasmado con los datos, aunque advirtió que las concentraciones utilizadas para matar los virus son altas y podrían ser tóxicas para los humanos.
Marc Maresca, investigador de la Universidad Paul Cézanne en Aix-en-Provence, Francia, que no participó en el estudio, coincidió en que las concentraciones utilizadas fueron bastante altas, posiblemente dentro de los rangos tóxicos para algunas células», aunque reconoce a su vez, lo emocionante del estudio.
«En general, este documento es muy convincente», dijo Meresca. «Podría abrir nuevos caminos para luchar contra los virus más importantes, como el VHB, VHC o el VIH.»
El estudio fue publicado el 19 de septiembre en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
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